Eros (Ἔρως), símbolo o responsable de la atracción sexual, del amor y del deseo.
Personaje fundamental porque asegura la continuidad de la especie humana, viene a pertenecer a esa categoría de intermediarios entre los dioses y los hombres.
Simboliza el impulso creativo de la naturaleza, la energía responsable de todas las cosas creadas en el cosmos. Según la teogonía de Hesíodo era un dios salido directamente del Caos, al igual que Gea y Tártaro, una fuerza poderosa que contribuyó decisivamente a ordenar este mundo separando tierra, aire, mar y fuego: el amor como una fuerza creadora.
Según otros, era hijo de Hermes y Afrodita. Según algunos, de Afrodita y Hefestos. Y son mayoría los que se decantan por su descendencia de Ares y Afrodita.
Los romanos lo llamaron Cupido y generalizaron la imagen que llega hasta nuestros días de un angelote travieso que porta carcaj, arco y flechas y se dedica a hacer de las suyas.
Su aspecto es el de un niño inocente, con alas o sin ellas, cuya diversión principal consiste en llevar las heridas del amor a los corazones. Un dios temible que puede provocar la felicidad más honda en el ser más desgraciado o el desasosiego más terrible en el alma más tranquila.
Guárdete Zeus de sus flechas si es que no las quieres para ti.
Ya lo decía Góngora en una de sus composiciones:
caduco dios, y rapaz,
vendado que me has vendido,
y niño mayor de edad,
por el alma de tu madre
—que murió, siendo inmortal,
de envidia de mi señora—,
que no me persigas más.
Déjame en paz, Amor tirano,
Déjame en paz.
(…)
Amadores desdichados,
que seguís milicia tal,
decidme, ¿qué buena guía
podéis de un ciego sacar?
De un pájaro ¿qué firmeza?
¿Qué esperanza de un rapaz?
¿Qué galardón de un desnudo?
De un tirano, ¿qué piedad?
Déjame en paz, Amor tirano,
Déjame en paz.
(…)
Luis de Góngora y Argote, 1580.
Y lo cantaba así el gran Paco Ibáñez
Y como dice la frase latina:
“Amare et sapere vix deo conceditur.”
“Incluso un Dios encuentra difícil amar y ser sabio a la vez.”
Execelente frase el latinajo sobre lo difícil que es estar enamorado y no volverse medio tonto.
ResponderEliminarAy, la de quebraderos de cabeza que ocasiona este Eros con sus flechas de oro... y con las de ploma ya mejor ni hablar.
Saludos, compañero.
A mi me gusta más verlo como hijo de Ares y Afrodita :) Como que le encuetro más sentido. Grande Paco Ibáñez. Saludos Cayetano.
ResponderEliminary nadie está inmune a sus flechas...
ResponderEliminarPese a su papel casi secundario en la religión oficial, como hijo de Afrodita tal y como citas Cayetano los órficos consideraron a esta fuerza como la energía primordial que dió orden al Universo. Pero si hay que quedarse con un mito referente a Eros yo me quedo con la historia de Eros y Psiqué que aparece en el "Asno de Oro" de Apuleyo, una de mis obras favoritas, que sirvió a Canova de inspiración para su famoso conjunto escultórico.
ResponderEliminarUn saludo!!
Reinas del garito, cuando uno se enamora se queda como "atontolinao", el cielo es más azul y hay hormiguillas en el estómago. Son las flechas de Eros. El problema viene cuando el muy bribón te dispara a destiempo o con la persona equivocada. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo también, Almalaire, prefieron esa versión. Así cobra más sentido el cuadro velazqueño de "La fragua de Vulcano", cuando Hefestos recibe la noticia de que está siendo engañado.
ResponderEliminarUn saludo.
Nadie se salva, José Luis. Por fortuna y a veces por desgracia.
ResponderEliminarSaludos.
Qué bonita la historia de Eros y Psique. Amor y Razón, una combinación a veces complicada.
ResponderEliminarUn saludo, Bragi.
Y siempre con ese aspecto de pillo que se divierte disparando sus flechas y atravesando los corazones, diviertiéndose haciendo parejas, unas felices y otras infelices.
ResponderEliminarDesde luego, por la iconografía en pinturasy esculturas, en occidente lo hacen descender de Ares y Afrodita, ya que son innumerables los lienzos en que acompaña a su madre Afrodita (Tiziano, Veronés, Cranach...). Muy buena entrada, con ese magnífico tema de Paco Ibañez y el verso de Góngora. Un abrazo.
Esta vez, amigo Paco, creo que el cuadro de Van Dyck está a la altura de la entrada. Me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo, amigo Cayetano, diferenciaría entre amor, enamoramiento y querer. Son cosas diferentes para mí. Se usan como sinónimos, pero el enamoramiento es querer, desear, pasión por satisfacer con ese objeto la necesidad de sexo y reproducción. Amar es proyectar en el otro el propio desarrollo personal, sabiendo que con su evolución también crecemos nosotros.
ResponderEliminarTu repaso mitológico a Eros es magistral.
Un abrazo
Suscribo la poesía de Góngora totalmente (!qué grande Paco!). El amor está sobrevalorado. Lo malo es que no sirven de nada sus atinadas advertencias, caemos como idiotas, víctimas de sus flechas. Es necesario, acorazarse con un buen chaleco antibalas. Los prejuicios, tienen mala prensa, pero son, en éste caso, necesarios . Hay que vacunarse. La profilaxis anti-amatoria, es la única receta.
ResponderEliminarSon niveles diferentes, Antonio. En efecto, una cosa es querer, otra desear.
ResponderEliminarUn saludo.
Manuel, nadie está a salvo de sus flechas certeras. Eso si, conforme pasan los años es más difícil que nos atine, será por eso que dicen aquello de "se te ha pasado el arroz". jejeje.
ResponderEliminarun saludo.
Que grande el Paco,tengo casi todos sus temas y he tenido la suerte enorme de verlo un par de veces
ResponderEliminarGongora...sin palabras
Gracias a Paco Ibáñez, muchos han conocido a grandes poetas como Quevedo, Góngora, Alberti, el Arcipreste de Hita, etc.
ResponderEliminarUn saludo, Nando.
Paco una entrada preciosa, me apasionan estas historias de dioses griegos y romanos. Paco Ibanez excelente.
ResponderEliminarUn saludo.
En estas entradas sobre mitología siempre intento al final acercarlas a tiempos actuales, en este caso con el amigo Paco Ibáñez.
ResponderEliminarUn saludo, Carolus.
Que buena frase la latina. Y una riquisima entrada la suya, en la que a la mitología se une la poesia de Gongora y hasta algo mas actual como una cancion.
ResponderEliminarY este Eros que parece que siempre anda mas activo en primavera!
Feliz dia, monsieur
Bisous
Hola Cayetano:
ResponderEliminarCada quien interpreta a su manera como estar enamorado, pero como dice su dicho latino, hasta Dios encuentra difícil tomar decisiones cuando esta enamorado (recuerda a Zeus ;D).
El amor inspira a muchos, desdicha a otros y arrastra pasiones que no somos a veces capaces de diferenciar.
Saludos
Hola, Manuel. Un tema universal que trae de cabeza a media humanidad y por el que suspira la otra mitad.
ResponderEliminarSaludos.
A mí me encanta la versión de Hesíodo. Eso de pensar que tras el Caos (Big Ban lo llaman ahora los físicos) los cuerpos se atraían gracias a Eros (o atracción universal, que para el caso, es lo mismo) me encantó. Tanto investigar para acabar diciendo lo mismo que ya decían los griegos hace siglos.
ResponderEliminarMención aparte merece la historia de Eros y Psique. Preciosa donde las haya.
Muy buenas, Teacher. Me imagino que por La Cabrera con menos calor que por los madriles. A mí también me gusta mucho la historia de Eros y Psique.
ResponderEliminarUn saludo.
Una entrada boica y amable...Eros, Cupido con flechas o sin flechas...Parece que la primavera calurosa amén de tormentas espectaculares con rayos,truenos y agua jarrazos (como la que acaba de caer aquí hace unos minutos) Empieza a remover a los historiadores que cuentan historias tan bien contadas como tú...
ResponderEliminarPor cierto me encanta Paco Ibañez..
La primavera, Cabopá, siempre es tiempo de tormentas. Lo importante es que no te caiga encima el chaparrón. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Cayetano, me parece un acierto la forma que tienes de contarnos la mitología, acercándola al presente, y haber puesto a Góngora con esta temática, aunque creo que no es ciego quién dispara si no a quién alcanzan las flechas.
ResponderEliminarLa frase del final lo resume muy bien, la pasión y el corazón rara vez dejan paso a la razón.
Buen fin de semana. Saludos.
Cayetano, gran entrada. Esas flechas de Cupido, Eros, angelito o angelote, llegan también hasta los mortales.
ResponderEliminarEs una figura muy curiosa de estudiar en la historia del arte, pero hay como te de una flecha, te deja cao¡¡¡
un abrazo
Nikkita, no sé quién estará más ciego, si el que dispara o el que la recibe. Algunos quedan "atontolinaos" una temporada.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchacha en la ventana, sólo queda por pedir que el que tira flechas tenga al menos buena puntería, porque hay cada caso...
ResponderEliminarUn saludo.
Delicioso post, querido amigo. Y mira qué casualidad, que acabo de colgar yo uno sobre una escultura de Cupido que se ha hallado en Lucena. Si es que estamos en primavera y este diosecillo enemigo se hace presente por todas partes...
ResponderEliminarRespecto al tema, escribí en mi blog una serie sobre el mito de Cupido y Psique y está archivada bajo esa denominación. Un besazo enorme.
Amiga Isabel, paso por tu blog a ver al Cupido cordobés y de paso leer lo que pusiste sobre sus andanzas con Psique.
ResponderEliminarUn abrazo.