lunes, 17 de enero de 2022

El autoantropófago


Avelino Garrido se comía los mocos cuando era un crío. Más tarde comenzó con la manía de morderse las uñas. Un vicio tonto. Después siguió con las cutículas y los padrastros, luego con la piel dura adyacente a cada lado de la uña. Los dedos se le pusieron como porras.

Un día se percató de que estaba mordiéndose los labios. Se hallaba en el cine viendo una película de suspense. Había unos malos muy malos, de esos con sombrero y vestidos con traje negro, metidos todos dentro de un sedán también negro. Y perseguían a una joven rubia, muy guapa por cierto, que corría despavorida por la calle. Era de noche y no había un alma. Solo se oía el chirriar de los neumáticos en los adoquines y el taconeo frenético de la moza que huía a la desesperada. La persecución de la chica por aquellos mafiosos le producía desazón. Tanta que, cuando se quiso dar cuenta, se había hecho sangre al arrancar jirones de piel reseca de los labios con la ayuda de su dentadura.

Una noche, tras ducharse, comenzó a cortarse las uñas de los pies y no pudo reprimir sus impulsos. Dejó la tijera a un lado y comenzó a mordérselas con sus propios dientes. Al tirar en exceso de una de ellas, la del dedo gordo del pie izquierdo, como estaba muy dura, se rajó por donde no debía, arrancándose la mitad y dejando al aire la la pulpa blanquecina de debajo. Se hizo sangre. No quedó ahí la cosa, pues del esfuerzo que hizo se partió también uno de los incisivos, tragándose sin pretenderlo un fragmento del mismo.

Un día fue a un restaurante con su amigo Juan.

Su amigo pidió un chuletón de buey, poco hecho. Y él un plato de pasta con queso rallado. Mientras el amigo daba buena cuenta de la carne y con el cuchillo dejaba aflorar un interior rojizo y sanguinolento, le dijo:

-No sé cómo podéis comeros la carne medio cruda. Yo, últimamente me estoy volviendo casi vegano: pasta, arroz y ensaladas, sobre todo.

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Texto publicado originariamente en La Charca Literaria


33 comentarios:

  1. Me da que pensar si los veganos lo son por esa causa. Es una idea original y que les pienso contar a algunos de ellos, que por pesados y adoctrinadores, se merecen.

    Un saludo.

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    1. Seguro que se comen las uñas y los mocos.
      Un saludo, Carlos.

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  2. Y carne de tu propia carne, Avelino, no seas mentiroso que ya son muchos tus méritos para que trates de engrosar en curriculum.
    Un abrazo, Cayetano.

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  3. Hola Cayetano:

    Le pasa a los caníbales... Se comen otro tipo de carne...

    Muy bueno

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  4. Pensé que se comería su propio coche. Hay muchos que critican lo contrario de lo que hacen.

    Saludos.

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  5. Jajajajaja...tienes cada una!!!!
    Un abrazo

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  6. Es una cuestión de amor propio. Hay indivíduos que están tan enamorados de sí mismos que se quieren tanto que se comen.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Sí, debe ser amor propio. Además la carne de uno es más de fiar que la que venden procesada.
      Un saludo, Francesc.

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  7. Un trastorno convulsivo este ya casi se detroza con sus tics.
    Y tne razón , cómo se puede comer la carne casi cruda:(
    Cayetano casi lo dejas sin pieles...
    Un abrazo feliz semana

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    1. Conozco a más de uno que hace cosas similares.
      Un abrazo, Bertha. Feliz semana igualmente.

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  8. Jaajjj, qué mejor fuente de proteínas que la propia. Una pena que quienes bajen de peso encima lo hagan pagando y padeciendo. Un poquito de hambree natural y voila! Deberíanse guardar esos límites de más en la despensa para días peores!!!!
    Gracias por el irónico humor! Chico, que el mundo anda”mu arrastrao “ y a una no le gusta mancharse!

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    1. El humor es de las pocas cosas que nos van quedando.
      Gracias a ti, Emejota.
      Un saludo.

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  9. Jajajajajajajajajaja no me extraña que haya cambiado sus hábitos alimentarios.

    Besines utópicos.-

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  10. Estaba empachado de tanta guarrería propia.
    Un abrazo, Irma.

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  11. Me voy a dormir con grandes risas Cayetano, tu relato no es para menos. Gracias por traerlo.

    Un abrazo.

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  12. Muy logrado el contraste, sí señor. En realidad, lo que consumía de sí mismo eran subproductos.

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    1. No tiraba nada de sí mismo al contenedor de residuos.
      Un saludo.

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  13. Quién puede decir que la carne de uno mismo no es la más rica de todas...
    Un saludo

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  14. Jajajajajajaja!!!!! Lo tiene claro el pobre, como siga asi...

    Un saludo

    Fina

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    1. Sí, entre verdura y la porquería que come anda listo.
      Saludos, Fina.

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  15. Mis primeras palabras van para el modelo que nos has traído en la foto. Qué profesional.
    No se puede expresar mejor un clímax como el suyo. Si después de ese episodio sigue vivo, seguro que a estas horas estará viviendo un banquete con los test de antígenos. (Que después se comerá, seguro)
    Un saludo.

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  16. El de la foto, un centímetro más y hay trepanación.
    Un saludo, Ana.

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  17. El prefería carne de confianza y por eso se comía a si mismo.
    Que cosas le pasan alguna gente je je je.
    Muy entretenido tu relato
    Un saludo
    Puri

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  18. Nunca me hubiera imaginado ese final. Por cierto, el personaje de la foto parece Pete Towshend, el guitarrista de los Who. Un saludo.
    https://s.yimg.com/ny/api/res/1.2/DWjQBe_BWcEqdcLmvE7E1g--~A/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjtzbT0xO3c9ODAw/http://media.zenfs.com/en-US/homerun/consequence_of_sound_458/d20b919900c199412aa18d94b9399949

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    1. Sí, es verdad. Se parece un montón. También al cantante y guitarrista de King Buffalo.
      Un saludo.

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