martes, 28 de febrero de 2017

Cajas



Mi nueva aportación a La Charca Literaria

Las cajas siempre van asociadas a cambiarse de casa. 
Al principio, cuando los enseres de uno son escasos –y todavía se es joven–, son pocas. Luego, vas acumulando libros, regalos y cosas; y, progresivamente, aumenta el número de cajas. Las mudanzas comienzan a ser algo complicado. Se hace preciso contratar los servicios de alguna agencia de transportes para evitar un sobreesfuerzo que pueda llegar a lesionarte. 
En el último traslado de vivienda que hice recientemente, llegué a contabilizar un centenar de cajas. La mayoría eran de libros. 
Muchas veces pienso que para qué tantos si posiblemente no vuelva a leer ninguno de los que cambian de lugar y de estantería; pero es difícil que uno acepte desprenderse de algo que forma parte de la propia vida. Luego están los enseres personales, los pequeños objetos: ese despertador que no usas porque ya no madrugas, esas gafas de sol que no te pones porque siempre están en el cajón, ese abanico que nadie utiliza… 
Te pasas media vida trasladando de sitio cosas que nunca volverás a usar ni ver: fotos antiguas, folletos de viajes, guías turísticas, carpetas llenas de papeles, manuales de instrucciones, cuadernos, revistas, libros y más libros… Parece una condena arrastrar tras de ti montañas de cachivaches embutidos entre paredes de cartón. 
En todo caso, tengo algo seguro: para la última mudanza, todo esto me sobra. Todo lo importante cabrá en una sola caja.

Publicado en

http://lacharcaliteraria.com/




martes, 21 de febrero de 2017

¿Qué diantres es eso de “La Charca Literaria”?



Érase una vez, en un idílico país, un lugar donde se congregaban alegremente bichejos y sabandijas de diversa procedencia y pelaje con el fin de dar a conocer al resto del mundo sus textos en forma de narrativa, poesía o artículos de opinión, “un espacio de libre creación”, como se puede leer en la página de facebook, “y un lugar de encuentro para amantes de las letras y el chapoteo.” 


“La Charca Literaria es una revista literaria digital que se difunde a través de las redes sociales. 
En sus aguas "cohabitan todo tipo de organismos: algas unicelulares, protozoos, ranas y sapos, libélulas, mosquitos, pececillos y tortugas, enhiestas aneas, inquietantes aves y un sinfín de gusarapos. 
Cada bicho puede colgar aquí sus textos, a la espera del lector casual." 
Se publica diariamente en Facebook, y, como los escolares, descansa los fines de semana y en tiempo de vacaciones. 
La lista de autores que colaboran en La Charca Literaria se va incrementando a medida que las aguas y los fangos se van extendiendo. Algunos de sus autores son recónditos. Escondidos entre los juncos de la charca y muy alejados del bullicio de los neones y del espectáculo de los medios de comunicación.” 



Dice Montse Galera, charquera de pro: 

“El 14 de diciembre del 2015, Anna Benítez del Canto nos abrió la puerta dándonos la bienvenida desde la sección “Ultramarinos y Coloniales”. 

Lo hizo así de bien: 

¿Ves esos caminos formados por letras? Síguelos, te llevarán a cada uno de los habitantes de la charca; zambúllete en la paradoja, la ironía, el sarcasmo o la metáfora. Hallarás emoción, secretos y rumores, sentimiento, realidades y fantasía, todo lo que necesitas para saber lo que se cuece en nuestra peculiar Charca Literaria.” 

Y desde entonces se han ido adhiriendo más de 50 autores de entre los que se cuentan primeras plumas como Pilar Pedraza o Lázaro Covadlo; escritores o bien con novelas publicadas como Cayetano Gea, Lluís Bosch o Jordi Ledesma —quien además tiene una obra en ciernes—, o con poemarios como Dani Izquierdo, Jaume Muñoz o Jorge Novak. Se beneficia La Charca de autores que escriben en revistas de cine como Juan Manuel García Ferrer o Carlos Tejeda o editores de revistas en papel como Ceferino Galán… por nombrar algunos, que no se puede a todos, entre muy buenos ensayistas, poetas, cuentistas, sufridores de dolencias varias catalogadas o no, y alguna plumilla que agradecería la bendición de un contagio. Con perdón. 
Estamos hablando de textos líquidos, como los define Miriam Soteras, a los que el lector pueden acceder desde cualquier dispositivo: ordenador, tablet, móvil… relativamente breves, dos grageas diarias disfrutables sin distracciones.” 


Ilustración de Santiago Sequeiros para la portada de la revista en Facebook 
  La editora Nicanora y el editor Nicanor en buena compañía.

Autores:  

Nacho Abad,  Area Martínez-Aitor Guezuraga-Julián Hernández,  Kez Balazkez, Perico Baranda,  Anna Benítez del Canto,  Lluís Bosch,  Albert Bover,  Francesc Cornadó, Lázaro Covadlo, Carmen Cuenca, José Martín Cuesta, Carlos de Diego, El Abuelito Maníaco, El editor Nicanor, Escribo con La Zurda, Danilo Facelli, Francisca Ferrer Gimeno, Francisco Ferrer Lerín, FranK G. Rubio, Ceferino Galán, Montse Galera, J. M. García Ferrer, Elena Garnelo, Cayetano Gea, Teodoro Gómez, Ana Grandal, Javier Herrero, Ignacio Iglesias, Marga Iriarte, Dani Izquierdo, Jordi Ledesma, Lolita Lagarto, Juan López, Evaristo Maglione, Manolo Marcos, Luisa Martina, Marta Millaret, Cristina Mirinda, Pere Montaner, Jaume Muñoz, Iñaki Nazabal, Jorge Novak Stojsic, Pilar Pedraza, Sergi Puertas, Lukas Reig, Jade Sal, Felipe Sérvulo, Sícoris, Marcial Sileno, Myriam Soteras, Carlos Tejeda, Albert Tugues, Pedro Vera, Joan Vigó, Jorge Villasol, Nuria Viuda. 



Están todos ustedes invitados a visitar nuestra Charca. 

¿Dónde encontrarnos? 

En la página web: http://lacharcaliteraria.com/ 

O en la página de Facebook: https://www.facebook.com/charcaliteraria/

miércoles, 15 de febrero de 2017

Añicos


Cuidado con los cristales restaurados. Si los fragmentos no se encajan debidamente en su sitio, pueden jugarnos malas pasadas.


"Puede ocurrir que te mires al espejo del cuarto de baño y descubras delante de ti a otra persona que se está aseando con tu cepillo y tu pasta fluorada y te enseña los dientes. O que te acerques a la ventana un día radiante de verano y compruebes que al otro lado del cristal  está nevando o hace un viento horrible. O que detrás del escaparate de una tienda haya un maniquí haciéndote un gesto obsceno con el índice de una mano hacia arriba. O que en el documental de la tele, en vez de bellas imágenes sobre gaviotas buscando su ración de porquería en las costas de Ítaca, aparezca la verdadera programación basura con todos sus hediondos y repugnantes gusanos reales. Entonces y solo entonces debes coger un martillo y hacer trizas, de una vez por todas, el maldito cristal del  televisor."


Fragmento de un capítulo de "Desde el laberinto"
Un libro publicado tan solo en papel. No disponible en librerías. 
Más información:  geaberca@gmail.com





miércoles, 8 de febrero de 2017

La expulsión de los moriscos



Primero fueron los de Castilla, Valencia y Andalucía. Luego os tocó a vosotros…

 "Primeramente, que todos los moriscos deste reino, así hombres como mugeres, con sus hijos, dentro de tres dias de como fuere publicado este bando en los lugares donde cada uno vive y tiene su casa, salgan dél, y vayan á embarcarse á la parte donde el comisario, que fuere á tratar desto, les ordenare, siguiéndole y sus órdenes; llevando consigo de sus haciendas los muebles, lo que pudieren en sus personas, para embarcarse en las galeras y navíos…”(1) 

Lo tuvisteis que dejar todo, vuestro trabajo, vuestros hogares, vuestras pertenencias que no pudisteis llevar con vosotros. Y rápido. Todo en pocos días… 

 "Que cualquiera de los dichos moriscos que publicado este bando, y cumplidos los tres días fuese hallado desmandado fuera de su propio lugar, por caminos ó otros lugares hasta que sea hecha la primera embarcación, pueda cualquiera persona, sin incurrir en pena alguna, prenderle y desbalijarle, entregándole al Justicia del lugar mas cercano, y si se defendiere lo pueda matar.” 

Por eso cuando asaltaban a los vuestros por los caminos cuando marchaban al exilio camino del puerto de los Alfaques en Tarragona, los ojos inyectados de sangre, los cuchillos preparados para la matanza del infiel, aquella chusma enloquecida y jaleada por los de arriba, se lanzaban al degüello para quitarles lo poco que se habían podido llevar consigo, las pocas pertenencias… porque allá quedaban sus tierras, sus casas, su pasado… 
Por eso entonabas tu plegaria, para que tu Dios te fuera propicio: 

“Allah ya rabbi rabbi/ ye Muhammad darabi/ ye verdadero annabi/ de arabbi de arabbi. / Es Allah solo i señero/ de sin ningún aparcero/ i Muhammad su mensayero/ kon todo fue verdadero/ y el alislem mi Adin./ Allah ya rabbi rabbi/ ye Muhammad darabi / ye verdadero annabi / de arabbi de arabbi.”(2) 



Tuviste suerte, iba a decir, porque tú y tu familia lograsteis llegar al puerto y embarcar. No fuiste uno de los que se quedaron por los caminos rumbo al puerto. Para muchos cristianos viejos, los moriscos eran seres inferiores sin derechos. Por eso eran frecuentes los asaltos a manos de bandas que robaban y mataban a los que se topaban en el camino. Era frecuente ver los caminos atestados de cadáveres. 
Iba a decirte también que esa costumbre quedó como práctica nacional en otros conflictos que se dieron en nuestra historia posteriormente. 
También tuviste buena fortuna –si es que se puede usar ese término- en la travesía. Algunos compatriotas tuyos de Valencia y Andalucía fueron maltratados, robados, obligados a dejar sus pertenencias a los dueños de los barcos a cambio del pasaje o directamente asesinados y arrojados al mar. Hasta hubo algunos que fueron abandonados en islas desiertas y sus mujeres e hijos hechos esclavos. Fueron muchos los que no llegaron a su destino. 
Luego llegaste a Tunicia para empezar una nueva vida. Lograste establecerte en un arrabal próximo al centro de la capital. Los que vinieron después ya no tuvieron tanta suerte y hubieron de instalarse en zonas peores y no tan bien situadas como Ghar-el-Melh o Ras Djebel. Pero diste gracias al Hacedor por haber llegado vivos tu familia y tú y poder empezar allí una vida de nuevo. 

Ahora te hablo desde la distancia y la objetividad que permiten los siglos transcurridos, sin pasión, independientemente de los credos, que en mi opinión no nos hacen ni buenos ni malos, para decirte que la expulsión que se inició en 1609 fue un fracaso en todos los sentidos. 
Un fracaso económico y demográfico que supuso la ruina para la economía española. 
Pero también un fracaso moral. Y ese es más difícil de subsanar. El tiempo no lo cura todo.
 ____________ 

(1) Bando general de expulsión de los moriscos, 22 de septiembre de 1609. Folio 34 de la Mano 50 de Mandamientos y embargos de la corte civil de Valencia del año 1611. 
(2) Textos aljamiados. Poesía religiosa morisca , M. Manzanares de Cirre Bulletin Hispanique. Año 1970. Volumen 72. Número 3 pp. 311-327. Enlace: http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/hispa_0007-4640_1970_num_72_3_4018