miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tal vez ya sea demasiado tarde

Uno de tantos

Todo empezó con las hamburguesas y esas tiendas donde se expende comida rápida.
Luego vino Halloween...
Cuando nos quisimos dar cuenta, el bar de la esquina donde ponían unas exquisitas patatas ali- oli y unos montaditos de lomo con queso que quitaban el sentido, quedó reconvertido en un Mc Donalds del montón. Uno más en la lista. Sin personalidad ninguna, sin nada especial con que sorprender a los clientes.
Luego, cuando abrieron esa nueva galería comercial en nuestro barrio, vimos enseguida que todas las tiendas de ropa y todos los bares y restaurantes eran copias exactas de otros establecimientos de centros comerciales que ya conocíamos. Calcos, fotocopias, versiones clónicas... Creo que ahora las llaman franquicias
Para ser "franco", no lo entiendo o no lo quiero entender. 
¿A dónde se fueron esas tiendas con sello personal?

Hace unos días fui al teatro.

¿Cómo es posible que esos templos de la cultura, al cambiar de propietarios, hayan sido rebautizados, pasando a llamarse ahora "Teatro Häagen- Dazs", como si allí se vendieran tarrinas de helado, o "Teatro Compaq Gran Via", como una vulgar tienda de "cedés". ¿Venderán seguros  del hogar, además de entradas, los del teatro Caser de Atocha?

Sin embargo, nos podemos encontrar con un teatro llamado Rafael Alberti en la provincia de Almería, al que los políticos de turno le cambiaron de nombre porque el anterior era "poco vendible".
Si echamos un vistazo a la cartelera madrileña, veremos que en la oferta abundan, más que obras teatrales, piezas de entretenimiento y humor facilón, como los monólogos de la tele, al más puro estilo norteamericano.
Todo responde a la lógica de las leyes del mercado.
Debe ser cosa de la globalización.
Desde mi punto de vista creo que, culturalmente hablando, nos hemos empobrecido.
Y además hemos perdido nuestra identidad.
O nos han colonizado sin darnos cuenta o es que nos hemos vuelto totalmente imbéciles.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Nuevos logos para Europa

Hay propuestas para crear nuevos símbolos y logos con los que identificar a Europa.

Veamos algunas:



Europa, princesa fenicia de la mitología griega raptada por Zeus y que ha dado nombre al continente.
Efigie para el nuevo billete de cinco euros que emitirá en mayo el BCE


Aunque a mí me recuerda a ...


...el Ecce Homo de Cecilia

Una Europa en construcción.

Que un día fue así...

 La ley del más fuerte


Y hoy...

La futura Europa.
Por si alguien tenía alguna duda de que el asunto es sólo económico.
La Europa de los mercaderes, que dijo alguien.


Algunos la ven así...


Otros así...




También así...




Y esperemos que no acabe de esta manera.




domingo, 18 de noviembre de 2012

La Reina Victoria, los botones y la doble moral


Para los ingleses existe una etapa crucial en su historia: el largo período de la reina Victoria, la era victoriana. En esta etapa, Inglaterra alcanzó su más alta cima en desarrollo y en la consolidación de su imperio. Victoria pasará a la historia como la reina más longeva, de 1837 a 1901. Un periodo de enorme prosperidad que convertirá al país en una gran potencia europea.
Inglaterra contaba con estupendas bases para lograr su protagonismo económico:
- Abundantes yacimientos de carbón al pie de las montañas que atrajeron la instalación de nuevas industrias, siderurgia principalmente.
- Nuevos medios de transporte como el ferrocarril.
- Una flota mercante, la más importante del mundo, con puntos comerciales repartidos por todos los continentes del planeta.
Cuando la reina llegó al trono, Inglaterra todavía tenía un marcado carácter rural, cuando falleció ya era un país altamente industrializado, moderno y conectado con importantes líneas ferroviarias, red de alcantarillado y calefacción y alumbrado público a gas y posteriormente alumbrado eléctrico… La era del carbón ya estaba pasando, con esas nieblas fruto de la condensación de la humedad ambiental y de las partículas en suspensión. Tan típicas en las películas de asesinatos ambientadas cerca del Támesis… 

LOS BOTONES 

De esta época de desarrollo y “espléndido aislamiento”, propiciada por políticos como Disraeli y Salisbury, parece ser que data la ubicación definitiva de los botones en las prendas de vestir masculinas y femeninas. Las damas pertenecientes a la burguesía no solían vestirse ellas solas, sino que lo hacían sus sirvientes. Por esta razón, los botones de las damas se situaban en el lado izquierdo para que fuera más fácil abrocharlos por las personas que tenían ese cometido. Aunque los hombres también contaban con sirvientes, no precisaban ayuda alguna para vestirse, por lo que sus botones seguían permaneciendo en el lado derecho.

LA DOBLE MORAL 

La era victoriana se caracterizó por un puritanismo oficial, al menos aparente. La represión sexual era un hecho evidente. La rigidez moral llevaba al extremo de alargar las faldas de las damas hasta el suelo para que no se les pudiera ver el tobillo. De muchos es sabido que la reina mandó alargar los manteles que cubrían las mesas de palacio para ocultar por completo las patas de esas mesas y alejar así de la mente de los hombres los malos pensamientos, porque podrían relacionarlas con las piernas de las mujeres. 
Con el apoyo de la iglesia se condenó toda actividad sexual, incluso dentro del matrimonio, que no tuviera como objetivo la procreación. Una moralidad oficial profundamente conservadora y puritana se instaló en el país de la mano de una burguesía cuya máxima aspiración era la estabilidad moral, el orden y la disciplina, por lo que toda emoción, aventura o sentimentalismo eran objeto de rechazo. La cultura burguesa despreciaba las emociones y los sentimientos. Lo importante ahora era la conducta recta, la sobriedad, la contención, el buen gusto, las buenas maneras, las apariencias… 
Pero frente a este mundo estricto de normas y contención se desarrollaba paralelamente otro donde la prostitución, el adulterio, las actividades sadomasoquistas, la drogadicción, la homosexualidad, los negocios poco legales y hasta los asesinatos más brutales campaban a sus anchas. La noche era la encargada de amparar vicios privados de gente acomodada. Espectáculos eróticos, prostitución, salas de juego, relaciones con menores de edad… 
La llegada masiva de población a Londres, hizo crecer espectacularmente los barrios obreros y en ellos empezó a proliferar la prostitución. Se calcula que en el siglo XIX, Londres llegó a tener hasta 2000 prostitutas. La miseria y la falta de trabajo arrojó a muchas mujeres a ejercer esta actividad a cambio de unas pocas monedas. Los barrios de Whitechapel, Clerkenwell y Saffron Hill eran famosos en este sentido. Y como no podía ser de otra manera, eran muy corrientes las enfermedades venéreas. Y también las peleas y hasta los asesinatos. 
La figura de Jack el Destripador aparece precisamente en este ambiente nocturno de prostitución y degradación moral. Muchas de estas mujeres fueron asesinadas de una manera atroz. Los métodos utilizados por el asesino conmocionaron a la sociedad londinense. Su refinamiento y precisión en las amputaciones y en la extracción de órganos hicieron pensar en la labor de un cirujano más que de un matarife. Hay quien piensa que asesinaba por encargo y que su modo de trabajo tan refinadamente cruel tenía como objetivo aterrorizar a las mujeres que hacían la calle para que abandonaran ese oficio y mantener así limpia la noche londinense. Algunos llegan a involucrar a la propia reina. 
El asesino no obstante nunca fue encontrado.
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También hablan de ello: 



lunes, 12 de noviembre de 2012

Repaso obligado

Mafalda, de Quino

Con mis alumnos trabajo en clase el tema de la Ilustración, repasando sus características y las emblemáticas figuras de Montesquieu, Rousseau y Voltaire, padres entre otros del pensamiento político moderno, a los que debemos ideas tan importantes como:
- La división de poderes, remedio eficaz contra el abuso de los gobernantes, contra la corrupción y contra la tiranía.
- La separación Iglesia- Estado, para evitar la confesionalidad del Estado y garantizar la libertad en igualdad de condiciones de otras creencias.
- El contrato social que se establece entre gobernantes y gobernados, siendo el voto de los ciudadanos el medio utilizado para elegir a nuestros gestores y sellar así ese pacto o compromiso.
- Los derechos naturales e inalienables de los ciudadanos, como el poder opinar y manifestar las propias creencias.

Las ideas de estos grandes pensadores se materializaron posteriormente en la creación de  listados de derechos (Virginia Bill of Rights, Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano...) y constituciones escritas, liberales en un principio, demócráticas más tarde. De tal manera que las sociedades modernas actuales serían las herederas de aquel pensamiento.

Así, por ejemplo, podemos leer: 

Artículo 1.2 de la Constitución Española: La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.

Temas de mucho calado como vemos:

- LA ACONFESIONALIDAD DEL ESTADO
- LA DIVISIÓN DE PODERES
- LA LIBERTAD
- LA SOBERANÍA DE LOS CIUDADANOS...

Hasta aquí la teoría.
Es natural que, con los tiempos que corren, muchos ciudadanos sean críticos y planteen dudas, siendo reticentes a aceptar que en nuestra sociedad democrática actual esos principios funcionen y se cumplan de verdad.
Y se comenta que...

- La división de poderes no existe totalmente en la medida en que el ejecutivo y el legislativo los controla el partido en el poder si cuenta con una holgada mayoría y el poder judicial no es del todo independiente (ocupación progresiva de ese espacio por el mundo político a través de órganos como el CGPJ).

- La separación Iglesia- Estado no existe realmente cuando un credo determinado es favorecido por los gobiernos de turno (exención del pago del IBI, dinero público para pagar a los profesores de religión, trato de favor y dinero del Estado para la Iglesia, etc.)

- El sufragio universal y el concepto de soberanía nacional se pervierten cuando se incumplen las promesas que se hicieron en campaña electoral o cuando los mercados derriban o imponen gobernantes (caso de Grecia con Lucas Papademos y de Italia con Mario Monti)

- No se han conseguido erradicar viejos vicios como los privilegios y las prebendas (Sin ir más lejos, hasta sesenta y cuatro diputados cobran una dieta de alojamiento de 1823,26 euros al mes teniendo vivienda propia en Madrid)

- Como en el Antiguo Régimen sigue vigente la corrupción que, lejos de estar eliminada, está instalada en el sistema político como un cáncer que amenaza con hacer metástasis y pervertir todas las instituciones.

- Algunos políticos y medios de comunicación demonizan las manifestaciones populares donde se expresan ideas contrarias a las suyas, llegando incluso a proponer limitar ese derecho.

Ante estos razonamientos, sólo cabe argumentar que las ideas de aquellos hombres de la Ilustración eran positivas porque nos descubrieron un camino más justo y equitativo que debía recorrer la humanidad. 

Y que ese camino a veces está lleno de obstáculos.
Y de personas que ponen palos en las ruedas.
Y de gentes aprovechadas y sin escrúpulos.
Y que todavía nos queda mucho por hacer.
Y que si queremos vivir con derechos y libertades y salvar nuestro sistema democrático hay que regenerarlo de cabo a rabo.
REGENERACIÓN... un concepto ya viejo en nuestra historia.

Porque como diría Churchill, tal vez la democracia sea el menos malo de los sistemas posibles.
Pero habrá que cuidarla y trabajar por ella para que no desaparezca.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Tal día como hoy

Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo.
Antonio Gisbert, 1860

7 de noviembre de 1519: 
En Toledo los jefes comuneros presentan el Primer Manifiesto a los castellanos contra la política de Carlos I.  

“...pedir al rey nuestro señor tenga por bien se hagan arcas de tesoro en las Comunidades en que se guarden las rentas destos reynos para defendellos e acrecentarlos e desenpeñarlos, que no es razón Su Cesárea Majestad gaste las rentas destos reynos en las de otros señoríos que tiene...” 
Archivo General de Simancas.

Había un malestar entre los castellanos y los aragoneses por el advenimiento al trono de Carlos I, en realidad un extranjero nacido en Gante que no hablaba castellano y que se rodeaba de un séquito de gente foránea, una pléyade de consejeros que solo veían el territorio español como una fuente para aumentar sus ingresos. El rey era un advenedizo. Muchos castellanos seguían considerando como su legítima reina a doña Juana, apartada del poder por su propio hijo y por sus problemas de salud mental. Por otro lado, pretendían una mayor participación de los castellanos en la vida política a través de las Cortes y los municipios. Tanto las Germanías en Aragón como las Comunidades en Castilla venían a ser movimientos reivindicativos de las clases medias o burguesas, artesanos, comerciantes, hidalgos, con un fuerte respaldo popular… frente al absolutismo del rey y al poder de la nobleza.
Lo que empezó siendo un movimiento urbano antiflamenco de clase media derivó en revuelta popular antiseñorial especialmente radicalizado en el entorno rural, lo que asustó a la aristocracia y contribuyó a la participación determinante de ésta en la resolución final del conflicto.
En la rebelión no faltaban cardadores, zapateros, tundidores, pellejeros, sastres, boneteros, pelaires, cordoneros, latoneros, carpinteros, sombrereros, barberos, caleros, labradores, cabestreros, herreros, ganapanes y tenderos. Gente modesta que daba a la revuelta un tinte social.
Ya sabemos cómo acabó todo: derrota de los comuneros en Villalar, en 1521, y ejecución de sus principales cabecillas, Padilla, Bravo y Maldonado. Las Germanías también tuvieron un final parecido en 1522. La partida la ganaron el monarca y la nobleza.

domingo, 4 de noviembre de 2012

El pacto necesario

Los Pactos de la Moncloa

¿Cada pueblo tiene los políticos que se merece?
Debe ser cierto eso que se dice. 
Tal vez seamos un pueblo mediocre y poco serio y por eso nos rodeamos de gestores mediocres e ineficaces que en vez de hacer con seriedad su labor se dedican a echar balones fuera y a culpar de todo a los que estuvieron antes. El lema preferido por nuestros gobernantes es el de "Y tú más".
Tal vez sea eso.
Pero también es cierto que a  los ciudadanos nos gustaría que se sentasen y se pusieran de acuerdo en los grandes temas nacionales. En la educación por ejemplo. Porque no es de recibo que en pocos años hayamos tenido tantas leyes educativas que, más que fruto del consenso parecen nacidas del enfrentamiento entre los dos grandes partidos (Lode, Logse, Loce, Loe...)
Y ahora, con la que está cayendo, con esta crisis que amenaza hacer retroceder el país a los años 50, sería más que conveniente una actitud consensuada, unas medidas fruto del entendimiento entre todos, pues lo que tenemos es una situación de emergencia nacional que requiere que todas las fuerzas políticas, sindicales y mediáticas arrimen el hombro para sacarnos del pozo en el que nos encontramos.
Diálogo y consenso. Es la única solución.

Como fueron fruto del entendimiento aquellos "Pactos de la Moncloa" o la propia Constitución.

En 1977 la situación económica era preocupante, con una inflación que rondaba el 20%, fruto de la crisis del petróleo. Como dijo el entonces vicepresidente para asuntos económicos Enrique Fuentes Quintana "o la democracia acaba con la crisis o la crisis acabará con la democracia". De ahí que representantes de todos los grupos parlamentarios, patronal y sindicatos, en mayor o menor medida, se pusieran de acuerdo en unos principios mínimos para salvar la economía del país.

Los firmantes del pacto de la Moncloa fueron: Adolfo Suárez en nombre del gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo (por UCD), Manuel Fraga (por Alianza Popular), Felipe González (por el Partido Socialista Obrero Español), Santiago Carrillo (por el Partido Comunista de España), Enrique Tierno Galván (por el Partido Socialista Popular), Josep María Triginer (por el Partido Socialista de Cataluña), Joan Reventós (por Convergencia Socialista de Cataluña), Juan Ajuriaguerra (por el Partido Nacionalista Vasco) y Miquel Roca (por Convergència i Unió). Los acuerdos fueron refrendados posteriormente por el Congreso de los Diputados y por el Senado.

¿Sabrán estar nuestros políticos de ahora a la altura que estuvieron aquellos otros durante los primeros años de nuestra democracia?