Bandera marciana
Imagen tomada de aquí
Hace casi tres años y medio escribía esto. Creo que hoy sigue estando de actualidad.
Una vieja entrada que hoy recupero.
Con los comentarios que se hicieron en su día
Hace casi tres años y medio escribía esto. Creo que hoy sigue estando de actualidad.
Una vieja entrada que hoy recupero.
Con los comentarios que se hicieron en su día
(Una reflexión que no va a gustar a más de uno)
Me echo a temblar cuando los ciudadanos son capaces de movilizarse más por los símbolos identitarios que por los recortes en sus derechos. Ahí es cuando aparece el agujero negro del nacionalismo, con ese poder terrible para absorberlo y manipularlo todo.
Cuando hablo de nacionalismo no sólo me refiero al independentista sino también al centralizador. Y no sólo me refiero a España.
Un “invento” ya antiguo que permite canalizar energías en una sola dirección y lograr que afloren los sentimientos más escondidos, donde prevalece la emotividad frente al raciocinio. Miedo me da un pueblo que se mueve por simple visceralidad y que aparca la sensatez, el diálogo, la negociación y la convivencia. Ello nace de un problema de empatía: la capacidad o la incapacidad para ponernos en la piel del otro. Y si no hay diálogo, las acciones sustituyen a las palabras. La violencia es el siguiente paso. No es la primera vez que ocurre. Y siempre hay alguien detrás que obtiene buenos réditos con ello. No hay más que echar un vistazo a la historia. Los ejemplos sobran.
UN PRODUCTO DE LA CRISIS
Habría que plantearse por qué siempre que hay crisis se agudizan estos sentimientos nacionales identitarios, a la par que aumenta el racismo y la xenofobia (Véase por ejemplo el aumento de apoyo en Francia del grupo ultra de la señorita Le Pen). Es un mal síntoma: el raciocinio se ve desplazado por la pasión y la emotividad. Eso en política no debe ocurrir. Es un camino muy peligroso. Los impulsos viscerales hay que dejarlos para el arte y la poesía. La pasión desbordada traducida en términos estéticos se puede denominar Romanticismo, pero a nivel político y en los tiempos actuales no es otra cosa que una forma de fascismo.
UNA MANIOBRA DE DISTRACCIÓN
El mensaje siempre es parecido: la culpa de que nos vaya mal la tiene el vecino -o el inmigrante- , no una política global equivocada. Es más sencillo buscar culpables en los de al lado aprovechando algún agravio reciente o del pasado. Y si no lo hay, nos lo inventamos. Es fácil. La gente quiere carnaza, chivos expiatorios que paguen los platos rotos. Y el mensaje cala enseguida entre la población. Con esto del nacionalismo los dirigentes tienen entretenida a la gente, a la de allí y a la de aquí, una cortina de humo para que no vean que los problemas verdaderos no son de banderas sino de trabajo, sanidad, vivienda y educación. Los problemas cotidianos de la gente son muy similares en todas partes. Cuanto más viajas más cuenta te das de las similitudes. Todos respiramos, amamos a los nuestros, luchamos para llegar a fin de mes… Hay más cosas que nos unen que las que nos separan.
Las banderas y los himnos están muy bien como parte de nuestra cultura, del folclore, como la fiesta de los toros, la ikurriña o el baile de la sardana, pero no debe convertirse en material arrojadizo para agredir a los que no los comparten. Porque precisamente eso sería hacer el juego a los que quieren que busquemos al enemigo fuera de casa, evitando así que reclamemos soluciones a los de dentro.
Las banderas y los himnos están muy bien como parte de nuestra cultura, del folclore, como la fiesta de los toros, la ikurriña o el baile de la sardana, pero no debe convertirse en material arrojadizo para agredir a los que no los comparten. Porque precisamente eso sería hacer el juego a los que quieren que busquemos al enemigo fuera de casa, evitando así que reclamemos soluciones a los de dentro.
¿PARA QUÉ MÁS FRONTERAS?
Los que se quejan de falta de libertad colectiva no deben proponerme a cambio levantar nuevos muros de incomunicación entre las personas. Ya tenemos demasiadas fronteras. Te puedes sentir vasco o andaluz o catalán y a la vez español o europeo o ciudadano del mundo o de la Vía Láctea o de ninguna parte. Y no pasa nada. No vas a ser mejor ni peor por ello. No hay que avergonzarse necesariamente de la pertenencia a colectivos que no te excluyen.
Y ya puestos, ¿qué sentido tiene hoy el hablar de "nación", de democracia y de pueblo soberano -independientemente del color de tu bandera-, cuando los que toman de verdad las decisiones no son nuestros políticos electos locales, sino en realidad gente que está lejos, en sus despachos, dictando órdenes a diestro y siniestro y moviendo a su antojo los hilos del mundo? ¿Qué es lo prioritario que cambiemos? ¿Qué pesada losa nos tendremos que quitar de encima para ser de verdad libres?
Y ya puestos, ¿qué sentido tiene hoy el hablar de "nación", de democracia y de pueblo soberano -independientemente del color de tu bandera-, cuando los que toman de verdad las decisiones no son nuestros políticos electos locales, sino en realidad gente que está lejos, en sus despachos, dictando órdenes a diestro y siniestro y moviendo a su antojo los hilos del mundo? ¿Qué es lo prioritario que cambiemos? ¿Qué pesada losa nos tendremos que quitar de encima para ser de verdad libres?
A todos los nacionalistas les hubiera mandado a dar una vuelta por Yugoslavia en los años 90 para que vieran a qué conducen todos estos despropósitos. La gente solo quiere pan y paz; pero los caciques locales, cuando no pueden dar pan, se las ingenian para distraerles con el odio al vecino, con lo que la paz también se pierde. Lo malo es que las masas se tragan el anzuelo, ya sea con líderes nacionalistas, populistas, demagogos, religiosos o iluminados en general, valga la redundancia. Y el truco es simple: apelar al miedo o al odio, que al fin y al cabo es lo mismo.
ResponderEliminarUn saludo
Carlos: ese es el juego. Y suele acabar como el rosario de la aurora.
EliminarUn saludo.
Y ya puestos, ¿qué sentido tiene hoy el hablar de "nación", de democracia y de pueblo soberano -independientemente del color de tu bandera-, cuando los que toman de verdad las decisiones no son nuestros políticos electos locales, sino en realidad gente que está lejos, en sus despachos, dictando órdenes a diestro y siniestro y moviendo a su antojo los hilos del mundo?
ResponderEliminarPrecisamente. El nacionalismo es una defensa contra la globalización y el ultraliberalismo que deja sin sentido las supuestas democracias en las que vivimos al dejar sin poder de decisión a los pueblos y sus teóricos representantes políticos. No es la única defensa, pero sí la más evidente. Es lógico que crezca en estos tiempos.
Un saludo, Cayetano.
Depende de qué tipo de nacionalismo hablemos. Muchas veces se trata simplemente de sustituir unos amos por otros que también rinden pleitesía a los verdaderos amos que viven lejos. ¿Alguien duda de que Artur Mas no vaya a seguir siendo obediente a lo que dicten desde Bruselas y desde el FMI?
EliminarUn saludo.
Estimado Cayetano, como habitante del culo de mundo,allá en el lejano sur,donde se tuerce el planeta hacia abajo,cerca del fin del mundo habitable, le cuento que siempre he distinguido dos tipos de nacionalismos, uno el de los paises centrales,EEUU hoy, con ese patrioterismo a la N, el de Inglaterra ayer,con el racista y mesianico Kipling como vate,el nazismo aleman , resentido por la humillacion de Versalles,el nostalgico del otros tiempos, como el españos, del nacionalismo de aquellos pueblos que buscan la afirmación de la identidad ante la desculturación impuesta por las metrópolis coloniales.
ResponderEliminarHay que distinguir también los nacionalismos artificiales,impuestos por otros intereses,como las divisiones ridículas que se pueden ver en los Balcanes....
Nando: me refería básicamente a los europeos, no a los movimientos de liberación de pueblos oprimidos bajo el yugo de las potencias colonizadoras. Está claro que no puedo meter en el mismo saco a Camerún y Cataluña, aunque los dos empiecen por la misma sílaba. Aquí tenemos de actualidad el "nacionalismo" de las regiones ricas.
EliminarGracias por la matización tan oportuna.
Un saludo.
Quizás la razón de ello pudiera estar, dentro de la naturaleza social del hombre, en su instinto tribal. Y la naturaleza y los instintos son atributos difíciles de cambiar.
ResponderEliminarUn saludo.
Debe ser eso que dices, si no no se explica que tropecemos siempre en la misma piedra.
EliminarUn saludo.
Hola Cayetano:
ResponderEliminarEs una forma para intentar seguir en el poder. Y como en la guerra todo vale, pues nos lanzamos por la senda nacionalista.
El verdadero nacionalismo es el que practicamos tu y yo, y mucha gente trabajando por un mejor país, cumpliendo nuestros deberes, exigiendo derechos que nos intentan quitar o hacer ver que no lo son tanto. No me quejo del país, me quejo de la gente que espera que los demás le resuelvan su problema. Si no quieres la calle sucia, busca una papelera, no tires el papel al suelo...
Me da miedo cuando se enarbola la bandera, para solventar los males de la nación (un ejemplo es los CiU, que al parecer, cuando Cataluña sea independiente, se acabar desempleo y pobreza), cuando simplemente los tapan bajo ella....Incluso casos de corrupción.
Pero ya sabes, el hombre tropieza dos veces con la misma piedra...
Saludos
Es que el problema para mí no está en las banderas sino en el modelo social y económico más justo que queremos.
EliminarUn saludo.
Me resuta tan complejo el tema... Me gustaría que a los catalanes (y a los demás) se les dejara votar y que no se empleasen chantajes burdos para "obligarlos" a permanecer en una realidad que no les gusta, que no se les ridiculizara, ni se los insultara, ni se los amenazara, ni se pretendiera asustarlos, que todo fuera más en la línea de "nos gustáis como sois, os necesitamos y os queremos con nosotros" pero para eso hace falta tolerancia y generosidad. Justo de lo que menos tenemos. Anteayer oí a un catalán universal decir que en realidad los seres humanos, por mucho que se empeñen en que pensemos lo contrario, nos parecemos todos mucho. Estoy completamente de acuerdo con él y por tanto a favor de eliminar fronteras, pero también entiendo que muchos no lo estén y que los que no lo están, los que sí creen en las diferencias, y en las fronteras y en las banderas... todos esos tienen, igual que yo, derecho cabal a su postura, a intentar que su situación administrativa se aproxime lo más posible a su sentimiento emocional. Aquí se ha dicho siempre que en ausencia de violencia cualquier escenario es posible porque el terrorismo condicionaba, más bien anulaba, cualquier discusión sobre la integridad del estado, pero el terrorismo parece desaparecido y la integridad del estado sigue sin poder discutirse y para mantenerla se esgrime la constitución como si fuera un dogma de fe ... un dogma de fe que resulta que si se cambió en menos de 48 horas cuando así les interesó a los de siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
En efecto, es un tema complicado, además de espinoso y que puede levantar susceptibilidades. La política del PP no ha sido la mejor en este sentido: falta de diálogo y declaraciones explosivas. Cada vez que abren la boca algunos ministros crean independentistas por todas partes. A mí me gustaría independizarme de toda esta gente, incluyendo la familia Pujol y Artur Mas. La solución no está a mi modo de ver en el número de estados que tengamos en la península ibérica, sino en el modelo social y económico que adoptemos. Otra cosa es modificar unilateralmente las fronteras del espacio común que compartimos. Ahí hay un hueso duro de roer. Si echamos un vistazo a la historia pasada, es para asustarse la que se puede liar. En fin, esperemos que la cordura y el diálogo al final prevalezcan y haya una salida negociada donde todos ganen algo. Un estado federal podría ser una buena solución.
EliminarUn saludo.
Un entrada muy valiente y muy bien expuestas las razones, que eso es lo que debiera prevalecer la razón, la emotividad y las vísceras conducen a los extremismos y la pasión por lo mío.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mismo que uno no debe conducir bajo los efectos del alcohol, tampoco debe uno en materia política dejarse llevar por la emotividad. Racionalidad ante todo y cabeza fría.
EliminarUn saludo.
Pienso como dlt, que el instinto del ser humano es tribal y es cierto como dice él, que los instintos son difíciles de cambiar.También esta en la naturaleza del ser humano no reconocer nunca la propia culpa y decir que el mal esta en los demás.Hay demasiada intolerancia y demasiados demagogos dispuestos a "salvarnos" enarbolando la bandera que más convenga a "sus" intereses.
ResponderEliminarUn saludo
Desconfiemos siempre de los "salvapatrias" y de los que se les llenan la boca de "patria" mientras se llevan el dinero fuera y no atienden las necesidades de los de dentro.
EliminarUn saludo,
Para mí, los nacionalismos es conformarse con mitad de cuarto cuando se tiene derecho a un kilo. Y el colmo de los despropósitos es movilizarse porque juegan los millonarios del Madrid y del Atleti en Lisboa y empeñarse hasta las cejas para hacer el chorra; de ahí deriva pedir el indulto para el presidente corrupto y otras lindezas. Mientras nos cuelan en consejo de ministros la jubilación obligatoria para parados de 61 años con la merma correspondiente. Todo por rebajar el altísimo índice de paro con cualquier tipo de falsedad y la miseria correspondiente para las personas. ¿Se me nota que estoy harto (jarto)? ¡Pues eso!
ResponderEliminarComparto contigo esa "jartura".
EliminarUn saludo.
Memoria histórica, no debemos olvidar nunca. Todos sabemos quienes se benefician siempre de una crisis y donde nos llevan a las mayorías "esas crisis". Ciudadanos del mundo,pan y paz. Lo demás..."pa" ellos.
ResponderEliminarUn besote, Cayetano.
Detalles: siempre vamos a ser los mismos los que paguemos los platos rotos. Y nos dejamos engañar por los que nunca van a perder nada.
EliminarNo tengo tu email y aprovecho este espacio para una pregunta: ¿tienes página en facebook?
Un saludo.
La Historia debería ser para aprender... y no aprendemos. Ya lo venimos avisando y cuando se hace una reflexión de este tipo, se te acusa o se nos tacha de "pajaros de mal agüero. Del ambiente crispado a la violencia hay tan sólo un paso, una chispa que encienda la mecha. No a más fronteras, y sí a la resolución de los verdaderos problemas. El último discurso populista del gobierno catalán: "En una Cataluña libre e independiente, los parados cobrarán mejores subsidios"... mejor no soltar un disparate ante tanto cúmulo de despropósitos.
ResponderEliminarUn saludo
Félix: esa es la cuestión, la que se puede liar. No que fulano o mengano quieran poner una frontera interior. Visto quién manda en el mundo, a mí me importa un rábano que uno declare la república independiente de su casa. Los problemas a resolver son otros. A mí quien no me deja ser libre no es el ciudadano de al lado sino los del FMI, el BCE, etc.
EliminarPor cierto, si Tarragona -por ejemplo- no está por la aventura secesionista... ¿dejarán que sea "independiente" de Cataluña?
Un saludo.
En Tarraco, a ocho de cada diez que les preguntas te contestan que para que lechugas quieren una cataluña independiente, que sobra el debate sobre el asunto y lo que importa es la buena gestión y la resolución de problemas. Si nos ponemos puristas esa pregunta es buena ¿dejaría la Generalitat a Tarragona fuera del nuevo Estado?
ResponderEliminarMás pan y menos banderas.
EliminarLe hombre no escarmientay y se vuelven a producir los mismos errores por los intereses de los grandes... Nunca seremos libres del todo. Estamos atados a las leyes que nos imponen.
ResponderEliminarBuena semana.
Un beso.
La historia vivida no sirve para casi nadie. Una y otra vez nos precipitamos por el despeñadero. Creo que no tenemos remedio.
EliminarY fíjate que con estos "tips" que publicas, podemos sentirnos identificados todos los distintos visitantes de tu página, provenientes de distintos orígenes y situaciones, pero, sin embargo, "masificados" bajo el poder de los que tienen "la manija universal", como tú dices. No quiero ser agorera, pero también creo que no tenemos remedio. Saludos!
ResponderEliminarPatzy: sí. Es un asunto que nos afecta a muchos, aunque de distinta manera.
EliminarUn saludo.
La bandera que propones la encuentro una alternativa acertada. Cuántas veces, al enterarte de según qué leyes, normas, decisiones de los distintos gobiernos, habremos pensado “Yo debo ser marcian@”.
ResponderEliminarYo me siento marciano a la fuerza en este país que a veces me parece sacado de una película de Buñuel.
EliminarUn saludo.
Si, todo tan cierto, tan tremendamente cierto que yo procuro mantenerme alejado de los muros, de las verjas, de los alambres de espinos de la vallas y demás porque sé que desde ahí puedo odiar y ser odiado. Quizás lo aprendí en Palestina. No basta con ser buena persona, hay que procurar no ser un mal hombre, que resulta compatible y fácil, muy fácil. Un saludo Pedro García.
ResponderEliminarEs cierto eso que dices de las vallas. Odiar o ser odiado, dependiendo del lado en que estés. Terrible.
EliminarUn saludo.
Un producto más del siglo XIX que hopy día debería estar más que sobrepasado. Pero como estamos viendo en esta época incierta de crisis, recortes de derechos y capitalismo feroz, involucionamos en vez de evolucionar, así que no me parece nada raro que hayan vuelto.
ResponderEliminarUn saludo
Lo importante es usar la cabeza.
EliminarUn saludo.
Caray me he demorado en comentar, una interesante entrada, con la que me identifico mucho y que me ha servido para cimentar algunas ideas que ya tenía. Pues si, el nacionalismo es más un problema que una solución, te comentare que nuestro presidente comenzó su carrera política justamente con el fanático nacionalismo y sus arengas era que los cobrizos debíamos tomar el poder y devolver a los blanquitos a sus lugares de origen, un disparate tremendo pero que tuvo acogida porque hay mucha gente pobre y desinformada, perdió una elección pero gano la reciente, ahora lo tenemos como presidente, y resulto ser uno tímido y timorato, no es el mismo buscapleitos que era cuando postulaba! ¿Qué debemos cambiar? Pues al menos en Perú, la educación, que la ignorancia nos hace cometer cosas atroces!
EliminarGary, sin educación los pueblos están perdidos. Tan importante como el comer.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, esta entrada tuya de hace tres años continúa vigente, en todo caso ampliada aunque no corregida. Seguimos en las mismas o peor. No saldremos de esta si no es con educación, echando eso sí a todos los insensatos que promueven la separación de los pueblos y se interesan por la construcción de muros fronterizos. El nacionalismo parte del odio, de estimar que los otros son peores, el nacionalismo no atiende a la razón ni a la ley, es una idea romántica de regresión, jamás se puede avanzar apelando a las emociones. Es una desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo
Así lo entiendo yo también, amigo Francesc. Las vísceras hay que dejarlas para los poemas románticos. En política es peligroso.
EliminarUn abrazo.
¡Qué bueno que recuperaste esta entrada!, Cayetano.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, la razón, que favorece en diálogo,
debe prevalecer sobre todo.
Me gustó lo que dices del Romanticismo en al arte
y la literatura. Es cierto, es en estos campos
que las pasiones del espíritu pueden y deben
expresarse. Al dar rienda suelta a ellas en estos campos,
el ser humano las libera, pudiendo utilizar
la cabeza para pensar y dialogar.
Un abrazo
Sensatez y racionalidad ante todo.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Y como bien dices en el texto: más empatía.
EliminarOtro abrazo
Desde el 18/9/2017.
ResponderEliminarCAYETANO. Cómo estas? Llevo días contigo en la mente. Estaba esperando alguna entrada, esta p.e., para dejarte un comentario. De no haber encontrado ninguna habría inquirido vía mail puesto que no tengo acceso a fcbk desde mi móvil. CUÍDATE mucho y si necesitas algo al alcance de mi mano, ya sabes, aun andamos por aquí, cuenta conmigo. Un abrazo.
Gracias, Emejota. Ando bien. Un poco asqueado por lo que leo, veo y oigo, pero siempre hay cosas que se salvan y te ayudan a seguir en la brecha. Me tomé unos días libres y ya ando por aquí dando guerra.
EliminarUn abrazo.
Como decía SUPERTRAMP :
ResponderEliminar¿ TRapos ?..¿ Qué trapos ?
Salut
Unos se pelean por los trapos y otros se llevan la "tela".
EliminarUn abrazo, Miquel.
ya puestos, ¿qué sentido tiene hoy el hablar de "nación", de democracia y de pueblo soberano -independientemente del color de tu bandera-, cuando los que toman de verdad las decisiones no son nuestros políticos electos locales, sino en realidad gente que está lejos, en sus despachos, dictando órdenes a diestro y siniestro y moviendo a su antojo los hilos del mundo? ¿Qué es lo prioritario que cambiemos? ¿Qué pesada losa nos tendremos que quitar de encima para ser de verdad libres...impecable,me permito sin embargo entender que hoy el capitalismoi finaciero,irracional y guerrerista se da el rol de borrar cualquier frontera e imponer su sola bandera y razón.En ese marco,es logico que los paises mas debiles empobrecidos a la fuerza por las potencias centrales,recurran a la defensa no ya de sus limites ,sino de la posibilidad de sobrevivir desde lo gregario que tienen como referencia cultural,social,historica...no es el caso justamente de Cataluña y Euskadi que miren desde arriba al pobrerio atrasado
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu planteamiento. Hay un nacionalismo de pueblos humillados, pisoteados y ninguneados por la historia. Y otro de naciones ricas. El mismo nombre, pero muy diferentes los casos.
EliminarUn saludo, Nando.
Nacionalismo y religión han sido tradicionalmente los instrumentos para el control del rebaño.
ResponderEliminarAhora que los hechiceros con sotana de cualquier credo han ido quedando en evidencia, solo queda el nacionalismo y el miedo al otro como control de la cuadra.
Un abrazo.
Cuando la política se vive como una religión, la razón se aparta en beneficio de la fe. Y los votantes se convierten en creyentes, ciegos y sordos.
EliminarUn abrazo, Rodericus.
No queda duda. Seguimos igual...El nacionalismo, nos saca de todo lo malo, según quien lo vea. Y sino estás con eso, eres mal patriota, de hecho no eres patriota...
ResponderEliminarSaludos Cayetano.
Sí, una lástima. Y mientras, la casa sin barrer.
EliminarUn saludo, Manuel.
Vamos a peor, Cayetano. Ahora sin clase alguna: tirando la piedra y escondiendo la mano.
ResponderEliminarUn abrazo
Y en medio los ciudadanos. No aprendemos.
EliminarUn abrazo, Paco.
Muy oportuno rescatando esta entrada, de un tema tan de actualidad y preocupante a la vez. La deriva tiene mal arreglo. Y encuentro muy acertado el paralelismo con la religión. En efecto, se acaban comportando como creyentes fanatizados.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Y con los creyentes ciegos no se puede razonar.
EliminarUn abrazo, Montserrat.
Siempre me ha costado entender el nacionalismo excluyente, el "ellos contra nosotros". Apela a los instintos más bajos del individuo como ser social. Por lo demás, coincido plenamente con tu planteaminto y el de la mayoría de los comentarios (especialmente el de Adra) Y veo muy dificil las soluciones razonadas.
ResponderEliminarAbrazos, Cayetano
Tema delicado y complicado por la complejidad de intereses y sentimientos enfrentados.
EliminarUn abrazo, Xibelius.
Comprenderás que a estas alturas de la película y habiendo vivido un par de guerras civiles en mi hogar amen de las experiencias propias, pronta a comenzar el año 70 de existencia no pueda sino ratificar opiniones al respecto de las personas sensatas que visitan tu blog. Tengo tendencia natural a analizar minuciosamente y desde diversas perspectivas el comportamiento humano y mis palabras duras y exigentes resultarían injustamente interpretadas por demasiadas personas que al igual que mi persona necesitan vivir sus propias experiencias, las que sean, me guste o no. Siento mucho no haber sabido hacer más para ayudar a que la vida mejore. Resulta la postrera frustración de todo perfeccionista ..... y mira que he "tocado palos" .... pues ni por esas.
ResponderEliminarME ALEGRA QUE ESTÉS BIEN. A seguir viviendo, pues, no queda más remedio. Un abrazo.
Gracias, Emejota. Ya sabes que las experiencias propias sirven de bien poco a los demás. Cada uno necesita equivocarse por su cuenta. Es lo que hay.
EliminarUn abrazo.
La idea es buena, pero con la bandera marciana me has recordado al congresista norteamericano que al abrirse una votación para dotar una exploración en busca de vida inteligente en el espacio, se negó, razonando: "- Pero, ¿Qué dicen? En 200 años no la hemos encontrado en Washington y vamos a ir a buscarla al espacio".
ResponderEliminarCayetano, quita, quita.
Si vienen aquí los marcianos a destruir el planeta, dirán: "llegamos tarde. Ya se lo están cargando ellos solitos."
EliminarUn saludo, Ana.
Un tema complicado y que desborda al mas pintado, algunos en su cerrazón no ven mas allá de sus narices y se creen que son los dueños del país para hacer lo que les viene en gana.
ResponderEliminarTu entrada Cayetano es muy apropiada para estos días. Deberían leerla mas de uno y de dos para entrar en razón.
Saludos
Puri
Nada mejor que el diálogo para solucionar las cosas; pero parece que son muchos los que no están por la labor.
EliminarUn saludo, Puri.
No voy a añadir nada nuevo ni a mi comentario de entonces ni a los comentarios de ahora, pero me alegra comprobar que todavía quedan personas sensatas, pero quizás seamos la minoría silenciosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
La pasión hay que dejarla en el perchero de la entrada según se entra al blog. Lo malo no son los ciudadanos corrientes, sino los agitadores profesionales que necesitan buscar siempre un enemigo.
EliminarUn abrazo, Valverde de Lucerna.
Para los días que estamos viviendo, tu entrada viene que ni pintada Cayetano, aquí en Barcelona se está viviendo con bastante preocupación todo lo que está pasando, y tanto el gobierno central como el catalán no salen de su cerrason.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y creo además que el acuerdo va a ser imposible con estos gobernantes que tenemos. Habrá que cambiarlos por otros menos irresponsables.
EliminarUn abrazo, Conchi.
Yo tampoco diré más de lo que dije hace tres años, en lo que me ratifico y compruebo cierto a tenor de algunos comentarios de los que adoptan posturas basadas en posturas fanáticas.
ResponderEliminarSaludos.
Nosotros en vez de historia, damos tribu. Comentaba un alumno al salir de clase.
EliminarEso decía un chiste del Roto, en relación con tu acertado comentario.
Un saludo, DLT.