viernes, 23 de octubre de 2020

Formación del Espíritu Nacional



Resulta que me envía un email Azahara Sánchez, redactora de La Sexta, para decirme que quiere hablar conmigo por una entrada que publiqué en mi blog hace ya unos cuantos años que versaba sobre aquella asignatura que dimos en el bachillerato antiguo: la Formación del Espíritu Nacional. Buscaba información sobre ello para una edición de La Sexta Columna con motivo del aniversario de la entrevista de Hitler y Franco en Hendaya que, presumiblemente, se emitiría hoy a las 21:30. Mantuvimos una conversación telefónica. Y quedamos en volver a conversar sobre ello si en la redacción estimaban conveniente incluir algún testimonio, dependiendo de la estructura final que que se quisiera dar, número de intervenciones, etc.

Bueno, pues... no he vuelto a tener noticias del asunto. Parece ser que el programa sí se emitirá esta noche. Lo que no sé es si se hablará de este tema. Estaremos pendientes.

En todo caso, he aprovechado esta circunstancia para revisar y remodelar aquella vieja entrada que hoy retomo aquí y que fue básicamente la información que en su día facilité a la redactora..
 
FEN 

En el Bachillerato antiguo —cursado entre los diez y los dieciséis años, más o menos había una asignatura obligada que se llamaba  Formación del Espíritu Nacional, a la que los chicos de entonces la llamábamos "Política", algo que no hacía mucha gracia a los profesores de esa materia, próximos a la Falange y al Movimiento Nacional, porque la palabra política o partido político les repugnaba ya que, según ellos, todos los males de España habían venido por la proliferación de partidos y formaciones de diferente signo. 

La Formación del Espíritu Nacional consistía en el adoctrinamiento de los estudiantes varones en los principios del franquismo. Era un intento de moldear conciencias y actitudes que iba paralelo al otro adoctrinamiento que se producía en el plano religioso con el catecismo. De esta forma quedaban bien diseñados los dos pilares, el político y el religioso, sobre los que se asentaba el nacionalcatolicismo. 
Hay que tener en cuenta que quienes impartían la asignatura eran instructores falangistas o próximos a este pensamiento, con unas metas predeterminadas bien claras, por lo que hablar de método pedagógico en sentido estricto era casi un disparate.  
La metodología de la asignatura estaba ceñida a un solo objetivo, que no era otro que inculcar machaconamente los fundamentos ideológicos del franquismo: nacionalismo identitario, la raza, las virtudes patrióticas, militarismo, tradicionalismo, antiliberalismo, exaltación del líder, etc., etc. (Algo muy en consonancia con el pensamiento nazi alemán y fascista italiano; es decir, con los socios naturales de Franco.) 



CONTENIDOS 

Las clases contaban con un manual de apoyo. El mío siempre fue de la editorial Doncel. Había lecturas, alguna poesía de Antonio Machado (curioso por su exilio), algún fragmento de El Quijote, leyendas heroicas como la de Guillermo Tell, algún episodio patriótico de nuestra historia pasada. El instructor solía partir de alguna de estas lecturas motivadoras para dar luego rienda suelta al adoctrinamiento menos disimulado. Se hablaba fundamentalmente de Viriato, de El Cid Campeador, de Los Reyes Católicos, del descubrimiento de América,  de la Guerra Civil a la que se la denominaba como una cruzada, todo ello mezclado con temas de "teoría política" en los que se trataba, por ejemplo, de las formas de gobierno y que, según la asignatura, se reducían a tres: monarquía, regencia y dictadura. Y nada más. No existían otras. Recuerdo que cuando se hablaba de la dictadura se decía que "era la forma idónea de gobierno". Se exaltaban los valores viriles, los actos heroicos, los de aquellos que dieron su vida por España (la de un bando) y los que fueron torturados y asesinados por el "terror rojo". Entre los héroes nacionales, además de los clásicos Viriato, don Pelayo o Hernán Cortés, estaban los generales Moscardó y Mola, el político derechista asesinado, José Calvo Sotelo, los falangistas José Antonio Primo de Rivera y Ramiro Ledesma Ramos, fundador de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) y, por supuesto, el más importante de todos, el "redentor" de la patria, el Generalísimo Francisco Franco. El hombre que, como Moisés guiando a su pueblo hacia la tierra prometida, había conseguido reconducir el camino de España por la senda del catolicismo, y recuperar nuestra grandeza imperial. 

Se aprendían también elementos institucionales sobre los que se asentaba el régimen, como por ejemplo la "democracia orgánica", un invento del sistema sin partidos políticos y sin libertades, con la "participación ciudadana" a través de familias, municipios y sindicatos verticales, donde el cabeza de familia votaba a unos señores candidatos a encabezar esos organismos, unos señores nombrados a dedo y que ya figuraban previamente en unas listas elaboradas por el régimen, quien considerada esto como la verdadera democracia ya que los partidos políticos eran tachados de nocivos para los supremos intereses de España. 

Muchos de los manuales de FEN fueron escritos por destacados hombres de letras de la época. Ello contribuyó a dar a su contenido un nivel intelectual y unas dosis de erudición que difícilmente se encontraba en otras materias. Y es que si había una asignatura realmente importante esa era la de FEN, porque se entendía que lo que se jugaba era la misma supervivencia del orden que acababan de implantar. Así encontramos a colaboradores como Manuel Fraga Iribarne, Torcuato Fernández Miranda, Jaime Capmany, Julián Marías, Dionisio Ridruejo, Pedro Laín Entralgo, Gonzalo Torrente Ballester, José María Sánchez Silva... La asignatura era considerada por los chicos como una de "las tres marías", junto a la Religión y a la Gimnasia. De forma paralela, al darse la segregación por sexos, las chicas se instruían en labores de cocina y costura para ser buenas amas de casa cuando se casaran. La asignatura para ellas recibía el nombre de "Hogar" y era impartida por profesoras de la Sección Femenina de Falange Española.

A finales de los 60, con el desarrollismo y la incorporación a cargos ministeriales de miembros del Opus Dei, Franco relegó a los falangistas a un segundo plano. La FEN entró en una línea descendente. Con la Ley General de Educación de 1970, la de Villar Palasí, que implantó la EGB y el BUP, esta "maría" desapareció de los planes de estudio. O sea que los alumnos que nacieron en los años 60 no tuvieron que aguantar este adoctrinamiento.

martes, 13 de octubre de 2020

Cuando España era rural


 

A principios del siglo pasado, un 70% aproximadamente de la población española vivía en pueblos; mientras que sólo un 30% de los españoles vivía en ciudades. Esta proporción, aunque fue variando con el paso de las primeras décadas, se mantuvo siempre a favor de las áreas rurales.

Y la España que salió de la guerra era una España rural.

Un gran porcentaje de la población, más de la mitad, vivía todavía en pueblos y aldeas, dedicándose a la agricultura o al cuidado del ganado.

Aún no se había producido el éxodo masivo del campo a la ciudad que tuvo lugar después.

No es de extrañar por ello que muchas letras de canciones se llenaran de caballos, caminos polvorientos, campos llenos de flores, carros y carretas.

Canciones campesinas para una España rural o para aquellos que, viviendo ya en ciudades, añoraban la vida sencilla del campo.

Veamos algunos ejemplos:

Mi jaca galopa y corta el viento
cuando pasa por el puerto
caminito de Jerez.

(Mi jaca)


Mi carro me lo robaron,
Estando de romería.
Mi carro me lo robaron,
Anoche cuando dormía.
¿Dónde estará mi carro?
¿Dónde estará mi carro?

(Mi carro)


Un cencerro le he comprado.
A mi vaca le ha gustado.
Se pasea por el campo,
Mata moscas con el rabo.
Tolón, tolón.
Tolón, tolón.

(Mi vaca lechera)


Corre, corre, caballito.
Trota por la carretera
No detengas tu carrera,
Que lleguemos tempranito.

(Corre caballito)


La luna se está peinando 
en los espejos del río.
Y un toro la está mirando 
entre la zarza escondío.

(La luna y el toro)


Doce cascabeles lleva mi caballo / por la carretera
y un par de claveles al pelo prendío / lleva mi romera.

(Doce cascabeles)


En el Coto Doñana han matao, mataron mi perro.
A una cierva entre la verde jara él iba siguiendo.
Por los contornos de Andalucía
No había otro perro como mi perro,
Ay, qué bonito cuando saltaba
Tras de las liebres por el romero.

(Ay, mi perro)


Dejaste el caballo y lumbre te di
y fueron dos verdes luceros de mayo
tus ojos pa mí.

(Ojos verdes)


Con un clavel granate temblando en la boca,
con una varita de mimbre en la mano,
por una verea que llega hasta el rio
iba Antonio Vargas Heredia el Gitano.

(Antonio Vargas Heredia)


Cuando por los campos de verdes chumberas
suenan las campanas de la madrugá
y salta a los montes la luna lunera
y a mi vera, vera te siento llegar.

(Pena mora)


Luego, a partir de los años sesenta, España se fue industrializando y las ciudades crecieron imparablemente. Iban llegando a raudales emigrantes de otros lugares del país. España cada vez era menos rural y más urbana. Se estaba transformando definitivamente: el sector primario se iba reduciendo en beneficio del secundario y del sector servicios. La llegada de capital extranjero con el fin del aislacionismo económico y cultural del régimen de Franco vino acompañado de profundas modificaciones en los gustos musicales. La canción popular basada en la copla fue desapareciendo o quedando arrinconada en reductos más tradicionales. Era el turno ahora de la canción juvenil, que empezó a irrumpir con fuerza de la mano de grupos de chicos de lengua inglesa que hacían furor entre la gente joven pues se sentían identificados con ellos: Los Beatles, Los Rolling, The Who, The Kinks. Y en España: Los Brincos, Los Bravos, Los Pekeniques...

Y la música popular se hizo urbana.

Y habitó entre nosotros.

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(Repesca y actualización de una entrada publicada en este blog el 20 de septiembre de 2010)