En un ejercicio de recuperación de viejas entradas mías, puestas a punto como material de clase, traigo aquí renovadas dos estampas de la Revolución Industrial: sus factores y sus costes sociales.
Posiblemente sea la Revolución Industrial el hecho más significativo y de mayor trascendencia de nuestra historia contemporánea. Hay un antes y un después de este acontecimiento. Tras la revolución, Europa ya no va a ser la misma. La producción de bienes se transformó radicalmente, pero también lo hizo la sociedad, la cultura, la política, las relaciones internacionales, la economía, las mentalidades... hasta el paisaje urbano cambió. Se podría decir que cualquier acontecimiento posterior de alguna importancia guarda alguna relación directa o indirecta con este fenómeno, incluyendo la expansión colonial o los conflictos bélicos mundiales.
Analizamos en primer lugar las causas o factores que hicieron posible dicha revolución.
“En esta fábrica trabajan mil quinientas personas, y más de la mitad tienen menos de quince años. La mayoría de los niños están descalzos. El trabajo comienza a las cinco y media de la mañana y termina a las siete de las tarde, con altos de media hora para el desayuno y una hora para la comida. Los mecánicos tienen media hora para la merienda, pero no los niños ni los otros obreros (...).
Cuando estuve en Oxford Road, Manchester, observé la salida de los trabajadores cuando abandonaban la fábrica a las doce de la mañana. Los niños, en su casi totalidad, tenían aspecto enfermizo; eran pequeños, enclenques e iban descalzos. Muchos parecían no tener más de siete años. Los hombres en su mayoría de dieciséis a veinticuatro años, estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las de apariencia más saludable, aunque no vi ninguna de aspecto lozano (...). Aquí vi, o creí ver, una raza degenerada, seres humanos achaparrados, debilitados y depravados, hombres y mujeres que no llegarán a ancianos, niños que nunca serán adultos sanos. Era un espectáculo lúgubre (...)”
Charles Turner Thackrah. Los efectos de los oficios, trabajos y profesiones, y de las situaciones civiles y formas de vida, sobre la salud y la longevidad. 1832.
A mediados del siglo XVIII Inglaterra aparece encabezando la Revolución Industrial.
¿Por qué se dio la Revolución Industrial primeramente en Inglaterra y en otras partes no se dio o se hizo de forma incompleta?
¿Qué factores o causas posibilitaron dicha revolución? Entre otras muchas podemos destacar:
- La demografía a favor: la población creció considerablemente debido a la reducción de las tasas de mortalidad ordinaria y catastrófica y a mantenerse elevada la natalidad. Atrás quedaron las grandes hambrunas y los episodios de epidemias que causaban una mortalidad extraordinaria. La desaparición hacia 1720 de la rata negra, portadora de pulgas, fue un hecho muy significativo. Más población significa aquí más mano de obra disponible y más consumidores de los nuevos productos industriales (textiles fundamentalmente).
- Las mejoras en la agricultura: Inglaterra consiguió una gran productividad agraria gracias a la introducción de una serie de innovaciones: método Norfolk, selección de semillas, estabulación del ganado, etc. Mayor productividad equivale a mayores rentas procedentes del campo que pueden ser invertidas en otras actividades, como por ejemplo la industria.
- Un comercio en expansión: posibilitado por medios de transporte adecuados, canales navegables, puertos y carreteras, más tarde el ferrocarril, y un mercado colonial de donde obtener materias primas baratas y donde colocar los productos industriales.
- Recursos naturales: energía hidráulica, abundantes materias primas como carbón, hierro, algodón traído de las colonias, etc.
- La ausencia de graves conflictos en el país: paz interior casi plena, ausencia de revoluciones. Y en el exterior, la insularidad protege al país como si se tratara de una barrera. Todo ello posibilitó la confianza de los inversores en el sistema, dando una gran estabilidad a los negocios.
- Progreso tecnológico: nuevos artilugios que multiplicaron la productividad, como la máquina de hilar, el telar mecánico y la máquina de vapor.
Máquina de hilar (la "spinning jenny") de James Hargreaves, 1770. Nueve años más tarde, Crompton ideó un modelo superior, la "spinning mule."
Telar mecánico de Crompton, 1779. Posteriormente, Edmund Cartwright (1743 - 1823) patentó su telar mecánico en 1785, una versión mejorada de la anterior
- Un sistema político adecuado en este momento: el liberalismo político, una monarquía parlamentaria que favoreció las inversiones de una burguesía estable y emprendedora. En este sentido, las monarquías absolutistas de otros países como España, con su política errónea de favorecer a la nobleza y a sus privilegios, supusieron un freno para el progreso y el desarrollo industrial.
ANIMACIONES INTERESANTES.
En los siguientes enlaces podrás ver
- Cómo funciona un barco a vapor.
- Cómo funciona la máquina Rocket (ferrocarril)
A continuación, hacemos un repaso acerca de uno de los costes más importantes de la Revolución Industrial :
la explotación infantil
la explotación infantil
Fuente de la imagen
¿Qué expresan esas miradas?
Una de las miserias más grandes de la Revolución Industrial inglesa fue la referente al empleo masivo de mano de obra infantil en el proceso de producción.
Algo muy provechoso para empresarios y fabricantes porque el salario de los niños era dos o tres veces inferior al de los adultos.
Así, chicos de 10 ó 12 años, e incluso menores, eran empleados en las minas, la industria textil o la siderurgia. Su horario de trabajo, de 10 a 12 horas diarias, incluso sábados.
Esto se aceptaba como algo normal dada la mentalidad de la época y dadas las necesidades de las familias obreras.
El escritor británico Charles Dickens, en su novela "Tiempos difíciles" supo plasmar las dificultades de estos chicos explotados a los que se les arrebató la infancia en un mundo despiadado de adultos, convirtiéndose así en testigo excepcional de su tiempo.
Fuente de la imagen
Esta imagen la encontré en este blog amigo
Traigo aquí un par de textos que he encontrado en esta interesante dirección:
"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansado, pero trabajo sin luz y paso miedo. Voy a las cuatro y a veces a las tres y media de la mañana, y salgo a las cinco y media de la tarde. No me duermo nunca. A veces canto cuando hay luz, pero no en la oscuridad, entonces no me atrevo a cantar. No me gusta estar en el pozo. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la mañana. Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me enseñan a rezar (...) He oído hablar de Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino a la tierra y no sé por qué murió, pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras. Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la mina."
Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842.
Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842.
“En esta fábrica trabajan mil quinientas personas, y más de la mitad tienen menos de quince años. La mayoría de los niños están descalzos. El trabajo comienza a las cinco y media de la mañana y termina a las siete de las tarde, con altos de media hora para el desayuno y una hora para la comida. Los mecánicos tienen media hora para la merienda, pero no los niños ni los otros obreros (...).
Cuando estuve en Oxford Road, Manchester, observé la salida de los trabajadores cuando abandonaban la fábrica a las doce de la mañana. Los niños, en su casi totalidad, tenían aspecto enfermizo; eran pequeños, enclenques e iban descalzos. Muchos parecían no tener más de siete años. Los hombres en su mayoría de dieciséis a veinticuatro años, estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las de apariencia más saludable, aunque no vi ninguna de aspecto lozano (...). Aquí vi, o creí ver, una raza degenerada, seres humanos achaparrados, debilitados y depravados, hombres y mujeres que no llegarán a ancianos, niños que nunca serán adultos sanos. Era un espectáculo lúgubre (...)”
Charles Turner Thackrah. Los efectos de los oficios, trabajos y profesiones, y de las situaciones civiles y formas de vida, sobre la salud y la longevidad. 1832.
- Un vídeo muy interesante sobre la explotación del trabajo infantil en la Revolución Industrial. Dura diez minutos escasos y merece la pena.
Impresiona ver cómo deseaba ir a la escuela la pobre Sarah Gooder. Por suerte para nuestros jóvenes, ahora vivimos otros tiempos. Aunque está bien que conozcan esta historia para que lo valoren.
ResponderEliminarUn gran repaso a la revolución industrial y una entrada muy didáctica que nos sirve a todos: muy buenos los enlaces a como funciona la maquina del ferrocarril y el barco a vapor y estupendo los textos sobre el trabajo extenuante y el video del trabajo infantil. Un saludo, Cayetano.
ResponderEliminarLa Revolución Industrial... Recuerdo que este tema lo odiaba con toda mi alma cuando lo tenía que estudiar en el instituto...
ResponderEliminarSin ella me temo que la industria textil bejarana nunca hubiera existido. Aunque también hay que tener en cuenta que muchos autores ponen en duda de que realmente haya existido una Revolución Industrial en España.
Saludos
Esos testimonios son desgarradores. Con ellos nos podemos dar cuenta de lo que hemos avanzado.
ResponderEliminarEsta entrada la tendrían que leer algunos "indignados" para que sepan que se puede estar peor. Pero a este paso volveremos a las minas y en las mismas condiciones.
La Fuensanta y el Antón: afortunadamente para nuestros jóvenes...de momento. En otros lugares del mundo la cosa ha cambiado poco.
ResponderEliminarUn saludo.
Paco: los enlaces pertenecen a buenos blogs de nuestro santo -y a veces poco considerado- trabajo.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmen: un tema en efecto poco agradecido por los alumnos, pero fundamental para entender lo que vino después.
ResponderEliminarUn saludo.
Lorenzo: me temo que lo que algunos no quieren es precisamente volver a la época de semiesclavitud, pero todo se andará, porque ya sabes el dicho: a río revuelto, ganancia de pescadores, y la patronal está presionando cada vez más.
ResponderEliminarUn saludo.
Alejandro: malos tiempos en efecto. El mercado y sus leyes están por encima de los ciudadanos.
ResponderEliminarUn saludo.
Toda revolución implica cambios en mayor y menor medida, en el que el que menos tiene se lleva siempre las de perder.Daños colaterales les llaman, y así nos va. Si es que...
ResponderEliminarSalud¡¡¡
Javier: en todas las revoluciones parece que les toca perder siempre a los mismos, bueno, en la francesa algún privilegiado perdió la cabeza.
ResponderEliminarUn saludo.
El relato de la niña es escalofriante...
ResponderEliminarHe vivido en Inglaterra. Ellos se ufanan con orgullo sobre este momento histórico, olvidando los estragos que hubo en la población de menores recursos.
Saludos Cayetano
Un tema de esencial importancia,
ResponderEliminarUn beso
Manuel: no sé qué impacta más si el relato o el vídeo.
ResponderEliminarUn saludo.
Arantza: eso trato de transmitir a mis alumnos. A ver si lo consigo.
ResponderEliminarSaludos.
Y un hecho importante también es que esta revolución industrial al igual que el desarrollo pleno del capitalismo se dio en países como el Reino Unido u Holanda por su distinta mentalidad religiosa, una mentalidad protestante mucho más abierta y que evitó la cerrazón de otros países como España o Italia. Este hecho queda plasmado en el libro de Max Weber: "La ética protestante y el espíritu de capitalismo".
ResponderEliminarLa explotación infantil fue la cara más dura de este desarrollismo hasta que las revoluciones social-marxista y sindicalistas permitieron poco a poco un trabajo más digno y la creación del estado del bienestar. Hoy esta situación la vemos en países del 3er mundo donde millones de niños son explotados por la grandes multinacionales occidentales.
Un saludo.
Una entrada muy currada y muy documentada. Los enlaces son estupendos y la selección de textos. La pena es que las animaciones de la máquina de vapor sena en inglés, pero bueno se pueden entender más o menos. Muy buena lla Revista del estudiante de Historia, la voy a poner en mis favoritos.
ResponderEliminarSaludos compadre.
Carolvs: totalmente de acuerdo. El Libro de Max Weber ya es todo un clásico. Y sí, parece que capitalismo- protestantismo formaron una buena unión, eso sin contar las excelentes materias primas que poseían los británicos para la primera fase de la revolución industrial (textil y siderúrgica).
ResponderEliminarLo del trabajo de los niños era lacerante (y como tú dices, lo sigue siendo en países no desarrollados)
Un saludo.
Juan: a ver si mis alumnos se me animan. Una de las cosas que tienen que hacer es comentar el vídeo. Como es bastante impactante, seguro que lo hacen medianamente bien. Además vale nota.
ResponderEliminarUn saludo.
Eran tiempos en los que los derechos sociales, como los entendemos hoy, no existían ni para los niños ni para las mujeres ni siquiera para muchos hombres. La situación venía de mucho más atrás. En España, el conde de Aranda, en su fábrica de lozas y cerámicas de Alcora aumento la jornada laboral hasta las trece horas, sancionaba a los trabajadores que incumplían el horario y hasta construyó celdas para castigar a los infractores. Así seguiría todo hasta que la revolución industrial, que cambió nuestra sociedad, hizo nacer organizaciones de trabajadores que se defendieran de los abusos. Claro que lo de los niños, para nuestra mentalidad actual, resulta de lo más escandaloso. Un saludo.
ResponderEliminarPobre Sarah...que quería ir a la escuela. El vídeo da miedo, la reunión de los "industriales" parece una convención del G 20...
ResponderEliminarUn saludo, Cayetano
La revolución industrial que casi no se dio en España, por hidalgos no por vagos, ¿no?....
ResponderEliminarUn saludo
La explotación infantil aun sigue en muchos países del mundo por empresas del primer mundo para fabricar productos que triplican su valor en los países desarrollados.
ResponderEliminarUna entrada muy completa.
Un saludo.
Estamos habituados a ver imágenes donde los niños son explotados en países míseros donde se sacrifica la educación y la infancia por una manos más para trabajar, pero los tiempos de la Revolución Industrial, que hicieron prosperar y crecer, también tuvieron sus lacras.
ResponderEliminarUn abrazo
Interesante post, Cayetano, resume muy bien la idea de que la Revolución Industrial (como casi todos procesos históricos) tuvo su "cara y su cruz". Como dijo el Zorro en su diálogo con el Principito
ResponderEliminar¿Hay cazadores en ese planeta?
—No.
—¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
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—No.
—Nada es perfecto —suspiró el zorro.
Aunque ya hemos acabado de explicar este tema, voy a recomendar a mis alumnos/as que se pasen por tu blog. Además, estoy pensando en poner un ejercicio de reflexión a mis alumnos sobre este tema de "la cara y la cruz"
Un cordial saludo, Cayetano
Desde la terraza: tiempos atroces para los más necesitados. Por desgracia hoy tienen cierta vigencia en países en desarrollo.
ResponderEliminarUn saludo.
Alma: el vídeo es actividad obligatoria y motivadora para mis alumnos. Ya sabes que una imagen...
ResponderEliminarUn saludo.
Eduardo: hidalgos de una España donde estaban mal vistos los trabajos manuales. Asó nos lució el pelo.
ResponderEliminarUn saludo.
Valverde: si las empresas del primer mundo hacen esto con los más pobres, que no les den más facilidades aquí, no sea con la excusa de la crisis hagan con nuestros hijos lo mismo. No es para fiarse de ellos.
ResponderEliminarUn saludo.
Javier: siempre son los más pobres los que pagan el pato en los grandes cambios de la historia, hasta que se organizan y la cosa se modera.
ResponderEliminarUn saludo.
Pedro: el vídeo, que precisamente lo encontré en tu blog el curso pasado, es muy motivador. Muchos alumnos se quedan con las ganas de ver qué pasa a continuación. Yo lo uso para proponer unas actividades. Sabes por experiencioa que una imagen vale más que mil palabras. Lo de "cara y cruz" me gusta porque fomenta el debate, el análisis crítico, etc.
ResponderEliminarUn saludo.
Se me ha quedado el corazón hecho un guiñapo...Aunque conocía el tema no es lo mismo "verlo" en vídeo...¡qué lástima!
ResponderEliminar¿No te ha gustado verte en mi última entrada?
Un saludo
Rosa: menos mal que me lo dices, porque la entrada tuya, la de verdad, no aquel experimento fallido que no había quién lo encontrara, no se ha actualizado en mi blog y si no me lo dices me habría dado cuenta el mes que viene.
ResponderEliminar¡Con lo vanidoso que es uno como para no comentar! Jejeje.
Y sí, el vídeo se las trae.
Un saludo.
que recuerdos gratos de clase... me encantaban esas charlas, esas clases, esas sopas de letras jejeje un saludo cayetano que aunque no escribo mucho sigo atento a tus publicaciones. un abrazo!
ResponderEliminarHe pasado un rato ameno leyendote. Un blog novedoso e interesante. Muy bueno el video. Te sigo. Hasta muy pronto,
ResponderEliminarPara que luego nadie diga que los alumnos son ingratos. Ahí está Álvaro, alumno mío de hace un par de años, comentando y saludando al profe de historia. Claro que dar clase con alumnos como él era un auténtico placer por su alto nivel de participación.
ResponderEliminarSaludos, Álvaro.
Marilyn: gracias por pasar y comentar. Bienvenida a esta tu casa.
ResponderEliminarUn saludo.
Una situación muy indignante la que se dió en aquellos años, los obreros eran catalogados como personas de segunda, sin derechos, tratados como animales, explotados al máximo sin importar su seguridad y su salud, y ya en el caso de los niños una verdadera desvergüenza.
ResponderEliminarJosé Luis: indignante es la palabra correcta. Si mejoraron después las condiciones de los obreros fue porque se organizaron y después, con el ejemplo de la revolución rusa, había miedo de contagio. Si no, a estas horas todavía andaríamos con las 12 horas de trabajo y sin seguridad social.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Qué horror Cayetano!
ResponderEliminarEs un dolor que a los niños los trataran de esa manera, en vez de jugar pierdian la infancia es Tremendo.
Dios quiera que no vuelva a pasar.
Todos los años llevo a mi clase erizos con sus castañas, para que los vean los niños, se quedan boquiabiertos.
Un abrazo desde mi Librillo.
Rosario: hablando de niños y de erizos. A mí también se me "eriza" la piel al ver el trato dispensado a los niños.
ResponderEliminarUn saludo.
Impresionantes las imágenes que acompañan al texto, en especial la de esos niños con la cara tiznada y que parecen sumergirnos en una obra de Dickens. La realidad era aún más dura que sus novelas, como reflejan las declaraciones de esos niños.
ResponderEliminarFeliz puente, monsieur
Bisous
Madame: un infancia perdida que nunca recobrarían.
ResponderEliminarUn saludo y también feliz puente.
Que buen recorrido hacia la historia, valioso y an importante pues como dicen por hay " quien olvida su historia esta condenada a repetirla"
ResponderEliminarUn saludo.
Aplicativos móviles: así es. No hay que olvidar para no volver a caer en los mismos errores.
ResponderEliminarGracias por tu aportación.
Un saludo.
En Venezuela sigue la explotación de los niños y niñas, y no hay o existe un organismo serio que detenga este flagelo, hoy aún vigente
ResponderEliminarAnónimo: es vergonzoso que en pleno siglo XXI todavía ocurran estas cosas.
ResponderEliminarUn saludo.