De
todos es conocido que la homeopatía se basa -supuestamente, claro- en
administrar a un enfermo una dosis pequeña de una sustancia que en
cantidades normales produciría el mal que se quiere combatir.
Una
dosis elevada de mala literatura produciría en la persona
embrutecimiento, desinformación, enajenación (véase el caso de
Alonso Quijano); pero si administramos una cantidad pequeña
podríamos curarla de su ignorancia, de su zafiedad, de su incultura,
etc.
Supongamos
que se somete usted a un tratamiento de homeopatía literaria.
El
tratamiento a seguir sería el siguiente.
Primero
va usted a leer Mis estudios solo me daban para limpiar
escaleras. Por eso preferí salir en la tele y vivir del cuento. Solo cuatro páginas de las memorias de la petarda o del petardo de
turno. Le vendrá muy bien, además, para hacer amigos y mejorar su
autoestima.
La
semana que viene leerá esto otro: el prólogo -nada más que el
prólogo- de un libro de autoayuda que se titula Imprescindible
para triunfar en los negocios y que la gente le admire.
A
la otra semana, del ex presidente jubilado que vive de sus
conferencias, libros y negocios familiares, disfrutará la página
124 de sus Memorias I, aunque no las haya escrito él.
A
continuación, cuatro días después, toca el best seller de moda.
Leerá tan solo de la página 16 a la 18. Hay mucho donde elegir: E. L. James, Danielle Steel, Nicholas Sparks o Paulo Coelho, por ejemplo.
Llegados
a este punto, siempre que haya sobrevivido a las lecturas, tendrá
buena capacidad para enfrentarte al siguiente reto: adquirir
sensibilidad poética.
Cada
día degustará una poesía distinta de las que vienen en los libros
de las fiestas de los pueblos, hechas por septuagenarios sin
estudios. Dignas de leer. ¡Pero solo una al día, más puede ser
perjudicial!
La
mala ortografía la curaremos con algunos recortes de prensa, cuando
algunos expertos en redacción hablan de “detrás tuyo”,
“absorver” o “preveer”.
Luego
ya solo hay que esperar a que la terapia haga efecto.
Si
ello es posible.
Texto publicado en La Charca Literaria