sábado, 30 de mayo de 2015

Aniversario incendiario

Jerónimo de Praga

Tal día como hoy debe ser de festejo tanto para los pirómanos como para los fanáticos e intransigentes que se dedican a chamuscar al prójimo. 
Porque el 30 de mayo de 1416, en el Concilio de Constanza, la Iglesia Católica mandó quemar vivo a Jerónimo de Praga por salir en defensa del religioso reformista, Juan Hus, tildado de hereje. 
Y ese mismo día de 1431, Juana de Arco fue achicharrada viva por los ingleses en la localidad de Ruan (Francia) y en el marco de la Guerra de los Cien Años.
¿Qué tendrá el fuego  que tanto gusta a los exaltados de ayer y de hoy?

lunes, 25 de mayo de 2015

Libertad de cátedra


25 de mayo de 1925: en Estados Unidos, John T. Scopes, un profesor de educación secundaria, es indultado por enseñar supuestamente la teoría de la evolución de Charles Darwin en la escuela.
Si esto hubiera pasado en la Europa medieval, la represión sufrida por el docente habría sido coherente con el pensamiento dominante entonces, con esa especie de teocracia oscura que todo lo impregnaba: el arte, la educación, la cultura... Algo típico de tiempos feudales o de los primeros decenios de la Edad Moderna, con esa Inquisición siempre vigilante. Pero resulta chocante que ocurriera precisamente en el país pionero de la democracia moderna. 
Por otra parte, incidir en el hecho de que se le indulta a un señor por un "delito" cometido. No es una reparación por una sentencia equivocada en su día. Se trata de un perdón, como se indulta a un criminal.

domingo, 24 de mayo de 2015

Una reseña en "Escritores recónditos"


Miquel Cartisano y Francesc Cornadó, los amigos que dirigen el blog "Escritores recónditos", cuyo objetivo es dar a conocer la obra de autores poco conocidos, han tenido la enorme amabilidad de dedicarme una entrada.
Todo un detalle por su parte.
Un fuerte abrazo para ambos.

Os dejo el enlace al blog:

ESCRITORES RECÓNDITOS

jueves, 21 de mayo de 2015

Pájaro negro



21 de mayo de 822. 
Tras la muerte de Al Hakam I, inicia su reinado Abderramán II, cuarto emir omeya de Córdoba. 
Los cordobeses adoptarán la moda de Bagdad. El músico Ziryab, traído desde allí, será el introductor. 
El nuevo emir, que pasará a la historia por el lujo y por el derroche de su corte, era un enamorado de la cultura y de la ciencia y supo dar un esplendor a Córdoba como nadie lo había hecho antes. 
Ziryab, de origen iraquí, pero residente hasta entonces en Bagdad, era poeta, músico y experto en gastronomía. Enamorado del fasto oriental, llegó a conocer al Califa Harún al- Raschid, el de “Las mil y una noches”. Trajo a Córdoba el estilo refinado, grandioso y sensual de oriente. 
Bien pagado por el emir (palacio, renta mensual y numerosas prebendas), se dedicó a trasladar el lujo, el boato y las costumbres de su antigua ciudad a Córdoba influyendo decisivamente en los cambios en la decoración, el mobiliario, la música (introdujo la quinta cuerda del laúd), la gastronomía, la moda… de la sociedad de su nuevo lugar de residencia, como por ejemplo, la generalización del uso de las copas de cristal, sustituyendo a las de metal, que no permitían contemplar el contenido, nuevas recetas orientales, uso de mantelería fina, etc. 
Introdujo la manicura, la combinación de colores adecuados en el vestir, dependiendo de las estaciones del año (los tonos claros para la primavera y el verano; los tonos oscuros para el resto del año), los peinados de moda, el gusto por el cuidado de la piel, la depilación y el aseo personal… 
Impensable en una Europa bárbara, donde la gente se lavaba poco, introdujo en Córdoba la moda de los baños públicos. En la ciudad llegó a haber cerca de seiscientos establecimientos de este tipo. 
Fomentó la lectura, con la construcción de una biblioteca que llegó a contar con casi medio millón de volúmenes. 
Fue el creador de la música andalusí. Creó una escuela de canto, algo así como el primer conservatorio de música de aquellos tiempos. 
Introdujo nuevos platos que se quedaron para siempre en la gastronomía local, como esa especie de “pisto” con aceite de oliva, berenjenas, calabacín, cebolla y membrillo aromatizado; el escabeche con vinagre y especias, los espárragos o las albóndigas. En este terreno también estableció el protocolo para comer con cierto orden. Primero las sopas, luego los pescados y las carnes, por último los postres y los dulces. 
Era en suma un “todo terreno”, un innovador. 
Su verdadero nombre era el de Abul- Hasan Alí ibn Nafí. El otro, el de “Ziryab”, era un apodo que significaba “pájaro negro”, una alusión a su tez morena y a sus dotes musicales, como otro pájaro negro cantor: el mirlo. 
El poeta y gastrómomo abrió Córdoba al refinamiento oriental y a la sensualidad, convirtiendo una época medieval y oscura en el reino de los placeres.

sábado, 16 de mayo de 2015

Ante la tumba de un poeta



En Colliure, en el cementerio, un día soleado de mediados de mayo...
Algunos nostálgicos dejaron sus banderas; otros se conformaron con depositar algunas frases, breves poemas sobre la tumba, palabras de despedida sujetas con una piedrecita, para que el viento o tal vez el tiempo no se las lleve enseguida.


Y así, la bella y marinera localidad francesa se convierte día tras día, año tras año, en lugar de peregrinación.


jueves, 7 de mayo de 2015

Dinero, sueldo y salario


"Dinero" de Alfonso II de Aragón.

Hoy son conceptos con un significado muy diferente al que tuvieron en origen. 
De cuantía variable: tener  mucho o poco dinero, percibir un buen o un escaso salario, ganar el salario mínimo,  tener el sueldo congelado, etc.
Dinero, sueldo y salario.
En su día hacían referencia a cosas muy distintas de las de hoy, a la vez que muy concretas.

El salario, de origen romano, nada tenía que ver con la percepción que hoy se tiene de “pago en metálico” cada cierto tiempo, generalmente mensual, por la realización de un trabajo. Era el “pago con sal”, es decir, la cantidad de sal que cada trabajador o cada soldado recibía para que pudiera conservar y aderezar sus alimentos. A su vez, la sal que no necesitase se podría invertir en comprar otras cosas necesarias, como si se tratara de una moneda. En aquellos tiempos, cuando no había frigoríficos, la sal era un método de conservación de la carne muy eficaz y extendido.

El sueldo, que hoy es sinónimo de “salario”, en su día nada tenía que ver con este. Era un tipo de moneda. El sueldo –“solidum”- era lo que percibía un obrero manual medio por una jornada de trabajo. Una sola moneda. De ahí que se generalizara la frase de “voy a ganarme el sueldo”, es decir, la moneda por mi día de trabajo.

Y el dinero también hacía referencia a un tipo de moneda. El dinero, del latín “denarius” era la moneda de menor valor introducida por el Imperio Carolingio. Llega a nuestra península a través de la Marca Hispánica y se generaliza en la Corona de Aragón. De menos valor que el sueldo, el dinero venía a ser la doceava parte de la moneda anterior (un sueldo= 12 dineros, en la Corona de Aragón).

Decía Luis de Góngora:
"Los dineros del sacristán
cantando se vienen y cantando se van."


Y Quevedo:
"Poderoso caballero
es Don Dinero."

Lógicamente, tanto el sueldo como el dinero tenían un valor de cambio diferente según el lugar y el siglo. En la Francia Carolingia y en el Aragón de Jaime I el Conquistador, por ejemplo, no valían exactamente lo mismo.  Por su política centralizadora, también en lo monetario, Felipe V de Borbón llegó a suprimir el dinero en la corona de Aragón tras la Guerra de Sucesión.
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El origen de tal medida estaría vinculado al Real Decreto de 29 de junio de 1707, que puso fin a la historia del antiguo reino de Aragón al ser abolidas sus instituciones autónomas tradicionales,  así como sus "competencias", entre ellas la de acuñar moneda propia.