domingo, 18 de enero de 2015

Expulsados

Embarque de moriscos en el puerto del Grao de Valencia

La expulsión de los moriscos fue una operación ordenada por Felipe III y que empezó de forma escalonada entre 1609 y 1610. 
Primero fueron los de Valencia, luego los de Extremadura, Andalucía, las dos Castillas, Aragón, Murcia… En total, unas 300.000 personas, en una España de poco más de ocho millones y medio de habitantes. 
La rebelión de las Alpujarras de los moriscos granadinos provocó mucha animadversión hacia este colectivo, también las incursiones de los piratas berberiscos en la costa levantina. Muchos veían en todo ello una colaboración de los moriscos peninsulares con los turcos, una “quinta columna” latente dentro del territorio cristiano. 
Algunos caldearon el ambiente con declaraciones incendiarias nada cristianas ni piadosas. 
Jaime Bleda, el inquisidor de Valencia, era partidario de una masacre colectiva o, en su defecto, de una expulsión total. Propuso vender 50.000 moriscos a las Indias a 400 escudos cada uno, como suelen venderse los negros, lo que redundaría en beneficio de las arcas reales y aliviaría “pechos y alcabalas”. O si no “quitar la vida a los mayores y confiscar las haziendas y que todo lo que se dize para entretener y alargar es sophistería de los defensores, con que procuran de llevar engañados a los ministros reales muchos años ha”. (1) 
El arzobispo de Valencia, Juan de Ribera, santo para la Iglesia católica, pretendía nada menos que se esclavizara a todos los varones y enviarlos a las minas a las Indias. Llegando a sostener que sería licito exterminar físicamente a quienes considera apóstatas y traidores, pero lo desaconseja "porque el degollar tanta gente causaría general horror y lástima" (2). 
Su opción final vuelve a ser la expulsión. 
Un decreto real la ordenaba: 
"Primeramente, que todos los moriscos deste reino, así hombres como mugeres, con sus hijos, dentro de tres dias de como fuere publicado este bando en los lugares donde cada uno vive y tiene su casa, salgan dél, y vayan á embarcarse á la parte donde el comisario, que fuere á tratar desto, les ordenare, siguiéndole y sus órdenes; llevando consigo de sus haciendas los muebles, lo que pudieren en sus personas, para embarcarse en las galeras y navíos…”(3) 
Lo tuvieron que dejar todo, el trabajo, los hogares, las pertenencias que no pudieron llevar consigo. Y rápido. Todo en pocos días… 
"Que cualquiera de los dichos moriscos que publicado este bando, y cumplidos los tres días fuese hallado desmandado fuera de su propio lugar, por caminos ó otros lugares hasta que sea hecha la primera embarcación, pueda cualquiera persona, sin incurrir en pena alguna, prenderle y desbalijarle, entregándole al Justicia del lugar mas cercano, y si se defendiere lo pueda matar.” 
Los caminos quedaron sembrados de cadáveres de muchos que no llegaron a embarcar y que fueron asaltados y robados por turbas de gente enloquecida y sedienta de sangre. 
La expulsión que se inició en 1609 fue un fracaso en todos los sentidos. 
Un fracaso económico y demográfico que supuso la ruina para la economía española. Pero también un fracaso moral. Y ese es más difícil de subsanar. El tiempo no lo cura todo. 
___________________
 (1) Notas sobre la predicación e instrucción religiosa de los moriscos en Valencia a principios del siglo XVII, Eugenio Císcar Pallarés. Pág. 209 Revista de historia moderna, ISSN 0210-9093, Nº 15, 1989, págs. 205-244 
(2) Citado en http://moriscostunez.blogspot.com.es/2008/12/juan-de-ribera-fue-una-figura-clave-en.html 
(3) Bando general de expulsión de los moriscos, 22 de septiembre de 1609. Folio 34 de la Mano 50 de Mandamientos y embargos de la corte civil de Valencia del año 1611.

34 comentarios:

  1. Los fanatismos producen eso: Daño moral. Y este es más complicado de reparar.

    Saludos Cayetano

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  2. Decía un filósofo que lo malo de Dios es la gente con la que anda. Un abrazo

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    1. Sobre todo los que dicen actuar en su nombre. Para echarse a temblar.
      Un saludo, Antorelo.

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  3. La intolerancia y los fanatismos no cesan, se extienden a lo largo de los tiempos y por muchos países, fue en la España del siglo XVII con los moriscos, en la Alemania nazi con los judíos, en la Turquía entre 1915 y 1923 con el genocidio armenio con la deportación y exterminio de un millón y medio y dos millones de personas practicado por los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano, fue con la expulsión de los judíos en España, con el exterminio de los pieles rojas en América del Norte, con las matanzas de Pol Pot en Camboya, etc. La intolerancia continua, la sinrazón, la barbarie, los integrismos y el fanatismo. Un desastre.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Y parece que esto no tiene trazas de mejorar. Debe ser el sino de nuestra especie.
      Un saludo, Francesc.

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  4. Los "Dioses" deben andar muy mosqueados. En su nombre se cometen tantas injusticias...
    Besos

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    1. Pasado, presente y futuro... Nada mejor que tener un dios a mano para justificar cualquier burrada.
      Un abrazo, Arantza.

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  5. Dios y los que lo rodean. Cualquier cosa y causa que venga de Dios está justificada.
    El fanatismo y la religión como medio para conseguir poder y riqueza.
    Siempre será igual y las consecuencias siempre las mismas.
    Un abrazo.

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    1. Siempre digo que las religiones no te hacen necesariamente bueno ni malo; pero que en su nombre se hicieron y se siguen haciendo barbaridades nadie lo puede negar.
      Un abrazo.

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  6. Un éxodo del que nuestros antepasados no han de estar orgullosos. Episodio triste que abarcó cada metro cuadrado de aquella piel de toro. Bueno que lo traigas a tu rincón, hay que tener memoria.
    Un saludo

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    1. Una vergüenza y una medida equivocada. Hoy sabemos de detrás de la expulsión andaba un sinvergüenza, el duque de Lerma, un corrupto que se lucró con las propiedades de los que abandonaron forzosamente el país.
      Saludos, Félix.

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  7. Uno de los mayores exilios de la historia. Una razones religiosas y de lealtad/estabilidad (guerra de las Alpujarras) que dejaron desiertas y sin mano de obra a grandes zonas de España, en especial en el Levante lo que aceleró el empobrecimiento y el retraso económicas de dichas comarcas que se quedaron sin los especialistas de industrias como la de la seda. Solo algunas zonas, como la del Ducado de Pastrana, repoblada con portugueses por iniciativa propia de su Duque, fueorn capaces de hacer frente a este golpe.

    Un saludo

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    1. Y una ocasión para que el mayor sinvergüenza del país, Francisco de Sandoval y Rojas, sacará una buena tajada de ello, aunque el coste para España fuera tremendo. Hoy nos sonaría a plena actualidad.
      Un saludo.

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  8. La intolerancia no es flor de otoño ni capricho de la modernidad, sino que hunde sus raíces en la lejana historia. ¡Cómo somos!
    Un abrazo

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    1. No será ni el primero ni el último caso.
      Y parece que no aprendemos.
      Un abrazo, Francisco.

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  9. Hoy es un día de tanta gravedad institucional en mi país que, querido amigo, no puedo por primera vez, desde que visito tu blog, concentrarme en la lectura de tu artículo...sólo te envío un saludo para que sepas que, no obstante, siempre te acompaño en tus publicaciones, y que esta la leeré luego con más detenimiento. Gran abrazo.

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    1. Parece que está la cosa algo agitada por tu pais y que hallaron muerto a un fiscal. ¿Suicidio? ¿Ajuste de cuentas?
      Esperemos que no sea nada grave y que todo vuelva a su cauce.
      Un abrazo.

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  10. La intolerancia suele conducir al odio y el odio a la barbarie. Seguimos sin respetarnos, seguimos comprendernos, seguimos sin aprender.

    Buena entrada cayetano

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    1. Pero algo hemos avanzado gracias a que la gente es más crítica y no se deja llevar por el primer energúmeno -léase duque de Lerma- que venga.
      Un saludo, Ambar.

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  11. He leído bastante sobre la expulsión en Valencia, y desde luego fue la ruina económica de este reino, amén de lo bárbaro de expulsar a tanta gente de sus casas y embarcarla... Jaume Bleba y el Patriarca Ribera, si hay infierno (que no lo hay), arderán en él.

    Salud!

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    1. Se van a librar del infierno esos señores al igual que los terroristas que esperan el paraíso lleno de vírgenes. Al final van a tener hasta suerte.

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  12. Significaban un enemigo dentro del estado que había que eliminar a toda costa por el peligro que suponían sus enñlaces con el Imperio Otomano, azote del Mediterráneo. Pero lo que está claro es que su expulsión trajo más perjuicios que beneficios. Parte de la crisis del siglo XVII se genera de la despoblación de los campos valencianos y el abandono de sus productivas huertas, base de la maltrecha economía de subsistencia en estos lares.
    Pero de eso hace ya cuatrocientos años. ¡No me digas que no hemos aprendido desde entonces! No me des esa mala noticia.
    Un saludo

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    1. Y pasaba como ahora. La mayoría eran gente corriente que lo único que querían era sacar a sus familias adelante, no dedicarse a locas aventuras de conspiraciones y demás. Algo habremos aprendido. Quiero creerlo. En lo que no hemos cambiado tanto es en lo manipulable que es la gente con estos asuntos; aunque he de decir en honor de la verdad que hoy no hay tanto analfabeto que se deje comer el coco por el primer xenófobo que quiera meter cizaña en el país.
      Un saludo.

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  13. Los propulsores de la expulsión se quedarían descansando, desde luego.
    Pero por lo visto, nadie imaginó el daño económico que supuso la desaparición de tanta población de golpe y porrazo. Sobre todo en Valencia, que se quedó realmente arruinada con la bárbara medida.

    Abrazos de lunes, Cayetano!!

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    1. Pensaban que iba a ser un negocio, al poder quedarse con las propiedades de los que marcharon. Uno de ellos el sinvergüenza del valido del rey; pero tendrían que haber consultado con Gay de Liébana o con otros economistas.
      Un abrazo, Enrique.

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  14. Es una manera muy brutal de concentrar el odio en un colectivo para resolver problemas coyunturales. Es triste ver como los "hombres de Dios" hacían esas propuestas. Me recuerda la otra expulsión de los judíos en tiempos de los Reyes Católicos.
    Un abrazo.

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    1. Nos hemos dedicado durante buena parte de nuestra historia a expulsar a gente que nació aquí.
      Un saludo, Valverdedelucerna.

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  15. Fue posiblemente una mala decisión, y si fue controvertida incluso entonces, como no lo va a ser hoy, con nuestra mentalidad; fue quizás el único error cometido por este personaje, que supuso graves trastornos demográficos y económicos; pero juzgar a Juan de Ribera, Arzobispo de Valencia, Patriarca de Antioquía y Capitán General y Virrey de Valencia, únicamente por la expulsión de los morisco es observarlo sólo desde un punto de vista, sin tener en cuenta su contribución a las artes y al pensamiento como uno de los contrareformistas más importantes de la época. Una visión parcial del personaje podría hacernos olvidar la reforma de la Universidad, su lucha, como virrey, contra el bandolerismo y el bandidaje, asunto muy grave entonces, prohibiendo portar escopetas y espadas largas por la noche, la defensa de los fueros del Reino de Valencia, en las Cortes de Monzón; como religioso favoreciendo a las órdenes religiosas, desarrollando una enorme actividad pastoral (incluida al principio el intento de conversión de los moriscos, con la edición de un catecismo realizado ex profeso para ellos), la creación del famoso Colegio del Corpus Christi, en el que invirtió toda su fortuna, hoy joya única del renacimiento valenciano. Por cierto nació en Sevilla.
    Un saludo, Cayetano.

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    1. Evidentemente, solo traemos aquí a ciertos personajes en lo referente al tema tratado, no globalmente.
      Un saludo, DLT.

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  16. Jo, es impresionante, cuando vemos cómo éramos, en la historia, nos damos cuenta de que ... cualquier tiempo pasado fue peor .... el mundo sigue siendo muy injusto, pero hay que ver de donde venimos ... como decía Woody Allen ... el universo se expande .....

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    1. Analizar el pasado siempre es bueno si queremos mejorar el presente.
      Un saludo, Manuel.

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  17. Y, en pleno SIGLO XX, pasó esto:

    https://www.youtube.com/watch?v=FwhCHTxXELU

    Los moríscos, no se consideraban súbditos de Su Majestad; ¡no seamos anacrónicos!

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    1. No se es anacrónico por intentar analizar hechos pasados que tuvieron gran relevancia en nuestra historia, entre otras cosas el originar una crisis en nuestra economía.
      Un saludo, betulo.

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