martes, 27 de enero de 2015

Bart el Negro

Que es mi barco mi tesoro, / que es mi dios la libertad...

Hablamos con Bartholomew Roberts, más conocido como Bart, Bart el Negro, pirata famoso del Caribe. Un tanto diferente a los de su "oficio". Un hombre educado, culto, de porte distinguido, amante de la música... Y que sin embargo logró apresar más de cuatrocientos barcos... 

"En noches serenas, sobre todo si había claridad, te gustaba quedarte solo apoyado en la borda de tu nave, pensativo y ensimismado, contemplando la inmensidad del mar invadido por el reflejo plateado y trémulo de la luna, mientras la brisa sacudía tus cabellos y refrescaba con su aliento fresco y salino tu piel. 
En esos momentos, tu corazón ya no era el de un pirata feroz sino el de un poeta que en su ensoñación se dejaba arrastrar por la nostalgia. Y los recuerdos llegaban a ti sin esfuerzo. Tal vez rememorabas algún encuentro feliz de tiempos pasados, unos labios suaves, la calidez de unos brazos de mujer, sedosos y hospitalarios, que llenaban tu alma de caricias y de ternura. Entonces te sentías como un niño que necesitaba ser querido y hasta arrullado. ¡Cuántas carencias! 
El leve cabeceo del bergantín, sacudido por el soplo leve de la brisa, y la queja suave de las cuadernas al mecerse la nave sobre las aguas te acunaban acompasadamente. Y en tus ojos aparecía tal vez una lágrima furtiva, posiblemente arrancada por la brisa marina… 
Qué diferentes estas noches de verano de esas otras en pleno invierno, cuando se desata furiosa la galerna y el viento y el oleaje sacuden de proa a popa la nave, con riesgo cierto de que zozobre. Entonces no estás solo, porque en realidad nadie duerme ante la amenaza de que la embarcación se vaya a pique. 
Pero no es este el caso. 
Ahora el mar está tranquilo y la tripulación duerme confiada. De cuando en cuando, acompasadamente, se deja oír el murmullo del agua rompiendo tímidamente contra el casco de la nave y su sonido es casi una dulce nana que invita al adormecimiento. 
Bart el Negro, en noches como esta el pirata se convierte en un sentimental, dejando salir del pecho al poeta que se esconde dentro. ¡Qué van a pensar tus hombres! Si supieran que en fondo de ti guardas celosamente oculto un corazón tierno… Pero no descubrirán nada, porque el momento apenas durará unos minutos y, tras el breve paréntesis nocturno, el hombre sensible dejará paso de nuevo al pirata temible que, antes de que despunte el sol, desde la toldilla de popa, comenzará a dar órdenes con voz firme al teniente, al contramaestre y al artillero para que la tripulación esté lista y presta para el combate, porque un nuevo botín os aguarda a escasas millas: 

¡Maestro artillero: quiero un cañón apuntando al frente en la proa desde el mástil de bauprés! ¡Tensad las jarcias! ¡Quiero esas velas a tope! Hay que aprovechar que tenemos el viento de nuestra parte. ¡Timonel: mantén el rumbo al noroeste. Tenemos que estabilizar la velocidad en 20 nudos! ¡Contramaestre: quiero a toda la tripulación en cubierta. Cada uno en su puesto. Entramos en combate de inmediato! ¡El botín nos espera! ¡Que me cuelguen del palo mayor si esta noche no cenamos como reyes!" 

 Fragmento de un capítulo de "De vaqueros y fronteras".

Aquí te puedes descargar gratis el e- libro entero.

viernes, 23 de enero de 2015

Noticias desde la frontera


El proyecto que traigo entre manos por fin se materializa.
Un trabajo donde la historia, la literatura y los recuerdos personales se dan la mano.
Viene a ser la primera etapa de un viaje que se inició hace ya un buen montón de meses.
Después de dar muchas vueltas al asunto, y considerando el material tan diverso que he elaborado en el último año y medio, he pensado que lo más conveniente era publicar dos trabajos de forma diferenciada.

El primero de ellos, que hoy presento, de escasa extensión y que concreta mucho su campo de actuación, lleva por título "De vaqueros y fronteras". Está dedicado en primer lugar al mundo variopinto que poblaba "La Vaquería" (en realidad, un homenaje a aquellos tiempos transicionales en los que uno era muy joven), y en segundo lugar a algunos "vaqueros" y gentes "de frontera": rebeldes, locos, heterodoxos y buscavidas. Viene a ser un "collage" donde todo guarda una relación.
Este sale en formato PDF(*) por cortesía del Archivo de la Frontera y, además de breve, es gratuito.

Solo hay que descargárselo pinchando bajo la imagen o bien en este enlace.

El segundo trabajo, más extenso, que recogerá además parte del primero, saldrá más adelante -eso espero -, en formato papel o también en pdf, cuando lo tenga ultimado. Ando ahora trabajando en él y no tengo ninguna prisa, sobre todo porque estoy disfrutando mucho haciéndolo y no sé en qué momento lo consideraré terminado.
Allí se darán cita personajes históricos reales que alguna vez en su vida se vieron en una situación de "frontera" (alguno ya sale en el primer trabajo, como Patrice Lumumba o Bart el Negro), en combinación con relatos imaginarios o de ficción donde también aparecerán vallas y muros, muchas veces meramente simbólicos y con carácter de tributo y homenaje a escritores como Julio Verne, Poe, Julio Cortázar, Robert Louis Stevenson, Kafka y otros.


(*) Aclaración: el Archivo de la Frontera es una página web cuyo administrador es Emilio Sola Castaño, amigo y profesor de Historia Moderna en la Autónoma de Madrid en mis años mozos y que hoy anda por la Universidad de Alcalá. Aparte de la docencia y la investigación histórica, Emilio es escritor, dibujante y poeta y, en sus años juveniles, tabernero -socio cofundador de "La Vaquería"- y exiliado por voluntad propia.
El libro es una contribución al tema de las fronteras y un ejercicio de rememoración personal del que se dan los oportunos detalles en el lugar correspondiente.

domingo, 18 de enero de 2015

Expulsados

Embarque de moriscos en el puerto del Grao de Valencia

La expulsión de los moriscos fue una operación ordenada por Felipe III y que empezó de forma escalonada entre 1609 y 1610. 
Primero fueron los de Valencia, luego los de Extremadura, Andalucía, las dos Castillas, Aragón, Murcia… En total, unas 300.000 personas, en una España de poco más de ocho millones y medio de habitantes. 
La rebelión de las Alpujarras de los moriscos granadinos provocó mucha animadversión hacia este colectivo, también las incursiones de los piratas berberiscos en la costa levantina. Muchos veían en todo ello una colaboración de los moriscos peninsulares con los turcos, una “quinta columna” latente dentro del territorio cristiano. 
Algunos caldearon el ambiente con declaraciones incendiarias nada cristianas ni piadosas. 
Jaime Bleda, el inquisidor de Valencia, era partidario de una masacre colectiva o, en su defecto, de una expulsión total. Propuso vender 50.000 moriscos a las Indias a 400 escudos cada uno, como suelen venderse los negros, lo que redundaría en beneficio de las arcas reales y aliviaría “pechos y alcabalas”. O si no “quitar la vida a los mayores y confiscar las haziendas y que todo lo que se dize para entretener y alargar es sophistería de los defensores, con que procuran de llevar engañados a los ministros reales muchos años ha”. (1) 
El arzobispo de Valencia, Juan de Ribera, santo para la Iglesia católica, pretendía nada menos que se esclavizara a todos los varones y enviarlos a las minas a las Indias. Llegando a sostener que sería licito exterminar físicamente a quienes considera apóstatas y traidores, pero lo desaconseja "porque el degollar tanta gente causaría general horror y lástima" (2). 
Su opción final vuelve a ser la expulsión. 
Un decreto real la ordenaba: 
"Primeramente, que todos los moriscos deste reino, así hombres como mugeres, con sus hijos, dentro de tres dias de como fuere publicado este bando en los lugares donde cada uno vive y tiene su casa, salgan dél, y vayan á embarcarse á la parte donde el comisario, que fuere á tratar desto, les ordenare, siguiéndole y sus órdenes; llevando consigo de sus haciendas los muebles, lo que pudieren en sus personas, para embarcarse en las galeras y navíos…”(3) 
Lo tuvieron que dejar todo, el trabajo, los hogares, las pertenencias que no pudieron llevar consigo. Y rápido. Todo en pocos días… 
"Que cualquiera de los dichos moriscos que publicado este bando, y cumplidos los tres días fuese hallado desmandado fuera de su propio lugar, por caminos ó otros lugares hasta que sea hecha la primera embarcación, pueda cualquiera persona, sin incurrir en pena alguna, prenderle y desbalijarle, entregándole al Justicia del lugar mas cercano, y si se defendiere lo pueda matar.” 
Los caminos quedaron sembrados de cadáveres de muchos que no llegaron a embarcar y que fueron asaltados y robados por turbas de gente enloquecida y sedienta de sangre. 
La expulsión que se inició en 1609 fue un fracaso en todos los sentidos. 
Un fracaso económico y demográfico que supuso la ruina para la economía española. Pero también un fracaso moral. Y ese es más difícil de subsanar. El tiempo no lo cura todo. 
___________________
 (1) Notas sobre la predicación e instrucción religiosa de los moriscos en Valencia a principios del siglo XVII, Eugenio Císcar Pallarés. Pág. 209 Revista de historia moderna, ISSN 0210-9093, Nº 15, 1989, págs. 205-244 
(2) Citado en http://moriscostunez.blogspot.com.es/2008/12/juan-de-ribera-fue-una-figura-clave-en.html 
(3) Bando general de expulsión de los moriscos, 22 de septiembre de 1609. Folio 34 de la Mano 50 de Mandamientos y embargos de la corte civil de Valencia del año 1611.

miércoles, 14 de enero de 2015

Laocoonte


14 de enero de 1506: en Grecia, se descubre la famosa escultura del periodo helenístico "Laocoonte y sus hijos".
Una obra de gran barroquismo y movimiento. Con esa angustia reflejada en las expresiones y en la disposición de los elementos del grupo escultórico. La agitación desesperada que precede a la muerte.
Y todo por el despecho de una diosa, Atenea, que fue relegada a un segundo plano, pues Paris, el hijo de Príamo, rey de Troya, había elegido a Afrodita como la diosa más bella. Afrodita le recompensará proporcionáandole el amor de la joven más hermosa del mundo. Y esta no será otra que la bella Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta.

El conflicto estará servido. Arderá Troya.
Será la venganza de una diosa despechada.
Cuando los aqueos simulan abandonar el sitio de Troya y dejan el caballo de madera repleto de soldados -una argucia del astuto Ulises-, los troyanos creen que es una ofrenda a los dioses que los griegos dejaron en la playa para que aquellos les fueran propicios y deciden meterlo dentro de la ciudad.
Laocoonte, sacerdote de Apolo, advierte del posible engaño: “Timeo danaos et dona ferentes” (“Desconfío de los griegos aunque hagan regalos”)
Atenea para hacerlo callar mandó dos enormes serpientes, quienes salieron del mar y estrangularon a Laocoonte y a sus hijos.
Así, nos cuenta Virgilio en La Eneida el terrible episodio:

"Ellas, con marcha firme, se lanzan hacia Laocoonte; primero se enroscan en los tiernos cuerpos de sus dos hijos, y rasgan a dentelladas sus miserables miembros; luego arrebatan al padre que, esgrimiendo un dardo, iba en auxilio de ellos, y lo sujetan con sus enormes anillos: ya ceñidas con dos vueltas alrededor de su cuerpo, y dos veces rodeado al cuello el escamoso lomo, todavía exceden por encima sus cabezas y sus erguidas cervices. Pugna con ambas manos Laocoonte por desatar aquellos nudos, mientras chorrea de sus vendas baba y negro veneno, y al propio tiempo eleva hasta los astros espantables clamores..." 

 Luego, cuando los aqueos salgan del vientre del caballo, arderá Troya.
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 "Laocoonte y sus hijos" es un grupo escultórico realizado por Aqesandro, Atenodoro y Polidoro de Rodas, hacia el año 50 (Museo Pío Clementino, Vaticano)

viernes, 9 de enero de 2015

Un duelo


9 de enero de 1837: el poeta, narrador y dramaturgo ruso Aleksandr Pushkin resultó gravemente herido en un duelo. 
Curiosamente, el escritor había descrito algunos en sus obras. Y esta vez le tocó sufrirlo en carne propia. Retó a un militar francés que cortejaba a su esposa a un duelo a pistola. Parece ser que le trucaron su arma para que no pudiera hacer puntería y recibió un balazo de su contrincante que le costó la vida. 
El duelo era costumbre muy arraigada socialmente en Europa. Una “moda” que abarcaba desde el siglo XV al XX. Era una manera de dirimir asuntos personales a través de un combate entre caballeros con armas capaces de dar muerte y con el propósito de lavar el honor mancillado, normalmente bajo unas reglas estrictas y en presencia de padrinos, cuya función consistía en velar para que el duelo se produjera con garantías. 


El objetivo final del duelo no era necesariamente buscar la muerte del adversario, sino una reparación del honor que se había manchado. Muchos de ellos concluían “a primera sangre”, sin necesidad de que hubiera lugar para continuarlo hasta la muerte de uno de los contendientes. 
En España hubo un duelo muy famoso en 1870, el llamado “Duelo de Carabanchel”, entre Antonio de Orleans, el duque de Montpensier, aspirante al trono español durante el sexenio democrático, y el duque de Sevilla, Enrique de Borbón. El primero perdió su oportunidad de reinar y el segundo, su vida. 
Sin embargo, no estaba mal vista socialmente esta forma de dirimir las diferencias entre caballeros. Todo lo contrario, aumentaba la respetabilidad hacia aquellos que salían victoriosos de estos enfrentamientos. En el siglo XX dejó de considerarse una forma legítima de lavar la honra para pasar a ser considerado como un acto ilegal, un delito.

martes, 6 de enero de 2015

Fronteras

Imagen tomada de aquí

La frontera es un lugar real, de encuentros y desencuentros. También es un espacio ficticio. En ocasiones, una metáfora de la soledad y de la incomunicación. Por la frontera pululan los desheredados del mundo, gente perseguida y acosada, también gente incomprendida y sola. Un mundo injusto, despiadado, donde todos son forasteros y se lucha por la propia supervivencia.


Hay fronteras geográficas; pero también las hay económicas, sociológicas,  temporales, religiosas, morales. 
Hay fronteras mentales, psicológicas, interiores. Visibles e invisibles.
Hay murallas dentro de un mismo país, dentro de un mismo barrio, en el mismo hogar, incluso en el propio lecho compartido. 
La incomunicación como muro que se eleva entre las personas. Un gran tema del que ya trató en su día el grupo británico Pink Floyd con su álbum “The Wall”.

El mundo de la realidad y el mundo de la imaginación y de los sueños también se ven separados por alambradas e infranqueables  muros.

Las hay por lo tanto reales, pero también simbólicas. 

También hay fronteras entre lo humano y lo extrahumano. El mediterráneo fue durante mucho tiempo la línea de separación entre los hombres y los héroes mitológicos: Hércules puso allí sus columnas para sujetar la bóveda celeste; por allí anduvo Ulises cuando bajó al Hades (Vesubio)  o cuando tuvieron lugar sus peripecias con la malvada Calypso (Malta), con Escila y Caribdis (estrecho de Messina), con las sirenas (costa suroeste de Italia) o con el cíclope Polifemo (Sicilia).

Las fronteras temporales también son importantes.

Durante los siglos XV y XVI se configura una muy importante en Europa: la del Renacimiento. A un lado los pueblos más modernos, al otro los que todavía andaban anclados en la Edad Media. También esta época constituye el declive del mundo islámico en Europa, con la recuperación de Al Ándalus por parte cristiana. Otra frontera. Al igual que durante la época anterior, el mundo feudal cristiano era entonces el decadente y atrasado frente al esplendor de la civilización musulmana.

Don Quijote, nuestro legendario caballero, caminaba a lomos de Rocinante entre varias fronteras: la que separa la cordura de la locura; la Edad Moderna de la Edad Media; la literatura de la realidad; el idealismo caballeresco del  materialismo de un tiempo prosaico donde la palabra de un caballero ya no valía nada.
España fue víctima muchas veces de fronteras temporales.
En 1813: "eligió" el absolutismo y el atraso de Fernando VII en vez de la modernidad ilustrada que suponía José Bonaparte o La Constitución de 1812. 
Por no hablar del muro de intolerancia  y de rencor que dividió a los españoles, que se levantó en los años 30 y que no culminó hasta el 20 de noviembre del 75.

Sigue en pie mi proyecto sobre las fronteras, un experimento histórico-literario y vivencial, a mitad de camino entre la colección de relatos, la crónica personal en tiempos de la transición española y la reflexión sobre algunos hechos históricos y culturales. 

Noticias muy pronto.







viernes, 2 de enero de 2015

También fueron niños

Adivina quiénes son.
Políticos de nuestra "piel de toro" con unos cuantos años menos.
Hay  expresidentes, algunos que ya no ejercen, gente activa en la política y algunos que quieren gobernar... De todo un poco.


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El niño.