viernes, 27 de febrero de 2015

Breve reseña sobre "La corte del diablo".


Francia, segunda mitad del siglo XVI. Una época convulsa por los conflictos entre católicos y protestantes y porque se dirime el futuro de Francia y de Europa. Nadie quiere quedar fuera de este juego. La ambición es el motor que mueve a numerosos personajes de la obra. Aparentemente es el rey Carlos IX el que rige los destinos de su país, pero es una manipuladora Catalina de Médicis, la reina madre, la que realmente maneja los hilos. 
Una obra entretenida, de acción trepidante, amena y fácil de leer. Con personajes bien diseñados, de personalidad propia, bien definidos cada uno en su papel. El odio, la violencia, el amor, la amistad, la lealtad, la ambición, la traición… son núcleos temáticos por los que discurre la novela. Y no faltan los enredos, la intriga, el humor, los equívocos, los líos de familia… Una obra en definitiva bien escrita y muy documentada, que se lee sin dificultad y que atrapa al lector desde la primera página.

domingo, 22 de febrero de 2015

Arizona


"Un pueblo desolado, abandonado, invadido por el silencio, los ovillos de maleza rodadora  y las arenas del desierto cercano.  Sin un alma. A lo lejos, se levantan tolvaneras de polvo y arena. Hace un calor agobiante.
De vez en cuando se dejan ver algunos cactus aislados. Testigos mudos de una naturaleza que se escatima, se levantan solitarios dando al paisaje un toque de verdor que contrasta con el ocre amarillento de las piedras calcinadas por el sol. Es una vegetación rala que confiere al conjunto el valor escénico de una decoración  minimalista de cartón piedra.

Las moscas que revolotean bajo el sol que se va dejan oír una y otra vez su obstinado zumbido, poniendo una nota monocorde en el silencio de la tarde. Es la letanía terca de un día más que se acaba."

Fragmento de un relato perteneciente a  "De vaqueros y fronteras" . 

domingo, 15 de febrero de 2015

El Maine


Restos de El Maine después de su hundimiento

15 de febrero de 1898: explota el crucero Maine fondeado en la bahía de La Habana, un hecho tremendo que provocó la declaración de guerra por parte de los Estados Unidos y que culminó con la pérdida de la colonia de Cuba por parte de España. 
De esta forma se materializó en la práctica el lema que funcionaba a nivel teórico desde hacía más de medio siglo y que decía “América para los americanos” (doctrina Monroe). 
Y como en varias ocasiones en la historia del país norteamericano, un hecho terrible provocó una reacción inmediata que concluyó en una declaración de guerra. Una manera contundente de iniciar un conflicto con el apoyo de la opinión pública. 
A ello contribuyó poderosamente la prensa sensacionalista americana que, desde el primer momento, acusó a España de estar detrás del atentado. Así empezó una agresiva campaña a favor de declarar la guerra a los españoles. 
Pese a todos los esfuerzos diplomáticos por parte de las autoridades españolas en crear una comisión conjunta de investigación que aclarase el suceso, los norteamericanos rechazaron sin más esa iniciativa. 
Al parecer no hubo explosión provocada desde fuera sino una implosión desde dentro, lo que vendría a dar por buena la teoría de que fue un acto premeditado para justificar por parte americana lo que vino después. Un pretexto para inmiscuirse en la política independentista del pueblo cubano y de esta forma apropiarse de su posible triunfo, arrebatándole el protagonismo de su emancipación como colonia.


El New York Journal agitando la bandera del sensacionalismo

viernes, 13 de febrero de 2015

Vídeo promocional

En plan casero, usando el "movie maker" del ordenador y con el sabio consejo del señor Mitch Irones, me he atrevido a hacer mi primer montaje para promocionar "De vaqueros y fronteras" que, como todo el mundo sabe, es gratuito y supone una avanzadilla de lo que será el libro definitivo que saldrá en su día -esperemos-  en formato papel.
Así que allá va. Perdonad los fallos típicos de un aprendiz.

martes, 10 de febrero de 2015

Mensajes encriptados



Si vas a viajar al centro de la Tierra o a visitar un lugar inhóspito del planeta, una isla perdida en la inmensidad del océano o tienes que adentrarte por los recovecos de un laberinto donde te espera el peligro y la aventura… necesitas seguramente una buena ayuda. Y qué mejor que una buena hoja de ruta, un pergamino, un plano, un mapa o un mensaje encriptado que te facilite las claves para salir airoso de tu empresa, incluso un “criptex” como el que diseñó Leonardo para transportar mensajes de forma segura. 
Tampoco conviene olvidarse del hilo de Ariadna. Puede ayudar.


Runas de "Viaje al centro de la Tierra", de Julio Verne.




Lenguaje cifrado en "El escarabajo de oro", de Poe.



El "criptex" de "El código da Vinci" de Dan Brown

Mi homenaje a las novelas de aventuras.
Mensaje encriptado en "De vaqueros y fronteras"



domingo, 8 de febrero de 2015

Los dos forasteros


"Enterrados hasta las rodillas, en un paraje solitario, sin más padrinos y sin más testigos que las nubes grises que amenazan tormenta, los dos hombres, frente a frente, se disponen a emprenderla a golpes. En una mano, la garrota; en la otra, un ovillo de ropa para protegerse de las acometidas del adversario. 
Sus gestos adustos y sus resueltos ademanes, recortándose en el telón de fondo que brinda el paisaje gris del atardecer, componen un aguafuerte de trazos violentos. La situación casi parece sacada de un drama expresionista, de una pintura negra o de una tragedia clásica.
Todo parece formar parte de una puesta en escena soberbia y terrible, una escenografía hábilmente diseñada: el paisaje con esos tonos sombríos, la luz difusa en la lejanía y rotunda y clara en el primer plano, el gesto exagerado de los personajes, la declamación alta y precisa, con un tono afectado y enérgico…"

Fragmento del relato inspirado en el cuadro homónimo, titulado también "Riña a garrotazos", de Goya, perteneciente a "De vaqueros y fronteras" (descarga gratuita).


domingo, 1 de febrero de 2015

Aniversario de una profecía fallida


1 de febrero 1524:  en Londres, unos 20.000 pobladores abandonaron sus hogares y se dirigieron a terrenos más altos, en espera de la inundación que produciría el fin del mundo. Un diluvio que elevaría el nivel del mar.
Al parecer, aquella tragedia fue profetizada el año anterior por los más prestigiosos astrólogos de Inglaterra. 
Agoreros y profetas los ha habido siempre.
No era la primera vez que se auguraba un cataclismo de tintes apocalípticos.
Y la gente crédula e inocente tiende a caer fácilmente en el engaño.
Un prior de un convento decidió hacer frente a la catástrofe construyendo un refugio en una colina y aprovisionándose de suficientes alimentos para sus monjes durante  dos meses.
Al final,  no hubo nada de qué lamentarse.
Parece que se adelantaron un poco. 
Aunque el cambio climático amenaza hoy con subir el nivel medio de del mar, dudo mucho de que en aquellos tiempos hubiera peligro real de que las aguas llegaran a cubrir el territorio londinense. 
Aunque ya se sabe que más vale prevenir que curar.