Ya sabemos que era un poco impresentable, un tipo incluso algo grosero, pero… qué caramba, decía lo que pensaba, no tenía pelos en la lengua, no se casaba con los poderosos y vivía con poco.
No necesitaba mucho para vivir, si acaso una buena dosis de cinismo.
Recuerdo aquella vez, cuando un conocido que servía al rey, viendo a Diógenes comiendo un plato de lentejas a la puerta de su tinaja, le dijo
“Si tú trabajaras para el rey no necesitarías comer lentejas.”
A lo que el filósofo replicó: “Si tú pudieras comer lentejas no tendrías que trabajar para el rey.”
Cuenta de él el historiador Diógenes Laercio:
"Viendo en cierta ocasión cómo los sacerdotes custodios del templo conducían a uno que había robado una vasija perteneciente al tesoro del templo, comentó: «Los ladrones grandes llevan preso al pequeño.»
En estos tiempos que corren, tan dados a la corrupción y a la gente insaciable, viene al pelo reivindicar esta figura que sirvió para dar nombre a mi blog, hace ya cerca de seis años.
Haciendo honor al síndrome que lleva su nombre bien podría haber escrito esto:
“Acumula experiencias.
No tires ningún pensamiento que pueda serte útil.
Hazte rico en memoria. Atesora recuerdos:
momentos buenos para alegrarte,
malos momentos para aprender de ellos.
No te inclines ante el poderoso.
No aceptes sus migajas. No te vendas.
Desea pocas cosas.
Cuantas menos tengas, menos sufrirás si las pierdes.
Recuerda que tu nación eres tú; tu templo, tu tinaja.
Ciudadano del mundo, apátrida y escéptico,
cree solo en lo que te dicte la razón.
Tu bandera es el sol. Tu himno, el viento.
Sigue buscando con tu lámpara al hombre honrado.”
Muy bueno traer a colación a uno de esos personajes eternos que nos demuestra lo poco que ha cambiado este teatro. Aquel que ensalzaba la virtud y defenestrado por muchos, no dejaba de ser un modelo de sabiduría.
ResponderEliminarSaludos desde Corinto
Un tipo raro pero coherente.
EliminarUn saludo, don Félix.
Buenos propósitos amigo.
ResponderEliminarSigue buscando con tu lámpara al hombre honrado.”
Yo quiero pensar que a pesar de todo lo que vemos, siempre habrá personas honradas con valores e integridad, aunque ahora a esos, se los llame tontos.
Saludos amigo.
Todo es cuestión de ponernos a buscarlos con la lámpara.
EliminarUn saludo, Inés.
En estos tiempos, Diógenes sufriría un conveniente accidente si llegara a ser demasiado popular. O tal vez, y lo que sería mucho peor, acabaría en un reality o de tertulino en la telebasura. Bromas aparte, en muchas cosas coincide con los taoístas.
ResponderEliminarUn saludo
No creo que acabara de tertuliano. Era bastante misántropo y poco sociable. Sería como Javier Krahe, letrista corrosivo que no se casa con nadie, odia a la gente y pasa de la fama y de los programas estos de la tele. Es cierto que su filosofía y algunas ideas de Lao Tsé y del Budismo comparte. Una manera de ver la vida.
EliminarUn saludo.
Monsieur, veo que además de historiador es usted filósofo, digno de su antecesor Diógenes.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Posiblemente, Diógenes era una persona insoportable y poco sociable, pero algunas de sus ideas me encantan.
EliminarUn saludo, madame.
Fantástico! Le has hecho honor con el nombre de tu blog, y venía bien un pequeño homenaje para recodarlo. (lo de las lentejas, me encantó..pensar que le recriminaba tanto a mi madre que me las diera para comer tan seguido de pequeña. Ella afirmaba que era porque contenían mucho "hierro", bueno para la salud de los "flacos" como yo. Tal vez, además, mi madre me estaba enseñando, también, a no tener que trabajar para ningún rey en el futuro y a valerme por mi misma. Ja!). Abrazo, Cayetano
ResponderEliminarSiempre me llamó la atención este personaje solitario e irreverente. Aunque era corrosivo y poco amigable, nunca se vendió por un plato de lentejas. Lo del hierro era un truco de las madres para que nos comiéramos el plato y no dejáramos nada.
EliminarUn abrazo, Patzy.
Cayetano, estupenda entrada.
ResponderEliminarMe quedo con: "Tu bandera el sol, tu himno el viento".
Me encanta este Diógenes del siglo XXI.
Un abrazo amigo.
Un personaje peculiar y sincero.
EliminarUn abrazo, Rosario.
Cuán ligeros andaríamos si nos deshicieramos de lo que no necesitamos. Hay demasiadas cosas que no necesitamos.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó Estradé
La sociedad consumista logra hacer necesarias cosas totalmente superfluas. Y hoy hay gente que vende su dignidad por un plato de lentejas en forma de tarjeta negra.
EliminarUn saludo, Francesc.
Seguiremos buscando al hombre honrado, nos mantendrémos firmes y no nos doblegaremos.Lo suscribo todo,todo. Bien por Diógenes, el griego y este de ahora más moderno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Está faltando ya en nuestro país un manifiesto de "la España con honra" con gente decente de toda ideología y condición como en aquellos tiempos del siglo XIX.
EliminarUn saludo.
Simplemente no era políticamente correcto.Es habitual que estas personas no sean del agrado de la mayoría, sobre todo cuando dicen lo que nadie quiere escuchar. Respuestas inteligentes y consejos que aplicar, me dicen que "los Diógenes" fueron y serán necesarios siempre.
ResponderEliminarUn besote grande.
Una persona molesta, una mosca cojonera de su tiempo.
EliminarUn abrazo, Detalles.
Echo en falta muchos Diógenes en la sociedad de hoy. Gente a la que les satisfagan las lentejas realmente, que saquen de quicio a nuestros políticos en medio de sus peroratas agitando un pez, y que pongan al descubierto sus limitaciones y miserias con su sinceridad.
ResponderEliminarUn abrazo.
En efecto, Rodericus.
EliminarUn saludo.
Lo suscribiría todo pero sobre todo, lo de atesorar experiencias, recuerdos, pensamientos, sabiduría.....Estupendo este Diógenes del siglo XXI.
ResponderEliminarSaludos
Es el síndrome de Diógenes pero en plan positivo.
EliminarUn saludo, Ambar.
Hacen falta muchos Diógenes en este país para que logremos salir del entuerto en el que nos vemos inmersos. Buenos, muchos Diógenes y gente que les escuche porque las palabras se las lleva el viento.
ResponderEliminarHago mías las reflexiones que un Diógenes del siglo XXI escribe por ser ciertas y aplicables al mundo de hoy.
Un saludo
Hacen falta muchas personas honradas que nos ayuden a salir del embrollo en que otros, capaces de venderse por unas lentejas, nos han metido.
EliminarUn saludo, Carmen.
La autosuficiencia que en él parece virtud, por excepcional, sería algo trágico si todos lo imitaran. No su deseo de encontrar hombres honestos a los que hay que buscar y premiar siempre.Un saludo.
ResponderEliminarLa autosuficiencia e incluso la grosería. Rescatamos de él lo positivo. Lo negativo lo consideramos excentricidades de un hombre peculiar.
EliminarUn saludo.
Dentro de todo, quizás los honrados seamos algo Diogenes...Y esperamos que los demás reúnan esas cualidades...
ResponderEliminarMi blog está a punto de 6 años...La semana próxima.
Saludos Cayetano.
Me sacas unos meses por lo que veo. De edad... de blog.
EliminarUn saludo.
Otro Diógenes del siglo XXI, que nos dejó huérfanos hace poco, Jose Luis Sampedro, contó una vez una anécdota sobre un jornalero que se negó a hacer lo que le pedía el señorito porque "en mi hambre mando yo"... Es verdad lo que dice Carmen, nos hacen falta muchos Diógenes. Un abrazo
ResponderEliminarMuy cierto eso que dices de Sampedro: un hombre honrado y coherente.
EliminarUn saludo, Adra.
Tan cierto lo que escribes como que acabo de acercarme por poco tiempo a mi tinaja asturiana y ya me estoy abriendo una sidrina para beberla con esas lentejas.
ResponderEliminarEsto es vida, magníficamente sencilla y sibarita .....claro que los sudores llegaron primero. Acabo de clavar la pica en Flandes y ha querido la casualidad que pueda expresarlo aquí y ahora, a orilla de la confluencia entre el Sella y el Piloña.
Va por el presente Diógenes y su blog.
Lentejas con sidra. No sé si ese será un buen maridaje. En todo caso, la vida son esos pequeños placeres que no tienen por qué ser muy costosos.
EliminarUn saludo, Emejota.
Jajj lentejas simbólicas, se trataba de una dorada a la espalda, recién adquirida junto a la sidra.
EliminarYa decía yo.
EliminarKaixo Cayetano:
ResponderEliminarPor fin los que te seguimos podemos celebrar algo que nos alegra la vida, no comparto la opinion de que el diogenes griego fuera un cinico seria tachado de cinico por sus contemporaneos solo por que no pensaba como ellos. Creo tambien que hoy en dia en esta athenas iberica hay bastantes diogenes repartidos por toda la geografia unos sin su tinaja y muchos otros sin sus lentejas .
Mientras en ese bodebil de la carrera de San Jeronimo esos atenienses discutiendo (perdon haciendo que discuten ) sin hacer nada ya que para ellos lo mejor que se puede hacer es no hacer nada, para que luego los cinicos seamos los demas.
Ya lo dijo Don Miguel de Unamuno “ hay ladrones que denuncian a otros de su profesion para que no les hagan la competencia”.
Llegara un dia que en ese Phartenon iberico llegen a denunciarse entre ellos por que… ya no quedara nada que robar, ¿ que haran entonces nuestro servidores publicos?.
Un saludo Cayetano y ZORIONAK por esos seis años de “tinajerias” las cuales todas y cada una a su modo muy buenas y muy amenas.
Creo que los griegos daban un sentido a "cínico" muy diferente al que damos ahora, que hemos desvirtuado su significado. Era una corriente filosófica caracterizada por su escepticismo y por procurar coherencia entre el pensamiento y la forma de vida.
EliminarUno de los rasgos que diferencia al cinismo de otros movimientos es precisamente la importancia que dan a la ascesis, la práctica continua del ejercicio mental y físico, como camino para conseguir un estado de ánimo apropiado para alcanzar la autosuficiencia, que les libere de los imprevistos y les endurezca para permanecer impasibles ante "adversarios existenciales" como el hambre, el frío o la pobreza, que no dependen de ellos.
Joxean, gracias a ti por tu comentario. Y por desearme felicidades y decirte que a este paso contigo acabo aprendiendo euskera.
Coincido en firmar el texto final.
ResponderEliminarImagino que, a medida que acumulo años, me voy pareciendo dada vez más a Diógenes.
Y no le hace justicia el síndrome que lleva su nombre. Cada día que pasa, voy valorando menos las cosas, lo material. Atesorarlas, menos aún.
Abrazos, Cayetano, aka Diógenes!!
Acumular recuerdos y experiencias es más grato que acumular cachivaches.
EliminarTienes aquí un tema estupendo para las fotos: distintos "diógenes" como aquel llamado Miroslav Tichý, que se construía sus máquinas de fotografiar con cosas que encontraba en la basura:
http://www.latinajadediogenes.blogspot.com.es/2011/06/diogenes-como-motivo-estetico-y-algo.html
Un abrazo, Enrique.
Mi amigo
ResponderEliminarCreo que Diogenes se mostrará receptivo a ese pensamiento, y es que realmente eso sucede hoy en día.
El gran ladrón o grandes ladrones encarcelan al pequeño o pequeños ladrones.
Con respecto a sus últimas palabras di todos pensaremos igual que distinto sería este mundo y esta sociedad de hoy día.
Los griegos tenían sus males pero también sus pensadores, que eran respetados y escuchadas sus sentencias cualquiera que fueran.
A día de hoy el egoísmo, la envidia, el orgullo y el.disimulo contaminan al ser humano lo vivían y le privan de lo bueno, además de corromper todo lo que nos rodea.
Saludos al Diogenes del siglo XXI.
Philippe de Bourgogne: el pensamiento de Diógenes, a pesar de provenir de un griego de la antigüedad, entronca perfectamente con otras culturas diferentes espacial y cronológicamente hablando, compartiendo principios con pensamientos orientales como el Taoísmo o el Budismo. Lo cual conduce a considerar que ciertos pensamientos son universales.
EliminarUn saludo.
Jjejeje La cantidad de citas atribuidas a Diógenes le convierten en el Wilde de su época. Si hubiese triunfado su filosofía y no el método socrático el mundo hubiera sido muy diferente (que conste que no digo mejor o peor)
ResponderEliminarSaludos
Lo curioso, Xibelius, es que parte de su filosofía entronca con gente muy alejada cultural y geográficamente, como son los taoístas y los budistas. No creo que tuvieran contacto. Se trata de una forma de entender la vida, la riqueza, el poder, la prioridad en las necesidades... En todo caso, Diógenes tenía un lado oscuro: era bastante impresentable, algo maleducado, un poquito misántropo y nada sociable. Nos quedamos de él con lo bueno.
EliminarUn saludo.
Totalmente de acuerdo con lo imprescindible para el día a día, que sabemos lo que nos depara el mañana.-Cuando estuve en Italia haciendo prácticas los del Norte con los del Sur no se digieren mucho y es evidente que los del norte acumulan poder adquisitivo :pero los del sur sabiduría y con la sabiduría se vive como, donde y sin ser manipulado por nadie...
ResponderEliminarPor ese afán de tanto acumular riquezas inútiles , hemos convertido la Tierra en un gran estercolero.
Un abrazo y felicidades por el cumple-blog.
Muy acertada tu aportación, Bertha.
EliminarUn abrazo.