martes, 27 de marzo de 2012

Guadalajara no es Abisinia

Soldados haciéndose la foto con material incautado a los italianos.

Últimos días de marzo del año 1937.
En otra tentativa de aislar Madrid, los Republicanos españoles infligen a los italianos una grave derrota en la Batalla de Guadalajara.
Los italianos estaban crecidos, tenían la moral alta. Habían cosechado un gran triunfo en la campaña de Abisinia y posteriormente otro en Málaga. Además, el suyo era el ejército más moderno que operaba en la península. De esta manera, cuatro divisiones motorizadas avanzan hacia Madrid. Pueblo tras pueblo, van cayendo las posiciones en manos italianas, pero el avance es lento. La respuesta republicana es contundente, incluida la aviación. Los brigadistas internacionales acuden masivamente. La Brigada Garibaldi, antifascista, se enfrenta con sus compatriotas italianos. La derrota es aplastante y los fascistas italianos, temiendo por sus vidas, huyen en desbandada. Y eso que Mussolini había comunicado al Alto Mando italiano en España la orden de no volver con vida a Italia a menos que lograran la victoria.
Algunos italianos con gran sentido del humor incluso llegan a reconocerlo cuando dicen: “Huimos en desbandada con un valor increíble”.
La victoria republicana, su mayor éxito militar en toda la guerra, supondrá una humillación para el fascismo internacional y servirá para levantar la moral republicana.
El propio bando franquista reconocerá la valía de su enemigo con frases como “los españoles, aunque sean rojos, tienen cojones.”
La derrota fue tan radical que los españoles de ambos bandos les cantaban coplas ridiculizándoles.

Al general Bergonzoli que dirigía las tropas de la División Littorio le decían:

General de las derrotas:
si quieres tomar Trijueque,
no vengas con pelotones;
hay que venir ...con pelotas.

La canción más conocida es una versión de "Faccetta nera", la que cantaban los fascistas italianos en la ocupación de Abisinia, ahora "traducida" al castellano. La hay en versión nacional y en versión republicana:


(…)
Niña bonita, no te enamores,
deja que vengan los valientes españoles,
los italianos se marcharán
y de recuerdo un bebé te dejarán.


(...)
Guadalajara no es Abisinia,
allí los rojos tiramos bombas de piña.  
Los italianos se marcharán
y de recuerdo un cadáver dejarán.   




La canción italiana 



La "versión" española


viernes, 23 de marzo de 2012

El traje nuevo del emperador



Ya conocéis el célebre cuento de Andersen. Al emperador le han "vendido" una tela mágica que solo los inteligentes pueden verla y apreciarla, solo los inútiles para su cargo ven esa tela invisible. Así que para no ser menos que el emperador, nadie dice nada. Todos le ven desnudo, pero nadie se atreve a decirlo, por no quedar de tonto. Hasta que un niño se decide y dice: "¡Va desnudo!"
Eso mismo es lo que ha pasado con esta tomadura de pelo de arte moderno.
Hace poco me envió este vídeo el amigo bloguero Paco Hidalgo, desde Sevilla.
No tiene desperdicio.
También hay niños por medio. Gracias a ellos descubrimos que no estamos solos cuando decimos que algunas obras "de arte", encumbradas por los "expertos" son una tomadura de pelo.

domingo, 18 de marzo de 2012

Gran Hermano


Esta entrada está basada en otra que hice allá por
diciembre de 2010

1984 es el título de una novela de historia ficción de George Orwell, una “distopía” o “antiutopía” (porque las "utopías" suponen una alternativa feliz), producto de la guerra fría, de la psicosis nuclear y del miedo al totalitarismo estalinista. 
La novela se escribió al poco de terminar la Segunda Guerra Mundial. Se puede decir que para los que sobrevivieron a esta, ese año de 1984 quedaba muy lejos y se podía allí fijar una fecha para un futuro amenazante e incierto.
La novela se sitúa en una futura Inglaterra, donde el Partido Único promueve una feroz represión organizando la vida de sus ciudadanos de una forma tiránica, ejerciendo un absoluto control de sus acciones y pensamientos. El protagonista de la obra trabaja en un departamento cuyo objetivo es reescribir la historia, algo muy típico de las dictaduras. La labor que lleva a cabo “El Ministerio de la Verdad”, destruyendo todos los documentos que desmienten la historia oficial recuerda también a otra gran obra de historia ficción, Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.
Y es en esta obra donde aparece el “Gran Hermano”. Algunos creen que esto es una invención original de absurdos y degradantes programas morbosos y horteras de TV. El Gran Hermano te vigila. Ese símbolo de ojo que ves y que todo lo ve, instalado en cada minivivienda, especie de celda interactiva bajo control del omnipotente televisor. Símbolo del poder absoluto en una sociedad dirigida donde está prohibida la intimidad y la libertad individual. Una sociedad donde son canalizadas y controladas todas las actividades, todas las emociones… para crear gente con gustos e intereses muy parecidos, porque el objetivo que se persigue es el de consolidar el pensamiento único, y que todos los individuos caminen en la misma dirección…
La verdad es que aterra pensar que esto pueda ocurrir, pero este mundo tan globalizado dominado por los mercados, donde lo que interesa no es la cultura ni la originalidad ni la felicidad del individuo sino el aborregamiento de las masas productoras/consumidoras, con esas modas tan iguales en todas partes –en el vestir, en el comer, en el ocio- y esos programas tan reiterativos y soeces en todas las cadenas -precisamente aquí viene al pelo lo de "Gran Hermano"-, va encaminado hacia esa aberración del pensamiento único donde lo más importante no es la libertad individual ni la creatividad, sino seguir las líneas trazadas, acatar el orden establecido por los mercados que, al fin y al cabo, son los que mandan.

lunes, 12 de marzo de 2012

Bufones

Bufón Sebastián de Morra.
De Velázquez

En el blog Pinceladas de historia bejarana de la amiga bloguera Carmen Cascón Matas, su colaborador José Antonio Sánchez Paso y la propia Carmen, nos presentan en varias entregas un retrato de don Francés de Zúñiga, bufón en la corte de Carlos I.

En una de estas entradas, se nos relata la anécdota siguiente:

“En una fecha que bien pudo ser la del 2 de febrero de 1532 fue acuchillado y herido de muerte por unos desconocidos en alguna calle de Béjar. Con cuchilladas en la cabeza, brazos y manos, y una estocada en el lado izquierdo debajo de las costillas, don Francés fue llevado a su casa, donde su mujer, alarmada por el ruido, salió preguntando qué ocurría, a lo que el bufón, sin perder su humor siquiera en tan grave situación, respondió:

No es nada, señora, sino que han muerto a vuestro marido.”

Me gustó la anécdota y el personaje en cuestión me hizo reflexionar. Así que hice un comentario:

Como se dice coloquialmente: genio y figura...hasta la sepultura. Hace falta tener sentido del humor.
Ya no hay bufones como antes.
Antaño había ingenio.
Hoy, los modernos bufones son gente podrida de dinero y que salen por la tele en programas de cotilleo, para solaz y esparcimiento de gentes que no tienen otra cosa mejor que hacer. Solo que su nivel intelectual y su ingenio dejan mucho que desear.

Y Carmen respondió:

Entonces los bufones servían para solaz de la gente poderosa y con dinero y debían explotar muy bien su ingenio para poder llegar a ese punto de favoritismo o bien hacer uso de sus malformaciones físicas, que de todo había. Ahora son bufones del populacho, soeces y horteras, cutres monigotes de la sociedad que nos ha tocado vivir.
Saludos.



Así es. En esta sociedad dominada por los mercados, donde todo se vende y se compra, hasta la dignidad, se ha “democratizado” la figura de los bufones. Ya no es una exclusiva de los reyes ni de los poderosos. Ahora llegan con sus payasadas y sus historias a todo el mundo, gracias al poder omnímodo de la televisión, donde invaden todas las cadenas. Tampoco son ahora gente humilde, de escasos recursos económicos. Los bufones de ahora tienen unos buenos sueldos, aunque algunos pertenezcan a clases modestas. Los hay también que hasta tienen título nobiliario.... pero su ingenio brilla muchas veces por su ausencia. Eso sí, tienen audiencia. A la gente le sigue gustando que les entretengan con gracietas y cotilleos, solo que en muchos casos la chabacanería y el lenguaje soez han desplazado a la elegancia, al ingenio y a los buenos modales de aquellos bufones de antaño.

martes, 6 de marzo de 2012

Ratas

Imagen no repulsiva
Tomada de aquí

La rata es un animal inmundo que sintetiza todos nuestros miedos atávicos y nuestras fobias.
Miedo a la enfermedad, a que invadan nuestra intimidad, a que nos roben (El que roba es un "ratero" y el que asalta barcos es un "pi-rata"), a que nos hagan daño, a la muerte, a perder el control sobre nuestro destino… En nuestra memoria colectiva está siempre presente, responsable de multitud de oleadas epidémicas que asolaron Europa una y otra vez: la peste negra, con esa carga de miseria y de impotencia hacia la enfermedad, siempre unida a la guerra, al hambre, a la desesperación… portadora de la muerte que diezmó a Europa, jinete siniestro del apocalipsis…
Nuestra literatura tiene muestras suficientes, desde el Flautista de Hamelin, pasando por La rata de Venecia, de Patricia Highsmith; Las ratas, de Miguel Delibes; personajes repugnantes también en Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos
En algunos sitios, producto del hambre, está presente en los hábitos alimenticios.
Por ejemplo en diversos países asiáticos como Vietnam o Tailandia. En Vietnam es fácil encontrar puestos callejeros donde las venden a un precio que oscila entre 1euro y 2 el kilo. También se consumen en algunos países africanos como Malawi, donde se considera un manjar.
En Bihar, una localidad de la India, las autoridades aconsejaban hace poco el consumo de ratas ante la carencia de arroz. El objetivo del plan era doble: disminuir el número de ratas, responsables en parte de la escasez dada su voracidad y aumentar las reservas de grano. Las ratas se comen el 50 % de las reservas tanto en el campo como en los almacenes. 
Durante nuestra pasada guerra civil, la carne de rata era una manera de combatir el hambre que azotaba a la población ante la falta de abastecimientos.
Guarrerías gastronómicas aparte, también están presente en la obra de Les Luthiers, esos genios que van de negro como… las ratas.
Dice Marcos Mundstock:

"Al revisar la biografía de Johann Sebastian Mastropiero surge que todo un período de su existencia se vio ensombrecido por el alcohol, el que va de las 7 de la mañana a las 12 de la noche. Sin embargo, la historia de la música le debe gratitud a su afición por la bebida, ya que justamente estando borracho se abstenía de componer. Salvo la obra que escucharemos a continuación.
Ese día Mastropiero se hallaba en pleno "delirium tremens". En sus visiones se le aparecían terremotos en la India, guerras en Europa, niños hambrientos en África, y un hombre de voz chillona que vaticinaba diluvios, temporales y leve descenso de temperatura. Apagó el televisor. Volvió a sus alucinaciones habituales: las ratas. Se le presentaban, una vez más, la rata Renata y la rata Rita, con una historia de ratas expulsadas del reino. La fábula lo cautivó y se lanzó a componer su Oratorio para niños, opus 61, "Las Ratas", más conocido como el "Orratorio". Compuso con tal entusiasmo y celeridad, que al verlo trabajar nadie habría creído que estaba totalmente borracho. Escuchando la obra se cree perfectamente. Pese a todo, decidimos incluir la obra, tal vez identificados con su embriaguez poética, o solidarios con su lírica borrachera, o tal vez, eh... la verdad, hermano, no sabemos por qué."

viernes, 2 de marzo de 2012

Reflexiones blogueras en el tercer aniversario

                                   
                                
En el peor de los casos siempre se pueden plantar flores en su interior...

Este humilde blog comenzó su andadura hace exactamente tres años con la pretensión de ser un instrumento más de las clases de historia y al servicio de mis alumnos.
Como mi idea no solo era hablar de historia sino incluir también aspectos culturales relacionados de alguna manera con el momento histórico, no quise renunciar a esa oportunidad que me brindaba la blogosfera para abrir mi bitácora al mundo y permitir que otras personas pudieran participar con sus comentarios.
He de decir, muy a mi pesar, que el primer objetivo, es decir, el de servir de apoyo a mis alumnos, ha tenido unos resultados más bien modestos: pocos han sido los que de manera voluntaria se han acercado por aquí a leer, consultar u opinar -salvo una minoría de alumnos, por otra parte excelentes-. Cuando lo han hecho ha sido generalmente por obligación, como una tarea más impuesta desde clase, para descargar temas, textos para hacer actividades, etc.
El segundo objetivo, sin embargo, se ha cubierto con creces. Muchos han sido los participantes, los lectores, los que simplemente han pasado por aquí y los que han dejado su huella en forma de comentario. El nivel de estos seguidores, tanto intelectual como humano, ha sido en general elevado. Gente con inquietudes culturales y con un gran respeto a las opiniones ajenas.
Tampoco han faltado fanáticos e integristas -los menos- de todo credo y condición: fascistas, pronazis, franquistas, estalinistas... partidarios recalcitrantes del pensamiento único, quienes han visto también publicados sus comentarios, salvo cuando han recurrido al insulto o han hecho apología de la violencia o comentarios racistas. Eso no ha tenido ni tendrá nunca cabida en mi blog.
Entre mis asiduos visitantes están esos amigos incansables que publican en sus blogs una entrada diaria o casi diaria. Afortunados ellos por disponer de tiempo o de imaginación o de ambas cosas. A veces me veo apurado para comentar todo lo que publican. También está el caso contrario: el de los blogueros que apenas te comentan aunque tú sí lo hagas. Puede que sea porque tienen poco tiempo o porque consideran que no hay nada que comentar. Cada uno es muy libre, pero creo que en este mundillo nuestro siempre se agradece la reciprocidad.
Y de esta manera, durante estos tres años, hemos hablado de historia, pero también de otros temas: arte, sociedad, política, filosofía, religión, mitología, música, economía, literatura... incluso hemos hablado  alguna vez de gastronomía. 
Creo que hasta la fecha ha sido una tarea fecunda gracias siempre a la participación de muchos amigos: más de trescientas entradas publicadas y más de 300.000 visitas.
¿Estaré a punto de cubrir una etapa?
¡Quién sabe!
El tiempo, que es muy sabio, lo dirá.