La muerte de Marat, de Jacques- Luis David
Esta singular obra del pintor francés Jacques- Luis David representa la muerte de Marat, en su bañera, al poco de ser apuñalado por una adversaria política, Charlotte Corday, de la facción girondina, quien con el pretexto de entrevistarse con el líder jacobino, para entregarle una lista de ciudadanos franceses traidores a la revolución, aprovechó que el político estaba en la bañera para acabar con su vida.
El cuadro recoge el momento en el que Marat exhala su último aliento, con la cabeza ladeada, manteniendo todavía en su mano la lista de traidores a Francia. El pintor no describe el momento violento del asesinato, ni la agonía de la víctima, sino la paz que sigue a la muerte, con ese gesto de desfallecimiento donde la mano que escribe cae sin latido y la pluma se desliza hacia el lugar que ocupa el cuchillo abandonado. El espacio superior de la escena queda ocupado por una oscuridad abrumadora que puede simbolizar la llegada de la muerte o tal vez el silencio que sucede a la muerte. También sirve ese espacio en negro para resaltar más la escena bañada en luz, al estilo de los claroscuros de Caravaggio, imprimiendo así al suceso una mayor fuerza dramática.
El pintor era simpatizante de Robespierre, de Marat y del grupo jacobino. Y esta pintura , un claro homenaje, es una de las más célebres de la Revolución Francesa.
El cuadro recoge el momento en el que Marat exhala su último aliento, con la cabeza ladeada, manteniendo todavía en su mano la lista de traidores a Francia. El pintor no describe el momento violento del asesinato, ni la agonía de la víctima, sino la paz que sigue a la muerte, con ese gesto de desfallecimiento donde la mano que escribe cae sin latido y la pluma se desliza hacia el lugar que ocupa el cuchillo abandonado. El espacio superior de la escena queda ocupado por una oscuridad abrumadora que puede simbolizar la llegada de la muerte o tal vez el silencio que sucede a la muerte. También sirve ese espacio en negro para resaltar más la escena bañada en luz, al estilo de los claroscuros de Caravaggio, imprimiendo así al suceso una mayor fuerza dramática.
El pintor era simpatizante de Robespierre, de Marat y del grupo jacobino. Y esta pintura , un claro homenaje, es una de las más célebres de la Revolución Francesa.
Sin duda uno de cuadros más impresionantes de David y uno de los más representativos, como bien dices, de la Revolución Francesa...aunque la verdad es que Marat, siendo simpatizante de Robespierre tambien tenía que ser un buen pájaro...
ResponderEliminar...un comentario artístico digno de nuestro amigo Paco ;)
Un saludo.
Hola, Carolvs. Marat tenía pocos amigos, radical en sus posturas. Es lo que tienen las revoluciones. Al final, si no estás conmigo, estás contra mí.
ResponderEliminarHoy el tema a impartir con mis alumnos es la Revolución Francesa, de ahí esta entrada. Me imagino que al colega Paco le sabrá a poco al ser un entendido en esta materia.
Un saludo.
Hay dos cuadros francesas inolvidables para todos los niños que estudiamos con la vieja EGB...un es este de Marat y el otro es "La libertad guiando al pueblo" de Delacroix. Amboso me gustan muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo, Cayetano, veo que por fin se desveló quien era el numero 3 del juego anterior y yo he podido ver todas las fotos :)
No olvidaré a Olavide
Majete Pablo de Olavide...para su tiempo, un tipo culto e ilustrado.
ResponderEliminarLa libertad guiando al pueblo, un gran cuadro romántico.
Saludos, Almalaire.
Interesante pintura, monsieur. Marat asesinado mientras sostiene en su mano una lista de personas a las que él iba a dar muerte, y que ni agonizante ni muerto suelta.
ResponderEliminarFeliz dia
Bisous
Así es, Madame. Una paradoja sobre la muerte y también un homenaje de un amigo pintor jacobino que quiso con esta pintura ensalzar la figura de Marat.
ResponderEliminarUn saludo.
Enorme cuadro.No comparto la tirria contra Robespierre.
ResponderEliminarHay que entender la epoca y sacarse el abrumador de la monarquía,la tradición de siglos despóticos digamos,no se podía hacer de buenas maneras.Hoy pasar por una cuchilla a cientos de personas suena horrible y el terror jacobino espantoso.
Fue un parto y en todo parto hay sangre.
Cayetano, estuve buscando en la red el famoso discurso de Saint Just en el que decia entre otras cosas
No se puede esperar, dijo, ningún tipo de prosperidad mientras quede un enemigo de la libertad que respire. Tenéis que castigar no solamente a los traidores, sino también a los indiferentes; tenéis que castigar a cualquiera que sea inactivo en la República y no haga nada por ella, ya que, una vez el pueblo francés ha manifestado su voluntad, todo lo que se le oponga está fuera del soberano; todo lo que está fuera del soberano es enemigo
dijo tambien que toda revolucion que se detiene a mitad de camino esta cavando su propia tumba y citaba al propio Luis XVI en aquella frase NO SE PUEDE GOBERNAR EN FORMA INOCENTE
Diriamos,¿hizo falta tantisima sangre para acabar con el absolutismo?
No se puede decir en historia como hubieran sido las cosas de un modo distinto si tal o cual curso no se tomaba.Pero el hambre secular termino en Francia y nuevas hambres arribaron por cierto,pero la Revolucion fue un paso gigante para toda la humanidad.
Sigo, ¿se conseguira el texto
ResponderEliminardel discurso del 24 de Abril del 93)? hay citas aisladas, pero creo recordar que estaba casi entero
Voy a intentar buscar el texto entero. La historia de la revolución la escribieron los moderados de Thermidor, por eso ponen de depravados a Marat y a Robespierre. Habría que revisar esa historia. Otra cosa es si fue un acto moral tanta sangre derramada. Las revoluciones es lo que tienen: cae gente a veces inocente en simulacros de juicios sumarísimos.
ResponderEliminarNadie duda del paso de gigante que se dio con esta revolución.
Un saludo, Nando.
La que lei en mi adolescencia era un enorme mamotetro escrito ni mas ni menos que por Thiers,el carnicero de la Comuna.Vaya historiador.
ResponderEliminarHabia un buen texto de un socialista frances, Noel Pierre Lenoir que pretencio hacer una suerte de sociologia de las revoluciones y la francesa por supuesto era el eje central de su estudio .Comparaba con la rusa en que en forma desesperada trataban al principio de no devorarse asimismos y escaparle a un Napoleon.
No lo lograron por cierto.
Puede y solo puede que los procesos historicos tengan su propia dinamica perversa en que cada paso se da entre charcos de sangre y al retroceder la vista miramos horrorizados el enchastre que nos impulso a crecer.
En vida de mi bisabuelo,hijo de un fusilado por los austriacos en la guerra contra Austria,la Cruz Roja aun no habia nacido y el horror que suscito esa guerra entre quienes empezaban apenas a abrir los ojos fue el acicate para "humanizarla ".En estos pagos,un gran escritor argentino ,padre de la educacion laica ,obligatoria universal por ende y gratuita,el unico intelectual que fuera presidente de este pais,me refiero a Domingo Sarmiento, escribia no ahorrar sangre de gauchos que para lo unico que servian era para regar la tierra con ella,y en su gestion ordenó clavar la cabeza de un caudillo opositor en una pica y exhibirla en la plaza de su pueblo natal.
Vamos,que el terror animal aun vive en Guantanamo o en Abu Dabi y al jefe de esos horrores lo premiaron con un Nobel de la Paz
El horror es intrínseco a la humanidad. Me imagino que no tenemos remedio y que la bestia humana está ahí, agazapada, esperando el momento oportuno para saltar y matar.
ResponderEliminarUn saludo, Nando.
Sin duda alguna las imágenes ayudan mucho a la comprensión de la Historia y David es quizás el máximo ilustrador de la Revolución y la etapa napoleónica. Tremendo cuadro el que nos traes aqui Cayetano aunque mi favorito de este autor sigue siendo el de Napoleón cruzando los Alpes. Ya se sabe, la vena bonapartista que aflora de vez en cuando...xD
ResponderEliminarUn saludo!!
Tremendo también el cuadro de Napoleón, más épico, trinfal, glorioso, con ese caballo levantando las patas delanteras dispuesto a llevar a su jinete a la victoria... El de Marat es como más simbólico, "religioso", donde el acuchillado se convierte en mártir de la revolución. En todo caso, un gran pintor.
ResponderEliminarSaludos, Bragi.
Cayetano, me ha gustado mucho este cuadro, dices bien, no es violento, ni se vé muerte ni fealdad en él, solo veo tranquilidad y paz en medio de una luz magnifica.
ResponderEliminarA tus alumnos les has dado un buen repaso.
Enhorabuena prefesor.
A ver si el "error 503" me permite algún "día" contestar un comentario.
ResponderEliminarEso era, Rosario, lo que quería conseguir el pintor: ofrecer una imagen tranquila de un "mártir" de la revolución.
Un saludo.
Ilustradora obra.
ResponderEliminarMuy bueno, pero sabía alguien que no existe muerte más dulce que mediante desangramiento, encima en la bañera y con agua calentita. El sistema perfecto. Eso sí, el agua se tiñe de rojo y puede resultar desagradable. "Amos que con una cuchilla debidamente afilada y una vena femoral a la vista: todo un relax, y encima uno descansa para siempre como si cayera en los brazos de morfeo."
ResponderEliminarHuy perdona mi ironía, es que en lo tocante a muerte y suicidios me salta la vena tremendista.
Un fuerte abrazo.
Nunca mejor dicho, Negrevernis, ilustradora obra de un pintor partidario de los más radicales.
ResponderEliminarUn aludo.
Lo malo, Emejota, es que no era agua calentita sino fría; porque el amigo Marat tenía una enfermedad en la piel y el agua fría le aliviaba bastante, por eso se pasaba largas horas en la bañera y allí recibió la visita de madame Corday, quien acabó con su vida.
ResponderEliminarUn saludo.
Una gran explicación del cuadro. Estoy de acuerdo en que éste es uno de los más representativos de la Revolución Francesa.
ResponderEliminarSaludos.
Una de las claves por las que la Revolución Francesa y Napoleón tuvieron tanto empuje fue su capacidad para crear una estética sumamente poderosa. La Marsellesa todavía impresiona por su fuerza. La fuerza de los mitos republicanos romanos y los tambores de los jacobinos llamando a la defensa de la tierra francesa arrasaron las ensoñaciones pastoriles de Versalles. Esta es la verdad aunque duela.
ResponderEliminarTiene usted un blog excelente.
Saludos.
Las venganzas politicas hasta donde pueden llegar...
ResponderEliminarQuiero recordar haber conocido la historia de este cuadro más por lo que significaba para la Revolción Francesa, que por su definición como obra de arte...Sencillamente genial, el pintor, el cuadro y tu entrada por supuesto.
Besicos.
¡¡¡Bieennnn, he podido comentar!!!
ResponderEliminarquizás uno de los cuadros q mejor resume este periodo de la Revolución...
ResponderEliminarAdemás de presentar a Marat como un verdadero mártir, el pintor va más allá y le coloca en la bañera con un brazo colgando, al estilo de los cristos muertos. Para los revolucionarios era un auténtico ídolo, un mártir de la contrarrevolución, aunque más bien hay que decir que toda esa historia se la inventó Robespierre después de su muerte a manos de Carlotta Corday. No me cabe la menor duda de que llegado el momento Robespierre hubiera hecho uso de la cuchilla de la igualdad para quitárselo de enmedio. ¿No te parece?
ResponderEliminarSaludos
Kassiopea: en efecto creo que es uno de los más representativos.
ResponderEliminarUn saludo.
En efecto, Navalcardo: la estética revolucionaria era importante. El Romanticismo posterior le dio una cobertura estética aún mayor.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Cabopá, por tu amable comentario. Veo que has conjurado el mal 503. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Quizá, José Luis, el más representativo de toda la Revolución Francesa.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, Carmen, Robespierre, como Stalin, se quitaba de enmedio toda persona que le pudiera hacer sombra.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Cayetano:
ResponderEliminarEste cuadro me ha llamado la atención siempre.
Por mi profesión me enfrento a este momento muchas veces. No sabemos si el momento del exitus (como se llama la muerte desde el punto de vista médico), duele. Dicen algunos que depende de como has muerto, duele o no.
Me has inspirado un tema para el blog.... Hay que madurarlo
Saludos
A mí, Manuel,no me da miedo la muerte; pero el dolor me aterra. Irse uno de este mundo lleno de dolores me parece inhumano. Tú como médico te habrás planteado más de una vez este tema.
ResponderEliminarUn saludo.
Un cuadro que siempre impacta.
ResponderEliminarEspecialmente por el contraste de luz ( la sábana manchada de sangre y el papel que aún sostiene en su mano) y de sombras... potenciando la fuerza de la tragedia.
Las oscuridad del fondo sugiere ,como bien dices, el final,lo definitivo ... el silencio que sucede a la muerte.
La instalación de la muerte protagoniza la obra.
Para David ... Marat era un mártir de la revolución.
Trató de inmortalizarlo a través del cuadro.
El artista afirmaba que , a través de sus obras,necesitaba transmitir una " vibración" en el alma.
Lo logró.
Muy bueno!!
Todo un icono de la revolución. Todas las revoluciones son asesinadas, en este caso la revolución fue progresiva: Thermidor, Napoleón cónsul, Napoleón emperador y, Restauración borbónica.
ResponderEliminarSaludos.
Un gran pintor, Carmela; pero además propagandista de los jacobinos en esta lucha que fue la revolución francesa, haciendo de Marat algo así como un mártir civil por la causa.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre ha habido quien utiliza la muerte como método para silenciar al adversario.
ResponderEliminarEn este caso como en muchos, el pintor ha sabido sacar partido y mostrar algo bello donde la oscuridad o el dolor se adueñan del lienzo.
Besos
Sí, Juan, pero nos quedó su legado a pesar de todo: libertad, igualdad, sufragio...
ResponderEliminarAsí y todo, siguiendo lo que comentabas, Thomas Carlyle decía que las revoluciones las piensan los utópicos, las ponen en práctica los fanáticos y las aprovechan gentes sin escrúpulos.
Un saludo.
Muy inteligente el amigo David con su cuadro propagandístico. En él no hay verdugo, sólo víctima.
ResponderEliminarUn saludo.
Estupendo cuadro y comentario. Sólo se puede hacer algo así cuando se homenajea algo o a alguien con quien se está deacuerdo. Grandiosa sencillez.
ResponderEliminarSaludos, compañero.
David era partidario de los jacobinos. Yo, como Machado, llevo en mis venas algunas gotas de sangre jacobina, pero mis actos brotan de manantial sereno. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo a las chicas de Nuestro Garito.
¡Imposible me parece! Ayer te hice un comentario extensísimo y ahora veo, compruebo con pasmo, y rabio de frustración, que no ha aparecido.
ResponderEliminar¡vamos, vamos y vamos! ¡Las jugadicas que hace el bicho este del internet de las narices!
Bueno, pues no lo repito. Para una vez que contaba algo interesante, jajaja
Magnífica entrada. Yo siempre entro a ver qué hay en la tinaja, ortra cosa es que los hados me maldigan con la desaparición de mi comentario.
Mucho profesor eres tú, pero a ver cuando hacemos otro duelo de rimas.
Menudo homenaje el que hicieron al amigo de mi abuelo xD, eso que David quería enterrarlo puesto en la bañera.
ResponderEliminarUn abrazo, Genealogista de la Casa de Nuñez
Esas cosas no me pasan a mí solo por lo que veo. Da mucha rabia hacer un comentario y luego que no aparezca o que te haga burla el internet este de las narices. Te quedas como si hubieras estado una hora confesándote con la pared. Jejeje.
ResponderEliminarA ver si me centro en un par de semanas y echamos otro duelo de esos de los que hacen correr la tinta a chorros.
Un saludo, Rosa.
Hombre, don Matu. Si Robespierre hubiera vivido lo suficiente seguro que se carga a sus amigos Marat y Saint Just para que no le hicieran sombra. Menudo pájaro estaba hecho.
ResponderEliminarUn saludo.
Esos jacobinos, dirigidos por Dantón, Marat y Robespierre. La obra es una maravilla, gracias por traerla a tu espacio. Yo tengo algo de ellos aunque soy bastante más pacífico... Hay que hablar de Marat largo y tendido...
ResponderEliminarUn saludo
A mí me pasa algo parecido. Como decía Machado: corren por mis venas gotas de sangre jacobina...
ResponderEliminarAunque ahora somos más pacíficos, habría que vernos en la tesitura de aquellos tiempos, con la miseria del pueblo por un lado y por el otro el lujo y el derroche en la corte del rey y la tonta de María Antonieta preocupándose solo de sus zapatos y sus fiestas.
Un saludo.