Fotograma de la película 2012
A
pesar de todos los agoreros que lo profetizaron, en el año 2000 no se acabó el
mundo.
Era un número adecuado, redondo, perfecto, como ocurrió con el año 1000.
No
fue ni la primera ni la última vez que se anunció el fin de los tiempos.
El apocalipsis es
fruto del clima milenarista que en muchos momentos de la historia aparece,
generalmente en tiempos de crisis. De esa mentalidad tan pesimista hay
múltiples ejemplos, sobre todo en la Edad Media.
Siempre han existido vaticinadores que han profetizado el fin del mundo, pero afortunadamente no han dado nunca una en el clavo: Malaquías, Nostradamus, los Testigos de Jehová, líderes de sectas y cantamañanas diversos que han hecho su agosto a costa de la ingenuidad y del miedo de la gente.
El año pasado sobrevivimos sin contratiempos notables al 11 del 11 de 2011. No ocurrió nada a las 11 y 11 minutos de la mañana. Y eso que los más pesimistas pronosticaban que el asteroide 2005YU55 iba a pasar rozando el planeta afectando a su campo gravitatorio, con consecuencias devastadoras para todos.
Hace unas semanas superamos la fecha cabalística del 12 del 12 del 12. No ocurrió gran cosa. Salvo los cataclismos originados por las políticas de Gallardón y Wert en Justicia y Educación.
El año pasado sobrevivimos sin contratiempos notables al 11 del 11 de 2011. No ocurrió nada a las 11 y 11 minutos de la mañana. Y eso que los más pesimistas pronosticaban que el asteroide 2005YU55 iba a pasar rozando el planeta afectando a su campo gravitatorio, con consecuencias devastadoras para todos.
Hace unas semanas superamos la fecha cabalística del 12 del 12 del 12. No ocurrió gran cosa. Salvo los cataclismos originados por las políticas de Gallardón y Wert en Justicia y Educación.
Ahora
acabando está el 2012, el día 21 va quedando atrás y con él el vaticinio
del fin del mundo por parte del calendario maya. Queda un puñado de horas para terminar el año.
Lo
que no sé es si con esta crisis que arrastramos, el apocalipsis particular ha empezado ya o no para todos aquellos que se han visto desahuciados
de sus casas por no poder pagar la hipoteca, o para aquellos hogares cuyos
miembros están todos en paro, o para aquellos enfermos dependientes a los que les está poniendo las cosas muy difíciles este gobierno...
En
todo caso, si acabamos el año sin mayores daños…
¡Feliz
2013!
Y
que la crisis y sus efectos, intencionados y no intencionados, terminen de una maldita vez.