Hendidura en la parte exterior de la cueva de Covalanas (Cantabria).
Un sitio de lo más apropiado para iniciar un viaje.
Un sitio de lo más apropiado para iniciar un viaje.
"En ese preciso instante, se oyó una sirena y los potentes focos de las torretas comenzaron a moverse de aquí para allá como buscando algo entre el follaje y las sombras. Seguramente me habían descubierto. Resultaba del todo imposible volver al refugio para avisar a los otros. Si no me daba prisa me quedaría allí también atrapado. No había tiempo que perder. Sin pensármelo dos veces, me dirigí hacia aquel pasadizo sin perder de vista el hilo que me conducía a él.
Y ante mí se abría como una siniestra boca la entrada de lo que parecía
una cueva. Por allí debía entrar. No sé dónde me conduciría pero no
estaba en condiciones de elegir ni podía pensármelo mucho. El tiempo apremiaba.
Así que sin dudarlo me adentré en aquel lugar."
Fragmento de "Sombras", un capítulo de "Desde el laberinto"
Fragmento de "Sombras", un capítulo de "Desde el laberinto"
Para información y pedidos:
Ostras.
ResponderEliminarHe estado en el interior de la cueva de Covalanas, que son anteriores a las de Altamira, según nos comentaron los guias.
Por cierto que las vistas desde allí son espectaculares.
Lo de la hendidura me ha hecho pensar.
El guía sería Pencho o Victoria, magníficos y muy motivadores. La hendidura está muy cerca de la entrada principal.
EliminarUn saludo, Miquel.
Lo has transmitido magníficamente querido profe. Hay que tener bemoles para caminar por el laberinto e intentar salir no solo indemne sino enriquecido de vida.
ResponderEliminarEl laberinto que todos tenemos, en mayor o menor grado, dentro de nuestra cabeza.
EliminarUn saludo, Emejota.
Un lugar mágico, al parecer, en el que todo puede pasar.
ResponderEliminarUn abrazo, Cayetano, desde mis vacaciones abuelisticas en el Río de La Plata. Gracias por tus comentarios en mis entradas programadas.
Cualquier cosa puede pasar, en efecto.
EliminarDisfruta de tus vacaciones.
Un abrazo.
Ya ves todo lo que puede dar un laberinto...Incluso para un libro, que leemos quienes caminamos por él.
ResponderEliminarSaludos Cayetano
Y cada uno tiene el suyo propio.
EliminarGracias, Manuel.
Un saludo.
Lo normal es que si entras en un laberinto, te lleve mucho tiempo el salir. Algo muy común también es pasar varias veces por el mismo sitio y ninguna por otros recovecos. Como la vida misma.
ResponderEliminarUn saludo, Cayetano
Una metáfora esta, la del laberinto, que nos sirve para muchas situaciones de la vida y de la propia mente humana.
EliminarUn saludo, Carlos.
Que miedo da a veces introducirse en el propio laberinto y que sensación de paz en otras ocasiones, de volver a casa, de reencontrarse.
ResponderEliminarSiempre me haces pensar Cayetano.
Un abrazo
Siempre hay dentro un minotauro que nos espera.
EliminarUn abrazo, Ambar.
La única manera de escapar siempre es es internarnos en los desconocido, con la esperanza de que siempre sea mejor que lo que dejamos atrás.
ResponderEliminarAlgunas veces, funciona, con permiso del Minotauro "residente".
Un abrazo.
A veces no nos queda más remedio que aventurarnos y asumir el riesgo. Lo otro puede ser peor.
EliminarUn abrazo, Rodericus.
Complicarse la vida a veces también es un placer Cayetano... ;)
ResponderEliminarUn saludillo.
En todo caso, es el precio a pagar por estar vivo.
EliminarUn saludo, Xurxo.
Y yo me alegro mucho de ese acto de coraje que nos ha abierto todo un mundo a explorar desde nuestro sillón. Un viaje apasionante el que hemos hecho con usted.
ResponderEliminarFeliz día.
Bisous
Muchas gracias, madame.
EliminarMe alegra saber que algo aporté a los amigos con este libro.
Un abrazo.
Un viaje fascinante y misterioso, no sabemos adónde nos conduce el laberinto.
ResponderEliminarUn saludo
Tal vez a ninguna parte.
EliminarUn saludo, Valverde de Lucerna.
La entrada a este laberinto es la boca del misterio. ¿Qué encontraremos? Un minotauro sediento de sangre o la nada sin paredes, sin suelo, sin techo ni cielo, la nada absoluta, la belleza deslenguada, el imposible túmulo de Polinices, el océano desaguado.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Todo el vacío que cabe en una mente torturada.
EliminarUn saludo, Francesc.
Siempre hay un laberinto para cada Teseo dispuesto a la iniciación. Ah, lo malo es que no todos saben seguir el hilo para volver.
ResponderEliminarsaludos
El hilo es el señuelo para que nos confiemos y entremos. Al final, la verdadera salida queda por otro lado, muy lejos del inicio.
EliminarUn saludo, Xibelius.
El laberinto es símbolo de peanlidades sin cuento. Quien encuentre la salida, eso sí, se llevará a la princesa, no sin antes luchar contra monstruos, contra el ego y contra acertijos sin solución aparente.
ResponderEliminarUn saludo
A veces el peor enemigo está dentro de la mente de cada uno.
EliminarSaludos, Carmen.
Suena la sirena y el fugitivo aviva la huída.
ResponderEliminarEl nerviosismo da paso a la desazón y llega el desasosiego.
El pecho late en la boca. No hay vuelta atrás.
No queda más remedio que apencar con lo que venga.
EliminarUn saludo, Ana María.
Cayetano los laberintos dan lugar a una sucesión de hechos que narrados una vez se sale es de lo más reconfortante .
ResponderEliminarEl libro pinta bien pero para ser sincera en estos momentos no dispongo de tiempo para leer, tengo entre manos el otro tuyo " En la frontera " y no consigo avanzar en la lectura, por esa falta de tiempo.
Un saludo
Puri
Disponer de tiempo es fundamental para poder leer. Yo tengo algunos meses de lectura voraz. Y otros en los que no toco un libro. Ritmos peculiares de cada uno.
EliminarSaludos, Puri.
Pues nos introducimos en esa cueva, huida de lo que dejamos fuera o imán de un interior desconocido. Inquietante, como la música elegida, sí, como perderse en un bosque, pero que es la vida sin un poco de búsqueda, de aventura.
ResponderEliminarUn abrazo.
La aventura ajena siempre gusta porque es otro el que se la juega.
EliminarUn abrazo, DLT.
Esos laberintos literarios son una gozada.Me encanta como llama a este laberinto, el canal del parto...Es un riesgo pero seguro que este parto va a ir de primera.
ResponderEliminar-Me agencio este título:por estas fechas ya voy apuntando en mi libretilla de imprescindibles: títulos para poder regalar en las fechas que se avecinan.
Un abrazo feliz finde.
En realidad ya tiene un año de andadura. O sea que hubo parto. Nada doloroso, de momento. Una edición limitada solo disponible a través del autor. Está bien eso de ir apuntando en una libreta ideas para cuando lleguen los días de regalos.
EliminarUn abrazo, Bertha.
Hay arquetipos antiquísimos, arcaizantes en esta historia.
ResponderEliminarSaludos,
Tal vez porque la vida, la muerte, el encuentro, la huida y la aventura son temas de por sí muy antiguos, como la humanidad misma.
EliminarSaludos, Retablo.
Recorrer el laberinto en la búsqueda de una verdad, una certeza, en su núcleo, y saber regresar con el peso de la iluminación alcanzada, es una de las concepciones que le atribuyo al Laberinto, uno de mis temas preferidos.
ResponderEliminarTe recomiendo el libro 'El monstruo ama su laberinto', del poeta serbio Charles Simic, en el cual desentraña los elementos más recónditos e intrincados del proceso poético.
Un saludo, Cayetano.
Jamás regresará una vez que entre en el laberinto, porque es fruto de una mente torturada.
EliminarSaludos, Pedro.
En el laberinto de tu libro puedo de entrar Cayetano, nunca en uno físico, me producen temor con solo pensar que no tuviera salida.
ResponderEliminarUn saludo.
Además del temor, la sensación de agobio y claustrofobia.
EliminarLos peores laberintos son los mentales que forjamos durante la vida.
Un saludo, Conchi.