La oración "copulativa".
¿Qué mejor ocasión para aprender sintaxis qué analizando este párrafo de Julio Cortázar?
Tómese su tiempo y, sobre todo practique, practique mucho...
"Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias".
Julio Cortázar. Rayuela. Cap. 68
No entiendo la parte que dice: "Cada vez que él procuraba". Todo lo demás pertenece a una sintaxis fácil, entendible, manejable, práctica, diáfana y lógica, pero esa pequeña frase no la entiendo.
ResponderEliminarSalut
Sí, jejeje. Te entiendo, te entiendo. A mí también me pasa. Será que con los años practicamos menos, digamos, la sintaxis.
EliminarZascandilleando las cagabandurrias, escogorciando las berenguelas, pitufeando las helicoidales, es la palabra el mejor de todos los males.
ResponderEliminarSlds.
Cómo mola, que diríamos hace años.
EliminarEstos ejercicios de diversión solo podían venir de un nobtale llamado Lujio Tarcózar.
ResponderEliminarMe ha recordado, no es lo mismo, pero sí un juego maravilloso, el libro "Ejercicios de estilo", de Raymond Queneau, o cómo relatar un mismo suceso en 99 variaciones distintas. Si no lo conoces busca en una biublioteca, además de ingenioso y divertido es un pozo de sabr. Es Queneau al fin y al cabo.
Lo buscaré. Esos juegos me encantan. Gracias por la recomendaçao.
EliminarNo sé si al final consiguió el olgogamo peo nómada laespina.
ResponderEliminarCasi. Aunque todos sus oréganos eran fingidos.
EliminarConfirmado. Ya se ha dicho muchas veces que los americanos manejan la lengua mejor que nosotros. Hasta la cuidadora de ancianos más recién llegada lee esto de un tirón.
ResponderEliminarNo te quepa la menor duda, tanto lo de los americanos ( en este caso del sur) como lo de la cuidadora de ancianos rijosos.
EliminarEs que, para mí, son americanos los del sur y usamericanos los del norte, con ese palabro que se construyó hace tantos años.
EliminarPara mí todos lo son, si bien es cierto que los de EEUU siempre tienden a monopolizar la denominación "americano" como si fueran los únicos. Y no me parece justo, se mire como se mire.
EliminarSaludos de nuevo.
Un juego lingüístico muy peculiar. Con razón me costó una eternidad leer Rayuela. Un abrazo
ResponderEliminarEste fragmento es quizá el más divertido y conocido del libro.
EliminarUn abrazo, Arantza.
Me ha costado lo mío descifrar las palabras del capitulo 68, nunca leí Rayuela.
ResponderEliminarAbrazos.