José Canalejas
En la Puerta del Sol de Madrid es asesinado el presidente del Consejo de Ministros, el liberal José Canalejas.
Reinaba en España Alfonso XIII.
Al parecer, el político miraba tranquilamente el escaparate de una librería, muy cerca de la calle Carretas, cuando recibió por la espalda dos disparos. El autor del atentado era Manuel Pardiñas, un anarquista de 26 años que acabó suicidándose tras el magnicidio.
Aquella funesta mañana, el político había salido de su casa de la calle Huertas y se dirigía andando tan tranquilo hacia el Ministerio de la Gobernación para asistir al Consejo de Ministros, cuando le sorprendió inesperadamente la muerte.
El asesinato del político liberal formaba parte de una cadena de atentados que se impuso como una moda durante cerca de tres décadas en buena parte dentro y fuera del país.
Políticos, militares y estadistas como Arsenio Martínez Campos, Eduardo Dato, Cánovas o el propio Alfonso XIII (atentado frustrado) se convirtieron también en objetivo para algunos.
Y entre ellos, respectivamente, Paulino Pallás, Pedro Mateu, Angiolillo y Mateo Morral, pasarán a la historia como brazos ejecutores.
Mientras estas cosas ocurrían en España, en Ginebra, Luigi Lucheni ponía fin con un estilete a la vida de Elizabeth de Austria, la mujer del emperador Francisco José, más conocida como Sissí. Y otro magnicidio, el del heredero al trono austriaco, el archiduque Francisco Fernando, sobrino de Francisco José, a manos de Gavrilo Princip, desencadenó la Primera Guerra Mundial.
Cronología
Martínez Campos (fallido): 24 de septiembre de 1893
Cánovas: 8 de agosto de 1897
Sissí: 10 de septiempre de 1898
Alfonso XIII (fallido): 31 de mayo de 1906
Canalejas: 12 de noviembre de 1912
Francisco Fernando: 28 de junio de 1914
Eduardo Dato: 8 de marzo de 1921
Tiempos convulsos, entonces y ahora. La violencia de cualquier genero no cesa.
ResponderEliminarUn saludo.
La violencia siempre está ahí. Lo único que cambia según las modas del momento.
EliminarUn saludo, El tejón.
Es chocante que todo un presidente de gobierno anduviera por la calle tan tranquilo y sin escolta. Ahora, cualquier mindundi de cualquier ayuntamiento lleva varios escoltas y mas protección que la emperatriz Sisí. ¿A qué le tendrán miedo?
ResponderEliminarUn saludo.
Tú lo has dicho: tienen miedo, tal vez porque tienen demasiados enemigos.
EliminarUn saludo, Carlos.
Madre mía, qué pocos momentos de paz hemos tenido. Esperemos que al menos no se vuelva a repetir la situación, que con el terrorismo ya tenemos bastante.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Esperemos, aunque dudo que la estupidez humana no vuelva a tropezar en las mismas piedras de antaño.
EliminarUn saludo, madame. Y feliz tarde.
Una moda poco recomendable, si tenemos en cuenta que podía llevarnos a una guerra mundial.
ResponderEliminar¡Salud!
Que luego nos llevó a otra todavía peor. Y ésta a una guerra fría. Y ya veremos.
EliminarUn saludo, dissortat.
Toda época tiene su lado oscuro.
ResponderEliminarEsperemos que esta no pase del gris
Besos
Esperemos; aunque tengo mis dudas acerca de la sensatez de la gente.
EliminarUn abrazo, Arantza.
Nada como pasar desapercibido y aprender a navegar.
ResponderEliminarNi envidiado ni envidioso, que diría don Fray Luis.
EliminarUn saludo, Emejota.
Cosas que suceden por los fanatismos...O los conversos (que son peores)...
ResponderEliminarSaludos
De todo hay en este mundo loco.
EliminarUn saludo, Manuel.
Fueron tiempos difíciles y agitados los que marcaron el final del siglo XIX y el inicio del XX. También son tiempos difíciles los que estamos viviendo: incertidumbres,fanatismos y violencias de todo tipo marcan nuestros días. Yo tengo la sensación de que los ciudadanos normales y corrientes andamos siempre por un campo de minas con el temor de que en cualquier momento una o varias de ellas puedan explotar.
ResponderEliminarSaludos Cayetano
Espero que los ciudadanos de hoy no tengamos que pasar por las vicisitudes de aquella gente del cambio de siglo; aunque parece que estamos condenados a tropezar en la misma piedra.
EliminarUn saludo, Ambar.
"...cadena de atentados que se impuso como una moda..." Dicho sea con todo mi respeto hacia el autor, calificar de "moda" estos atentados me parece un tanto frívolo. ¿Calificaríamos también como "moda" la obscena explotación ejercida por parte de la opulenta clase dirigente sobre una población hambrienta y sumida en la más escandalosa miseria?
ResponderEliminarCuestión de estilo personal. Una forma de decirlo. Entendiendo "moda" como "uso" o "costumbre", perversa en este caso, que se generalizó lamentablemente por muchos países por parte de ciertos grupos extremistas.
EliminarUn saludo, Loam.
Gabon Cayetano:
ResponderEliminarEsos convulsos años son restos de un par de siglos perdidos en la construcion politica de un pais y como tu bien dices de una corriente politica que se extendio por europa y anido en las clases mas atrasadas que envilecidas por estos pseudoideales tiraron por “la calle de en medio” como solucion a su frustracion.
Una españa dieciochesca en los primeros años de un siglo que ha pasado por ser el mas violento , un pais con un lastre que ve que no puede ya mas, y en el que las clases pudientes viven su propio paraiso a costa de la otra , en euskera es un dicho “Gutxiren asea, askoren gosea” el hartazgo de unos pocos , el hambre de muchos, un hambre que era la herencia de los padres a los hijos.
Un abrazo Don Cayetano.
Egun on, Joxean:
EliminarLas situaciones límite de la población siempre suelen tener una respuesta violenta de tipo atentado que, si bien nunca es justificable, pretende ser una salida a la desesperada, una venganza.
Un abrazo, Joxean.
Diría que algo hemos mejorado, espero.
ResponderEliminarPorque eso de que cuando recibió los disparos estaba parado ante el cristal de una librería me ha provocado un escalofrío, soy otra canalejista que siempre sucumbe a ese tipo de escaparates.
Y de eso saben mucho los amigos de lo ajeno. Esperar que estemos absortos mirando el escaparate para meter la mano donde no deben.
EliminarUn saludo, Ana.
A veces por descuido, bien en pleno centro de Madrid (veáse el caso de Canalejas o Dato) o en provincias (Cánovas), o por exceso de confianza, bien es cierto que los anarquistas hacían su agosto sin que se pudiera hacer nada en contra. Ni siquiera dejaron de atreverse de atentar contra el rey, como en el día de su boda, o cuando desfilaba a caballo.
ResponderEliminarSolían ser "lobos solitarios", por cierto, personajes concretos que dejaban todo para arriesgarse a matar a un gran dirigente. La cuestión era conocer a los cabecillas que tenían detrás, a los que lavaban el cerebro con el fin de que otro apretase el gatillo.
Un saludo
Gente fanática, pobres diablos que sabían el posible final que les esperaría, sin el consuelo que hoy tendrían otros que esperan recibir el cielo como recompensa.
EliminarUn saludo, Carmen.
Muy interesante, Cayetano, siempre quise saber la historia de España, poco a poco aprendo más.
ResponderEliminarUn hecho terrible.
Un fuerte abrazo.
HD
Lógicamente, amigo Humberto Dib, uno suele estar más ducho en la historia propia que en la de fuera. Lo triste es que la noticia del día tiene mucho que ver con el asunto de esta modesta entrada.
EliminarUn abrazo.
Mi querido Cayetano
ResponderEliminarCreo que en esos tiempos como en este presente no son los conversos, si no los inadaptados y los que don fácilmente manipulados los que cometen tal barbarie el asesinato a sangre fría, como el ocurrido hace unas horasven París
Sin duda son personas que han convivido con nosotros, perdonas que en su mente maquinan e idean ser los salvadores de una ilusión de su mente corrompida, sin ver la realidad.
Mucha gente inocente muere, ese liberal con sus buenas ideas vio truncado su sueño de una España mejor por un loco.
Adieu
Una entrada mía que sin quererlo ha resultado premonitoria. La sinrazón vuelve a ser la protagonista una vez más.
EliminarUn saludo, Philippe.
Una figura que se repite a través de los tiempos. Lamentablemente.
ResponderEliminarMe niego a llamarles esa simplificación boba de "lobos solitarios". Los lobos solo matan cuando tienen hambre, y raramente actual solos.
Un abrazo.
Mi entrada, publicada hace dos días, ha resultado lamentablemente premonitoria.
EliminarAunque comparado Manuel Pardiñas con los descerebrados de París, lo suyo se queda corto.
Un abrazo, Rodericus.
Fue una plaga de la que esta lista no es más que una pequeña muestra de las docenas de magnicidios que hubo.
ResponderEliminarUn saludo.
Una plaga que se convierte en pequeña cosa si la comparamos con el terrorismo actual, al menos cuantitativamente.
EliminarUn saludo, DLT.
No es manera de solucionar los conflictos, lamentablemente.
ResponderEliminarNo se soluciona nada, en efecto. Tan solo es una venganza.
EliminarSaludos, Antorelo.
Esta parte de nuestra historia nos rememora a la actualidad, la barbarie siempre existió a pesar de cambiar de siglos y de forma de vivir. Los fanatismos son el cáncer de la humanidad, ya sean que lo hagan en nombre de una idea política como de un dios, corroen al ser humano y los llevan a cometer actos imperdonables
ResponderEliminarUn abrazo Cayetano.
Puri
No pude imaginar, cuando publiqué la entrada, lo que iba a ocurrir apenas un par de días después.
EliminarUn abrazo, Puri.
Al menos mataban de uno en uno, pero ahora es matar cuantos más mejor y provocar el terror. De todas las maneras triste época, que se mataba a la gente por diferencias políticas o por personas que se creían salvadores.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo de antes, comparado con lo de ahora, es poca cosa,al menos cuantitativamente.
EliminarUn saludo, Valver de Lucerna.