lunes, 25 de junio de 2012

Suspensión temporal

Con permiso del amigo Forges

Este blog se toma vacaciones.
Y como aquella infanta dijo en su día, anuncio la "suspensión temporal", no de la "convivencia" porque pasaré a veros de vez en cuando, pero sí de la publicación de entradas.
Feliz verano a todos.

jueves, 21 de junio de 2012

Instancia marinera

Un almirante

El otro día, visitando el estupendo blog "El arte de la estrategia",  del amigo Carolus, me encontré con esta anécdota tan divertida.
La copio y pego tal cual porque merece la pena. Parece ser que a su autor este asunto le costó una querella por pitorreo.


"Instancia REAL dirigida al Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada el 28 de diciembre de 1980, Día de los Santos Inocentes, con motivo del nombramiento, por parte de ese Estado Mayor, de D. Juan de Borbón y Battenberg, como Almirante honorario de la Armada.  

EXCELENTÍSIMO SEÑOR ALMIRANTE JEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA ARMADA.- Madrid.
Fulano de Tal y Tal, mayor de edad, con domicilio en ................., con D.N.I. nº ............, expedido en Madrid el ........... de 19...., se dirige a V.E. y con el debido respeto 

EXPONE: 

Que a iniciativa del Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada y por Real Decreto 1636/1978 de la Jefatura del Estado, se ha nombrado a D. Juan de Borbón y Battemberg, "por su sereno patriotismo y amor permanente a España", Almirante honorario de la Armada.

Que el artículo 14 de la Constitución Española, sancionada por el Jefe del Estado y refrendada democráticamente por el pueblo, proclama la igualdad de todos los españoles ante la ley.

Que el abajo firmante desea recibir, también, la distinción de Almirante Honorario de la Armada y, aunque reconozca no tener el mérito de haber servido, con otros hijos de la Gran Bretaña, a la pérfida Albión en la Royal Navy de su Graciosa Majestad, ni haber presentado armas ante la Union Jack, (la enseña pirata que ondea en Gibraltar), alega en su favor los siguientes hechos:

A) Que tiene debidamente probado su amor a España a través de un patriotismo activo y se ha sentido atraído, siempre, por todo lo relacionado con la mar.

B) Que en su infancia iba vestido, preferentemente, con traje de marinero, pudiendo demostrarlo fotográficamente. 

C) Que en su juventud, previo entrenamiento en el embalse de la Playa de Madrid, participó, el Año Santo de 1950, en la peregrinación en piragua Palma de Mallorca - Roma, peregrinación que Su Santidad Pío XII calificó como "la más grande de este Año Santo de 1950 y quizá, de la historia" ; estando en posesión de la Cruz al Mérito Naval de 1ª clase, concedida por el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales y Caudillo de España, Francisco Franco (en ese Estado Mayor de la Armada obra abundante información sobre este asunto). 

D) Que del extenso repertorio culinario español, sus platos favoritos son las almejas a la marinera y el salpicón de mariscos, y de los extranjeros, la sopa de tortuga y la sopa de aleta de tiburón.

E) Que canta, con fervor místico, la zarzuela "Marina", de Camprodón y Arrieta, especialmente eso de “oliendo a brea, oliendo a brea...”, sometiéndose a prueba, si fuese preciso, ante el jurado que tenga a bien designar ese Estado Mayor de la Armada.

F) Que cuando come y cena, aunque sea fuera de su casa, tiene la costumbre de echar barcos en la sopa y no solamente en su plato sino, también, en los de los comensales vecinos, pudiendo aportar declaraciones juradas de amigos que atestiguarían este punto. 

G) Que sabe, y nunca se equivoca, que "babor" es la izquierda y "estribor", la derecha.

H) Que jamás utiliza expresiones como "mecachis en la mar" que incitan a la contaminación de las playas con indudable perjuicio para nuestro turismo.

I) Que está dispuesto a sufrir examen comparativo con D. Juan de Borbón y Battemberg en las materias que crea oportunas el Estado Mayor de la Armada.
Por lo anteriormente expuesto, SUPLICA a V.E., se digne dar las órdenes oportunas para que sean iniciados los trámites necesarios para concederle el título de Almirante Honorario de la Armada. 

Es gracia que espera alcanzar de la reconocida justicia de V.E. y que pide en Madrid a veintiocho de diciembre de 1980.

OTROSÍ DICE que en el supuesto improbable de que se estimara que los méritos alegados, pese a su entidad, no fuesen suficientes para merecer el título que anteriormente solicita, 

SUPLICA a V.E. que, alternativamente, se le conceda el nombramiento de grumete honorario. 
Gracia y justicia que reitera en el lugar y fecha ut supra."

domingo, 17 de junio de 2012

Juan de Escóiquiz, un personaje detestable


Juan de Escóiquiz es uno de esos personajes poco conocidos pero fundamentales en el devenir histórico porque desde las sombras han sabido manejar los hilos para beneficiarse personalmente de las decisiones que aparentemente han tomado otros, pero que obedecen a una maquinación personal fríamente calculada.
Preceptor de un joven Fernando VII por decisión de Godoy, quien pensaba que se trataba de un hombre humilde de gran cultura y que podía venir muy bien a la educación del joven príncipe. En realidad, bajo esa apariencia de hombre afable y comedido, se encontraba un ser despreciable, ambicioso e inmoral, sin ninguna vocación religiosa. Escóiquiz inculcó en su discípulo en provecho propio el fanatismo, la ambición y la degradación moral. Aunque pronto se le vio el plumero y fue apartado del joven príncipe por considerarse poco recomendable su influencia, continuó influyendo en él a distancia, formando parte de su camarilla de incondicionales. Participó junto al felón como cómplice en la Conspiración de El Escorial, nada menos que en la estrategia urdida por el hijo para desbancar al rey Carlos IV, su propio padre. Durante el Proceso de El Escorial, una vez descubierta la tostada, acusado por el propio príncipe, quien no tuvo escrúpulos en inculpar a sus compañeros de fechorías, se le desterró a un monasterio. Sin embargo, esto no duró mucho porque regresó poco después para acompañar a Fernando a Bayona y negociar la humillante abdicación de la corona frente a Napoleón. Tuvo la poca vergüenza de culpabilizar de todo el desastre a Godoy, siendo el principal instigador del Motín de Aranjuez. 
Gran admirador de Napoleón, las simpatías no eran mutuas por parte del corso quien, consciente de la bajeza moral del canónigo, se servía de él para sus fines, permitiéndose la licencia de darle un tirón de orejas y hasta llamarle tunante. Algo que en realidad no era ningún insulto sino una definición que encajaba con el talante del sujeto. 
Durante la Guerra de la Independencia vivió en Francia. Regresó con Fernando VII, recibiendo algún cargo como premio a sus servicios. Finalmente, “el Deseado”, cansado ya de él y no necesitando más sus servicios ni sus intrigas lo apartó de su lado confinándolo en Ronda, donde falleció en 1820.

miércoles, 13 de junio de 2012

De inquisidores, conversos y poetas


De todos es conocida la mala relación entre Quevedo y Góngora y cómo el primero, en afilados versos, arremetía contra el poeta cordobés, levantando sospechas sobre su fe religiosa : 

“Yo te untaré mis obras con tocino, 
porque no me las muerdas, Gongorilla. 
(...)
¿Por qué censuras tú la lengua griega 
siendo sólo rabí de la judía, 
cosa que tu nariz aun no lo niega?" 

Y a todos nos daba pena este ataque furibundo, lleno de intransigencia y mala uva, contra el poeta culterano,  temiendo que la Inquisición la tomara con él. 

Pero parece que Góngora no se quedaba atrás en este asunto… 

Recientemente (*) ha salido a la luz un manuscrito inédito del autor de Soledades, donde delata ante el Tribunal del Santo Oficio nada menos que al inquisidor Alonso Jiménez de Reynoso, acusándolo de amancebamiento con una mujerzuela que vivía en compañía de unas moriscas y para más señas en la calle de los Judíos. Según el paje del inquisidor, Álvaro de Vargas, doña María “entraba y salía” de la casa de Reynoso “muy de ordinario, y la tenía veinte y treinta días en un aposento alto que llaman de la Torre”. Añadía el paje que cuando el inquisidor  "dormía con la susodicha doña María lo echaba él de ver en quatro y seis camisas que había él mudado la noche y estaban tendidas a la mañana en el terrado para enjugallas del sudor, donde hallaba en las delanteras de las dichas camisas las inmundiçias y suçiedades hordinarias de semejantes actos". 

Al parecer, el tal inquisidor tampoco hacía ascos a mujeres casadas. El poeta halló en el Alcázar cordobés a Luisa de Grazia y le preguntó qué hacía allí, a lo que la dama respondió que “un negocio que tenía con el inquisidor Reynoso”. Y al preguntarle que si era secreto, ella con descaro respondió que “tan secreto que estaba debajo de las faldas”

El hallazgo de este manuscrito se debe a la hispanista Amelia de la Paz quien buceando entre cajas llenas de legajos del Archivo Histórico Nacional, en busca de documentos sobre la Inquisición, topa con el manuscrito en cuestión donde se habla de una visita que el poeta cordobés realizó al Tribunal del Santo Oficio de su localidad en 1597 para acusar al inquisidor más relevante de la ciudad, amigo suyo para más señas, de mantener relaciones poco apropiadas y nada edificantes para un cristiano de su categoría. Góngora comenta: “Lo tengo por mal cristiano. Y no lo digo por odio ni por enemistad, sino por el descargo de mi conciencia (…) que hago de ver que un inquisidor (…) el que más tiene obligación de dar buen ejemplo con su persona y costumbres (…) viva tan suelta y disolutamente, con tanto escándalo como tengo dicho y contra él se podrá probar.” 


¿Celo religioso? ¿O tal vez venganza?

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(*) Hablan de esto:
Abc/cultura. Edición impresa. Miércoles 30 de mayo de 2012. Artículo de Antonio Astorga.

lunes, 11 de junio de 2012

Manías, obsesiones y aficiones reales

Felipe V

Carlos II el Hechizado, el último de los Austrias, el rey que murió sin descendencia y que según la leyenda quedó maldito por beber un chocolate donde habían desleído los sesos de un cadáver, tenía la fea costumbre de ir al Panteón de El Escorial y hacer abrir los féretros de sus parientes para abrazarlos. Heredó esa manía tal vez de su antepasada Juana la Loca que, cuando murió Felipe el Hermoso, iba camino de Granada por tierras castellanas a pie, como alma en pena, y siempre junto al féretro de su marido. Por cierto que esta reina, si cabe más enamorada que loca, tenía otra afición que era la de parir como una coneja y en cualquier parte. A su hijo Carlos, el futuro emperador de España y de Alemania, lo parió en un retrete en Gante, durante una fiesta a la que había asistido, a pesar de su avanzado estado de gestación, para vigilar al calavera de su marido. Así que se puede decir que Carlos V, todo un emperador, nació en el váter. Muchos pobres han tenido un nacimiento más decente. 
 Felipe V de Borbón, el nieto de Luis XIV, que tras la guerra de sucesión inició esa dinastía en nuestro país, enfermó de “melancolía” y tenía depresiones. Y eso que de la melancolía a veces lo aliviaba Farinelli, “il castrato”, con su maravillosa voz. Pero la cosa se fue agudizando y el monarca se fue desentendiendo de los asuntos de gobierno, algo que recayó en manos de sus ministros y de su propia mujer -la segunda-  Isabel de Farnesio. Un día que salió a cabalgar por la mañana regresó diciendo que el sol le había atacado. Tal era su creciente enfermedad mental que llegó a tener serias dudas de si estaba vivo o muerto y enterrado. Y preguntaba sobre ello a sus guardias. Confundía el día con la noche. Mandaba servir el desayuno tras la puesta del sol y la comida a las 12 de la noche. A las ocho de la mañana disponía que trajeran la cena. Por la noche encendía todas las luces y no dormía. De día mandaba cerrar todas las ventanas y echaba las cortinas para que no entrara la luz del sol. En verano se arropaba con mantas y en invierno abría las ventanas. Apenas se cambiaba de ropa y no se lavaba ni afeitaba. No se cortaba las uñas. Se mordía los brazos de ansiedad. Parte de sus manías y de sus depresiones las heredó su hijo Fernando VI, quien cuando murió su esposa Bárbara de Braganza, se pasaba las noches aullando como un lobo por los pasillos del castillo de Villaviciosa de Odón.
 Los borbones en general tenían una afición común: satisfacer su voraz apetito sexual y con frecuencia engendrar o parir hijos habidos en relaciones con plebeyos. Un deporte al que se sumaron entusiastamente prácticamente todos, empezando por Fernando VII quien, aparte de las cuatro esposas consecutivas que tuvo, frecuentaba también la casa de Pepa La Malagueña; siguiendo con Isabel II y su numerosa prole atribuida oficialmente a Francisco de Asís, alias Paquita, y continuando con su hijo y su nieto, ambos Alfonsos, aficionados a hacer escapadas por el Madrid nocturno y también a echarse amantes del mundo del espectáculo. Alfonso XIII, por su parte, era muy aficionado al erotismo y tenía una buena colección de cine pornográfico, empleando al conde de Romanones como intermediario para hacerse grabar películas de alta calidad, las primeras en España en los años 20, algo muy novedoso en aquellos tiempos. Y hablando de aficiones y deportes, hasta tenemos un caso de rey “cazador” por tierras lejanas; aunque, según él mismo ha comentado, fue una equivocación y  “no volverá a ocurrir.”

viernes, 8 de junio de 2012

Favila y el oso


Favila: hijo de don Pelayo, que reinó en Asturias desde 737 al 739 y que murió prematuramente. Mandó construir en Cangas de Onís una iglesia donde albergar la cruz de roble que su padre usó como estandarte en la Batalla de Covadonga.
Pasará a la historia, no por sus hazañas gloriosas ni por fundar una iglesia, sino simplemente porque lo mató un oso. Al parecer era muy aficionado a la caza y en ella encontró su estúpido final.

- Favila: ¿quién fue? ¿Qué hizo?
-Pues nada, uno al que lo despedazó un oso.

Y por esta gesta pasó a la historia.
Aunque más de uno piensa que no hubo ningún oso y que fue un asesinato político.
Según una vieja leyenda (*):
"El rey subió por un monte que está cerca de la vega, que se llama sobremonte al lugar de Helgueras, metióse en un vallecillo que hace ese monte y yendo sólo se topó con un oso; osada y atrevidamente, soltando el pájaro que llevaba echó mano de su espada y embrazó el pavés, cerró con el oso dándole una estocada por los pechos o hijadas, más no bastó en quitar al oso que no se abrazase con el rey, y le hiriese hasta matarle sin tener quien le ayudase. En el lugar donde los suyos le hallaron muerto está hoy una cruz."

Sea como fuere, lo cierto es que en el habla popular ha quedado para siempre grabada la expresión: "Espabila, Favila, que te coge el oso."
Como anécdota curiosa, comentar que el Ateneo Republicano de Asturias celebra año tras año este acontecimiento. Un homenaje al oso, "el primer republicano" según ellos, que fue capaz de terminar con un rey.
El año pasado fue prohibida esta conmemoración.

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(*) Fray Prudencio de Sandoval en Historia de los cinco obispos,(1639)

lunes, 4 de junio de 2012

Tampoco murieron en combate

Allan Pinkerton

Al igual que Atila, estos personajes no murieron en combate.
Os propongo un nuevo juego:
Adivina quién murió en cada caso y de qué manera.
Empareja cada número con su letra correspondiente.

 LAS PISTAS:

 1.- Antes de llegar a su último cargo llevaba una sencilla vida como monje benedictino, pero pereció el 13 de julio de 939 de un infarto mientras mantenía relaciones sexuales.

 2.- Este personaje, famoso por su presunta impotencia, murió el 11 de diciembre de 1474 de una úlcera gástrica, aunque hay quien dice que pudo ser envenenado.

 3.- Su muerte oficial ocurrió de madrugada un día 20. El cuadro médico habla de una aguda peritonitis bacteriana, una disfunción renal, paro cardiaco, tromboflebitis y enfermedad de Párkinson.

 4.- Su muerte se produjo a causa de un infarto, mientras practicaba el acto sexual con su secretaria Megan Marshak, de 45 años.

 5.- Creador de la primera agencia de detectives. Un día se resbaló, se mordió la lengua, se le infectó la herida y ello le llevó a la tumba. (Gracias, Javier)

 6.- Falleció en Barcelona atropellado de la manera más tonta por un tranvía que iba a la "increíble" velocidad de 10 km por hora.

 7.- Presidente de la República Francesa. La muerte le sobrevino cuando su amante le realizaba una felación.

 8.- Murió por acercarse demasiado al Vesubio en plena erupción (Gracias, Paco)

 9.- Murió en Valencia entre mayo y julio de 1099 debido a unas fiebres.

 10.- Un hombre que se jugó la vida en multitud de ocasiones, parece ser que murió en el hospital tras un accidente de tráfico, aunque hay quien dice que alguien le puso veneno en el suero.


11.-Este dramaturgo, según la versión oficial, murió asfixiado en su cuarto de baño al tratar de abrir un bote con la boca y tragarse el tapón.

12.- Se cayó de su caballo al agua cuando atravesaba un río o tal vez se lanzó a beber sediento de sed. El caso es que como llevaba una pesada armadura, se hundió como un yunque y murió ahogado.


13.-Amigo de los placeres mundanos, murió al parecer a consecuencia de una paliza que le propinó un marido ofendido quien le sorprendió in fraganti con su mujer. Las versiones más suaves dicen que murió de una apoplejía mientras "compartía cama con una mujer".




 LOS PERSONAJES (en otro orden, claro):

A.- Enrique IV de Castilla.
B.- Francisco Franco.
C.- Papa León VII.
D.- Allan Pinkerton.
E.- Nelson Rockefeller.
F.- Félix Faure.
G.- General Patton.
H.- El Cid Campeador.
I.- Plinio el Viejo.
J.- Antoni Gaudí.
K.- Federico Barbarroja.
L.- Papa Juan XII
M.-Tennessee Willians.

¡Hala! A emparejar letras con números.
Los comentarios se publicarán cuando pase un tiempo prudencial.