domingo, 25 de diciembre de 2011

Día de Navidad: un presunto nacimiento y una segura dimisión



Hoy, para todos los que celebramos de alguna manera estas tradicionales fiestas, creyentes o no, es el día de Navidad.
La comunidad cristiana conmemora el día del nacimiento de Jesús, un evento que muchas fuentes ubican en otros momentos del año, posiblemente antes de finales de octubre porque en la historia que se nos relata los pastores velaban sus rebaños a la intemperie durante la noche y ello era impensable en pleno invierno.

Pero el 25 de diciembre de 1991 también es el día en que dimitió Mijail Gorbachov y desapareció la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que pasaría a llamarse provisionalmente Comunidad de Estados Independientes. Con este acontecimiento comenzó un largo camino de transición hacia el capitalismo. Un camino plagado de dificultades y de cosas mal hechas. Derrumbado el comunismo, el mundo occidental capitalista dejó de tener temores, iniciándose una nueva andadura hacia el neoliberalismo, "sin complejos" que diría algún dirigente occidental. El problema es que en ese tránsito hacia la economía de mercado, hubo un vacío estructural que fue aprovechado por mafiosos y listillos para imponer sus métodos y enriquecerse. Gorbachov no quería un cambio de ese tipo, sino algo más controlado y lento, pero el asunto se le escapó de las manos. Y otros, como Boris Yeltsin, pasaron a convertirse en los protagonistas de dicho cambio y no él.
Gorbachov, un personaje controvertidopasará a la historia para muchos como un hombre valiente, decidido a superar una etapa difícil, un hombre que acabó con el comunismo postestalinista desde dentro y posibilitó la liberación de los ciudadanos y de los países sometidos al yugo soviético. Justo dos años antes, en 1989: Nicolae Ceausescu, dictador comunista rumano, era condenado a muerte y ejecutado, acusado de una enormidad de delitos.
Para los comunistas rusos, para "los duros" y los nostálgicos, Gorbachov será un cáncer, un traidor que tiró la toalla frente a los americanos y liquidó el poderío ruso para abrazar el capitalismo.
Todo es cuestión de la elección del punto de vista.

Volviendo a la navidad y siendo fieles al espíritu alegre de estas fechas, podemos  mezclar caprichosamente los temas que hoy conmemoramos:



En el portal de Belén,
los de la cheka han entrado.
Se llevan a San José,
los pastores y el ganado.


***

Campana sobre campana,
-campanas a mogollón-,
presentará esta mañana
Gorbachov su dimisión.




¡Feliz día a todos!

Nos vemos pronto

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Tal día como hoy de 1919

                                                    

21 de diciembre de 1919, tras la Primera Guerra Mundial, al Kaiser alemán Guillermo II se le concedió asilo político en los Países Bajos (Su abdicación había tenido lugar el año anterior).
Aunque se barajan siempre varias causas o factores que llevaron a las naciones europeas al enfrentamiento, nadie pone en duda que las "malas artes" del Kaiser precipitaron los acontecimientos.
Si Guillermo I pasó a la historia como el hombre que junto a su fiel Canciller Otto Von Bismarck logró la unificación de Alemania, a su nieto se le conocerá como el hombre que arruinó todo el sistema de alianzas que hábilmente había diseñado Bismarck para preservar la paz en el continente, provocando la división de Europa en dos bloques enfrentados: la Triple Alianza y la Triple Entente.
En efecto, el nuevo Kaiser pasará a la posteridad como un hombre que cometió irreparables errores políticos que lo harían merecedor del premio "gran metepatas de la historia", una especie de "Récord Guiness" ficticio de la época.
Era un ser prepotente y soberbio, partidario del nacionalismo más xenófobo y agresivo, en la línea del "darwinismo social" de Spencer : la ley del más fuerte. Convencido del papel decisivo de Alemania en la historia como gran potencia, no renunció a ser un país importante en el reparto colonial.
Con anterioridad, cuando Bismarck era el Canciller, el Reich alemán había conseguido mantener aislada a Francia, tras la guerra franco- prusiana en la que el país galo perdió Alsacia y Lorena. Había que evitar la revancha. El método empleado fue una inteligente política de alianzas en Europa, en las que participaba Alemania y Francia estaba excluída.
Cuando llegó Guillermo II, todo el entramado inteligente de Bismarck se vino abajo a partir de una serie de graves errores  en el plano político.
Lista de errores:

1.- Celoso del protagonismo del "Canciller de hierro" promovió la destitución de Bismarck y así tener el control absoluto de la Cancillería.
2.- Política navalista: contrucción de barcos de guerra. Lo que despertó la desconfianza de Inglaterra. ¿Para qué demonios quería barcos Alemania? ¿A quién pretendía asustar? Estaba claro el mensaje.
3.- Envío de un buque de guerra frente a las costas del Marruecos francés. (Crisis de Agadir) Una actitud claramente provocadora que parecía insinuar: ¡Cuidado que aquí estoy yo!
4.- Declaraciones explosivas sobre la misión histórica de Alemania: "Potencia naval como meta, política naval como instrumento"
5.- Simpatía hacia los boers  -colonos de origen holandés- de sudáfrica en la guerra anglobóer. Lo que provocó mayor tensión con Inglaterra.
6.-Negar ayuda a Rusia para hacer frente a su desarrollo industrial. Este país buscará en Francia el apoyo necesario.
Resultado: creación de la Triple Entente frente a Alemania: Francia, Inglaterra y Rusia se alían entre ellos ante la actitud mostrada por el Kaiser. El cerco terrible en torno a Alemania que precisamente Bismarck había logrado evitar con su inteligente política de alianzas.
La paz mundial estaba a merced de cualquier eventualidad.
Y la eventualidad tuvo lugar en Sarajevo.

Y allí empezó el lío.
Pero esa es otra historia.

jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Y si España hubiera entrado en la guerra mundial junto a Alemania?



Un relato de historia- ficción.
                                 

23 de octubre de 1940. Frontera hispano- francesa. Estación de Hendaya.

Hace poco más de un año que empezó la guerra. Son poco más de las tres de la tarde. Hitler se pasea impaciente y levemente contrariado por el andén de la estación. El tren donde viaja Franco viene con retraso. "Das ist ja eine schöne Bescherung! (1) No me gusta esperar. En fin, todo sea por lo que es. Habrá que dar algunas migajas al pequeño dummkopf (2) para que quede contento. España nos interesa para quitar a los ingleses el control de la entrada al Mediterráneo y como vía de paso para África."  
Franco también estaba impaciente y nervioso. No las tenía todas consigo. Los falangistas y buena parte de los militares le apoyaban en las peticiones que iba a proponer al Führer, nada menos que recuperar Gibraltar, recobrar la unidad peninsular a expensas de Portugal y un buen bocado en las colonias norteafricanas. Pero, claro, sin enojar demasiado a Petain. Un hueso duro de roer y un gran aliado de Adolf con su régimen colaboracionista, el de Vichy. Los más moderados entre las distintas familias franquistas, parte del ejército y los católicos, no querían nuevas aventuras tras la guerra civil con el fin de consolidar el nuevo régimen, por eso habían pensado que si Franco pedía mucho a Hitler a cambio de la entrada en guerra de España, el austriaco se habría negado en redondo; pero Franco tenía otros planes y anhelaba, en sus delirios de grandeza, una buena recompensa gracias a su aportación a esta guerra.
En esto, resoplando como una bestia metálica y rodeada de vapor, irrumpió la locomotora en la estación haciendo rechinar las ruedas de hierro contra los raíles.
¡Al fin! Ya llegó el que se esperaba.

                             
Franco descendió del vagón con gesto resuelto y jovial. Vestía traje militar con gorro de campaña, mientras que Hitler vestía uniforme del Partido con gorra de plato. Franco, al lado de Hitler parecía todavía más pequeño y más frágil, con esa sonrisita nerviosa y forzada que el general exhibía en contadas ocasiones. El gallego venía con el cuñadísimo, el filonazi Serrano Súñer. Al Führer lo acompañaba su ministro de exteriores Joachim Von Ribbentrop.
Primero, los apretones de manos con el amo de Europa y las fotos para la prensa. También esas sonrisas y esos saludos con el brazo levantado cumpliendo el ritual esperado. Y en seguida la subida al coche- salón y esos intérpretes por ambas partes traduciendo a toda velocidad.

En primer lugar, Franco se deshizo en elogios hacia el el Führer por la enorme ayuda aportada durante la guerra civil. Luego pasó a loar el nuevo orden mundial que estaba iniciándose en Europa gracias al impulso alemán. Hitler por su parte alabó a Franco por su victoria contra el comunismo e insistió en crear un nuevo diseño de Europa en el que el general español jugaría un papel importante como guardián del sur. Era necesario que España participara de forma positiva y que facilitara el paso de las tropas alemanas para proteger las costas africanas. Era imprescindible que España tuviera un papel activo para que la victoria del eje fuera una realidad en toda Europa.
Se habló de Gibraltar y de que España lo recuperaría tras la guerra. Se habló de Portugal como un objetivo legítimo de España a conseguir a medio plazo, no de forma inminente. Ahora no sería el momento más adecuado. Se habló de Orán y de Marruecos y el Führer no quiso atarse las manos de momento, ya que al día siguiente tenía concertada una entrevista con Petain y de entrada necesitaba su colaboración. No obstante, dijo a Franco que ese tema lo abordarían tras la victoria, pero que desde ahora podía contar con su apoyo incondicional, ya que históricamente le pertenecía el dominio de esa parte del Mediterráneo. El Caudillo también hizo referencia al armamento necesario y la promesa alemana de enviar baterías de costa de gran calibre junto a los técnicos necesarios para montarlas y adiestrar a los españoles en su manejo. El resto de la entrevista se prolongó durante cerca de dos horas. Se habló sobre todo de apoyo logístico y técnico, de envío de armas y material por parte del Reich, de estrategias y de posibles contratiempos.

Y así fue como finalmente España entró en guerra.


___________
(1) ¡Maldita la gracia que me hace!
(2) Tonto

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Qué hubiera pasado si...


¿Qué hubiera pasado si los americanos no hubieran intervenido en la Segunda Guerra Mundial…?

En la entrada que dediqué al Pearl Harbor, el bloguero y seguidor Desde La Terraza comentaba:

El mundo habría sido de otra forma, seguramente peor, sin la intervención americana, única fuerza capaz de hacer frente al Tercer Reich. Ni los soviéticos, que tampoco eran una solución para el mundo, con los alemanes libres por el oeste, hubieran podido hacer gran cosa. O quizás sí. Quién sabe. Un abrazo.

A lo que yo le respondí:

Quién sabe lo que hubiera pasado si la historia hubiera ido por otros derroteros. Desde luego, los españoles habríamos tenido a Paco igualmente. En el sur de Europa y norte de África, Hitler, con la connivencia de Franco, Mussolini y Petain, habría consolidado el granero del Reich, mientras que el resto sería zona industrial. O sea, la Europa de las dos velocidades, una vez más.

El mundo del cine y el de la literatura de ficción de vez en cuando se encarga de ofrecernos una realidad alternativa de lo que habría sido la historia y el mundo si las cosas hubieran transcurrido de otra forma. Muchas veces, en este blog y en otros de mis amigos blogueros, hemos planteado hipótesis de historia alternativa sobre algunos casos que venían a cuento.
Una iniciativa que recojo aquí y que dejo abierta para posibles ejercicios futuros de imaginación y "lógica" histórica.
Se admiten sugerencias.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Aniversario de Pearl Harbor




Un aniversario con un pequeño retraso en su publicación de algunos días.
Aunque esta entrada estaba programada para el día 7, "se coló" otra el día 6. Y dos entradas en dos días me pareció algo excesivo. Así que...


El 7 de diciembre de 1941, tal día como el pasado miércoles, la aviación japonesa efectuó un ataque contundente en las islas Hawai, destruyendo fulminantemente la flota norteamericana que fondeaba en Pearl Harbor.
Oficialmente el bombardeo fue un golpe inesperado, un ataque sorpresa con el fin de desbaratar el poderío yanqui en esa zona e imposibilitar o neutralizar durante algunos meses o años la amenaza norteamericana en esas aguas, consideradas el “espacio vital” o zona de expansión del imperialismo nipón.
¿Qué hay de verdad en todo ello?
¿Fue en realidad un ataque sorpresa? ¿ O más bien un ataque esperado?
La propaganda del Tío Sam apunta siempre en una dirección: no hubo provocación americana. El ataque estaba injustificado. Fue una torpeza de los japoneses porque a partir de ese momento la guerra va a tener el Pacífico como escenario, con la entrada de un peso pesado en la escena del conflicto mundial. ¿Eran tan torpes los japoneses como para originar un giro de la guerra de tamaña magnitud?
Al parecer sí se sabía ya algo: el 6 de diciembre de 1941 el Presidente Roosevelt recibió un mensaje que había sido interceptado por la marina norteamericana. El mensaje, cifrado en clave, había sido enviado desde Japón a la embajada japonesa en Washington, indicando la intención de Tokio de cancelar las relaciones con los EEUU. Parece ser que Roosevelt exclamó: “Esto es la guerra”.
Pero nunca se lo comunicó a los militares responsables de la flota de Pearl Harbor y luego convirtió a estos en cabeza de turco afirmando que ya conocían de antemano la noticia.
¿Por qué Roosevelt miró para otro lado y no intervino si el peligro parecía inminente?
El presidente norteamericano necesitaba un pretexto frente a su opinión pública para entrar en guerra contra los potencias del Eje. Y solo un golpe de esa magnitud le daría carta blanca para emprender los ataques.



Buscando supervivientes alrededor del "West Virginia"

De esta manera, el 7 de diciembre de 1941, por orden del almirante Yamamoto, trece buques de guerra y cerca de doscientos aviones, más la friolera de 2400 militares, más algunas decenas de civiles, fueron masacrados e inmolados sin previo aviso de nadie, entrando finalmente los EEUU en el conflicto mundial.

martes, 6 de diciembre de 2011

El nuevo orden mundial

       

Hace poco, un conocido bloguero escribía un artículo donde, esperanzado, hablaba de una posible salida de la crisis económica en España gracias a la llegada al poder de Mariano Rajoy.
Yo le respondía con el siguiente comentario:

“Ojalá tus deseos se cumplan y sea verdad que la crisis se puede solucionar con un cambio político. Me encantaría de veras.
Mucho me temo, independientemente de las torpezas locales, que la cosa es mundial y los que parten el bacalao en el cotarro internacional son los mercados financieros que se están imponiendo a algunos Estados soberanos como Grecia, Italia, Portugal... Creo que lo que se está diseñando en la actualidad por parte de los poderes económicos es un nuevo modelo donde se va a liquidar el Estado del Bienestar. Lo que menos cuenta en ese modelo es lo que piense la ciudadanía, con lo que la democracia va a quedar tocada. Y no habrá vuelta de hoja a menos que la gente corriente a escala europea monte un pollo de narices.
Ojalá me equivoque. No quiero dejar a mis hijos como herencia un mundo donde si te pones malo o tienes un accidente y no tienes dinero puedes morirte de asco en cualquier esquina.
Un saludo.”

En efecto, ojalá me equivoque y mis apreciaciones sean fruto de la miopía política o de mis escasas luces para entender temas de enjundia económica.
Ojalá me equivoque. De todo corazón me gustaría estar en el error.

Pero algo huele mal en todo esto.

Lo que está ocurriendo en los últimos meses es nada más y nada menos que la puesta en funcionamiento de una estrategia hábilmente diseñada: poner a Europa de rodillas y liquidar de un plumazo una era caracterizada por una política asistencial, privatizando todo lo que se pueda el sector público y dejando fuera de cobertura a los menos afortunados socialmente. Una Europa de pobres y ricos. Pero no solo eso. Algo más grave todavía está ocurriendo: un golpe de estado a los sistemas democráticos nacionales. Los países soberanos están viendo cómo sus líderes electos, si no son del agrado de los mercados, están siendo reemplazados por tecnócratas, seleccionados desde las sombras, que sí responden a las exigencias de los especuladores, debiendo llevar a efecto las medidas correctoras que estos exigen.
Desde hace tiempo estamos asistiendo al nacimiento perverso de un nuevo imperio a escala mundial. El imperio del dinero, el del capitalismo más salvaje, el del poder financiero (Goldman Sachs, posiblemente sea el Banco de inversión más poderoso del mundo) y las Agencias de Calificación (Moody's Investors Service y Standard & Poor's). Esto no tiene nada que ver con ideología política alguna, sino con el capitalismo más agresivo y despiadado, un monstruo que enseña sus fauces sin complejos y que tiene la potestad de presionar hasta lograr cambiar los gobiernos legítimamente constituidos si estos se cruzan en su camino. Así, van cayendo gobiernos como el de Grecia e Italia y van accediendo al poder tecnócratas en sustitución de los dirigentes anteriores. (Papademos, actual primer ministro griego, sucesor de Papandreu, fue durante ocho años Presidente del Banco Central Europeo y Mario Monti llegó a Roma tras ser asesor de Goldman Sachs y de The Cocacola Company).
El método empleado para impedir que la gente se subleve es el miedo, miedo a la quiebra económica, a la ruina, a quedarte sin trabajo, a salir del euro, a que te rescaten o te dejen de rescatar, miedo a estar peor de lo que estamos, y la excusa empleada –y que da buenos resultados, por lo que estamos comprobando- es culpar de todos los males a algunos gobiernos que no han sabido sacarnos de la crisis que iniciaron otros. De esta manera se van aceptando los recortes como algo inevitable si no queremos tener mayores problemas todavía. Y para que ello vaya calando entre la opinión pública nada mejor que contar con un poder mediático favorable. La inmensa mayoría de los medios de comunicación se suman a esa estrategia del miedo:
"Los ajustes que demandan los mercados son necesarios si queremos recuperar la confianza de estos."
"Hay que hacer un esfuerzo hoy para no tener que derramar lágrimas mañana."
Frase favoritas para muchos.

Afortunadamente, cada vez son más los ciudadanos que van tomando conciencia de esta estrategia perversa, como los que escribieron sus impresiones el día 3 de diciembre en esta página amiga.
O pensadores críticos de la talla del filósofo alemán Jürgen Habermas.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Va de aniversarios


El pasado día 27 abrimos una nueva sección en el blog dedicada a aniversarios famosos, que marcaron una página en la historia de la humanidad. No faltarán tampoco a la cita algunas curiosidades o anécdotas que nos brinda casualmente el paso del tiempo.

Y continuamos con el de hoy: 4 de diciembre de 1563. En Italia termina el Concilio de Trento. Lo de "concilio" suena bien, pero nada más lejos que "conciliar" posturas o dogmas opuestos. Al contrario. Es un cerrar filas contra el enemigo protestante. La Europa católica se vuelve intransigente y vigilante y la Inquisición abre procesos contra todo desviacionismo de la fe. A partir de ahora cualquier hombre con ideas "sospechosas" o que sea denunciado por un vecino por prácticas "poco ortodoxas" se podrá convertir en objetivo a investigar.
De esta manera la intolerancia religiosa se instaló entre nosotros, contribuyendo a separar cada vez más nítidamente a los cristianos viejos de los cristianos nuevos. La desconfianza y la sospecha se alzaron como un muro de incomunicación. Y se extendió como una plaga la obsesión por la limpieza de sangre. Aunque el ambiente inquisitorial tendió a relajarse posteriormente un poco, hizo mella en la labor de escritores y humanistas, incluso entre gente religiosa como Juan de la Cruz, Teresa de Jesús o Fray Luis de León.
Sin embargo, este evento tuvo un efecto favorable en el arte posterior.
Fruto del ambiente de fervor religioso propiciado por Trento asistimos a un despliegue nunca antes visto de motivos religiosos tanto en pintura como en escultura y arquitectura, destacando artistas de la talla de Caravaggio, Bernini, Ribera, Zurbarán, Murillo, Valdés Leal o Martínez Montañés, por citar solo unos cuantos. El Arte Barroco se convierte en un vehículo de propaganda - magnífico en su calidad, en su teatralidad, en su grandiosidad y en su elocuencia exagerada- no solo del poder temporal de los reyes sino también de la fe católica, no en vano se ha llamado a este estilo "el arte de la Contrarreforma".
Y nadie mejor para hablarnos de ello que el colega Paco Hidalgo en su magnífico blog Arte Torreherberos, con más de veinte entradas dedicadas a este estilo artístico. Os lo recomiendo.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

La Conferencia de Teherán


Tal día como hoy, 30 de noviembre del año 1943, se tomó en esta localidad iraní una importante decisión en el marco de la Conferencia de Teherán, en plena Segunda Guerra Mundial.
El presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, el primer ministro británico Winston Churchill y el líder soviético Iósif Stalin planearon realizar un desembarco decisivo en alguna zona débil del territorio controlado por los alemanes. A pesar de que se plantean varias alternativas. Una de ellas era la de realizar la operación conjunta en los Balcanes para evitar el previsible control ruso en Europa oriental, prevaleció, para regocijo de Stalin, la idea de llevarla a cabo en el norte de Francia, lo cual se llevaría a cabo el Día D (el 6 de junio de 1944).
Alejados así los aliados, Europa oriental quedaba a merced de Rusia. 
Cuando termine la contienda, habrá empezado otra: la guerra fría.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Tal día como hoy



Con esta entrada iniciamos una nueva sección en el blog, una nueva andadura, la de los aniversarios famosos.

27 de noviembre de 1806:

Napoleón ordena el inicio del bloqueo continental a Gran Bretaña. En la lucha por el control de Europa, la guerra económica era la única manera de derrotar a la potencia inglesa, dado el protagonismo prácticamente absoluto que esta ejercía en los mares y no se la podía vencer de esa manera. El objetivo era cortar radicalmente el tráfico de mercancías desde y hacia Inglaterra con el fin de lograr su ruina económica y financiera. Inglaterra, gracias a encabezar la Revolución Industrial, se había convertido en una poderosa rival para los sueños de grandeza del emperador francés.
Y aquí se inscribe la aventura española. El desastre de Trafalgar de 1805 no solo había sido una derrota española frente a los ingleses sino el convencimiento definitivo para Francia de que no se podía vencer el poderío británico por mar.
Quién le mandó a Carlos IV meterse en camisas de once varas y nada menos que haciendo la cama al corso. Aunque hay que decir que las presiones por parte de Francia eran muy fuertes y nadie se atrevía a decir que no al emperador por miedo a ser invadido por sus tropas, algo que realmente ocurrió.
Malos momentos para España
Portugal sí se opuso al embargo a Inglaterra, dado que su supervivencia dependía del comercio con este país. Napoleón decide enviar un ejército a España para controlar a Portugal (Tratado de Fontainebleau) y ya de paso conseguir un recambio de rey que beneficiara a Francia totalmente. De aquí "Las abdicaciones de Bayona", con las renuncias de Carlos IV y Fernando VII al trono de España a favor del emperador y de su hermano José.
Lo que siguió a continuación fue la guerra de la independencia española frente a los franceses. Pero esa ya es otra historia.

domingo, 20 de noviembre de 2011

A vueltas con el Nacionalismo



El Nacionalismo europeo del siglo XIX fue un movimiento vinculado a la burguesía. En un principio fue un producto de la Revolución Francesa en su lucha contra las fuerzas absolutistas del Antiguo Régimen, un movimiento revolucionario paralelo al liberalismo, porque si este buscaba la libertad del individuo frente a la opresión y a la tiranía, aquel pretendía también la libertad, pero no ya del individuo a título personal sino la de todo un pueblo. Así cobraba sentido la lucha de liberación griega frente al imperio turco, o la independencia de Bélgica frente a Holanda o también la independencia de las colonias iberoamericanas. Ese era el nacionalismo romántico, altruista, que luchaba por su identidad contra los que se la negaban. La estampa típica era la de Lord Byron luchando desinteresadamente junto a los griegos en busca de la libertad de un pueblo.

Pero el nacionalismo tuvo otra vertiente menos amable y fraterna, y fue cuando se volvió conservador una vez que la burguesía se afianzó en el poder. Y los demás se convirtieron en un estorbo frente a los propios sueños de desarrollo y grandeza. Era un nacionalismo vinculado a las necesidades económicas, al desarrollo industrial, a la conquista de mercados. Así nos encontramos con un nacionalismo expansionista, excluyente, que miraba a los vecinos como competidores y en ocasiones como si fueran inferiores. Un nacionalismo racista, xenófobo, nada fraterno, para el que el extranjero no era un hermano sino casi siempre un enemigo. Un nacionalismo peligroso que buscaba en la propia identidad los pretextos para justificar el expansionismo y la guerra. Este nacionalismo bebía directamente del "darwinismo social" y promovía la teoría de la "raza superior", con el derecho de los fuertes sobre los débiles . Creo que no hace falta recordar a dónde fue a parar Europa con ese equipaje ideológico ni tampoco indicar el ejemplo de Adolf Hitler como el caso más conocido y aberrante de esta argumentación.

Algunas reflexiones sobre el Nacionalismo:

"Patriotismo es cuando el amor por tu propio pueblo es lo primero; nacionalismo, cuando el odio por los demás pueblos es lo primero”.

Charles de Gaulle


“Los nacionalistas no sólo no desaprueban los hechos atroces realizados por su bando, incluso tienen una capacidad increíble para ni siquiera oír hablar de ellos”.

George Orwell


"El nacionalismo, lo mismo el centralista que los periféricos, es una catástrofe en todas sus manifestaciones".

Mario Vargas Llosa



domingo, 13 de noviembre de 2011

Liberales y Románticos

Eugène Delacroix.
La libertad guiando al pueblo.


Hoy en día oímos con frecuencia expresiones como estas:
"Es una formación política liberal" o "¡Qué historia tan romántica!"
Comparando el ayer con el hoy, llegamos a la conclusión de que hay un evidente desgaste o cambio de significado de estos términos.
Hoy, para la gente de la calle, no tienen el significado originario que en su día tuvieron.
Nos olvidamos con frecuencia del origen de estas palabras.
Cuando hablamos de política liberal -tal vez sería más adecuado "neoliberal"-, nos viene generalmente a la cabeza un modelo económico, una manera de concebir los mecanismos que producen riqueza y trabajo en base al papel que desempeñen los mercados, la ley de la oferta y la demanda, la capacidad inversora de los particulares, la libre competencia y el papel moderado del Estado como interventor en este sistema. Se nos olvida parte importante de su vertiente ideológica originaria. Es más, hay regímenes que apostaron por este sistema económico y no son partidarios bajo ningún concepto de otras libertades que no sean las de los mercados: algunas dictaduras optaron por sistemas capitalistas o liberales. La de Franco en España o la de Pinochet en Chile, por ejemplo.

¿Qué libertad es esa? ¿Acaso un dictador puede ser liberal?

El liberalismo no es solo un sistema ideado por gente como Adam Smith. Es un sistema revolucionario, también ideológico, que pretendía transformar profundamente la sociedad del antiguo régimen y crear una sociedad moderna y participativa. No es un movimiento en absoluto conservador, sino todo lo contrario: innovador, transformador, revolucionario... Por eso, a muchos extraña hoy que gente que se dice liberal apueste decisivamente por posturas conservadoras o confesionales con ciertas doctrinas. El liberalismo no es solo económico. Ser liberal es apostar por la luz en contra del oscurantismo religioso, en contra de la superstición y de las tinieblas, en contra de las cadenas y de los dogmas, como postulaban pensadores de la Ilustración de la talla de Voltaire.

La Balsa de la Medusa.
Théodore Géricault.
Un cuadro romántico.

Cuando hablamos de Romanticismo, se apodera de nosotros una visión edulcorada y sensible de las relaciones amorosas, con una primavera llena de flores y pájaros. Esto es romántico, se dice, cuando hay una historia de amor, pasión a raudales, etc.
Nada más lejos de lo que hoy se entiende como tal. Una historia romántica no es una historia de amor que se desarrolla más o menos felizmente en días azules de primavera, con fragantes jardines y aves juguetonas, sino en parajes fastasmagóricos, con castillos ruinosos, buenas tempestades y amores desgraciados. No hay más que ver cómo acaba la vida de los escritores románticos, Larra, Bécquer o Espronceda. Por cierto, la vida de estos poetas es más apasionante si cabe que sus escritos.

Y el romántico era generalmente un liberal.

Como decía Víctor Hugo, "le romantisme n'est que le liberalisme en littérature."
¿Hay alguien más libre que el pirata de la famosa "Canción" de Espronceda?
Espronceda asistió siendo niño como testigo excepcional a la ejecución de Riego, aquel militar liberal que se opuso al absolutismo de Fernando VII y que fue capturado y ahorcado como un vulgar criminal en la plaza de la Cebada de Madrid.
El escritor extremeño dedicó buena parte de su vida adulta a criticar y a luchar contra el absolutismo o el pseudoliberalismo que negaba las libertades a los ciudadanos, por ello sufrió en carne propia la persecución e incluso el destierro.
¿Y el pirata?
Aunque podríamos caer en el chiste fácil y jugar con algún apellido de banquero famoso, por aquello de la rapiña y el botín. Nada más lejos para el poeta, quien hace bandera de la libertad y de la aventura y proclama su ruptura con una sociedad que se le antoja anodina y opresora, lanzando a los cuatro vientos su mensaje vital:

"Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar."

domingo, 6 de noviembre de 2011

Coplillas satíricas en la época de Carlos II


Esta entrada forma parte de un proyecto colectivo sugerido por nuestro amigo bloguero Carolvs, al cumplirse hoy el 350 aniversario del nacimiento de Carlos II.


Este pueblo nuestro, siempre dado al humor grueso y al exceso, ha sido prolijo en chistes y coplillas, siendo con frecuencia la diana de sus dardos los representantes políticos, los gobernantes, los ministros, no salvándose de la andanada ni siquiera los "monarcas por la gracia de Dios". Es como si pretendiéramos hacer pagar nuestras penalidades habidas en este valle de lágrimas a los personajes más importantes del momento, una especie de pequeña venganza popular por la mala suerte tenida, sin que la cosa vaya a más que el chiste, el chascarrillo y la mala leche. Si bien es muy liviana y endeble la línea que separa el humor de la maldad, la ocurrencia simpática de la crueldad.
Y por supuesto, de esas coplillas satíricas no se libró tampoco el joven rey Carlos II, apodado “El Hechizado” porque según la creencia popular era víctima de un maleficio porque alguien le había dado a beber los sesos de un cadáver desleídos en chocolate caliente.

Es de sobras conocida su debilidad física, su tardanza en aprender a andar y a leer, sus enfermedades crónicas...

"El príncipe, al parecer,
por lo endeble y patiblando,
es hijo de contrabando,
pues no se puede tener ."

Carlos nació endeble y enfermizo, resultado final de una política matrimonial basada fatalmente en enlaces consanguíneos. Y eso que la Gaceta de Madrid decía que el 6 de noviembre de 1661, “nació un robusto varón, de hermosísimas facciones, cabeza proporcionada, pelo negro y algo abultado de carnes.”

Obviamente, esas presuntas "cualidades físicas" no eran compartidas por todos. El embajador de Francia escribió a Luis XIV años más tarde para decirle:

“El Príncipe parece bastante débil; muestra signos de degeneración; tiene flemones en las mejillas, la cabeza llena de costras y el cuello le supura (…) asusta de feo.”

Para mayor fatalidad, no podía tener descendencia. Y eso que se casó dos veces. El caso es que era incapaz de engendrar. Era estéril y hay quien dice que sufría de eyaculación precoz. Ni María Luisa de Orleans ni después Mariana de Neoburgo pudieron tener descendencia con el rey.
Y así una copla popular decía:

"Tres vírgenes hay en Madrid:
La Almudena, la de Atocha,
Y la Reina Nuestra Señora."


A María Luisa de Orleans la querían poco por estos pagos. Era bastante impopular:

“Lastimosa cosa es
Carlos tu poco valor.
Si has enfermado de amor,
Morirás de mal francés.”

La antipatía se incrementó al no haber un heredero:

“Parid, bella flor de lis,
Que en fortuna tan extraña,
Si parís, parís a España.
Si no parís, a París.”

No faltan las críticas a los políticos que rodeaban a su majestad:


No sé cómo esta Corona
Gota de sangre conserva,
Conjurándose a chuparla
Cien sangrientas sanguijuelas.”

Ni la galería de "virtuosos" allegados y aferrados al poder:


"Un Condestable medroso,
un Presidente ignorante,
mal casado un Almirante,
un Humanes lujurioso,
un Cardenal muy goloso,
un Alba todo cizaña,
un Vélez que se ha hecho araña
y debajo un Confesor.
Este es curioso lector
todo el gobierno de España.

No podían faltar las disputas entre el hermanastro de Carlos II, Juan José de Austria y el padre Nithard, confesor de la reina. Entre 1666 y 1669 sus partidarios intercambiaron campañas difamatorias llenas de coplas de grueso calibre para solaz y esparcimiento de sus respectivos seguidores:


“Atiéndame su Insolencia,
dígame padre Everardo,
si quema la Inquisición
¿cómo a él no le ha quemado? (…)
sin duda que de Alemania
trajo peste a nuestro barrio,
pues desde que en él está
estamos acá purgando. (…)
Todo lo hace religión
y todo lo ha reformado
pues ya ha llegado a ser celda
lo que antes era palacio.”

No se quedaban atrás los detractores del bastardo:

“Dicen que está muy colérico
porque cierto papel crítico
le corrigió los dictámenes
de sus errores políticos.
pues, ¿qué se queja de sátiras
quien contra el honor más ínclito
publicó con tanto escándalo
tantos papeles satíricos?
Acuérdese de sus fábulas
y díganos por qué título
premió entonces lo quimérico
y hoy castiga lo verídico.”

No es de extrañar que Juan José de Austria, "el hijo de la tierra", harto ya de la incompetencia y de las maneras del confesor y sus secuaces, advirtiera directamente a Doña Mariana de sus intenciones: "Si el próximo lunes ese cura no ha salido de Palacio para siempre, entraré con mis hombres el martes y lo tiraremos por el balcón".

Es curioso que junto a la retahíla de coplas con mala uva, asombren otras con un notable grado de ternura.

En 1667, cuando el pequeño Carlos II solo contaba con seis años de edad y sus maestros emprendían la ardua tarea de enseñarle las primeras letras, el autor anónimo de un villancico, aprovechó el tema de enseñar al Niño Jesús a leer para establecer un paralelismo con el joven rey y animarle también a aprender a leer y a ser un buen monarca.

Atención a un Rey niño
que está leyendo
y en el Christus repasa
grandes misterios.
La primera letra es A
y os está diciendo que
el que os quieran los vasallos
consiste en vuestro querer.
la Bondad se sigue luego
significada en la B.”

O por motivo de su casamiento a los 18 de edad en 1679 con María Luisa de Orleans :

"Sobre dar la enhorabuena
del más feliz casamiento
al Rey, que viene del Austro,
Monarca de dos imperios,
que para gloria del orbe,
es segundo sin primero."

______________
Bibliografía:


- Artículo de Carlos Gómez Centurión, Departamento de Historia Moderna Universidad Complutense de Madrid, “La sátira política durante el reinado de Carlos II”. Cuadernos de Historia Moderna y Contemporánea número 4, Madrid 1983.

- "El teatro español a finales del siglo XVII". Historia, cultura. Javier Huerta Calvo y otros. Ediciones Rodopi. Amsterdam, 1989.

-"Carlos II: el centenario olvidado", Luis Antonio Ribot García, Ediciones Universidad de Salamanca, 1999.

- "La España de Carlos II", de H. Kamen Ed. Crítica. Barcelona 1981. Una obra citada y explicada con detalle por nuestro colega Juan:
http://histocliop.blogspot.com/2010/02/la-espana-de-carlos-ll.html

- Algo más desenfadado, pero ameno y divulgativo para el público en general:
"Historias de reyes y de reinas", Carlos Fisas. Ed. Planeta. Barcelona, 1992.

domingo, 30 de octubre de 2011

Querido enemigo


A un amante de la historia no dejan de sorprenderle las imágenes y las declaraciones llenas de complicidades y de gestos amistosos entre los antiguos rivales desde finales del siglo XIX: Francia y Alemania.
Cuando repasamos la historia contemporánea del último siglo y medio escaso, nos encontramos a cada paso con enfrentamientos entre las dos grandes naciones.
Ya el nacimiento del gigante alemán, allá por 1871, vino acompañado por un agravio territorial que los franceses nunca perdonarían, me refiero a la pérdida de Alsacia y Lorena por parte gala. La guerra franco-prusiana culminó con la batalla de Sedán, donde hubo una humillante derrota por parte del ejército de Napoleón III. Allí, tras la firma del Tratado de Frankfurt, Francia tuvo que ceder esos dos territorios a la recién unificada Alemania. Fue el comienzo de una larga enemistad.

En el prólogo de la Primera Guerra Mundial, todo el entramado de alianzas que había diseñado estratégicamente el canciller Bismarck, verdadero artífice de la unificación, apuntaba en una sola dirección: mantener aislada a Francia para evitar la revancha. Luego vino el Kaiser Guillermo II metiendo la pata y ganándose a pulso y merecidamente la enemistad de todos los países que le rodeaban. Hasta que estalló la Gran Guerra, donde Alemania demostró una vez más sus escasa simpatía hacia los franceses con aquellas terribles y devastadoras batallas del Marne o de Verdún, con cientos de miles de muertos. Cuando terminó la guerra, una exhausta Alemania tuvo que firmar un dictado de paz donde, entre otras cosas, se le arrebataban los territorios de Alsacia y Lorena que eran devueltos a los franceses.

"¡Te toca, Alemania!"

Pero la cosa no quedará ahí: los alemanes jamás perdonarán a Francia la humillación de Versalles y las condiciones ominosas que los vencedores impusieron a Alemania. En eso llegó Adolf Hitler, mal pintor y peor amante, pero gran convencedor de masas en esos tiempos terribles de la crisis de la posguerra, y su mensaje de xenofobia caló hondo entre la ciudadanía, provocando a continuación una guerra con cincuenta millones de muertos. No logró la nación su propósito de construir un gran imperio a expensas de todos y se vio de nuevo derrotada pero no abandonada. Los aliados habían aprendido la lección de la pasada guerra: no había que volver a humillar al gigante caído, había que ayudarle a salir del bache para que recuperara su economía y su sistema democrático, abandonado en Weimar poco antes de la guerra.
Y así fue como, gracias a la labor de gente competente y nada radical como el señor Adenauer o los "padres" de Europa, como Monnet y Shuman, Alemania reencontró su camino, esta vez no de confrontación, sino de paz, desarrollo y armonía con Francia y con el proyecto colectivo de la construcción europea. ¿Durará siempre?

domingo, 23 de octubre de 2011

Cara y cruz de la Revolución Industrial


En un ejercicio de recuperación de viejas entradas mías, puestas a punto como material de clase, traigo aquí renovadas dos estampas de la Revolución Industrial: sus factores y sus costes sociales.

Posiblemente sea la Revolución Industrial el hecho más significativo y de mayor trascendencia de nuestra historia contemporánea. Hay un antes y un después de este acontecimiento. Tras la revolución, Europa ya no va a ser la misma. La producción de bienes se transformó radicalmente, pero también lo hizo la sociedad, la cultura, la política, las relaciones internacionales, la economía, las mentalidades... hasta el paisaje urbano cambió. Se podría decir que cualquier acontecimiento posterior de alguna importancia guarda alguna relación directa o indirecta con este fenómeno, incluyendo la expansión colonial o los conflictos bélicos mundiales.

Analizamos en primer lugar las causas o factores que hicieron posible dicha revolución.

Máquina de vapor, 1784 (James Watt, versión mejorada de la máquina de Newcomen)

A mediados del siglo XVIII Inglaterra aparece encabezando la Revolución Industrial.
¿Por qué se dio la Revolución Industrial primeramente en Inglaterra y en otras partes no se dio o se hizo de forma incompleta?
¿Qué factores o causas posibilitaron dicha revolución? Entre otras muchas podemos destacar:
- La demografía a favor: la población creció considerablemente debido a la reducción de las tasas de mortalidad ordinaria y catastrófica y a mantenerse elevada la natalidad. Atrás quedaron las grandes hambrunas y los episodios de epidemias que causaban una mortalidad extraordinaria. La desaparición hacia 1720 de la rata negra, portadora de pulgas, fue un hecho muy significativo. Más población significa aquí más mano de obra disponible y más consumidores de los nuevos productos industriales (textiles fundamentalmente).

- Las mejoras en la agricultura: Inglaterra consiguió una gran productividad agraria gracias a la introducción de una serie de innovaciones: método Norfolk, selección de semillas, estabulación del ganado, etc. Mayor productividad equivale a mayores rentas procedentes del campo que pueden ser invertidas en otras actividades, como por ejemplo la industria.
- Un comercio en expansión: posibilitado por medios de transporte adecuados, canales navegables, puertos y carreteras, más tarde el ferrocarril, y un mercado colonial de donde obtener materias primas baratas y donde colocar los productos industriales.
- Recursos naturales: energía hidráulica, abundantes materias primas como carbón, hierro, algodón traído de las colonias, etc.
- La ausencia de graves conflictos en el país: paz interior casi plena, ausencia de revoluciones. Y en el exterior, la insularidad protege al país como si se tratara de una barrera. Todo ello posibilitó la confianza de los inversores en el sistema, dando una gran estabilidad a los negocios.
- Progreso tecnológico: nuevos artilugios que multiplicaron la productividad, como la máquina de hilar, el telar mecánico y la máquina de vapor.
Máquina de hilar (la "spinning jenny") de James Hargreaves, 1770. Nueve años más tarde, Crompton ideó un modelo superior, la "spinning mule."


Telar mecánico de Crompton, 1779. Posteriormente, Edmund Cartwright (1743 - 1823) patentó su telar mecánico en 1785, una versión mejorada de la anterior

- Un sistema político adecuado en este momento: el liberalismo político, una monarquía parlamentaria que favoreció las inversiones de una burguesía estable y emprendedora. En este sentido, las monarquías absolutistas de otros países como España, con su política errónea de favorecer a la nobleza y a sus privilegios, supusieron un freno para el progreso y el desarrollo industrial.

ANIMACIONES INTERESANTES.
En los siguientes enlaces podrás ver
- Cómo funciona un barco a vapor.
- Cómo funciona la máquina Rocket (ferrocarril)

A continuación, hacemos un repaso acerca de uno de los costes más importantes de la Revolución Industrial : 
la explotación infantil


Fuente de la imagen
¿Qué expresan esas miradas?

Una de las miserias más grandes de la Revolución Industrial inglesa fue la referente al empleo masivo de mano de obra infantil en el proceso de producción.
Algo muy provechoso para empresarios y fabricantes porque el salario de los niños era dos o tres veces inferior al de los adultos.
Así, chicos de 10 ó 12 años, e incluso menores, eran empleados en las minas, la industria textil o la siderurgia. Su horario de trabajo, de 10 a 12 horas diarias, incluso sábados.
Esto se aceptaba como algo normal dada la mentalidad de la época y dadas las necesidades de las familias obreras.
El escritor británico Charles Dickens, en su novela "Tiempos difíciles" supo plasmar las dificultades de estos chicos explotados a los que se les arrebató la infancia en un mundo despiadado de adultos, convirtiéndose así en testigo excepcional de su tiempo.
Fuente de la imagen
Esta imagen la encontré en este blog amigo

Traigo aquí un par de textos que he encontrado en esta interesante dirección:
"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansado, pero trabajo sin luz y paso miedo. Voy a las cuatro y a veces a las tres y media de la mañana, y salgo a las cinco y media de la tarde. No me duermo nunca. A veces canto cuando hay luz, pero no en la oscuridad, entonces no me atrevo a cantar. No me gusta estar en el pozo. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la mañana. Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me enseñan a rezar (...) He oído hablar de Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino a la tierra y no sé por qué murió, pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras. Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la mina."

Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842.

“En esta fábrica trabajan mil quinientas personas, y más de la mitad tienen menos de quince años. La mayoría de los niños están descalzos. El trabajo comienza a las cinco y media de la mañana y termina a las siete de las tarde, con altos de media hora para el desayuno y una hora para la comida. Los mecánicos tienen media hora para la merienda, pero no los niños ni los otros obreros (...).
Cuando estuve en Oxford Road, Manchester, observé la salida de los trabajadores cuando abandonaban la fábrica a las doce de la mañana. Los niños, en su casi totalidad, tenían aspecto enfermizo; eran pequeños, enclenques e iban descalzos. Muchos parecían no tener más de siete años. Los hombres en su mayoría de dieciséis a veinticuatro años, estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las de apariencia más saludable, aunque no vi ninguna de aspecto lozano (...). Aquí vi, o creí ver, una raza degenerada, seres humanos achaparrados, debilitados y depravados, hombres y mujeres que no llegarán a ancianos, niños que nunca serán adultos sanos. Era un espectáculo lúgubre (...)”

Charles Turner Thackrah. Los efectos de los oficios, trabajos y profesiones, y de las situaciones civiles y formas de vida, sobre la salud y la longevidad. 1832.


- Un vídeo muy interesante sobre la explotación del trabajo infantil en la Revolución Industrial. Dura diez minutos escasos y merece la pena.




lunes, 17 de octubre de 2011

Un perdedor

Monumento al ángel caído en el Retiro madrileño.

Una historia con una victoria y una derrota.
En el cielo solo había sitio para un ganador.
Lucha por el poder. Algo corriente.
Ganó un dios.
Perdió un ángel.
El ángel caído.
El demonio.
Lucifer.
Mefistófeles.
Luzbel.
Belcebú.
Satán.
Satanás.
El Diablo...

Nuestra historia también está llena de luchas por el poder y de ángeles caídos.
Quien gana la guerra se convierte en dios y cuenta la historia a su antojo.
Sólo que a veces la batalla no la pierde el diablo.
_____________

Nota: La escultura dedicada al ángel caído se encuentra en el Retiro de Madrid. Es obra del escultor madrileño Ricardo Bellver (1845- 1924), inspirada tal vez en El Paraíso Perdido de John Milton:
"Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes" (Canto I).
La escultura se encuentra a una altitud de 666 metros sobre el nivel del mar, lo que plantea un tema interesante a los aficionados a las ciencias ocultas y a los ritos satánicos, convirtiendo la obra en un homenaje a Lucifer.

domingo, 9 de octubre de 2011

Lujo y miseria en París



Al hablar de las causas de la Revolución Francesa nos encontramos con opiniones para todos los gustos.

La interpretación más conservadora (Burke, De Maistre, Bonald) apunta a una conspiración por parte de activistas sin escrúpulos, que ven en el descontento popular una ocasión para manipular el momento y situarse en el poder. La interpretación liberal (Sieyes, Mirabeau) insiste en las causas ideológicas, de tal forma que los privilegios y la desigualdad serían los motivos para desmontar la sociedad del Antiguo Régimen. La historiografía marxista (Soboul) abunda más en los factores sociales y económicos, en la crisis y en los intereses de clase.

Si bien es muy difícil ponerse de acuerdo en la causa principal de la revolución, dada la complejidad de este fenómeno, sí parece evidente que en la radicalización de la misma juegan algunos factores: la miseria de la población, la ostentación de lujo, la presión extranjera (Para Austria y Prusia, lo que está ocurriendo en Francia es un cáncer que puede hacer metástasis en toda Europa), etc. Factores que, si bien no causaron la revolución, sí la agravaron y radicalizaron todavía más a las masas, dando a la historia personajes genuinos y extremistas como Robespierre o los "Cordeliers”.

Lujo y miseria en el último tercio del siglo XVIII.

Las dos caras de una misma moneda: Francia momentos antes de estallar la revoluciónMiseria de un pueblo y ostentación de riqueza de una corte rodeada de lujo, cuya figura más representativa y odiada posiblemente fuera María Antonieta
MISERIA

"En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a sábanas grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. Las chimeneas apestaban a azufre; las curtidurías, a lejías cáusticas; los mataderos, a sangre coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos, cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos. Apestaban los ríos, apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los puentes y en los palacios. El campesino apestaba como el clérigo; el oficial de artesano, como la esposa del maestro; apestaba la nobleza entera y, sí, incluso el rey apestaba como un animal carnicero y la reina como una cabra vieja, tanto en verano como en invierno, porque en el siglo XVIII aún no se había atajado la actividad corrosiva de las bacterias y por consiguiente no había ninguna acción humana, ni creadora ni destructora, ninguna manifestación de la vida incipiente o en decadencia que no fuera acompañada de algún hedor."

Patrick Süskind. El Perfume.


LUJO Y DERROCHE. LA OTRA CARA DE LA MONEDA





María Antonieta, hija del emperador Francisco I y María Teresa de Austria, reina de Francia y esposa de Luis XVI, mujer de carácter frívolo y derrochador, simple como el asa de un cubo, de gran influencia sobre su marido, inmisericorde con su pueblo hambriento, era poco querida por éste quien siempre la consideraba una extranjera, más inclinada hacia Austria que hacia Francia. Por su afición a las joyas fue acusada, parece ser que injustamente, de encargar un collar de diamantes cuando el pueblo moría de hambre. Casada con un hombre impuesto al que no quería, de hecho no se consumó el matrimonio ni en la noche de bodas ni en siete años después. Insatisfecha en su vida conyugal buscó la satisfacción en el lujo, en la vida mundana, en las fiestas, en los bailes y, en el plano afectivo y sexual, mantuvo un largo idilio con el conde sueco Axel Fersen. A todo esto, la situación económica de Francia era inaguantable: enorme gasto público por el derroche de la corona -en Versalles había 4.000 criados- que generaba un déficit crónico que intentaba solventarse con nuevas subidas de impuestos, carestía de los alimentos de primera necesidad por una serie de años de malas cosechas, grandes privilegios de la Nobleza y el Clero, los cuales estaban exentos del pago de impuestos... todo ello generaba un clima de descontentos, previo paso al estallido de la revolución en 1789. Cuando estalló la revolución nadie pensaba en una República, sino en moderar y reorganizar el papel de la monarquía. Pero la reina, enemiga de la revolución, deseaba vehementemente un conflicto entre Austria y Francia que pusiera fin a la situación. De hecho pidió ayuda a su hermano Leopoldo II de Austria. Una carta a su nombre dirigida desde Austria es interceptada y la reina acusada de traición a su pueblo. Detenida junto a su marido en 1792 , acusada de alta traición a Francia y señalada como "enemiga declarada de la nación francesa", fue condenada a la guillotina y ejecutada al año siguiente.

martes, 4 de octubre de 2011

La Ilustración



Seguimos recuperando viejas entradas y poniéndolas al día para mis alumnos.

LOS PADRES DE LA ILUSTRACIÓN


Montesquieu, Rousseau y Voltaire son sin duda alguna los padres de la Ilustración, una corriente de pensamiento revolucionaria que se inició en Europa en el siglo XVIII y que cambió radicalmente el orden existente, cuyas consecuencias más conocidas fueron la Independencia de los EEUU, la Revolución Francesa y la emancipación de las colonias iberoamericanas.

Montesquieu

Su máxima contribución al pensamiento político actual es la separación de poderes, de manera que el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial deben estar en distintas manos para evitar la corrupción y la tiranía.

Rousseau

Su máxima aportación al pensamiento político actual es el concepto de soberanía nacional, del derecho ciudadano al voto para elegir a sus gobernantes. Se puede considerar el padre de la democracia actual.

Voltaire

Según él las religiones en general tienen mucha culpa del atraso de la sociedad y opta por la completa separación entre Iglesia y Estado. Según esto Voltaire aporta al pensamiento moderno la idea de Estado laico aconfesional.

Una frase atribuida a Montesquieu:

Feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento.”


VOLTAIRE




Tremendamente racional y absolutamente escéptico, defensor de la libertad de pensamiento, la tolerancia y la justicia, el parisino François Marie Arouet, de sobrenombre Voltaire, combatió el fanatismo, el absolutismo y la superstición de su época.
Su postura radical de defender la razón frente a la fe le granjeó la enemistad de la Iglesia.

Una frase de Voltaire:

La esperanza es una virtud cristiana que consiste en despreciar todas las miserables cosas de este mundo en espera de disfrutar, en un país desconocido, deleites ignorados que los curas nos prometen a cambio de nuestro dinero.”



ROUSSEAU




Una frase célebre:

La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse.”


D'ALEMBERT


«La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos»

Jean Le Rond d’Alembert fue un pensador de la Ilustración francesa, junto con Diderot fue el promotor de la Enciclopedia, una obra muy ambiciosa que pretendía resumir toda la cultura de su tiempo. La Enciclopedia fue una enorme difusora del pensamiento ilustrado y por su carácter revolucionario fue prohibida en muchos sitios y por algunas instituciones políticas y religiosas.