Llega la Navidad y la nostalgia se apodera de nosotros.
Y cada año vienen a la mente viejos y recurrentes temas, lo quieras o no.
Por ejemplo, el cuento de Dickens, "Canción de Navidad", con el viejo avaro Scrooge, al que dediqué una entrada las navidades pasadas.
El tema de las injusticias, el de la guerra, el de la soledad...
Y pensamos en los que están lejos, en los que lo pasan mal, en los que sufren frío, hambre o penalidades, en los que se convierten en víctimas de un sistema injusto que emplea una doble vara de medir o en los que padecen los rigores de una guerra que ellos no iniciaron, pero que fueron conducidos a ella como se llevan los corderos al matadero… Es muy ilustrativa aquí la imagen del soldado de tiempos pasados, enterrado en la nieve y en el barro de la trinchera, martirizado por el hambre, el miedo y los piojos, con la cara y las manos amoratadas por el frío…
Pero a veces, en medio de la refriega, sucede un milagro.
Es lo que narro en un capítulo de “Historias que no son cuentos”, recogiendo una entrada antigua mía que en su día tuve el gusto de compartir aquí, en referencia a la Primera Guerra Mundial.
Sí, a veces ocurre un milagro...
Y cada año vienen a la mente viejos y recurrentes temas, lo quieras o no.
Por ejemplo, el cuento de Dickens, "Canción de Navidad", con el viejo avaro Scrooge, al que dediqué una entrada las navidades pasadas.
El tema de las injusticias, el de la guerra, el de la soledad...
Y pensamos en los que están lejos, en los que lo pasan mal, en los que sufren frío, hambre o penalidades, en los que se convierten en víctimas de un sistema injusto que emplea una doble vara de medir o en los que padecen los rigores de una guerra que ellos no iniciaron, pero que fueron conducidos a ella como se llevan los corderos al matadero… Es muy ilustrativa aquí la imagen del soldado de tiempos pasados, enterrado en la nieve y en el barro de la trinchera, martirizado por el hambre, el miedo y los piojos, con la cara y las manos amoratadas por el frío…
Pero a veces, en medio de la refriega, sucede un milagro.
Es lo que narro en un capítulo de “Historias que no son cuentos”, recogiendo una entrada antigua mía que en su día tuve el gusto de compartir aquí, en referencia a la Primera Guerra Mundial.
Sí, a veces ocurre un milagro...
... y las armas dejan de vomitar sangre y muerte y hacen una pausa para que los combatientes se tomen un respiro y declaren un alto el fuego. Es lo que se viene a denominar “Tregua de Navidad”, algo no oficial que se inventó durante la Gran Guerra.
Navidad de 1914. Primera Guerra Mundial. Frente occidental. Alemanes y británicos frente a frente. La batalla más importante de la guerra va a tener lugar. Esa que no recogen los libros de historia. La victoria será para los dos bandos. En medio del infierno de las trincheras, los soldados abandonan sus armas y se dedican a lanzarse mensajes y cánticos de paz y fraternidad. Acaban de inventar la “Tregua de Navidad”.
Así fue.
De pronto en medio del invierno dejan de silbar las balas y se oyen desde las trincheras gritos con los que los combatientes de ambos bandos se saludan los unos a los otros, intercambiando felicitaciones y villancicos. Los soldados británicos responden en inglés, también cantando, a los alemanes que entonan el Stille Nacht (Noche de Paz). Aparecen banderas blancas que anuncian un alto el fuego. Luego, los soldados deciden dar el siguiente paso y quedan en verse en “tierra de nadie”, donde intercambian cigarrillos, latas de conserva, chocolate y licores. También aprovechan el momento para recuperar cadáveres de compañeros abatidos de uno y otro bando y proceder a su enterramiento.
La gente no se pelea porque sí. Generalmente son los mandamases los que ponen al personal en contra en beneficio propio.
ResponderEliminarAlgo parecido me contó mi padre de sus vivencias en el frente, durante la guerra civil; algo que luego quedó plasmado en la película "La vaquilla". Lo soldados nunca o casi nunca son partes beligerantes, sino instrumentos de obediencia que piensan más en el retorno sano y salvo a casa que en el triunfo de los suyos. Esos que piensas en el éxito militar suelen estar en la retaguardia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Recuerdo la entrada; la historia preciosa que venía a confirmar que siempre habrá muchos más de diez justos en Sodoma...
ResponderEliminarFeliz Navidad y un abrazo grande, Cayetano
La Fuensanta y el Antón: por eso los mandos estaban que trinaban con la tregua navideña: el control de las tropas se les escapaba de las manos.
ResponderEliminarUn saludo.
Francisco: como decía a La Fuensanta y el Antón: los mandos siempre están temerosos de que el control se les vaya de las manos. La gente corriente es la misma en todos lados, da igual el bando. Y qué buena y humana esa película que nombras.
ResponderEliminarUn saludo.
Adra: porque si no... apaga y vámonos. Siempre hay gente buena que es precisamente la que no hace ruido.
ResponderEliminarUn saludo.
Paul McCartney también hizo la canción "Pipas de la Paz" sobre lo que narras y que está muy bien:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=g1xcPVrrW-Q
Un saludo
La sociedad no ha entendido que la tregua debería pactarse exactamente al revés: sólo un día para la lucha (sin armas, con palabras y diplomacia), y el resto para intercambiar lo que quieras: comida, juguetes, ropa, libros, sonrisas...ya sé, muy utópico, pero que lindo hubiera sido! Abrazo, Cayetano! Muy Felices Fiestas, amigo mío!
ResponderEliminarCarlos: famoso vídeo del ex Beatle.
ResponderEliminarUn saludo.
Patzy: por soñar que no quede, Estaría bien.
ResponderEliminarUn saludo.
Las guerras nunca son propias, pero intentan que parezcan...
ResponderEliminarAndo disperso Cayetano...ya hablaremos
Saludos.
Veo que sigues trabajando, incansable. Cierto, la navidad suscita en nosotros sentimientos que, por desgracia, no mantenemos durante el resto del año. Pero también es humano "aflojar", porque hay ciertas tensiones que no podemos soportar si ha de ser de manera permanente.
ResponderEliminarQue pases felicísimas fiestas, querido amigo. Un abrazo muy fuerte.
En estas fechas la empatía me puede querido amigo, quizá por mi condición...
ResponderEliminarPero lo que más deseo a día de hoy es que ese cuento de Navidad sea un sueño cumplido para muchos de los que hoy lo están pasando mal.
Me ha encantado la historia.
Un abrazo.
Historias que son la cruda realidad, aunque para ser sincero no soy muy a fin a estas fechas, creo que hay que actuar en conciencia y no por consecuencia a... *Te aclaro mi ateísmo navideño*( fue causado por un sueño que tuve hace un par de años en el que se me apareció un papa noe con barba negra y saco con sobres y cara de avaro , y al año siguiente se quedo con mi extra....) desde entonces practico el agnostismo navideño...
ResponderEliminarUn abrazo.
Aquella guerra de trincheras, en la que los bandos se vigilaban desde sus escondrijos, propició el milagro. Un ejemplo claro de cómo en las guerras unos luchan o hacen luchar a los demás por las ideas y otros luchan o les obligan a hacerlo sin saber por qué.
ResponderEliminarFeliz navidad, Cayetano.
Caray eso si es el espíritu de navidad, aunque claro sería mejor si las guerras se suspendieran para siempre! Y que solo leamos de ellas como algo añejo y primitivo de cómo resolvíamos nuestros conflictos cuando éramos unos salvajes! Por ahora es solo un sueño! Pero es un sueño bonito! Muy buena entrada me ha gustado!
ResponderEliminarManuel: que no sea nada ese asunto que te preocupa.
ResponderEliminarUn saludo.
En las guerras siempre hay alguien que la instiga y luego se queda en la retaguardia. Vamos, como el capitán araña. Feliz Navidad desde mi mejana
ResponderEliminarFelipe: los que las padecen son los mismos que hoy sufren los efectos peores de la crisis... los que pagamos los impuestos.
ResponderEliminarUn saludo.
Isabel: es tiempo de reflexión. Lástima que esta crisis y la torpeza, cuando no ocultos intereses, de nuestros gobernantes amarguen a más de uno estas fechas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Senovilla: creo que es casi un deber pensar, al menos pensar, en los que lo están pasando tan mal. En fin... ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarPedro: sí. La verdad es que estos gobernantes y tunantes que tenemos son expertos en amargar las fiestas a cualquiera. En casa somos bastante reacios a festejar estas fechas porque nos persigue la negra: varios familiares por parte de mi mujer han ido muriendo precisamente en navidades pasadas. Este año está en el hospital un cuñado. En fin...
ResponderEliminarTodo ello no quita que sea para mí un tiempo de reflexión; sobre todo por la cantidad de gente que lo está pasando mal.
Un saludo.
DLT: los que se matan en las guerras son los mismos que hoy sacan adelante al país pagando religiosamente sus impuestos y sufriendo lo peor de la crisis.
ResponderEliminarUn saludo.
Gary Rivera: esperemos que alguna vez la especie humana aprenda la lección. Aunque a veces tengo mis dudas...
ResponderEliminarUn saludo.
El espíritu de la navidad se cumple muy pocas veces. Ahora ya nos las han amargado con la subida de la luz, que es una cosa de no tener vergüenza ni dignidad. No sé hasta dónde piensan que pueden seguir tensando la cuerda, explotando a la gente y tomándonos el pelo con un engaño tras otro.
ResponderEliminarIntentaremos olvidarnos de ello por unas horas, y poder así disfrutar de un poco de paz con la familia.
Felices fiestas, monsieur
Bisous
Madame: conviene olvidarse de vez en cuando de las faenas que nos hacen estos que mandan, porque si no no viviríamos. ¿Hasta dónde pensarán llevar la crispación de la gente?
ResponderEliminarUn saludo y felices fiestas.
Lo peor de aquella "tregua oficiosa", que no oficial, fue que los oficiales de ambos bandos trataron de ocultarla (era indigno). Anda que...
ResponderEliminarUn abrazo
Javier: las órdenes de los mandos no estaban por la labor de ninguna tregua. Habían pintado al enemigo como un ser detestable y sanguinario. Y esto les desmontaba el montaje.
ResponderEliminarUn saludo.
Recuerdo esta entrada con cariño, de acuerdo con tus primeros comentaristas, al menos. Besos y felices días.
ResponderEliminarEmejota: es que cuando llegan estos días es difícil no repetirme.
ResponderEliminarYa te digo que te vas a empachar de tanta entrada. Jejeje.
Un saludo.
Pues bienvenida sea la Navidad si consigue el alto el fuego en medio de una guerra tan puñetera y sangrienta como la del 14. Si te digo la verdad no me gusta demasiado la Navidad porque con ella vienen los recuerdos de otros tiempos, no sé si mejores, pero sí en los que estaban a nuestro lado personas que ya se fueron al lugar del no retorno. Y detesto la obligatoriedad de desear felicidad, la hipocresía de la sonrisa falsa y la solidaridad forzada. Creo que hay otros moementos de la vida en los que puede existir una Navidad real, sin que el calendario rece "diciembre" y las bolitas de colores inunden los escaparates.
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen: a mí me pasa algo similar, sobre todo si se tiene en cuenta que algunos seres queridos se fueron precisamente, por una fatídica coincidencia, en estas fechas. Lo que me ocurre es que en estas fechas se juntan dos factores que nos hacen pensar especialmente en los menos favorecidos: el frío invernal que empieza y el despilfarro y la felicidad de algunos que choca con las penurias y la tristeza de otros.
ResponderEliminarUn saludo.
Conocía la historia y siempre me ha parecido un error. Prefiero no confraternizar con quien voy a matar o quiere matarme.
ResponderEliminarHilario: una contradicción entre gente desesperada. Bienvenido a estos andurriales.
ResponderEliminarUn saludo.
"Historias que no son cuentos"....
ResponderEliminarSi .A veces ocurre un milagro.
Ojalá se acabaran los padecimientos para quienes sobreviven a situaciones desafortunadas.
Momentos de balance en los que nos hacemos planteos a todo nivel.
Siento que si se lograra superar la crisis de " valores" ( ética )... la crisis material sería un mal menor en todos los rincones de la tierra .
Los mejores deseos en estas fechas para ti y los tuyos .Y para toda la humanidad.
Un abrazo
Creo que lo
Carmela: yo también lo creo. Es sobre todo una crisis de valores. Felices fiestas.
ResponderEliminarCayetano, después de varios meses retirado del mundo bloguero, deseo suerte, salud y, si es posible, prosperidad para ti y los tuyos.
ResponderEliminarun abrazo,amigo
Antorelo: igualmente.
ResponderEliminarSobre todo mucha salud.
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2014
ResponderEliminarFelices Navidades, querido amigo.
ResponderEliminarDapazzi: igualmente. Que la paz, la salud y la alegría sean las protagonistas.
ResponderEliminarRetablo: felices fiestas igualmente.
ResponderEliminarY un venturoso 1914.
Acabo de escuchar la Navidad que están viviendo en Siria con tanta bestia suelta y tu entrada es una chispa de esperanza sobre lo que debería pasar en los próximos días. Recibe mis mejores deseos.
ResponderEliminarAna Mª Ferrin: no estaría mal que hubiera una tregua en la estupidez humana de vez en cuando.
ResponderEliminarUn saludo.
Un pasaje de la historia muy curioso y entrañable.
ResponderEliminarAunque hoy he pasado por aquí con el único objeto de felicitarte estas fiestas.
¡¡¡ Felíz Navidad y Próspero Año Nuevo !!!
Como decían antiguamente las tarjetas de los aguinaldos.
Un fuerte abrazo.
Antonio: igualmente, felices fiestas y un "próspero" Merimée.
ResponderEliminarUn saludo.
He comentado la anécdota muchas veces en clase y creo que el fragmento que publicas me va a servir para clase.
ResponderEliminarAcabo de conocer que hay una película de 2005, llamada "Feliz Navidad" que se basa en el asunto que nos cuentas. ¿La has visto? ¿Serviría para clase?
Saludos y felíz Navidad
Eladio: no conozco esa película, así que no sé si será o no buena para clase. Si la entrada te es de utilidad, bienvenida sea.
ResponderEliminarUn saludo.
Querido Cayetano, el amigo Eladio tiene razón; mi centro ha aprovechado el último día de clases para llevar a cabo varias actividades entre las que figuró la proyección en las aulas, con la excelente cooperación de los alumnos de 2º Bachillerato, de la película de la que Eladio habla. Una vez concluido el visionado, se procedió a realizar un "Pasapalabra" con la prueba del "rosco" que incluía preguntas cuyas respuestas aparecían en el film o podían extraerse de un atento visionado. Te diré que el éxito fue enorme: la película fue seguida con gran interés por todos los grupos y los ganadores de la prueba fueron obsequiados con un pequeño "aguinaldo" navideño.
ResponderEliminarLa verdad es que yo tampoco conocía la película hasta ese momento, pero sabía de episodios similares entre los dos bandos durante la Guerra Civil española.
Te deseo unas felices fiestas, querido amigo, y te hago llegar mil bicos.
Profedegriego: me alegro mucho saber de estas iniciativas en los IES, sobre todo en estas fechas tan especiales donde la gente está más sensible y receptiva.
ResponderEliminarUn saludo.
Sirva este punto de encuentro que es la tinaja de Diógenes para agradecer el comentario de profedegriego en respuesta a mi consulta.
ResponderEliminarEladio: vale. Me parece correcto en lo referente a la profe de griego, colegas todos al fin y al cabo. Pero no vayas a quedar también aquí con todos los de tu grupo, el batería y los amplificadores, que esta tinaja es acogedora pero limitada. Jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo y que el nuevo año sea al menos un poquito más llevadero que el que se nos va.
Procuraré controlarme.
ResponderEliminarSaludos.
Eladio: eso es de personas decentes.
ResponderEliminarUn saludo.