En una entrada de hace un año podíamos leer...
“Esta mañana Manuel ha salido de casa. La calle amaneció
cubierta por una espesa capa de nieve. Falta muy poco para la Navidad y el
barrio parece una postal -típica y tópica- que podría servir de decorado
para estas entrañables fiestas.
El destino de Manuel es la consulta de Ariadna González, afamada
especialista que regenta un prestigioso gabinete de psiquiatría y
psicoterapia.
Manuel tiene
cita concertada, como viene siendo habitual desde hace un mes, todos los
miércoles de 12:30 a 1.
Lo que desconoce Manuel,
nuestro paciente, es que, mientras él está tumbado en el diván y cuenta sus
cosas, ella se entretiene ese día en hacer la lista de la compra:
Pan, azúcar, leche desnatada… (*)
Anota en su libreta. Hace que escucha, pero está ausente. Su
semblante, sin embargo, permanece atento y serio como requiere el relato del
paciente. De vez en cuando asiente con la cabeza…
Y el del diván sigue con su patética historia:
- Siento que nada tiene sentido. Creo que tiré mi vida a la
basura…
…Bolsas de basura, bote de detergente, suavizante para la
lavadora…
La doctora Ariadna desconecta a ratos de las
“confesiones” de este maníaco obsesivo compulsivo con tendencia depresiva. Su
caso es evidente. Requiere medicación adecuada y que crea que el especialista
le escucha…”
(*) Basado en una ocurrencia del amigo Gabriel Beguerie
Esto ocurría poco antes de la navidad del año
pasado:
http://latinajadediogenes.blogspot.com.es/2015/12/la-psicoterapeuta-un-cuento.html
http://latinajadediogenes.blogspot.com.es/2015/12/la-psicoterapeuta-un-cuento.html
El personaje central de Desde el laberinto acudía a consulta.
Una pequeña travesura que me permití con permiso de los personajes de la obra.
Algo distendido, como corresponde al espíritu festivo de estas fechas.
Unos días después acudía también como paciente el propio Minotauro. Parecía bastante deprimido:
Una pequeña travesura que me permití con permiso de los personajes de la obra.
Algo distendido, como corresponde al espíritu festivo de estas fechas.
Unos días después acudía también como paciente el propio Minotauro. Parecía bastante deprimido:
El Minotauro navideño de Leal Galera,
con un ejemplar de "Desde el laberinto" en la mano.
con un ejemplar de "Desde el laberinto" en la mano.
- El laberinto ya no es lo que
era. Desde que lo convirtieron en una atracción turística, no para de venir
gente. Acuden en grupo, armados con sus “gepeeses” para no perderse: “en la
siguiente intersección, gire a la izquierda y coja la segunda galería que se
encuentre a su derecha y camine recto unos doscientos metros."
La doctora le escucha y duda entre
aumentarle la dosis de diazepam o recomendarle que se tome unas vacaciones o
que se busque una novia.
- Vienen con sus cámaras
fotográficas, sus smartphones y sus palos de selfies y no paran de retratarse,
dando gritos como posesos. Los niños lo tocan todo. Están muy mal educados. El
otro día rompieron una estalactita. Y el seguro dice que no lo cubre.
Cree que lo mejor es aumentarle la
dosis. Está muy nervioso. Presenta un cuadro claro de ansiedad.
- Además, el público se comporta
como si estuviera en el cine. Lo deja todo perdido de palomitas y envases de
cocacola vacíos.
Eso pasaba hace un año.
http://latinajadediogenes.blogspot.com.es/2015/12/la-psicoterapeuta-segunda-parte.html
La novedad es que hoy, precisamente hoy, ha pedido cita para acudir a consulta … nada menos que Ulises, el rey
de Ítaca. Creo que anda con un síndrome muy peculiar. http://latinajadediogenes.blogspot.com.es/2015/12/la-psicoterapeuta-segunda-parte.html
En unos días veremos qué nos cuenta…
:) :) Que bueno¡ Ya con ganas de saber que le pasa a nuestro particular Ulises, ¿cual será su síndrome?...
ResponderEliminarSaludos, Cayetano¡
Blanco y en botella. Jejeje.
EliminarUn saludo, Félix.
Creo que esto se nos pone interesante.
ResponderEliminarSalut.
El amigo Félix me dice en facebook que a mis personajes les da el bajón en estas fiestas. Jejeje.
EliminarUn saludo, Miquel.
¡Madre mía! La doctora va a aumentar los honorarios de su consulta. Semejante paciente la catapultará a la fama y a la gloria. ¡Ser elegida por el rey de Ítaca!
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Si le sale bien la cosa puede montar hasta una clínica dental, que dicen que da dinero.
EliminarFeliz tarde, madame.
Besos.
No sé qué es mejor si la lista de la compra de la psicoterapeuta o la lista de destrozos del laberinto que enumera el Minotauro. Estoy deseando saber qué síndrome "peculiar" presenta Ulises.
ResponderEliminarUn abrazo Cayetano
LO del laberinto es que no tiene nombre. Los padres dejan a los niños sueltos y la lían buena. Ya no guardan la compostura debida ni en el cine ni en los parques temáticos como este.
EliminarUlises va a dar nombre a un síndrome muy peculiar que hoy padecen muchos.
Un abrazo, Ambar.
Quizás la psicóloga considerará que el pobre Ulises padece el famoso síndrome que lleva su nombre, el del emigrante:
ResponderEliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Ulises
Pero tal vez se desdiga para después reconsiderarlo de nuevo y así sucesivamente no cayendo en la cuenta que, realmente, lo que le ocurre al pobre Ulises es que Penélope no termina de tejerle su bufanda porque él no para nunca en casa.
https://es.wikipedia.org/wiki/Complejo_de_Pen%C3%A9lope
Vaya, un lío colosal!!
Buena puntería, El peletero.
EliminarAl final resultó que Ulises era un tipo de lo más normal, con sus depresiones y todo. La leyenda es lo que tiene. Veremos qué nos cuenta este hombre.
Un saludo.
¿Síndrome de Ulises? Pinta muy interesante. Espero que no le tenga fobia a las sirenas. A las de las ambulancias, claro.
ResponderEliminarUn saludo.
Eso es. Síndrome de... él mismo. Creo que Ulises tiene más fobia a la leche de cabra y al queso feta que a las propias sirenas.
EliminarUn saludo, Carlos.
Hola Cayetano:
ResponderEliminarA ver que nos cuenta Ulises...Lo cierto es que seguro nos sorprenderá...
Saludos
Eso. A ver qué nos cuenta. Creo que le han dado hora para el día 18.
EliminarUn saludo, Manuel.
Estoy entusiasmadaaaaa y espero disfrutar con las penas de Ulises. Jajj ya se sabe eso de que mal de muchos......alegría de una boba como yo.
ResponderEliminarJejeje. Consuela mucho, es verdad, ver las penas ajenas, sobre todo cuando son de ficción. Por eso vamos al cine.
EliminarSaludos, Emejota.
¿Necesitará la doctora Ariadna Gonzáles una ayudanta? Si es así yo estoy dispuesta, entonces mientras ella hace la lista de la compra, yo escucheré entusiasmada a Ulises.
ResponderEliminarEspero a ver que cuenta en el divan.
Un abrazo.
Se lo preguntaré a ver, no sea que necesite una ayuda estos días tan ajetreados. Jejeje.
EliminarUn abrazo, Conchi.
Uy, me dejas preocupada. ¿Será que no le guste la Navidad? ¿Que se ha perdido una vez en su laberinto y que le ha costado regresar a la salida? ¿O que no entiende a los políticos de hoy? Me temo que a esto último la doctora no tendrá respuesta posible y mientras le escucha seguirá confeccionando la lista de la compra...
ResponderEliminarUn saludo
Debe andar algo deprimidillo el hombre con tanto trajín... Veremos qué nos cuenta Ulises en unos días.
EliminarSaludos, Carmen.
Bueno, sea lo que sea, el caso es que no podía caer me mejores manos. Una doctora ya experimentada vale mucho, y si tiene la nevera llena, como es es el caso, para ofrecer un coctel de bienvenida, tanto mejor.
ResponderEliminarSaludos.
Un cóctel sin alcohol, que los ansiolíticos y antidepresivos pueden tener efectos sorprendentes si los mezclas con bebidas "espirituosas".
EliminarUn saludo, DLT.
En un plísplás has presentado un documental con las reflexiones de tres mentes. Tres mundos reales, incluido el de nuestro amigo Mino. A ver con qué problema personal se descuelga mi admirado Ulises.
ResponderEliminarQuedo a la espera
Este astuto Ulises es capaz de sorprendernos con cualquier cosa. Un artista del engaño. Para mí que lo que tiene es cuento y quiere la baja laboral.
EliminarUn saludo, Ana Mª.
Intrigada estoy. Estaré atenta esta vez.
ResponderEliminarBesos
No sé qué nos querrá contar el amigo Ulises. Igual requiere medicación.
EliminarUn abrazo, Arantza.
Muy bueno, Cayetano, has plasmado algunas de las dolencias de nuestra época.
ResponderEliminarUn saludo.
Las sociedades modernas se alejan de los confesores de las iglesias y los sustituyen por psiquiatras y psicoterapeutas. En vez de rezos te mandan ansiolíticos.
EliminarUn saludo, Valverde de Lucerna.
Divertidísimo el estrés del Minotauro; es que con tanto GPS y turista, se ha perdido la esencia del proceso de autoconocimiento. Metáfora clara de los tiempos que corren.
ResponderEliminarBesos iluminados. Voy a ver como la está pasando Ulyses.
Has dado en el clavo: bromas aparte, la parodia del minotauro es una metáfora de estos tiempos que corren, tan ingratos con la cultura clásica.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Esa doctora se va hacer famosa entre los ya famosos, ahora le toca a Ulises, veremos que le dice.
ResponderEliminarBesos Cayetano-.
Puri
Ariadna, la que maneja los "hilos".
EliminarUn abrazo, Puri.