No te quejes de que esa medicina sabe mal. Tienes suerte de vivir en el siglo XXI.
En la antigüedad se preparaban pócimas realmente
repugnantes.
Que padecías reumatismo, alguien te recetaba
“caldo de sapo”.
Preparación: cocer a fuego lento cuatro sapos de buen ver, añadir
mantequilla y tintura de árnica. Y beber el caldito.
Que padecías de apatía o falta de energía.
Remedio: un buen
chillido de cerdo en la oreja.
Que el niño tiene incontinencia urinaria: comer rata
podrida.
Que se sigue haciendo pis, pues un vasito de orina de niño
con agua de anís tomada en ayunas.
¿Problemas con la tos?: pues a comer cuerpos de caracol sin caparazón y macerados en azúcar.
¿Padeces ahogamiento? La solución es muy sencilla: enemas de humo de tabaco introducido por el recto con un fuelle pequeño.
¿Problemas con la vista?: zumo de heces de gallina o pollo.
Caldo de lechuza para aliviar las paperas.
¿Cómo combatir la anemia? Muy simple: se mete un trozo de hierro en un vaso de vino y se deja reposar allí unos días. Luego se bebe. Otro remedio era sustituir el hierro por el hígado de un caballo.
¿Cómo combatir la anemia? Muy simple: se mete un trozo de hierro en un vaso de vino y se deja reposar allí unos días. Luego se bebe. Otro remedio era sustituir el hierro por el hígado de un caballo.
Ver también el siguiente enlace.
Mr recuerda a los remedios que los galenos dieron a Carlos II durante su larga agonía, mucho hemos mejorado en estos siglos:
ResponderEliminar"Hace cuatro o cinco días se están sacrificando carneros, para aplicarle las entrañas humeantes aún sobre el estómago y a flor de piel, a fin de devolverle el calor natural."
"los médicos hacen cuanto pueden por prolongar su existencia y le dieron un líquido que se llama Agua de la Vida, que le hizo sudar cuatro horas sin interrupción, y le devolvió el uso de la palabra, casi perdida desde que le acometió un estertor continuo"
Pobre hombre. Encima cuentan que de pequeño le dieron a beber chocolate caliente donde habían desleído los sesos de un cadáver. De ahí lo de "Hechizado".
EliminarUn saludo.
En el XVIII se elaboraba un bálsamo, contra heridas de espada, puñal y palo, con lombrices secas debidamente pulverizadas.
ResponderEliminarComo el bálsamo de Fierabrás. Una porquería seguro.
EliminarUn saludo, Retablo.
Uuhhhmm que rico todo. Es que nos quejamos de vicio. Suscribo una frase de JJ Benítez: "pese a todas las guerras y las injusticias, la humanidad atraviesa por el mejor momento de su historia". Considerémosnos afortunados.
ResponderEliminarUn saludo
Cierto. Mejor ahora que hay antibióticos y podemos ver la tele.
EliminarUn saludo.
A tenor de la asepsia y la farmacopea actuales y visto el retroceso de la creación actística contemporánea, no puedo dejar de creer que todos estos remedios estimulaban la creación artística.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Seguro que sí. Si no te curabas, por lo menos te inspirabas.
EliminarUn saludo, Francesc.
A mí lo que me hacía gracia era cuando tenían la desfachatez de decir que lo que administraban al paciente eran cosas tales como cuerno de unicornio machacado. Y encima colaba.
ResponderEliminarFeliz comienzo de semana
Bisous
Como en los tiempos de Juan de Olid, el de la expedición aquella a África para curar la impotencia de Enrique IV de Castilla.
EliminarUn saludo, madame.
Que tan bien contó Juan Eslava Galán en "En busca del unicornio".
EliminarUn saludo.
Exactamente, Juan Eslava Galán.
EliminarSaludos.
Esperemos que cuando seamos parte de la antigüedad, los remedios actuales no den tanto asco como ahora nos dan las pócimas antiguas. De todas formas, a día de hoy en el mundo se siguen aplicando inventos parecidos, como pueden dar fe tigres y rinocerontes.
ResponderEliminarUn saludo
Hay pócimas de curanderos que todavía hacen uso de métodos antiguos. De todos modos, no sé qué es peor, si que te chille un cerdo en la oreja o tomar antibióticos una semana.
EliminarUn saludo, Carlos.
Ahora comprendo el motivo por el que el óbito era fiel compañero a tan tempranas edades, con esos remedios era preferible pasar al otro barrio antes que sufrirlos jejeje, aun así si alguien le gusta someterse a semejantes curas, recordarles que tenemos nuevas "especies" hoy en día de las cuales saldrían brebajes y pócimas que dejarían a las que haces mención a la altura el betún,pues solo oírlos uno se eriza, imaginemos semejantes bichos cocinados o sazonando algún remedio....
EliminarUn saludo.
elperroverde
Mejor no pensarlo mucho o esta noche no ceno. Jejeje.
EliminarUn saludo para el perro verde.
ooh dios!!! lo del humo por el recto!! jajajajaja yo que fui asmatico de niño! me alegra haber nacido en el siglo XX
ResponderEliminarDe buena te has librado entonces.
EliminarUn saludo, Gary Rivera.
! Yo nunca me he quejado ! he leído demasiada historia de la medicina como para hacerlo.Malo era lo que había que "tragar" pero, lo de las sangrías....si no morías por la enfermedad, te llevaba a la tumba la anemia.
ResponderEliminarSaludos Cayetano
Conocerás casos curiosos. Lo de las sangrías con las sanguijuelas y demás era como el célebre "Ungüento Payeski", que se aplicaba para todo y para nada servía. Eso dicen.
EliminarUn saludo, Ambar.
No hace mucho tiempo aún eramos víctimas del aceite de ricino el agua de Carabaña. y cosas así,
EliminarSaludos.
Y las inyecciones de hierro, que dolían y te dejaban la pierna hecha un cromo. ¡Qué tiempos!
EliminarSi no se moría de la enfermedad que te aquejaba acababas en el cementerio por el brebaje del barbero. Leyendo la entrada recordaba la primera parte de la novela de Noah Gordon "El médico".
ResponderEliminarUn abrazo
Si no te mataba el mal, te mataba el remedio.
EliminarUn abrazo, Carmen.
Qué efectos secundarios tendrían tales remedios. A veces, me alegra vivir en este siglo, aunque sigan negociando y comerciando con nuestra salud, prefiero que morir por negligencia o por falta de tratamiento...
ResponderEliminarUn besote, maestro.
Efectos secundarios, terciarios... y el asco metido en el cuerpo.
EliminarUn abrazo, Detalles.
Voy a contarte algo sobre mi madre que tiene que ver con tu entrada
ResponderEliminarCuando era niña, sufrió escarlatina. Tras tomar durante un tiempo una medicina recomendada por el médico, mi abuela la llevó a un curandero que le "recetó" llevarla a las vías del tren cada mañana para cuando pasara, aspirara el humo.
Burradas,
Besos
Vaya con el curandero. Eso es peor que beber caldito de sapo.
EliminarMe imagino que tu madre no se curaría con ese "remedio", sino con el tiempo.
Un abrazo, Arantza.
Yo tengo la percepción de que, a pesar de todas las injusticias, miserias y catástrofes actuales, hay una mejora permanente de la vida humana ..... un personaje de una peli de Woody Allen, decía: el universo se expande, aunque Booklin no se expanda mucho ....
ResponderEliminarManuel: creo que hemos tocado fondo y empezamos el retroceso. Cada vez hay más gente que pasa penalidades en el llamado primer mundo.
EliminarUn saludo.
Parecerá increible pero en los años sesenta y en Barcelona, una amiga gallega de mi madre, encantadora y con un estilazo bárbaro que destacaba en nuestro barrio, le propuso a mi madre darle una botella del vino reconstituyente que había traído de su pueblo para sus hijos, a ver si yo ganaba algún kilo.
ResponderEliminarFuimos a su casa y en la cocina tenía un pequeño tonel tapado con un paño, metió un cucharón y llenó dos vasitos de un líquido granate que nos ofreció. Aquello estaba rico, muy dulce, y al preguntarle mi madre si era málaga o moscatel ella le respondió que no, que era un vino sencillo. Pero para que no se notase el sabor de la sangre del hígado de caballo que metía dentro, le echaba dos kilos de azúcar. Mientras hablaba volvió a meter el cucharón y sacó colgando una especie de redecilla blanca y rojiza repugnante, que goteaba
Nunca olvidaré aquel amasijo, ni la cara de mi madre ni cómo me quitó el vaso de la mano.
Qué sorpresa, Cayetano, siempre creí que mi experiencia había sido algo aislado y personal de aquella mujer, pero acabo de enterarme de que era así.
Ya veo, Ana María, que lo viviste personalmente. Aquella amiga gallega se escapó de la Edad Media. Para mí que era medio "meiga". Vaya brebaje. ¡Puaj!
EliminarUn saludo.
Me has sacado una sonrisa. De pequeño, en Venezuela se usaba "pa`to" el llanten...Una planta cuyas hojas se hervían y se tomaba el agua. Arnica para los golpe (también una planta) y el tradicional aceite de hígado de bacalao y el de ricino...
ResponderEliminarHemos avanzado...menos mal porque en algunos casos, el remedio era peor que la enfermedad.
Saludos
Me imagino, amigo Manuel, que entonces como hoy funcionaría mucho el "efecto placebo" de algunos remedios "infalibles".
EliminarUn saludo.
Ayyyyy, lo contentos que debemos estar de haber nacido en buen momento. He echado a faltar las sanguijuelas.
ResponderEliminarLas sanguijuelas las dejamos para esos que nos chupan la sangre de otra forma más sutil.
EliminarUn saludo, Emejota.
Didáctico y, bueno, quizás un poco repulsivo... menos mal que hace rato que he comido.
ResponderEliminarAbrazotes.
Has hecho bien. Esto hay que leerlo después de hacer la digestión.
EliminarUn abrazo, Borja.
¿Quieres decir que debemos estar contentos con el copago?
ResponderEliminarUn abrazo
Copago... Hablando de métodos antiguos: uso de "sanguijuelas" que te chupan la sangre.
EliminarUn abrazo, Francisco.
Me hace gracia lo del chillido de cerdo en la oreja, no sé si sería efectivo para la falta de energía, pero un poco sordos si que se quedarían, jeje
ResponderEliminarAbrazos para ti, Cayetano
Lo del chillido en la oreja parece muy visual. Eso sí, propiedades curativas pocas. Y como bien dices: sordera asegurada.
EliminarUn abrazo, Marga.
¡¡ Que barbaridad!!, me has hecho recordar aquellas cucharadas de aceite de hígado de bacalao que me "enchufaba" mi madre cuando pensaba que yo no tenia demasiado apetito.
ResponderEliminarEs que al triunfo se llega después de muchos fracasos, y la medicina moderna también tiene un pasado.
Un abrazo.
Aquello era sadismo. Sabía a rayos el famoso aceite.
EliminarUn abrazo, Rodericus.
Fico imaginando o que usavam no tratamento de dor de dente, prisão de ventre e diarreia...rsss!
ResponderEliminarMuto interessante, sua postagem, Cayetano!
Abraço e bom fim de semana!
VitorNani & Hang Gliding Paradise
Un abrazo, VitorNani.
EliminarComo para ir al médico...
ResponderEliminarUn abrazo
Había que pensárselo dos veces.
EliminarUn abrazo, Javier.