9 de enero de 1837: el poeta, narrador y dramaturgo ruso Aleksandr Pushkin resultó gravemente herido en un duelo.
Curiosamente, el escritor había descrito algunos en sus obras. Y esta vez le tocó sufrirlo en carne propia. Retó a un militar francés que cortejaba a su esposa a un duelo a pistola. Parece ser que le trucaron su arma para que no pudiera hacer puntería y recibió un balazo de su contrincante que le costó la vida.
El duelo era costumbre muy arraigada socialmente en Europa. Una “moda” que abarcaba desde el siglo XV al XX.
Era una manera de dirimir asuntos personales a través de un combate entre caballeros con armas capaces de dar muerte y con el propósito de lavar el honor mancillado, normalmente bajo unas reglas estrictas y en presencia de padrinos, cuya función consistía en velar para que el duelo se produjera con garantías.
El objetivo final del duelo no era necesariamente buscar la muerte del adversario, sino una reparación del honor que se había manchado. Muchos de ellos concluían “a primera sangre”, sin necesidad de que hubiera lugar para continuarlo hasta la muerte de uno de los contendientes.
En España hubo un duelo muy famoso en 1870, el llamado “Duelo de Carabanchel”, entre Antonio de Orleans, el duque de Montpensier, aspirante al trono español durante el sexenio democrático, y el duque de Sevilla, Enrique de Borbón. El primero perdió su oportunidad de reinar y el segundo, su vida.
Sin embargo, no estaba mal vista socialmente esta forma de dirimir las diferencias entre caballeros. Todo lo contrario, aumentaba la respetabilidad hacia aquellos que salían victoriosos de estos enfrentamientos.
En el siglo XX dejó de considerarse una forma legítima de lavar la honra para pasar a ser considerado como un acto ilegal, un delito.
Trasladado a nuestros tiempos sería como dirimir las cuitas a "hostias" pero más refinado y elegante. ¿Se solían hacer al alba?
ResponderEliminarUn saludo
Era más refinado y elegante aquello, pero la cosa solía acabar mal.
EliminarLo de hacerlo a primera hora de la mañana parece una costumbre muy extendida.
Un saludo, Félix.
El duelo entre los dos pretendientes que acabó con la muerte de Enrique de Borbón es uno de los más sonados y que más profundamente ha quedado grabado en el imaginario popular. También el ilustre y gruñón don Francisco de Quevedo fue muy aficionado a esta forma de reparar el honor perdido. ¿Honor? una palabra que parece haber perdido su sentido en la España de hoy.
ResponderEliminarUn saludo
Hoy los caballeros no existen, la palabra dada no vale nada si no se firma ante notario. Otros tiempos, ni mejores ni peores. Otros.
EliminarUn saludo.
Los duelos a pistola ya no tenían el mismo encanto. A mí me gustaban rapière en mano. Bueno, ahora ya no se baten, simplemente se asesinan. Hay quien sigue llevando muy mal lo de los cuernos.
ResponderEliminarFeliz día, monsieur
Bisous
Lo de los cuernos siempre se ha llevado mal, sobre todo por lo que tiene de engaño a espaldas de otro o de otra. Ahora en vez de duelos hay pleitos o ajustes de cuentas. Otros tiempos.
EliminarUn saludo.
Arratsaldeon Cayetano:
ResponderEliminarTema interesante el de los duelos ya que asi podrian haber dirimido sus cuitas los entonces poderosos reyes, que entre ellos se conocian muy bien pero preferian que se mataran otros que no se conocian.
Si los duelos se hubieran dado entre las testas coronadas otro gallo cantaria a esta ya muy envejecida y envilecida Europa.
Entonces este tipo de luchas aunque en desuso se miraban casi con buenos ojos.. ahhiii que romantico!!!, si pero no ,al fin al cabo corrio mas sangre que tinta , como siempre.
Un saludo Cayetano.
Posdata: Ni ere Charlie naiz (je suis charlie)
Los romanticismos siempre acababan mal. Si no había duelo, alguien se cescerrajaba un tiro frente al espejo o se tiraba por un precipicio. El caso era dar la nota, llamar la atención.
EliminarUn saludo.
Otro camorrista bueno, que hizo uso de los duelos, fue Vicente Blasco Ibáñez.
ResponderEliminarMi abuelo paterno emigró a Argentina y coincidió con él en varias ocasiones. Tenía un concepto pésimo del personaje al que llamaba de todo menos bonito.
Todo esto al margen de que fue un notable escritor.
Un abrazo, Cayetano.
Los escritores y los artistas solían ser gente difícil e incluso intratable. Les juzgaremos pues por su obra no por sus "habilidades sociales".
EliminarUn abrazo, Antonio.
!Que románticos eran aquellos duelos!. Aunque en realidad todos perdían.... menos aquella por la que se batían. Uno moría como consecuencia de una certera bala y el otro se iba a casa con el honor repuesto a seguir compartiendo su vida con la causante del ultraje.
ResponderEliminarDisculpa, creo que he dejado volar la imaginación. Los hombres se retaban a duelo por muchas causas, no sólo por las infidelidades.
Saludos
Eran románticos sobre todo por la época en la que abundaron mucho (Romanticismo). Y sí, no ganaba nadie. En el fondo, todos perdían algo, incluso la vida.
EliminarUn saludo, Ambar.
Kaixo Cayetano:
ResponderEliminarMuchas de las veces la parte perdedora del duelo moria al cabo de los dias no por que la bala no hubiera acertado en los organos vitales a veces bastaba que la bala quedara alojada en el hombro o la pantorrilla para que la victima muriera de tetanos o infecciones producidas por la polvora que habia sido utilizada ( casi hasta finales del siglo XIX los heridos de bala en batalla morian dias despues debido aesta causa)
Muy romantico sera palmarla de certero balazo pero despues de sufrir la mala punteria del contrario entre atroces dolores producidos por la gangrena de los miembros varios dias hasta que finas en medio de la locura no es para “na “ romantico.
Al fin y al cabo los duelos eran un coletazo de la pasada epoca feudal de esos esplendorosos caballeros con sus pendones al viento que terminaron sus dias en Azincourt o Crecy derribados por unas certeras flechas disparadas por unos labriegos anglosajones y los adeptos posteriores unos romanticones sin una pizca de sentido comun.
Un saludo Cayetano
Romántico por la época. Estaban de moda los suelos, los pistoletazos en la sien y esas cosas. La vida vale mucho como para cambiarla por nada.
EliminarUn saludo.
Si muchos políticos dirimieran sus diferencias de esta manera, el pueblo lo agradeceríamos. Es mas, si fuera entre politicos de varias naciones, tal vez se evitarían guerras. ¿Imaginais un duelo entre Hitler y Stalin? El ganador siempre sería la humanidad. Tal vez sea buena idea el resulcitarlo solo para politicos, incluidos los "anticaspa", perdón "anticasta", que también son muy casposos.
ResponderEliminarDe hecho, Espartaco montaba duelos a muerte entre los patricios capturados, para deleite y disfrute de sus huestes.
Un saludo
No estaría mal que los gobernantes dirimieran así sus diferencias en vez de empujar a sus ciudadanos o súbditos a la guerra. En cuanto a los que hablan de la "casta" ya les criticaré si llugan a gobernar, no antes.
EliminarUn saludo.
Que manía la nuestra de resolver los problemas y diferencias a fuerza de golpes, disparos, bombas...disponiendo de herramientas como la comunicación, la tolerancia o el respeto...A las malas, malas, y como último recurso, también podemos pasar del tema. Total en una semana nadie lo recordará.
ResponderEliminarBesotes.
Permíteme una reflexión poética sobre el florete, que tanto se utilizó en los duelos:
ResponderEliminarEl florete
El uso del florete requiere saber geometría
del espacio y del plano, conocer las tangencias
y trazados regulares, dibujar paralelas
y hacer segmentos al viento como líneas rutilantes.
Es de gran eficacia la tirada adelante
lanzada a doble golpe si quieres asesinar.
El primer toque hiere y, si el rival se inclina,
hay que echar la segunda tirada como si fuera un axioma
directamente al corazón y clavar muy adentro.
Si vas a emprender un duelo de sangre preliminar
con un solo golpe basta para resolver la lucha,
es coreografía, es un arte elegante
que tiñe de color rojo el honor del vencido
y el estéril orgullo del invicto criminal.
Francesc Cornadó
Original y virtuoso comentario sobre el duelo a florete. ¿Se le llamará así porque al pinchar al contrincante dibuja en su camisa blanca una flor de muerte?
EliminarUn saludo, Francesc.
Una flor de lis
EliminarPara lavar el honor el Dixan lo deja mas blanco que ninguno....Una forma bastante absurda de ir a criar malvas.
ResponderEliminarSaludos
Morir por chorradas que además no tienen remedio. Si te ponen los cuernos, ahí seguirán en el recuerdo.
EliminarEn todo caso, yo prefiero el jabón "Lagarto".
Un saludo.
La sangre no suele ser buen detergente para lavar afrentas.
ResponderEliminarPor el contrario, pienso que ensucia más al ofendido.
Buen fin de semana, Cayetano.
Abrazo!!!
Y además deja todo perdido.
EliminarUn abrazo, Enrique.
No entiendo como la sangre puede limpiar el honor.
ResponderEliminarLa sangre deja una mancha imborrable; dolor.
Besos
Eran otros tiempos. Lo chocante es que hoy todavía haya gente que quiera lavar su honor derramando sangre ajena.
EliminarUn abrazo, Arantza.
Je, je. El tem del honor casa al dedillo con un chiste que acabo de oír :
ResponderEliminarUn tipo empieza a llorar en presencia de su esposa.
- Pero Manolo, ¿ que te pasa ahora ?.
- Maria, ¿ recuerdas cuando tu padre me dijo que o me casaba contigo o iría veinte años a la cárcel ?.
- Si.
- ¡¡ Pues hoy, hoy habría salido en libertad !!.
El honor es un concepto muy discutible, sobre todo, cuando depende del comportamiento de otra persona.
Un abrazo.
La cadena perpetua es indudablemente peor.
EliminarUn abrazo, Rodericus.
Hola Cayetano:
ResponderEliminarPienso como el comentarista anterior. El honor es un concepto discutible. Mira los políticos...
Escribí ayer...Quien sabe...Los duendes de blogger no tienen honor :D
Saludos
El honor, la caballerosidad, la palabra dada... son valores de una época pasada. Hoy, la honorabilidad, la honradez... están en entredicho. Y algunos, como bien señalas, son expertos en decir una cosa y hacer otra.
EliminarUn saludo, Manuel.
En nombre del honor, esa cualidad moral que, como bien dices, parece pertenecer cada vez más a épocas pasadas, también se han justificado conductas que a luz de la modernidad no parecen ser tan honorables. Todo depende del contexto...y es la historia la que nos lo brinda para poder poner estas cosas en valor. De otro modo, resultan incomprensibles. Saludos, Cayetano!
ResponderEliminarClaro. Habrá que ver cada caso. En líneas generales era una manera de entender la vida, con su código de conducta. Otros tiempos.
EliminarUn saludo, Patzy.
Honor? jejeje que es eso? se come? jejeje
ResponderEliminarbueno, la verdad que me parece una costumbre salvaje, en todo caso preferiria que se resuelvan las cosas a puños y con puntajes para evitar el mayor daño posible o si es posible con una actividad deportiva jejejeje
Y a ser posible, resolver todas las diferencias entre personas pacíficamente.
EliminarUn saludo, Gary Rivera.
Si de duelos se habla nunca dejo de irme a los del Siglo de Oro, única forma de defender la honra de una mujer deshonrada o de la tuya propia. La verdad es que había que ser muy valiente para batirse en duelo. Pero no se concebía socialmente haber sido insultado y no desafiar al contrincante. El que no lo hacía pasaba a ser un paria, un gallina.
ResponderEliminarEjemplos reales hay muchos y literarios también. Del primero traería aquí otro famoso duelo del siglo XIX, el que enfrentó a uno de los protagonistas de La Gloriosa, el almirante Topete, y a un hacha de las letras, Campoamor. La lucha se dirimió a sable y lo sorprendente es que el herido fue el almirante con una cuchillada que llevó toda la vida en el rostro. El poeta se marchó de rositas y el damnificado nunca quiso volver a hablar del asunto.
En la literatura me quedo con el duelo entre el bueno de Víctor Quintanar, el marido de Ana Ozores, La Regenta, y el conquistador de Álvaro Mejía. Es un ejemplo de duelo por el qué dirán, por lavar la honra.
Un saludo
Era algo entre caballeros. La gente de condición humilde no se batía, simplemente tiraba de cuchillo o de garrota. El cuadro de Goya "Duelo a garrotazos" es un exponente claro de esa España villana que entendía los duelos a palo limpio.
EliminarUn saludo, Carmen.
Por mucho glamour que le demos un duelo es resolver un problema de forma violenta. Y es que los humanos tenemos una tendencia (no se si inevitable) a utilizar la violencia .... solo los físicamente débiles, renunciamos a este recurso (a lo mejor por que tenemos las de perder). Curiosamente esto ocurre en el mundo masculino, en las mujeres el recurso a la violencia no está tan generalizado.
ResponderEliminarYo solo soy partidario de los duelos si los entablan líderes mundiales que prefieren batirse entre ellos a someter a sus pueblos a una larga y cruel guerra. Pero va a ser que no.
EliminarSobre lo de los "físicamente débiles", recuerda que también había duelos a pistola. Había mucho "flojucho" con buena puntería y peor mala leche.
En todo caso, mejor solucionar las diferencias pacíficamente y no a garrotazos como en el cuadro de Goya.
Un saludo, Manuel.
Recuerde usted que Carlos V desafió a Francisco I para resolver sus diferencias.
ResponderEliminarInteresante artículo, don Cayetano.
Algo que deberían aprender otros gobernantes y dejar a los ciudadanos tranquilos.
EliminarUn saludo, Retablo.