Toda la obra cervantina está repleta de referencias a este peculiar y variopinto mundo de personajes que pululaban por tierras de ambos lados del Mediterráneo. Desde El Quijote hasta Los baños de Argel, pasando por las Novelas ejemplares.
Y dentro de ese mosaico tan variado destacan con especial fuerza los "renegados".
Y dentro de ese mosaico tan variado destacan con especial fuerza los "renegados".
Así nos encontramos con personajes como Ricote, el morisco vecino de Sancho, que no duda en sacar la bota de vino para demostrar a todo el mundo que renegó de su antigua fe.
Pero lo que más campeó en el campo de aquel banquete fueron seis botas de vino, que cada uno sacó la suya de su alforja; hasta el buen Ricote, que se había transformado de morisco en alemán o en tudesco, sacó la suya, que en grandeza podía competir con las cinco.
El Quijote. Cap. LIV, 2ª parte.
O con Alí Bajá, más conocido como Uchalí, “el Calabrés Tiñoso”, que en un principio se llamaba Dionisio Galea, un joven que al parecer se dedicaba a la pesca y que fue capturado en Calabria por los turcos. Según el informe del contador Alonso Sánchez, realizado en ocasión del levantamiento morisco de las Alpujarras, el calabrés fue apresado con tan solo 18 años de edad (citado en la obra que figura a pie de página) . Tras su captura, pasó un tiempo de esclavo galeote en las naves berberiscas, dejó el cristianismo y se hizo musulmán. De ahí su nuevo nombre: Uchalí u Ochalí, el "renegado Alí".
En resolución, la armada volvió a Constantinopla triunfante y vencedora, y de allí a pocos meses murió mi amo el Uchalí, al cual llamaban Uchalí Fartax, que quiere decir en lengua turquesca ‘el renegado tiñoso’, porque lo era, y es costumbre entre los turcos ponerse nombres de alguna falta que tengan o de alguna virtud que en ellos haya; y esto es porque no hay entre ellos sino cuatro apellidos de linajes, que descienden de la casa otomana, y los demás, como tengo dicho, toman nombre y apellido ya de las tachas del cuerpo, y ya de las virtudes del ánimo. Y este Tiñoso bogó el remo, siendo esclavo del Gran Señor, catorce años, y a más de los treinta y cuatro de su edad renegó, de despecho de que un turco, estando al remo, le dio un bofetón, y por poderse vengar dejó su fe; y fue tanto su valor, que, sin subir por los torpes medios y caminos que los más privados del Gran Turco suben, vino a ser rey de Argel, y después a ser general de la mar, que es el tercero cargo que hay en aquel señorío. Era calabrés de nación, y moralmente fue hombre de bien, y trataba con mucha humanidad a sus cautivos, que llegó a tener tres mil.
El Quijote, cap. XL 1ª parte.
Y de cautivo, se convirtió en capitán o arráez corsario. Con el tiempo prosperó y llegó a desempeñar en Estambul y en Argel diversos cargos. Luego fue gobernador de Trípoli, enriqueciéndose con la trata de cautivos. Combatió en Lepanto contra la armada española. Y logró regresar sano y salvo. Llegó a ser almirante de la armada turca y siempre fue extremadamente beligerante contra los intereses españoles. Fue un hombre tocado por la fortuna, un emprendedor que se hizo a sí mismo.
En resolución, la armada volvió a Constantinopla triunfante y vencedora, y de allí a pocos meses murió mi amo el Uchalí, al cual llamaban Uchalí Fartax, que quiere decir en lengua turquesca ‘el renegado tiñoso’, porque lo era, y es costumbre entre los turcos ponerse nombres de alguna falta que tengan o de alguna virtud que en ellos haya; y esto es porque no hay entre ellos sino cuatro apellidos de linajes, que descienden de la casa otomana, y los demás, como tengo dicho, toman nombre y apellido ya de las tachas del cuerpo, y ya de las virtudes del ánimo. Y este Tiñoso bogó el remo, siendo esclavo del Gran Señor, catorce años, y a más de los treinta y cuatro de su edad renegó, de despecho de que un turco, estando al remo, le dio un bofetón, y por poderse vengar dejó su fe; y fue tanto su valor, que, sin subir por los torpes medios y caminos que los más privados del Gran Turco suben, vino a ser rey de Argel, y después a ser general de la mar, que es el tercero cargo que hay en aquel señorío. Era calabrés de nación, y moralmente fue hombre de bien, y trataba con mucha humanidad a sus cautivos, que llegó a tener tres mil.
El Quijote, cap. XL 1ª parte.
Batalla de Lepanto. H. Letter. National Maritime Museum
El corsario muladí mediterráneo entra dentro de la categoría de los mitos clásicos modernos de ascenso social, sin duda, y entre esos corsarios el calabrés Uchalí, como le llama Cervantes, destaca con luz propia, hasta parangonarse con sus contemporáneos Juan de Austria o Francis Drake, dos de esos capitanes del mar como él y con los que llegó a relacionarse. De joven esclavo galeote, Uchalí (1518-1587), por su esfuerzo, valor y fortuna, llegó a convertirse en uno de los hombres más influyentes de su época tanto en asuntos militares como en la construcción naval, en el control del comercio del trigo o en el tráfico de mano de obra y en el mundo financiero del momento. Un mito de la irrupción, en fin, del hombre económico moderno. Esta biografía quiere ser también una antología, lo más amplia y rica posible, de aquellos relatos de la frontera sobre el personaje; una verdadera «literatura de avisos», de los que emerge la figura del calabrés de nación y turco de profesión con toda su potencia de mito afortunado y maquiavélico reconocido así por sus propios contemporáneos. Pero también emerge en esa literatura en torno a Uchalí, ese mundo oriental que en el Romanticismo se convirtió en un mito exótico que impidió comprender en toda su potencia aquella realidad. (1)
(1) “Uchalí. El calabrés tiñoso, o el mito del corsario muladí en la frontera”. Emilio Sola Castaño. Ed. Bellaterra. Barcelona, 2010.
Vaya, pues parece que no se ponían nombres de flores. Claro, una lee los nombre en turco y hasta suenan bien, pero al traducirlos se cae el alma al suelo. Qué horror llamarse "el renegado tiñoso". Eso es insultarse en lugar de llamarse.
ResponderEliminarY ya veo que vuelven a salir fronteras por aquí.
Feliz día
Bisous
Según cuentan, siendo galeote, nadie quería sentarse a su lado ni comer con él. Eso de tener escamas y ronchas no debía gustar mucho al personal.
EliminarUn saludo, madame. Y feliz día también.
Escribí un largo comentario en la anterior entrada que se me borró. Dadas mis actuales circunstancias no pude repetir.
ResponderEliminarAhora solo comentar lo que me agrada aprender contigo, profe!!!!
A ver si a esta hora hay mas suerte!!
Eso de escribir algo y que se borre sienta fatal.
EliminarGracias, Emejota.
Un saludo.
Su caso no era el único. Muchos cristianos pasaron por el mismo proceso, aventurándose a cambiar de religión por comodidad al vivir en otras tierras o por convicción. Su testimonio quedó relegado en una Europa dominada por las guerras de religión, pero Cervantes hace oídos sordos e incluye el personaje, advirtiendo a sus contemporáneos de su existencia. Cervantes había conocido a muchos en su encierro en Argel e incluso se llegó a decir que él mismo había renegado de la religión católica para ganarse la voluntad de sus captores.
ResponderEliminarUn saludo
Argel fue para Cervantes una fuente enorme de documentación para sus obras. Le marcó mucho. Y le permitió conocer diversidad de tipos humanos.
EliminarUn saludo, Carmen.
Hay que ver como eran los turcos, un personaje de la tallla del que citas y, a pesar de todo, que le sigan llamando tiñoso. Actualmente eso no pasaría nunca en España, seguro que no.
ResponderEliminarUn saludo
Costumbre turca, según comenta Cervantes, la de poner motes a todo el mundo. En España también nos las traemos, aunque no en medios oficiales.
EliminarUn saludo, Carlos.
Cuando leí el Quijote...hace ya muchos años, recuerdo haber tenido que investigar todos estos temas del Gran Turco y las incursiones turcas en la Europa del s XVI...Me ha venido bien este "repaso" contigo. Cuanta información se nos abrió y se nos sigue abriendo con la gran literatura! Te sigo, Cayetano. Abrazos
ResponderEliminarLa historia sin la literatura queda coja de una pata.
EliminarUn saludo, Patzy.
He estado unos días sin internet, estoy poniéndome al día. Cervantes fue un gran conocedor de la naturaleza humana. Saludos
ResponderEliminarUna inmensa fuente de documentación a mano de un viajero y hombre de frontera como era él.
EliminarUn saludo, Antorelo.
Un personaje de frontera en una época convulsa. Un producto de su tiempo.
ResponderEliminar¿ Porqué sera que estos tipos son los mas interesantes del retablo de su época ?.
Un abrazo.
Porque son heterodoxos, van contracorriente, se saltan lo políticamente correcto, son rebeldes... Personajes que dan mucho juego en la literatura romántica, como el pirata de Espronceda.
EliminarUn abrazo, Rodericus.
Hola Cayetano:
ResponderEliminarComo refieres en uno de los comentarios previos, esto personajes permiten mucho juego literario.
El sobrenombre de tiñoso...Mira que suena más a insulto ue cariño :D. Pero quien sabe..A lo mejor era por cariño...
Saludos
Padecía tiña y nadie quería sentarse a su lado ni siquiera para remar. Eso dicen.
EliminarUn saludo, Manuel.
No se escribe de lo que no se conoce y Cervantes, que también fue acusado de converso, sabía mucho de renegados, algo que hoy sería intrascendente, pero que en aquel tiempo suyo tenía una trascendencia vital.
ResponderEliminarBuen ejercicio este de analizar la obra cervantina, amigo Cayetano. Gracias por compartir tus conocimientos.
Un abrazo.
Para mí, el autor de El Quijote es uno de los personajes del Siglo de Oro que mejor conoce a las personas y que mejor las suele tratar, incluyendo a renegados y a las mujeres, un colectivo muy maltratado por el machismo imperante en su tiempo, como intento demostrar en la próxima entrada.
EliminarUn abrazo, Francisco.
Es una auténtica delicia. Como has citado en un comentario aludiendo a Espronceda, los personajes a contracorriente, heterodoxos, están muy presentes en la obra cervantina. Y, sin duda, como se citaba en el anterior artículo, el hecho de haber sido un trotamundos le ayudó e inspiró para "llenar el escenario" de gente de aquí y de allá, desde el más "listo" hasta el más noble.
ResponderEliminarSaludos, Cayetano
Para mí, un autor imprescindible por esa humanidad que destila cuando habla de sus personajes, sean renegados o cristianos viejos, sean nobles o plebeyos.
EliminarUn saludo, amigo Félix.
Una exposición inmejorable, de estos personajes Cayetano, me llama la atención que ya en aquella época había emprendedores, que empezaban desde muy abajo y llegaban a ser grandes personajes, esta visto que todo ya esta inventado.
ResponderEliminarGracias Cayetano por compartir estas cosas.
Un abrazo .
Puri
Una época muy dada a este tipo de personajes que llegaron a la cumbre desde una posición sumamente modesta.
EliminarUn abrazo, Puri.
Amigo Cayetano, este abrir los compartimentos de la obra cervantina me está sirviendo para refrescar la memoria de lecturas adolescentes. No recordaba lo de los renegados pero está bien traído en estos tiempos. Y como es de ley entre quienes un día ven la luz, casualmente siempre cambian a favor del tirador…
ResponderEliminarRenegados a cambio de una vida mejor o de obtener ciertas prebendas, no por convencimiento, que sería más raro.
EliminarUn saludo, Ana Mª.
No recordaba estos personajes, como el renegado tiñoso, pero me sirve para recordar lecturas sobre Cervantes. Siempre me ha llamado la atención eso de ser un renegado, suena mal, aunque quizás muchas veces eso sea cambiar de bando, algo tan habitual en la vida, sobre todo si sirve para ascender socialmente.
ResponderEliminarUn saludo.
A veces para ascender y otras para que le dejaran en paz, muladíes y moriscos adoptaban otra religión, aunque muchas veces era solo para no complicarse la vida.
EliminarUn saludo, Valverde de Lucerna.
Voy recordando , a través de tu escrito , a personajes que tenía olvidados.
ResponderEliminarSin duda , tenía una capacidad especial para detectar lo que para otros pasa desapercibido : La esencia de la naturaleza humana.
Para detectar y para transmitirlo de manera admirable.
Hoy diríamos que era un experto en captar la psicología de la gente.
EliminarUn saludo, Carmela.