Luego vino Halloween...
Cuando nos quisimos dar cuenta, el bar de la esquina donde ponían unas exquisitas patatas ali- oli y unos montaditos de lomo con queso que quitaban el sentido, quedó reconvertido en un Mc Donalds del montón. Uno más en la lista. Sin personalidad ninguna, sin nada especial con que sorprender a los clientes.
Luego, cuando abrieron esa nueva galería comercial en nuestro barrio, vimos enseguida que todas las tiendas de ropa y todos los bares y restaurantes eran copias exactas de otros establecimientos de centros comerciales que ya conocíamos. Calcos, fotocopias, versiones clónicas... Creo que ahora las llaman franquicias.
Para ser "franco", no lo entiendo o no lo quiero entender.
¿A dónde se fueron esas tiendas con sello personal?
Hace unos días fui al teatro.
¿Cómo es posible que esos templos de la cultura, al cambiar de propietarios, hayan sido rebautizados, pasando a llamarse ahora "Teatro Häagen- Dazs", como si allí se vendieran tarrinas de helado, o "Teatro Compaq Gran Via", como una vulgar tienda de "cedés". ¿Venderán seguros del hogar, además de entradas, los del teatro Caser de Atocha?
Sin embargo, nos podemos encontrar con un teatro llamado Rafael Alberti en la provincia de Almería, al que los políticos de turno le cambiaron de nombre porque el anterior era "poco vendible".
Si echamos un vistazo a la cartelera madrileña, veremos que en la oferta abundan, más que obras teatrales, piezas de entretenimiento y humor facilón, como los monólogos de la tele, al más puro estilo norteamericano.
Si echamos un vistazo a la cartelera madrileña, veremos que en la oferta abundan, más que obras teatrales, piezas de entretenimiento y humor facilón, como los monólogos de la tele, al más puro estilo norteamericano.
Todo responde a la lógica de las leyes del mercado.
Debe ser cosa de la globalización.
Desde mi punto de vista creo que, culturalmente hablando, nos hemos empobrecido.
Debe ser cosa de la globalización.
Desde mi punto de vista creo que, culturalmente hablando, nos hemos empobrecido.
Y además hemos perdido nuestra identidad.
O nos han colonizado sin darnos cuenta o es que nos hemos vuelto totalmente imbéciles.
Ya lo dijo Adam Smith, la vida económica debe estar regulada por la oferta y la demandan, y eso que cuentas es lo que nos ofrecen y, por tanto, lo que debemos consumir, no hay más. ¿Acabaremos votando al presidente norteamericano? Saludos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, Cayetano. Creo que la primera globalización vino por la tele, esa que nos atonta y uniforma a todos. Anterior a ella, en cada pueblo se comía de una forma muy particular y los niños jugaban de manera distinta; luego cantaban todos las canciones de los payasos de la tele. Lo mismo con la comida; ahora en todos los hogares se siguen los patrones de Arguiñano. Pero el colmo de los colmos es lo que cuentas de ese refugio culturas que siempre ha sido el teatro: si eso es todo lo que tienen que ofrecer, apaga y vámonos.
ResponderEliminarUn abrazo
Se ha perdido el personalismo de la atención para dar paso a una masificación de la misma. Es lo que sucede...
ResponderEliminarEl modelo ya está implantado. Sólo falta completsar el proceso.
Saludos Cayetano
Paco: cuando yo era pequeño, los chicos jugábamos a la pelota a nuestro aire, sin que estuvieran los padres presentes. Ahora están los padres hasta en la sopa, como en los partidos de béisbol americano. Nos vamos pareciendo cada vez más.
ResponderEliminarUn saludo.
Francisco: en un bar de tapas de Granada, donde ponían unas soberbias raciones de calamares y de pescado variado, un niño que iba con sus padres preguntó si había pizza y luego pidió kepchut para echárselo a los calamares.
ResponderEliminarNo sé si reírme o llorar.
Un saludo.
Manuel: el mestizaje cultural es bueno. Hay que aprender de todos un poco. Pero esto ya es excesivo. Es una colonización en toda regla.
ResponderEliminarUn saludo.
El unico país del mundo donde Mac Donald tuvo que retirarse debido a cuestiones economicas dado que no pudo romper el gusto tradicional de la comida criolla es Bolivia
ResponderEliminarLuego ,todos , aun las mejores comidas rindieron su cerviz ante la carne mal empaquetada y DONDE NO SE SIRVE VINO
Imperdonable por donde se mire
Lo de Galogüin es ya invasivo, falta que se celebre el dia de Accion de Gracias o el 4 de Julio.
Vamos con Bove, el activista campestre frances ( de origen español por el apellido ) que se dedico a incendiar locales de los tres arcos dorados.
Sin chanzas ,la defensa de las culturas gastronomicas locales debiera tener politicas activas de promocion. No es solo una cuestion nostalgiosa, sino implica puestos de trabajo y diversidad.
En el Perú,cocina que fusiona lo incaico,lo europeo y lo oriental y la variedad de plantas de maíz que se cultivan es muy grande, los híbridos impuestos por las grandes empresas ( Nidera,MOnsanto,etc) esta poniendo en riesgo esa variedad.
Y el tema de la utilizacion del ingles en los negocios mas banales es ya patetico
Muchas de estas cosas empiezan a ser ganadas con los niños (Halowen, MacDonalds, etc...) luego ya no hay marcha atrás.
ResponderEliminarYo estoy salvado soy más de Burgerking.
Saludos.
Nando: así es. Se trata de la imposición global de un modelo económico, cultural, gastronómico...Unos gustos un tanto discutibles que apartan lo autóctono o lo pervierten, como ese caso que citas del maíz transgénico o esos otros del aumento del colesterol y la obesidad por exceso de grasas, con grave riesgo para la salud.
ResponderEliminarUn saludo.
Eduardo: lo malo es que la gente se habitúa ya desde niños a estos sabores simplones y luego es el paladar el que exige que todo lo comible lleve kepchut o mayonesa. Como el que se habitúa al picante.
ResponderEliminarLo de "Burriquín" no sé si es mucho mejor...
Un saludo.
Como bien dices, yo creo que hay un poco de ambas cosas: neocolonización e idiotización.
ResponderEliminarSaludos.
Yo di por terminada la Guerra Fría el día que vi esas famosas hamburgueserías en Moscú por la tele. El dinero puede más que las bombas.
ResponderEliminarUn saludo.
Dissortat: un cóctel explosivo.
ResponderEliminarUn saludo.
La Fuensata y el Antón: al final lo consiguieron, invadirnos y colonizarnos sin pegar un tiro.
ResponderEliminarPeligran las tapas, en especial la marinera.
Un saludo.
Comparto tu opinión: la globalización nos esta quitando nuestra identidad (comida, fiestas, películas, diversiones, etc.). Aunque peor para nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
¿Te has fijado que este año se ha impuesto hasta el Jueves Negro? No tenía ni idea de qué significaba hasta que me explicaron que era el día de rebajas previo al Día de Acción de Gracias. Pero, ¿no se hacía esto en enero? ¿Y qué más da si se vende? Fuera los huesillos de santo, las leyendas de Bécquer y don Juan Tenorio si podemos irnos de fiesta disfrazados de mamarrachos. Fuera la tortilla de patatas, los bocadillos de jamón y una buena ensalada de aceite de oliva si podemos comer una hamburguesa con patatas de sobre y un perrito caliente plagado de calorías. La globalización hace caer las tradiciones propias, eliminar de un plumazo las idiosincrasias en pro de la desaparición de fronteras. Un mundo gris y homogéneo nos espera...
ResponderEliminarSaludos
Antorelo: esto sé que es decadencia y no la del Inmperio Romano.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmen: cambiar para peor, porque mira que es insana esa comida basura. Y lo malo es que los chicos de ahora deben tener el paladar de corcho, insensible a los buenos sabores y piden todos lo mismo: carne de dudosa procedencia con kepchut.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que es un poco el mundo al revés, ahora mismo somos más cultos que hace 20 años y todo gracias a las nuevas tecnologías que ante la carencia de espectáculos o espectaculares precios palian esa carencia en carteleras y en el bolsillo.
ResponderEliminarUn abrazo amigo y que ricas esas patatas al sol y sombra que ponían de tapa, ahora con tanta hostelería china nos pondrán rollizos primaverales.
Cierto al ciento por ciento. Termina noviembre y ya no se representa el Tenorio, llegará enero, pero los niños ya estarán cansados de jugar con las consolas que no les traerán los Reyes; en cuanto a la comida yo me mantengo fiel al bocadillo de calamares a la romana frente a los entrepanes de carne prensada.
ResponderEliminarEl caso es que cuando ellos vienen aquí van buscando tomar precisamente una buena tapa. Un saludo.
Además de la invasión USA, que no solo es en España, solo puedo decir que queda poca hostelería de barrio que no esté en manos de chinos. Eso si, copian perfectamente la tortilla de patatas. Aunque la vendan con rollitos de primavera.
ResponderEliminarY también a lo callado, se están infiltrando los doner kebab. Este siglo XXI va a ser muy variado...
Saludos, Cayetano
Y qué hacemos?? Soy buena cocinera(abuela no tengo, jaja) compro productos frescos y cocino todos los días, si comememos pizza hago la masa en casa... dieta variada,equilibrada, nutritiva y sabrosa... Bueno, pues el día más féliz de mis dos gremlins(siete y cuatro años) es cuando los llevan al McDonalds...que será esa mierda, que te tienen que dar un juguete para que te lo comas, les digo...pero nada :(
ResponderEliminarUn abrazo
"Cambia lo superficial
ResponderEliminarCambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo..."
Canta Mercedes Sosa.Recordé este tema a medida que te iba leyendo.
Globalización.Tal cual.
Pero... el teatro debería seguir llamándose Rafael Alberti.Porque el amor a la poesía es de todos los tiempos.
Un abrazo.
Este loco mundo...no sólo es la crisis económica sino la decadencia en muchos sentidos. Mi cordial saludo.
ResponderEliminarEste loco país que no sólo está en crisis económica sino en decadencia de muchos valores. Un saludo
Jose Senovilla: en efecto tenemos al alcance de la mano más recursos para ser cultos, leer, aprender...; pero, quitando a la gente con inquietudes como los amigos que pasan por el blog, hay en nuestros días un elevado porcentaje de analfabetos funcionales, gente que no tiene inquietudes culturales porque eso no da dinero. Y el dinero es lo que más se valora hoy. Esta sociedad nuestra valora más el "tener" que el "ser".
ResponderEliminarUn saludo.
DLT: así es. Los que vienen valoran mucho nuestra cocina, más que algunos de por aquí. ¡Y qué buenos los bocatas de calamares que hacían -algunos todavía los hacen- por el centro de Madrid!
ResponderEliminarUn saludo.
Carolus: el problema, además del cultural- gastronómico, es de salubridad. En casa alguien se puso malo por comer en la calle un "kebab", vete a saber en qué estado estaba la carne esa que da vueltas.
ResponderEliminarUn saludo.
Alma de Adra: difícil asunto cuando hay niños por medio, ya que entre ellos está muy generalizado el consumo de pizzas y hamburguesas. Lo único que podemos hacer en relación a nuestras "fieras" de casa es ofrecerles otras cosas caseras, como tú haces, similares pero de calidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmela: lo de cambiar el nombre del teatro obedece en este caso a razones políticas. Para algunos, Rafael Alberti no era un poeta de la Generación del 27 y de la posguerra, sino un "rojo de mierda", uno de la oposición. Y a la oposición... ni agua.
ResponderEliminarUn saludo.
Francisca Quintana Vega: tú lo has dicho. Decadencia es la palabra. ¿Qué vendrá luego?
ResponderEliminarUn saludo.
Todo esto sin hablar de algunas maravillas arquitectónicas del pasado que, sin pudor, son a veces sacrificadas en pos del nuevo urbanismo que proponen estas cadenas foráneas, y que se pretenden adaptar a un entorno histórico que no les pertenece. te has puesto bien crítico, Cayetano...Me gusta. Un abrazoooo
ResponderEliminarQue nos hemos vuelto imbéciles paulatinamente, de eso no me cabe duda: creer que es mejor lo de fuera sólo porque no es de aquí... Esto lo hemos escuchado muchas veces. Uniformidad, falta de personalidad, descuido brutal hacia nuestra propia cultura y ahora, por si eso fuera poco, nos quieren quitar también de la educación las raíces de nuestra cultura. El colmo.
ResponderEliminarPatzy: una estética cutre y reiterativa, de mal gusto, con esos enormes cartelones luminosos, en unos lugares donde no pegan ni con pegamento del fuerte.
ResponderEliminarUn saludo.
Isabel: eso se llama complejo de paleto. Lamentable.
ResponderEliminarUn saludo.
Esto de la globalización nos hace más iguales... pero en estupidez.
ResponderEliminarUn abrazo... de los de antes
Javier: una epidemia como la malaria, pero que afecta a la cultura, a la gastronomía...
ResponderEliminarUn saludo.
Con el paso del tiempo, los medios de comunicación, los viajes y la tecnología las culturas han ido perdiendo sus propias tradiciones, la identidad y su esencia; me pregunto cómo será la vida en 20 0 30 años más??
ResponderEliminarUn tema para reflexionar, sin duda.
Mis saludos afectuosos.
Rayén: me imagino que acabaremos perdiendo del todo nuestra identidad y los ciudadanos del mundo llamado desarrollado seremos cada vez más clónicos.
ResponderEliminarUn saludo.