lunes, 7 de diciembre de 2020

La doble moral en la era victoriana


Para los ingleses existe una etapa crucial en su historia: el largo período como monarca de la reina Victoria, la era victoriana. En esta etapa, Inglaterra alcanzó su más alta cima en desarrollo y en la consolidación de su imperio. Victoria pasará a la historia como la segunda reina más longeva, de 1837 a 1901. El récord lo alcanzó después su tataranieta Isabel, acualmente en el trono desde el 16 de febrero de 1952. 
Con la reina Victoria se inició un periodo de enorme prosperidad que convertiría al país en una gran potencia europea. Inglaterra contaba con estupendas bases para lograr su protagonismo económico: 
- Abundantes yacimientos de carbón al pie de las montañas que atrajeron la instalación de nuevas industrias, siderurgia principalmente. 
- Nuevos medios de transporte como el ferrocarril. 
- Una flota mercante, la más importante del mundo, con puntos comerciales repartidos por todos los continentes del planeta. 
Cuando la reina llegó al trono, Inglaterra todavía tenía un marcado carácter rural; cuando falleció, ya era un país altamente industrializado, moderno y conectado con importantes líneas ferroviarias, contando además con redes de alcantarillado  y alumbrado público a gas, posteriormente alumbrado eléctrico, etc. La era del carbón ya estaba pasando, con esas nieblas fruto de la condensación de la humedad ambiental y de las partículas en suspensión. Tan típicas en las películas de asesinatos ambientadas cerca del Támesis… 
 
COLOCACIÓN DE LOS BOTONES 

De esta época de desarrollo y “espléndido aislamiento”, propiciada por políticos como Disraeli y Salisbury, parece ser que data la ubicación definitiva de los botones en las prendas de vestir masculinas y femeninas. Las damas pertenecientes a la burguesía no solían vestirse ellas solas, sino que lo hacían sus sirvientes. Por esta razón, los botones de las damas se situaban en el lado izquierdo para que fuera más fácil abrocharlos por las personas que tenían ese cometido. Aunque los hombres también contaban con sirvientes, no precisaban ayuda alguna para vestirse, por lo que sus botones seguían permaneciendo en el lado derecho. 

LA DOBLE MORAL 

La era victoriana se caracterizó por un puritanismo oficial, al menos aparente. La represión sexual era un hecho evidente. La rigidez moral llevaba al extremo de alargar las faldas de las damas hasta el suelo para que no se les pudiera ver el tobillo. De muchos es sabido que la reina mandó alargar los manteles que cubrían las mesas de palacio para ocultar por completo las patas de esas mesas y alejar así de la mente de los hombres los malos pensamientos, porque podrían relacionarlas con las piernas de las mujeres. 

Con el apoyo de la iglesia se condenó toda actividad sexual, incluso dentro del matrimonio, que no tuviera como objetivo la procreación. Una moralidad oficial profundamente conservadora y puritana se instaló en el país de la mano de una burguesía cuya máxima aspiración era la estabilidad moral, el orden y la disciplina, por lo que toda emoción, aventura o sentimentalismo eran objeto de rechazo. La cultura burguesa despreciaba las emociones y los sentimientos. Lo importante ahora era la conducta recta, la sobriedad, la contención, el buen gusto, las buenas maneras, las apariencias…
 
Pero frente a este mundo estricto de normas y contención se desarrollaba paralelamente otro donde la prostitución, el adulterio, las actividades sadomasoquistas, la drogadicción, los negocios poco legales y hasta los asesinatos más brutales campaban a sus anchas. La noche era la encargada de amparar vicios privados de gente acomodada. Espectáculos eróticos, prostitución, salas de juego, relaciones con menores de edad…
 
La llegada masiva de población a Londres hizo crecer espectacularmente los barrios obreros, y en ellos empezó a proliferar la prostitución. Se calcula que, en el siglo XIX, Londres llegó a tener hasta 2000 prostitutas. La miseria y la falta de trabajo arrojaron a muchas mujeres a ejercer esta actividad a cambio de unas pocas monedas. Los barrios de Whitechapel, Clerkenwell y Saffron Hill eran famosos en este sentido. Y como no podía ser de otra manera, eran muy corrientes las enfermedades venéreas. Y también las peleas y hasta los asesinatos.


La figura de Jack el Destripador aparece precisamente en este ambiente nocturno de degradación moral. Muchas prostitutas fueron asesinadas de una manera atroz, tal vez para que no se fueran de la lengua y revelaran la identidad de algunos de sus clientes. Los métodos utilizados por el asesino conmocionaron a la sociedad londinense. Su refinamiento y precisión en las amputaciones y en la extracción de órganos hicieron pensar en la labor de un cirujano más que de un matarife. Hay quien piensa que asesinaba por encargo y que su modo de trabajo tan refinadamente cruel tenía como objetivo aterrorizar a las mujeres que hacían la calle para que abandonaran ese oficio y mantener así limpia la noche londinense. Algunos llegan a involucrar a la propia reina. El asesino no obstante nunca fue encontrado. 

Texto revisado y remodelado, publicado originariamente en este blog el 18 de noviembre de 2012

36 comentarios:

  1. Chico, me ha entusiasmado la entrada. Historia, intriga y conjeturas para que hagamos un poco de memoria.
    No sabía lo de los botones.
    Por cierto, el único museo victoriano en Barcelona es el del Seminario Conciliar, el de fósiles, un museo desconocido y que dicen el mejor de Europa en su especie, que he sacado en un par de ocasiones por el bloc.
    Un saludo

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    1. Una época muy interesante y que tanto el cine como la literatura se ha nutrido de historias sobre esta época.
      Un saludo, Miquel.

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  2. Hola Cayetano:
    Este momento histórico de Inglaterra, me gusta mucho. Incluso dejó huellas en Venezuela, en una región que os ingleses invadieron y consideraron suyo, que hoy sigue siendo reclamado por el país: La Guayana esequiba.

    Pero también los ingleses llevaron su prosperidad al país. El ganado vacuno del país, era de los ingleses, que pagaban impuestos o construían edificios y vías férreas. Hay pueblos en Venezuela con casas cuya arquitectura es denominada "victoriana"...

    Saludos

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    1. Con sus luces y sus sombras, los ingleses están especialmente satisfechos de esta época, más por lo logros, evidentemente.
      Un saludo, Manuel.

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  3. La época victoriana fue la Edad de Oro para ese país, tuvieron una gran reina y dos excelentes primeros ministros.

    Es curioso que cuando en España también fuimos un gran Imperio, éramos igual de mojigatos de cara a la galería, porque lo de la jodienda no tiene enmienda.

    Un saludo, Cayetano.

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    1. Sí, era una época muy contradictoria. E Inglaterra dio un salto de gigante.
      Un saludo, Carolus.

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  4. La doble moralidad es casi una constante en la historia: desde arriba se dictan normas, se proclama y se presume con los parlamentos, pero sotto voce la acción no se corresponde con lo que pregonamos- Así es la vida en todas las esferas.
    Un abrazo, Cayetano.

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    1. Es un tic autoritario el de no predicar con el ejemplo. Viene de lejos.
      Un abrazo, Paco.

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  5. Muy bien expuesto. La reinona está bien rolliza en la imagen! De alguna parte le alcanzará la longevidad al actual reinado, preferentemente por vía femenina; al margen de la pasta para permitirse el lujo de ciertos tratamientos.
    Curioso que en mi escuela británica la doble moralidad se nos inculcará como algo abyecto mientras observábamos como navegaba con toda soltura por la sociedad nacional!
    A no ser que todo dependiera de las gafas de cada alumn@! Será ello la razón de que ande por la vida cual Sherlock H. lupa en ristre? Solo por puro instinto y para aprender a discernir, lo cual me sale demasiado defectuosamente .

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    1. En situaciones como la que cuentas se desarrolla mucho el sentido crítico y el de la observación, cual sabueso detectivesco.
      Un saludo, Emejota.

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  6. Es que aparte del carbón tenían también todas las colonias, y supieron sacarle provecho a uno y a otras, cosa que en España no se supo hacer. Jack el destripador decían que si era un cirujano, por como diseccionaba a sus víctimas.
    Por cierto, al menos en la foto, la Reina Victoria tiene una cara de mala leche, como para gastarle alguna broma.

    saludos

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    1. Cierto, en la foto tiene cara de pocos amigos. Era una mujer con carácter.
      Un saludo, Francesc.

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  7. Puede ser que la doble morál haya estado presente en toda la historia, pero en Inglaterra y bajo el reinado de Victoria alcanzó su techo y sofisticación ( lo de las patas de las mesas..... ).

    Y esta doble moral se prolongó en el tiempo dentro de la familia real hasta casi la actualidad, si no véanse el asunto de la princesa Margarita con el capitán Thownsed, o todo el affaire de lady Diana y su divorcio.

    Hipocresía de lujo, muy bien regada con escocés reserva de malta simple.

    ¡¡ Gentuzaaaa !!.

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    1. Estos de la realeza británica creo que son más de la ginebra, Rodericus. Allá ellos.
      Un saludo.

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  8. Pleno esplendor de la Revolución Industrial. La Commonwealth en su apogeo. Mucho progreso y mucho puritanismo que olía a abrigos viejos, sí, pero les faltó la música.
    Inglaterra en un país sin música y sin el Sistema Métrico Decimal.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

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    1. Y además conducen por la izquierda, costumbre arraigada desde que, en los carruajes, hostigaban a sus caballos con el látigo en la diestra. Me imagino que para no pegar a los transeúntes. Hoy ya no tiene sentido. El caso es llevar la contraria.
      Un abrazo, Francesc.

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  9. Un buen repaso. Hipocresía para regalar. Difícil de eliminar esa doble moral, sobre todo en las capas más altas. Ayer mismo, leía un reportaje en la revista El Semanal sobre esa élite o famosos que fueron a Oxford. Sin desperdicio. Menuda panda
    Besos, Cayetano

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    1. Sí, han sido únicos en el arte de predicar una cosa y hacer la contraria. Aquí también hemos tenido y seguimos teniendo lo nuestro.
      Un abrazo, Arantza.

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  10. En la época victoriana se reprimió tanto lo sexual, que tenía que salir de la peor forma por otro lado, cuyo máximo exponente psicópata fue Jack el Destripador, como bien lo señalas. Esa maral puritana se exacervó en la reina Victoria después de enviudar de su amado esposo.

    Yo prefiero recordar todos los avances de la época en los campos de la cultura, industria y comercio.

    Besos

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    1. En efecto, luces y sombras de esa época. Siempre hay que quedarse con los avances, aunque la doble moral y la hipocresía vienen bien analizarlas para hacer la radiografía completa de la mentalidad de la época.
      Un abrazo, Myriam.

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  11. Y junto a las explicaciones del porqué de las normas, subyacía otra más carnal. Que si los manteles se alargaban para permitir el ten con ten aparente, mientras bajo la tela se sucedían maniobras...
    La moral victoriana quedaba a cubierto. Todo en su sitio.
    Interesante, Cayetano.

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    1. Ojos que no ven, corazón que no siente. Aparentar una cosa y hacer otra, algo típico de ese doble juego en aquellos tiempos. Y no solo en Inglaterra.
      Un saludo, Ana.

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  12. No hay duda de que la reina Victoria emulaba a otro mandatario que había manejado las riendas de un imperio hacía dos milenios: Augusto. Sin embargo, la moral tiene una doble vertiente: se concentra en la superficie, en lo que se ve, no en la actividad privada de cada uno. Eso es más difícil de controlar. La cuestión es que esta forma de llevar las riendas de la sociedad en muchos aspectos se sigue manteniendo hoy día.
    Por cierto, te recomiendo las novelas policiacas de Anne Perry.
    Un saludo

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    1. Gracias por tu comentario y tu recomendación literaria.
      Un saludo, Carmen.

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  13. En pleno siglo XXI la doble moral está a flor de piel, desconocía por completo la historia de los botones y las faldas largas de las mesas, evidentemente todo tiene su por que.

    Cuídate mucho.

    Abrazote utópico.-

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    1. Sí. Una vez, de niño, me dieron una camisa que debía ser de chica y me costó muchísimo abrocharme los botones. Hoy desconozco si se seguirán haciendo esas distinciones.
      Un abrazo, Irma.

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  14. nada de esto sabía.Me has asombrado con tu escrito

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    1. Hay cosas de la historia que no suelen venir en los libros.
      Un saludo.

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  15. La hipocresía es aún habitual en nuestras sociedades, tan liberales, de boquilla, para tantas cosas.
    Un saludo.

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    1. Sí, es la condición humana. Difícil encontrar una sociedad que se libre de esa lacra.
      Un saludo, DLT.

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  16. Pienso que doble moral ha habido en todos las épocas. La gente por miedo o por guardar una imagen, no se expresan de forma coherente a como piensan, tapan sus actos como pueden y se hacen eco del discurso mayoritario. Pero claro, es que remar a contracorriente es difícil y no todo el mundo está dispuesto a ello, solo los valientes.
    SAludos.

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    1. Siempre. Hoy le tocó el turno a esa época de esplendor británico que encerraba dentro muchas miserias. En España también hemos tenido lo nuestro. En La casa de Bernarda Alba, de Lorca, se retrata muy bien ese mundo de apariencias engañosas.
      Un saludo, Manuela.

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  17. Me ha gustado. Instructivo, interesante, con referencias de contexto. He descubierto lo de los botones que no tenía ni idea de dónde demonios venía.

    Gracias, Cayetano.

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    1. Todos apredemos de todos. Siempre nos quedará algo por descubrir.
      Un saludo, Anna.

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  18. Pues tienes razón, Cayetano. Siempre hay una doble moral. No voy a poner ejemplos, creo que ni falta hace. Un saludo.

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    1. Sí. No es privativo del Reino Unido. Es un tema mundial.
      Saludos.

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