En el Quijote tenemos gente letrada, como el licenciado Pedro Pérez, y gente iletrada, como el labrador Juan Haldudo; ávidos lectores, como el propio hidalgo y analfabetos crónicos, típicos de su época, como los pastores, el ventero y su mujer, los arrieros, Maritornes o Teresa Panza. Y también mercaderes, frailes, nobles y labriegos; estudiantes, danzantes, músicos y zagales; hidalgos y carreteros; comediantes y mozas del partido, como la Tolosa y la Molinera; bandoleros como Roque Guinart y gente de orden como el cura, el barbero, los cuadrilleros de la Santa Hermandad o el bachiller Sansón Carrasco.
Y no faltan pícaros, como Ginés de Pasamonte o “Ginesillo”, quien aparece y reaparece varias veces en la obra como ladrón del rucio de Sancho, como galeote de aquellos que liberó el caballero y por ellos fue mal pagado, y también como Maese Pedro, el titerero, con su retablo de Melisendra.
Cervantes es un gran conocedor de tipos humanos. No se queda atrás en lo referente al mundo femenino, que presenta una gran diversidad. La grandeza de Cervantes estriba en que no se decanta por un tipo determinado de mujer, a la que habría de dotar del máximo de virtudes o del mayor número de defectos, sino que las presenta con sus cualidades y sus vicios, de forma totalmente realista, ya se trate de una madre, de una ama de casa o de una prostituta que se busca la vida por esos caminos. Así nos ofrece un amplio repertorio de damas, aristócratas, campesinas, criadas, mujeres de la vida, cristianas o moriscas. A la única que le concede el honor de tener solo cualidades y virtudes es a la idealizada dama que ocupa el corazón del caballero, a Dulcinea del Toboso, precisamente por no tratarse de un personaje real.
No faltan pues las mujeres fuertes, valientes, independientes, que eligen su camino libremente, las mujeres preparadas, con cierta cultura, como Dorotea, gran lectora y actriz, que opta por vivir sola e interpreta el papel de la princesa Micomicona. O el caso de Marcela, la pastora que no quiere someterse a ningún hombre, que pelea por sus derechos y prefiere vivir sola y libre por los montes: “Yo nací libre, y para vivir libre escogí la soledad de los campos”. Según todo esto, Cervantes muestra una concepción de la mujer que se aparta de los cánones de sumisión y obediencia de la época cuando nos ofrece casos como el de Dorotea y Marcela, dos mujeres independientes que han elegido el ser libres y no estar sujetas a la tutela del marido.
No es el concepto de mujer que tenían otros escritores del Siglo de Oro, como Calderón de la Barca, Lope de Vega o Tirso de Molina, mucho más tradicionales y machistas. En esto, como en otras muchas cosas, Cervantes era un adelantado a su tiempo.
Tal vez el entorno familiar en el que se crió el escritor tuvo algo que ver en todo esto. En efecto, su madre, Leonor de Cortinas, era una mujer fuerte y sensata, segura de sí misma y con las cosas muy claras, mientras su padre era de carácter más débil y mediocre y con frecuente tendencia a convertirse en víctima de los acontecimientos. Vivió el autor además rodeado de mujeres: su madre, la abuela paterna, una tía, sus hermanas. Su madre además sabía leer y era aficionada a la lectura, por lo que seguramente influyó en los incipientes gustos literarios del escritor alcalaíno. Aunque de origen campesino, también era aficionada a la lectura la propia mujer del escritor, Catalina de Salazar.
El concepto pues que tenía Cervantes de las mujeres no era el que comúnmente se aceptaba en su época como válido.
El concepto pues que tenía Cervantes de las mujeres no era el que comúnmente se aceptaba en su época como válido.
Y ese concepto lo traspasa a su obra dándole un rasgo muy variado y de verosimilitud como no lo hay en la literatura del Siglo de Oro. Magnífico estudio, Cayetano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por todo ello su obra es única.
EliminarUn abrazo, Francisco.
Resulta enriquecedor criarse entre ambos sexos y también comunicarse confianza.
EliminarYo también creo que esas mujeres le influyeron para bien al autor, al menos no lo embrutecieron demasiado.
EliminarSaludos, Emejota.
Ya dije una vez que Cervantes es el gran conocedor de la naturaleza humana. Muy interesante.
ResponderEliminarViajó mucho y conoció diversidad de tipos humanos. Todo ello le vino de perlas para sus novelas.
EliminarUn saludo, Antorelo.
Ciertamente no se acogía a los estereotipos y tópicos de la mujer de su época. Como bien dices, las humanizaba, con sus virtudes y defectos, y las dotaba de personalidad propia al contrario que otros literatos contemporáneos. Dulcinea era otro cantar, pues era pura idealización. Una gozada esta serie de artículos, chapeau maestro.
ResponderEliminarSaludos
Ese era el sello característico de Cervantes, el hacerlas creíbles.
EliminarMe agrada que te hayan gustado estas entradas.
Un saludo, Félix.
Si una mujer se queda viuda, no le queda mas remedio que espabilar, ahora y en tiempo de Cervantes. Y si esta dama es todo un carácter, viuda, casada o soltera, brillará con luz propia como ha supeditado desde que el mundo es mundo, salvo en tierra de talibanes y demás gentuza. De esas hablaba Cervantes, creo yo.
ResponderEliminarUn saludo.
En efecto, hablaba de mujeres de gran valía, independientemente de su posición social. Y sobre talibanes, aquí también los había, solo que de una fe diferente. La religión tenía mucha influencia sobre la sociedad del Siglo de Oro.
EliminarUn saludo, Carlos.
Nunca me había planteado esto que tan acertadamente expones.
ResponderEliminarPrecisamente estoy leyendo La ilustre fregona:
"Para que pueda ser conocida
la sin par hermosura que contienes
y la alta honestidad de que blasonas,
deja el servir, pues debes ser servida
de cuantos ven sus manos y sus sienes
resplandecer por cetros y coronas."
Salud
Pues tu lectura viene que ni pintada.
EliminarUn saludo, Loam.
Mas que adelantado a su tiempo, yo creo que Cervantes retrataba una realidad social que otros escritores contemporáneos ignoraron olímpicamente porque se salia de sus patrones ideológicos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues eso: un hombre algo avanzado porque se atrevía con esos retratos al no estar tan mediatizado por ciertos prejuicios de la época.
EliminarUn abrazo, Rodericus.
Me gustan estos post sobre Cervantes. Me he percatado que la sociedad, ha cambiado solo desde el punto de vista tecnológico, porque pensamiento, si bien ha evolucionado, es muy similar a la de ahora...
ResponderEliminarSaludos
Somos herederos de aquellos tiempos, si bien nos hemos vuelto más tolerantes en algunos aspectos.
EliminarUn saludo, Manual.
Si que era un adelantado y ademas creo :que el sentido de la ironía y quitarle ferro a las cosas era lo que le hacía brillante :porque esa estampa de vivir rodeado de mujeres era bastante frecuente en esa época .pero supo sino valorarlas en su justo precio, por lo menos no menospreciarlas cosa muy frecuente en ciertas culturas y más en la época en que se data.
ResponderEliminarDon Cayetano, le felicito por este estupendo rincón aunque coincidimos en algún blog no tenía el gusto de conocer el suyo.
Un saludo.
Muchas gracias, Bertha,por tu amable comentario.
EliminarY siempre bienvenida a esta tu casa.
Un saludo.
Sin duda ejercieron una gran influencia esas mujeres de su familia. Y él demostró ser un buen observador, además de gran escritor. Ciertamente sus puntos de vista eran diferentes de los de sus contemporáneos.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Para escribir bien hay que saber documentarse. Y él se documentó directamente de lo cotidiano.
EliminarUn saludo, madame.
Un concepto de mujer, como apuntas, muy alejado de la sumisión de la buena esposa y cristiana que era la norma del Siglo de Oro español (y del resto de Europa). Mujeres que quieren ser libres, mujeres que eligen su camino, sin olvidar a aquella idealizada Dulcinea que en verdad no era más que una hidalga pueblerina de pocas luces y menos belleza.
ResponderEliminarUn saludo.
Que, como dijo el propio hidalgo, no la conozco y me he enamorado de oídas.
EliminarUn saludo, Carolvs.
Lógicamente, tu entorno familiar condiciona tu forma de pensar y actuar. Para bien o para mal...
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto. De todos los "entornos", el familiar es que más huella deja, más que el social, el religioso, el laboral... La prueba está en los chicos que vienen a la escuela ya educados o no desde casa.
EliminarUn abrazo, Javier.
Razón tienes, es un gran conocedor de todo tipo de personajes y sin lugar a dudas, refleja en su obra un tipo de mujer diferente a su época. Era un genio en muchos aspectos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Su documentación era la vida misma.
EliminarUn abrazo, Valverde de Lucerna.
Por lo que tu nos cuentas Cervantes era un rompedor en cuanto a la forma de ver a la mujer de aquella época, y reitero lo que tu dices cuando apostillas que el estar rodeado de mujeres cultas para aquellos tiempos es un acicate para que sus personajes cumplan con esa visión tan impropia del momento en que discurre su vida.
ResponderEliminarGracias Cayetano por compartir estas cosas.
Un abrazo
Puri
Tuvo Cervantes buenos ejemplos cercanos y mostró siempre un escrupuloso respeto por las mujeres.
EliminarUn abrazo, Puri.
Cervantes fue un hombre entre mujeres. Sus hermanas, su mujer, su sobrina... Las Cervantas, las llamaban, y de ellas se dicen muchas cosas y no buenas precisamente (que si se amancebaba con su sobrina, que si su hermana se vendía al mejor postor...). El caso es que el pobre escritor debía de subsistir y de escribir entre los dimes y diretes de varias mujeres bajo su mismo techo, de ahí que conociera tan bien el género femenino.
ResponderEliminarUn saludo
Un conocimiento profundo fruto de esa convivencia, con sus ventajas y sus inconvenientes.
EliminarUn saludo, Carmen.
Qué grande Cervantes. En tu introducción nos has descrito a todos los habitantes de esta piel de toro, hoy. Da igual que hayan pasado varias centurias. Con muy pocos cambios, tan tiernos o canallas como el nos vio, aquí estamos.
ResponderEliminarCierto. Héroes y canallas, sinvergüenzas y gente honrada, personas con estudios y del montón... Igual que hoy.
EliminarUn saludo, Ana Mª.
Un aspecto interesante de la obra cervantina, de los tantos desde los que se puede estudiar a nuestro más universal escritor.
ResponderEliminarUn saludo.
Una aproximación desde el respeto y la admiración.
EliminarUn saludo, DLT.
Qué buen análisis.
ResponderEliminarEvidentemente , un adelantado para su época.
Oportuno destacar que el medio familiar , nada mediocre, lo modeló para captar y retratar mujeres de diversas características. Mujeres reales.
Dulcinea : la única " virtuosa"...¡ no existe!
Un genio Cervantes.
Abrazos.
Se ve que el medio familiar le inculcó el respeto hacia las mujeres como no lo hubo en ningún otro escritor de este tiempo.
EliminarUn abrazo, Carmela.
Las hermanas Andrea y Magdalena, llamadas las Cervantas, ejercieron la profesión más antigua y, como contrapartida, su hermana Luisa fue priora del convento de la Imagen. De todo tiene que haber...
ResponderEliminarUn abrazo
Por eso andaría el hombre tan comprensivo con todo tipo de profesión.
EliminarUn abrazo, Javier.