Dejó su labor de paseador de patos, en el estanque del hotel de lujo en el que trabajaba, para abrir una peluquería de perros donde la especialidad estrella era la de manicura. Harto, más que de los perros, de las señoronas con sombrero y tiempo libre que llamaban a sus canes con los nombres ridículos de Fifí o Rodolfo, se dedicó durante una temporada a inspector de patatas fritas. Su labor consistía, dentro de su empresa, en vigilar que estuvieran en su punto de textura, color, sabor, además de crujientes, y que no se ablandaran una vez abierto el envase.
Dos años más tarde cambió de oficio y se hizo espantapájaros humano. Contratado por agricultores británicos, iba vestido con sombrero de paja, ropa llamativa y acompañado de un silbato para ahuyentar a los bichos alados. Cansado también de este oficio, poco después, se hizo probador de toboganes. Viajaba, sobre todo en los meses de estío, a los parques acuáticos y, siempre en bañador, evaluaba el grado de rapidez, seguridad y capacidad de diversión de los mismos; pero al terminar su tercer verano, orientó su vida laboral por otros derroteros.
Su siguiente empleo fue el de mamporrero, es decir, de encargado manual para que los caballos, malos en temas de puntería, dieran con el orificio vaginal de las yeguas, porque muchas veces no atinaban con el lugar de lo nerviosos que estaban por la perspectiva de la coyunda. Estaba claro que, para tal menester, Francisco hacía uso de guantes. Y que se los cambiaba de vez en cuando. Harto ya de tocar los miembros erectos de los machos del ganado equino, pensó en mudar de oficio y, probando fortuna, se empleó consecutivamente en estos: acurrucador profesional, recolector de gusanos, modelo nudista, probador de alimentos para mascotas, asistente del lanzador de cuchillos del circo, sexador de pollos, probador de muebles, calentador de camas...
Cuando decidió cambiar de nuevo de profesión, y esta vez buscar algo más normalito y tranquilo en una consultoría, se extrañó mucho de que el entrevistador se divirtiera de lo lindo a costa de su curriculum.
A pesar de todo, obtuvo la plaza. En su nueva empresa valoraron positivamente su versatilidad, su falta de remilgos, su afán de superación, su experiencia y su capacidad para adaptarse a cualquier tipo de empleo. Un ejemplo modélico para todos.
"En su nueva empresa valoraron positivamente su versatilidad, su falta de remilgos, su afán de superación, su experiencia y su capacidad para adaptarse a cualquier tipo de empleo". Con tal currículo no me extraña que una consultora -¿incluida una de carácter político?- le contratara. Pues, ojo, que todos esos oficios son muy dignos y aunque algunos de tus lectores lean el texto con satisfacción y diversión -yo al menos lo he hecho así, y me ha gustado el ingenio derrochado- que no se crean que es mera fantasía. Â mí me parece que esos oficios existen, algunos tal como se relatan, otros de manera encubierta y con otros nombres. El de espantapájaros, por ejemplo, resulta muy útil para convertirse en espanta hombres. Pero, en fin, metáforas y similitudes aparte, ya digo: oficios nobles, dignos, hasta modélicos. Personalmente elegiría el de probador -un inspector debe ser buen probador antes que comprobador- de patatas fritas. He agradecido tu relato, Cayetano. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Fackel. Antes de escribir esto, me documenté un poco. Y es cierto, son oficios raros que existen, aunque haya un poco de exageración. Con un currículum así habría que nombrarle "president".
EliminarUn saludo.
Ya se cual era su nuevo empleo: ¡¡¡¡
ResponderEliminarAsesor político del Rufián ¡¡¡¡
Ahí "las dao". Asesor político, no laboral, que de eso no entienden estos mucho.
EliminarSaludos, Miquel.
Tiene mucho sentido, alguien capaz de enfrentarse a nuevos retos con capacidad de aprendizaje y adaptación inmediata. Yo también le contrataría.
ResponderEliminarSAludos.
Ya te digo. Pedazo currículum. A este le pueden echar a los leones, que sobrevive.
EliminarUn saludo, Manuela.
Es cuestión de saber adaptarse y ser capaz de hacer lo que convenga y lo mejor posible.
ResponderEliminarAl final podría dedicarse a cobrar por exibir su curriculum tan apasionante.
Salud
Francesc Cornadó Estradé
Sí, un curriculum vitae de lo más florido y variado, además de extravagante.
EliminarUn saludo, Francesc.
Mira tú: Todero... Interesante. Seguro que sigue a la fauna política del país y quiere emularle... El de espantapájaros le siente bien a algunos cuantos...
ResponderEliminarSaludos Cayetano
Cierto. Tenemos espantapájaros y pajarracos de todo tipo y color.
EliminarUn saludo, Manuel.
Con ese curriculum, normal que se adapte a todo. Polifacético el hombre.
ResponderEliminarUn abrazo
Solo le falta el de atizador de braseros. Menos mal que ya no se llevan.
EliminarUn abrazo, Arantza.
Espero no tener que enfrentarme nunca a Curro por un puesto de trabajo. Ese currículum no lo mejora ni MacGyver.
ResponderEliminarSaludos.
Mac Gyver era un aprendiz al lado de Curro.
EliminarUn saludo, Ana.
Desde luego como asesor no debe tener precio; ni como consultor que no sé si es lo mismo pero dicho en pasiva. Cualquier cosa que se le consulte sobre cualquier cosa sobre la que se le pida asesoramiento tendrá cumplida respuesta. Si sabe de todo, porque de todo ha hecho.
ResponderEliminarSaludos.
Una joya para cualquier empresa. Solo le faltó haber trabajado como soldado mercenario.
EliminarSaludos, DLT.
Encantador relato e imagen! Una cuestión queda clara: el hombre odiaba aburrirse y parece que le animaba la diversidad de oficios. En cierto modo me reconozco interiormente con la misma actitud pese a “ atornilles” inevitables de biología y circunstancias. Ay si hubiera podido campar por mis respetos sin lastres!, demasiado “curra” para adaptarme a aburridas sociedades habría sido! Al final he acabado descubriendo diversas cualidades y/o defectos bien ocultos en el organismo que debo asumir como propio. La última falacia!
ResponderEliminarCambió más de empleo que mudanzas hizo Emejota.
EliminarSaludos.
Jaajjjj, ahi lo tienes!!!!
EliminarLe faltó el trabajo de comprobador de desodorantes, oliendo axilas sudadas. Desde luego en este mundo laboral nuestro no se sabe qué es lo que se valora más, si la versatilidad o la aceptación sin remilgos de los vapuleos más radicales por parte del jefe.
ResponderEliminarUn saludo
Buen trabajo el de oler axilas, pero él no pudo acceder a ese empleo en su momento por una rinitis aguda que se le presentó por culpa del agua fría de los toboganes. Luego la plaza ya la ocupó otro.
EliminarSaludos, Carmen.
También lo contrataría, pero no le haría un contrato indefinido, no creo que lo aceptara...
ResponderEliminarUn saludo, Cayetano
Contrato en prácticas, a prueba de un año. Seguro que se cansa antes. Un chollo para las empresas.
EliminarSaludos, Carolus.
jajajajajaja Ay que ver lo que hacen el hambre y el ingenio.
ResponderEliminarBy de way, si te dijera las cosas que yo he hecho desde mi debut a los 16 años en el mundo laboral :-), emancipada jurídicamente como estaba.
Besotes
A veces la realidad supera a la ficción.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Hay que ver digo... ¡Ay qué horror!
EliminarEn otro orden de cosas, venia a comentarte que estoy divirtendome con tu libro. ¡Graaaacias!
Abrazos
Me alegra mucho saber que te está gustando el libro.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Tiene una vida laboral muy completa. Cierto es que ahora valoran las empresas los que ellos llaman la movilidad laboral. Será también porque ven que siguiendo la tónica general también este empleado le durará poco a ellos y seguirá con su movilidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí. No tendrán que pagar trienios.
EliminarUn saludo, Valverde de Lucerna.
Este hombre es un todo terreno lo mismo vale para un roto que para un descosido.
ResponderEliminarUn saludo Cayetano
Puri
Un todo terreno nada remilgado.
EliminarSaludos, Puri.
Ante un entrevistador semejante, la única respuesta semejante es un cachetazo. Y sin dudarlo.
ResponderEliminarExcelente historia de vida.
Nos leemos,
J.
Sí. Jejeje. Pero es difícil contener la risa ante semejante currículum.
EliminarSaludos, J. En efecto, nos leemos.
Lo raro es que hubiese tenido tantos empleos,lo mas normal es que fuese experto echador de currículos y librepensador en las listas del paro...
ResponderEliminarSaludos
Pura ficción. Jejeje.
EliminarUn saludo.