Comúnmente denominamos
“percebe” a sujetos un poco alelados, bobos o que les falta un hervor. Una
especie de insulto que define de alguna manera a la persona sobre la que
hablamos: ¡ese tío es un percebe!
El percebe es ese animal
con pezuña que parece cualquier cosa menos un animal, porque no tiene
extremidades, se alimenta por filtración del plancton y pasa su vida adulta
inmóvil y adherido por un pedúnculo a una roca, sin moverse. La uña arriba,
donde debería tener la cabeza, para protegerse de un posible ataque. Esa parte
protegida es la que encierra la mayor parte de sus órganos y aparatos vitales:
el digestivo, el respiratorio, el circulatorio, el reproductor... Aunque es
hermafrodita no puede autofecundarse. Se necesitan dos especímenes. Uno hace de macho y el otro de hembra. No sé
quién decide el papel de cada uno, si lo echan a suertes o qué. La cópula se
realiza —y a distancia— entre marzo y septiembre. Los huevos fecundados
eclosionan en el agua. Las larvas liberadas en la eclosión se mezclan con el
plancton. Y ya todo es cuestión de suerte.
El percebe tiene más
pene que cuerpo. Pero no tanto como se cuenta por ahí. Para hacernos una idea,
si fuéramos un percebe, nuestro pene mediría 2,70 metros. Eso ya sería presumir
de miembro. Aunque quiero pensar que si nos arrancaran las percebeiras a la
fuerza de nuestra casa, nos llevaran en cestos o en camiones frigoríficos al
mercado, nos pusieran hielo y nos metieran en agua hirviendo con sal, nuestra
“hombría”, a esas alturas, más que pene
lo que daría es pena.
Texto publicado en La Charca Literaria
http://lacharcaliteraria.com/
Texto publicado en La Charca Literaria
http://lacharcaliteraria.com/
Por algo dicen que alguno por culpa de la cabeza de abajo, pierde la de arriba.
ResponderEliminarY solo se pueden pescar los meses que no llevan erre.
Una de percebes...¡¡¡marchandoooo!!!
Lo bueno de los percebes es que todo lo bueno lo tienen arriba.
EliminarUn saludo.
que genial que eres!!!!
Eliminarque buen texto!!!
Cuando he tenido un percebe en mis manos a punto de comérmelo, siempre he intentado buscar la cabeza, misión imposible, y ante una misión imposible lo mejor es optar por la ingesta. No está mal, sabroso, sobre todo si se acompaña con pacharán. La primera vez que probé este maridaje, me pareció una mezcla rara, pero desde entonces no he dejado de degustar esta combinación siempre al mediodía y sentado tras una ventana sin visillos.
ResponderEliminarPienso que si nos comparamos con un percebe seríamos como un surtidor de gasolina de estos de manguera larga.
Salud
Francesc Cornadó
Lo del pacharán habrá que probarlo. Dulce y salado a la vez. Un abrazo, amigo Francesc.
EliminarEsos animalejos que, mmás allá de su valor culinario, son feos de narices y raros, raros. Eso de copular a distancia y echarse a suertes quien es el pasivo o activo tampoco ayuda a querer reencarnarse en uno de ellos. Aunque algunos percebes tienen nombre y apellidos...
ResponderEliminarUn abrazo!
Feo de narices .Jejeje .
EliminarUn saludo, Félix .
Curioso ser vivo el percebe, con una cabeza que má sparece uña que otra cosa y un pene descomunal. Puestos a pensar parece venido de un mundo extraterrestre y, tal como nos lo describes, bien pudiera ser un monstruo brotado de las profundidades abisales.
ResponderEliminarUn saludo
Oye, pues ahora que lo dices, algo de extraterrestre sí que tiene .
EliminarUn saludo, Carmen.
Es una pene que nos comamos esta maravilla de la naturaleza... ¡¡¡pero están exquisitos!!!
ResponderEliminarUn saludo, Cayetano
Sí. Una contradicción que nos guste algo tan horrible.
EliminarUn saludo, Carlos.
Me dan un poco repelús. Tener pinta de pezuña, copular a distancia, elegir a ¿suertes? quien es hembra o macho, saber a un trago de agua de mar..... yo paso de este bicho.
ResponderEliminarBesos, Cayetano
Creo que los grandes devoradores de percebes no se plantean nada. Si no, no se los comerían.
EliminarUn abrazo, Arantza.
No sé si lo he escrito bien: “tanto tarari para tan poco tarará”. No me extraña que el adjetivo haya sido adjudicado a ciertos especímenes con diez dedos en pies y manos, da lo mismo el sexo, por supuesto!
ResponderEliminarSí. El calificativo es muy apropiado cuando se usa como definición de algunos individuos.
EliminarSaludos, Emejota.
Fantástico animalejo que dió nombre a una calle, en la cual el inmueble numero 13 era todo un zoológico de la condición humana : tenderos tramposos, ladrones, morosos, temibles ancianas, veterinarios impávidos, y cloacas muy concurridas.
ResponderEliminar13 Rue del Percebe forever !!.
Sí señor. Del gran Ibáñez. DE una época en la que los ladrones eran fáciles de identificar porque llevaban antifaz y ganzúas. Hoy está más camuflados.
EliminarUn abrazo, Rodericus.
Hay MÁSTERS en PERCEBES????
ResponderEliminarSí. Jejejeje. Seguro.
EliminarUn abrazo, Miquel.
Te lo dije por FB y lo repito aquí: jajajajaja ya me imagino el pene de pecebe en escabeche.
ResponderEliminarBesos
Seguro que está realmente asqueroso. Jejeje.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Pinta feo, pero son ricos...y quien sabe si lo más sabroso será el miembro viril... :D
ResponderEliminarSaludos Cayetano
Por lo menos será lo más apreciado por los otros percebes.
EliminarUn saludo, Manuel.
Este animalejo siempre me provoca pensar en el hambre que debía tener el primer tipo que se atrevió a darle un bocado, porque de apetitoso tiene poco. Aparte de eso no veo tanta diferencia entre el humano y el percebe, a no ser por tu último párrafo.
ResponderEliminarLos dos viven pegados a la seguridad protegiéndose cada uno lo más querido y ambos tienen más cuerpo que cerebro. Lo que no cuentas, es dónde tiene el cerebro el percebe.
Saludos
Estos bichos que parecen extraterrestres igual ni tienen cerebro. Y en caso contrario, igual que dicen de la mayoría de los hombres, habría que buscarlo en sus partes.
EliminarUn saludo, Ana.
Hola Cayetano, a pesar de ser uno de los mariscos mas caros, su vida no es precisamente para echar cohetes, siempre amarrado a una roca y recibiendo las envestidas de las olas y copulando a distancia, que mal por favor, por mucho miembro que tenga. Los otros percebes lo tienen mas fácil, con dejarse llevar por la muchedumbre lo tienen todo solucionado.
ResponderEliminarHay que tener mucho parné para pagar una ración de percebes, por aquí el precio que alcanzan los hace inalcanzables para el bolsillo .
Un saludo
Puri
Yo no sufro si no los como. Mira que son feos. Parecen extraterrestres. Saludos.
EliminarSiempre el tamaño, siempre el tamaño es lo más importante, a mayor tamaño mayor precio.
ResponderEliminarSaludos.
Jejeje .Sí .Totalmente cierto. Saludos.
EliminarYo siempre he sido muy rarita para comer, de bichos marinos solo como gambas y langostinos. Lo demás, como no me entra por el ojo pues ni hablar. Y los percebes con la pinta que tienen pues va a ser que no. Y percebes de dos patas conozco a unos cuantos.
ResponderEliminarSaludos!
Pienso lo mismo.
EliminarSaludos.
Habrá que pensarse mejor los insultos...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Sí. Mejor usar el de merluzo. Je jeje. Un saludo.
EliminarNo los conozco a esos bichos....
ResponderEliminarLeo el escrito
me gusta
me quedo
te leo y los leo gracias
En las mariscadas no suelen faltar. Junto a cigalas, gambas y demás exquisiteces. Son muy apreciados por sus consumidores. Saben a mar.
EliminarUn saludo, Recomenzar.