Andrea Mantegna: El Parnaso, 1497. El Louvre, París.
De esta obra siempre me ha hecho muchísima gracia el gesto del hombrecillo de la izquierda al fondo, se trata de Hefesto o Vulcano, señalando a los adúlteros: nada menos que su esposa Afrodita o Venus que anda acaramelada en compañía de Ares o Marte. Debajo, en actitud alegre, las musas emprenden una danza; aunque hay quien dice que no son las musas sino unas ninfas que bailan en homenaje al amor de Afrodita y Ares.
"Dime, oh Musa, del héroe ingenioso
que, después de arrasar la sagrada ciudad de Troya,
anduvo tanto tiempo peregrino,
viendo muchas ciudades, y costumbres
sin cuento conociendo."
Así empieza la Odisea, con una petición de su autor, probablemente Homero, a una “Musa” para que le ilumine el camino del entendimiento y pueda llevar a cabo el relato de la historia de Ulises en su vuelta a Ítaca.
De todos es sabido que los griegos de la época antigua eran expertos creadores de mitos. Y esos mitos estaban poblados de dioses y aventuras.
De esta forma, inventaron unas divinidades protectoras de las distintas artes a las que llamaron musas.
Estas diosas, según Hesíodo, eran hijas de Zeus y Mnemósine (la memoria), aunque sobre la paternidad y la maternidad hay otras opiniones al respecto. Su número también está en cuestión, según épocas y lugares.
Habitantes habituales del Olimpo para deleite de Zeus y otros dioses, doncellas hermosas y jóvenes, dotadas de gran belleza, a veces bajan a la Tierra y con sus destrezas inspiran a los mortales. Es en ese momento cuando tiene lugar el milagro de la creación artística. Esa sacudida mágica que acelera el corazón y agudiza los sentidos y que como toda gestación, tras el derroche de creatividad inicial al engendrar la criatura, culmina en un esplendoroso parto, lleno de luz y felicidad para el artista. La inspiración como obra de los dioses. No podía ser de otra manera, porque el poeta o el músico en ese momento se convierte en algo parecido a un dios creador.
La propia palabra “música” deriva de musa. Los poetas las invocan en el acto creativo para que les sean propicias: “Dime, oh Musa, del héroe ingenioso…”, decía Homero.
Aunque su número puede variar, las más comúnmente aceptadas como musas eran nueve:
Talía (musa del teatro, de la comedia).
Euterpe (de la música).
Erato (de la poesía amorosa).
Calíope (de la poesía épica).
Uranía (de la astronomía).
Terpsícore (de la danza) No confundir con “Esther Pícore” (Vídeo).
Clío (de historia, la de un servidor).
Melpómene (del teatro, de la tragedia).
Polimnia (de la mímica).
A veces, aunque se hace la invocación a las musas, éstas no acuden a la llamada.
Como decía Serrat en una canción:
No hago otra cosa que pensar en ti...
Por halagarte y para que se sepa,
tomé papel y lápiz, y esparcí
las prendas de tu amor sobre la mesa.
Buscaba una canción y me perdí
en un montón de palabras gastadas.
No hago otra cosa que pensar en ti
y no se me ocurre nada.
(…)
No hago otra cosa que pensar en ti... / Nada me gusta más que hacer canciones, / pero hoy las musas han "pasao" de mí. / Andarán de vacaciones…
También este divertido vídeo habla algo sobre las musas, entre otras cosas...
Pobre Hefesto. Encima todo el mundo alrededor jaleando a los amantes, y él se queda solo con su denuncia y su indignacion.
ResponderEliminarVaya nombrecitos tenían las musas. Pero claro, esto de los nombres es cuestion de modas. En su tiempo serían lo ultimo de lo ultimo ponerle a una niña Melpomene.
Feliz domingo, monsieur
Bisous
Cayetano: siempre me ha hecho gracia los líos que se traían por el Olimpo, todos liados con todos jajaja
ResponderEliminarEn cuanto a las musas qué decir, es así en la vida humana, ¿qué le puede dar más inspiración a un hombre que la belleza de una mujer?
Saludos
Sí, llamar Melpómene a una niña más que una buena idea es una venganza.
ResponderEliminarUn saludo, masame.
Menos Hefesto. Como no se liara con el yunque de la fragua...
ResponderEliminarUn saludo, Carolvs.
Oh,cruel Terpsícore,me has abandonado al nacer ,alguien me dijo que mi calidad de bailarín era similar a las estatuas
ResponderEliminarEuterpe me ha negado también la voz ,similar a un ladrido en el canto.
Un saludo cordial
Las musas también han pasado de mí. Sólo Clío de vez en cuando me inspira.
ResponderEliminarSaludos, Nando.
Es que Hefesto era muy feo, y celoso, encima. Ares tendría su caracter pero era mucho mejor mozo, donde va a parar :)
ResponderEliminarQue grandes LES LUTHIERS
Feliz domingo, Cayetano.
¡Cómo no va a ser celoso Hefesto con lo feo que era y el pedazo de mujer con la que lo casaron!
ResponderEliminarUn saludo, Almalaire.
Cómo se nota que las civilizaciones griega y romana estaban dominadas por hombres... Las musas de los hombres somos mujeres, ¿¿¿¿y las de las mujeres hombres???? No sé, no sé...
ResponderEliminarCuántas revistas del corazón bhubiesen mantenido los lios amorosos de los dioses del Olimpo, jejej
Saludos
Eran civilizaciones muy machistas, Carmen. Ahora bien, las musas tienen que ser mujeres porque si no serían "musos" y suena muy feo. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Me he reido con Les luthiers Cayetano. Ya los he visto en el teatro y son geniales.
ResponderEliminarEn cuanto a las musas, pues ahora haría falta una para el cine o para la televisión.
No es por nada, ni por criticar, pero que le vio Venus a Hefesto????. No se yo si el hombre, con su yunque hizo mucho dinero ;D
Saludos
El fragmento pertenece a un clásico del grupo argentino. Son geniales. No me pierdo una actuación de ellos desde hace tiempo.
ResponderEliminarLo de Afrodita y su marido feo y cojo no creo que fuera una historia de amor y lo de las musas del cine y la tele, no sé, aunque buena falta les hace por la ausencia de ideas.
Un saludo, Manuel.
Creo que Erato pasa de mí olimpicamente.
ResponderEliminarBesos
Siempre me ha gustado el nombre de Calíope, aunque esa musa no haya pisado mi casa en la vida... pero bueno, siempre resulta más cómodo echarle la culpa a las musas cuando nos falta inspiración para algo.
ResponderEliminarHoy día en vez de 9 tendrían que ser un ejército.
Buen inicio de semana Cayetano.
Saludos
Ese encanto de algunos nombres griegos, que lo mismo pueden ser de personas o de enfermedades graves.
ResponderEliminarYo me quedo con Urania, que por lo menos da pistas de la disciplina que rige y es de la que primero me acuerdo siempre después de Clío.
Saludos.
En Efaistos, Afrodita se la pegó al marido; En eso a cabban los matrimonios de conveniencia, porque, vamos, eso es lo que fue la boda de la diosa de la hermosura femenina y el amor con el herrero cojo y feo que fabricaba las corazas de los dioses, por muy dios de los volcanes que fuera el mozo.
ResponderEliminarClaro, que a mí esa afrodita ya me dio mala espina desde aquello de la manzana de la discordia, el primer concurso de belleza y el soborno que la tal ofreció al príncipe Paris para que la eligiera a ella. No es por malmeter, pero tanto ella como las otras dos eran igual de corruptas...
Historias tiene la Illiada, Historias tiene la Eneida,
Musas tienen los artistas,
Musas tienen los poetas.
Y si Hefestos traga tanto,
es porque halló la respuesta:
Mejor un bombón pá todos,
que pá mi solo una...cerda.
Amiga Arantza, Erato se ha vendido por un plato de lentejas: se dedica a hacer malas letras para las canciones de eurovisión y para los del pop latino. ¡Qué lástima!
ResponderEliminarSí, Nikkita, algunos nombres son bonitos como Calíope o Uranía, pero Melpómene...
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, algunas suenan a antibióticos o analgésicos. Jejeje.
ResponderEliminarBuena semana, Reinas del Garito.
Claro, Rosa, un matrimonio de conveniencia. ¿Cómo iba a salir bien? Sí, Afrodita no era trigo limpio. Ya tuvo un asqueroso origen y un negro currículum. Luego se casó sin querer al cojo del marido, así que...consejos para Hefesto:
ResponderEliminar"Cuando entres por tu casa
y pases por la puerta,
si no quieres dañarla
ladea tu cabeza.
Si olvidas mi consejo
tendrás serios problemas
al mover como un toro
tu egregia cornamenta."
Saludos, amiga Rosa.
Ya sabes que me gusta venir a leerte porque aquí siempre se aprenden muchas cosas. Hoy me llevo las musas a ver sí se me pega algo...je,je...
ResponderEliminarEl próximo domingo voy a ver a Serrat que viene por esta tierra.Debía haber venido en febrero pero la enfermedad se lo impidió...Estoy emocionada...
Besicos.
Pobrecillo Serrat. A ver si se recupera de lo suyo. Es buena gente.
ResponderEliminarUn saludo, Cabopá.
Ay qué poquitas veces me visitan a mí las musas estas jejejeje. Me gusta mucho la mitología en general.
ResponderEliminarA uno que yo me sé, la única musa que le visita es la musa...raña.
ResponderEliminarUn saludo, Kassiopea.
De todas las musas, como es natural, me quedo con Clío, por razones obvias. A mí siempre me encantó el cuadro de Mantegna, ese que tú has colocado en la cabecera; describe perfectamente lo que es el Renacimiento: orden, elegancia, equilibrio, belleza y desnudos, aunque hay un grabado de Guerin, "la danza de las musas" donde aparecen todas las musas (9) danzando muy interesante. Un saludo, Cayetano.
ResponderEliminarLa mitología griega se nutrió de los poetas y artistas, ya que al estar estos inspirados por las musas se consideraba que transmitían los mensajes de los dioses... mmm escritura de inspiración divina ¿donde he oído yo esto? y si cambiamos musa por espíritu santo?...
ResponderEliminarYo me quedo con Clío, protectora de la historia. Qué sería de nosotros si no existiese...
ResponderEliminarUn saludo, Don Cayetano!
Sabía, Paco, que el cuadro de cabecera te iba a gustar. Todo un clásico.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por los correos interesantes que me mandas.
Eso de la inspiración como obra de los dioses nos quita todo el mérito a los "artistas". Entonces, los que somos agnósticos o ateos apañados vamos. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
Pues sí, amigo Pablo, sin Clío... cierro el blog y me dedico a la horticultura.
ResponderEliminarUn saludo.
Tanto encontrarte por blogs ajenos, he decidido seguirte y volver a repasar antiguos asuntos, que mi memoria va siendo cada vez mas floja, y tener un profe cerquita, que además versifica, resulta muy agradable. En su día tuve la mitología al día. Un abrazo.
ResponderEliminarHefaistos, o sea, Vulcano,
ResponderEliminarAfrodita, o sea, Venus,
son de tal palo las astillas,
porque su padre fue Zeus,
que las gastaba bien pardas,
de lluvia con Danae, el fresco,
con disfraz de cisne, en Leda,
o como toro europeo,
quiero decir, con Europa,
doncella que fue y sin tiento
se montó en el lomo blanco
de ese novillo tan bello,
sin pensar que los peligros
vienen sin venir a cuento.
Aunque el cuento vino de eso,
del rapto, del putiferio
que se marcaban los dioses
en el Olimpo y el Erebo,
que el sitio no hacía al caso,
en cuestiones de adulterio.
Gracias, Emejota, por pasarte por aquí y comentar.
ResponderEliminarUn saludo.
El señor del Olimpo no hacía ascos a nada.
ResponderEliminarEl caso era tener a su esposa y compañera -Hera-
casi siempre mosqueada.
Este Zeus, amiga Rosa,
era un poco rijosillo,
un dictador algo pillo.
¡Se ligaba cada cosa!
Como dices, Cayetano,
ResponderEliminarel dios Zeus era un rijoso,
un tio salido de libro,
y ademmás un mentiroso.
Hera, que ya estaba mosca,
lo vigilaba de cerca,
pero no podía evitar
que tales cosas hiciera.
Le gustaban las mortales,
le enloquecían las eternas,
le gustaba toda carne
con tal que estuviera tierna.
Dejó poblado el Olimpo
y también la Grecia entera
con la prole que engendró
con aventuras someras.
La Mitología así
se enriqueció en tal manera
que los cuentistas la usan
como inspiración primera.
Jejeje. Muy bueno, Rosa, estás en plena etapa de fuerte inspiración. Yo, entre los exámenes y un posible cargo que me va a caer por imperativo legal en mi centro, ando poco inspirado últimamente.
ResponderEliminarUn saludo.
que bueno que le guste Les Luthiers, don Cayetano... con decirle que hasta aparecen en los libros que nos dan en clase. Grandes en verdad.
ResponderEliminarLe sigo desde ayer y le invito a conocer mi blog "Cafe Stereo" del que ya habrá escuchado, por la Orden de Mathias
Saludos
Grandes Les Luthiers. Los sigo desde finales de los 70.
ResponderEliminarGracias, Mathias, por el comentario. Me acercaré a su blog.
Un saludo.