Algo muy provechoso para empresarios y fabricantes porque el salario de los niños era dos o tres veces inferior al de los adultos.
Así, chicos de 10 ó 12 años, e incluso menores, eran empleados en las minas, la industria textil o la siderurgia. Su horario de trabajo, de 10 a 12 horas diarias, incluso sábados.
Esto se aceptaba como algo normal dada la mentalidad de la época y dadas las necesidades de las familias obreras.
El escritor británico Charles Dickens, en su novela "Tiempos difíciles" supo plasmar las dificultades de estos chicos explotados a los que se les arrebató la infancia en un mundo despiadado de adultos, convirtiéndose así en testigo excepcional de su tiempo.
Fuente de la imagen
Traigo aquí un texto que he encontrado en esta interesante dirección:
"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansado, pero trabajo sin luz y paso miedo. Voy a las cuatro y a veces a las tres y media de la mañana, y salgo a las cinco y media de la tarde. No me duermo nunca. A veces canto cuando hay luz, pero no en la oscuridad, entonces no me atrevo a cantar. No me gusta estar en el pozo. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la mañana. Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me enseñan a rezar (...) He oído hablar de Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino a la tierra y no sé por qué murió, pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras. Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la mina."
Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842.
Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842.
Si, veo que hoy nos traslada a usted a aquellos tiempos de Dickens, en los que el mismo hubo de trabajar durante su infancia. Que barbaridad, resulta demoledor leer el testimonio de esta niña. Que modo tan espantoso de conseguir que a un niño le guste la escuela!
ResponderEliminarFeliz dia, monsieur
Bisous
Gracias, madame. La verdad es que el texto conmueve a los que no somos de piedra. Es estremecedor cuando la niña, hablando de Jesucristo, dice: "No sé por qué vino a la Tierra y no sé por qué murió".
ResponderEliminarFeliz día.
Triste
ResponderEliminarUna asignatura no aprobada aún por el mundo.
ResponderEliminarUn saludo, Eladio.
En efecto Cayetano, la cara sucia del capitalismo en general, sistema que en esas primeras fases no respetaba nada y acudía sin pudor a la mano de obra barata sin libertad sindical, ni conciencia de clase, ni nada de nada, todo un martirio para los trabajadores conseguir "productividad" a cualquier precio. Me suena a hoy, dos siglos después, con la economía sumergida y sus trabajadores a merced del patrón, empleo de inmigrantes chantajeados para conseguir mantenerse sin papeles, y un largo etc. En efecto, el gran Dickens nos relata esa sociedad victoriana y sórdida del siglo XIX y las luchas de las Trade Union Congres. Lo malo es que el capialismo sigue fuerte y, además, esperemos que lo siga porque si se hundiese, muchas muertes inocentes se llevaría. Y si no, el ejemplo de la II Guerra Mundial cuando fue consecuencia del simple susto del crac d 1929.
ResponderEliminarUn saludo don Caye.
El problema es que hoy en dia, en determinadas sociedades y lugares, todavía se está empleando a los niños como mano de obra barata... y peror aún, como armas de guerra.
ResponderEliminarHola Cayetano:
ResponderEliminarRelato que acongija el de la niña. Y lo peor es que aún, quizás en similiares condiciones o peores, se siga abusando de los niños de esa manera....
A veces pienso que la historia no ha trascurrido. Algo asi como en el teatro hay representaciones de años: El personaje es el mismo, solo han cambiado quienes ejecutan la obra.
Saludos
Creo como tú, amigo Juan, que esta sociedad está muy pillada con el capitalismo. Convendría, eso sí, reformarlo, hacerlo más humano: más Keynes y menos neoliberalismo salvaje.
ResponderEliminarUn saludo.
Javier: son secuelas de un capitalismo inhumano y salvaje,afortunadamente no es lo corriente.
ResponderEliminarUn saludo.
Manuel: para el mundo desarrollado esa etapa de explotación infantil tuvo lugar hace ya unos dos siglos; pero es verdad que hay lugares donde todavía está vigente por desgracia.
ResponderEliminarUn saludo.
Estas cosas todavía las podemos ver sin tener que remontarnos a siglos pasados.
ResponderEliminarComo dice Eladio: Triste.
Muy triste.
Saludos
Si esto fuera cosa del pasado..., pero por desgracia todavía existe en el presente, pero preferimos mirar hacia otro lado.
ResponderEliminarLas experiencias de estos niños debían de ser traumáticas dentro de una sociedad que veía con buenos ojos el trabajo infantil, empezando por los patronos y terminando por sus propios padres, quienes de esa manera encontraban un pequeño sueldo más con el que mantenerles.
Cuántas cosas se me viene a la cabeza al ver a esa niña junto a la máquina hiladora!! Aquí en Béjar durante los siglos XIX y XX existió una pujante industria textil y no dudo en absoluto que se emplearan niños en ella.
Un saludo
CRUDA REALIDAD.. Y QUE EXPRESAN SUS MIRADAS? CLARAMENTE LO HAS DESCRITO... MIEDO, IMPOTENCIA, RABIA, ILUSIONES PERDIDAS, HOSTILIDAD, ESTE FUÉ, ES Y SEGUIRA SIENDO UN MUNDO DESIGUAL DONDE LA INJUSTICIA PREDOMINA, QUE MAL ESTA DEFINITIVAMENTE LA EXPLOTACIÓN A NUESTROS NIÑOS, OJALA ALGUN DIA HAGAMOS UN ALTO EN NUESTRA RUTINARIA VIDA Y VEAMOS LOS PROBLEMAS DE LOS DEMAS POR QUE ESTO CAMBIARIA NUESTRO MUNDO.
ResponderEliminarARIADNA B.B.
Wow, el pasaje me ha dejado impresionado. Las miserias del mundo moderno.
ResponderEliminarMuy triste, aunque mirar siempre la realidad a los ojos es fuerte. Como alguién ha comentado antes, hoy día se siguen dándo a otro nivel pero existe la explotación infantil.
ResponderEliminarLa verdad que para explicarles a mis alumnos el valor de aprender en la escuela recurro a estos ejemplos y...ellos miran con asombro pero pasan siete pueblos.
un abrazo
Sin duda alguna, la Revolución Industrial no fue precisamente uno de los momentos más gloriosos de la Historia Humana.
ResponderEliminarLaura,
ResponderEliminarCarmen:
En efecto, estas cosas siguen tristemente de actualidad. La explotación infantil es una realidad en algunos países. Para nosotros forma parte del pasado.
Gracias por vuestros comentarios.
Ariadna:
ResponderEliminarlo malo de todo es que el tiempo pasa y la infancia perdida no se recobra.
Un saludo.
Thaelman:
ResponderEliminarEn efecto así surgieron los tiempos modernos, que diría Chaplin. Paradojas de la vida.
Un saludo.
Muchacha en la ventana:
ResponderEliminarNuestros alumnos están instalados en la confortable y consumista vida moderna. Pasan de desgracias ajenas. No forman parte de su mundo, ergo no existen.
Un saludo.
Sila:
ResponderEliminarSon las contradicciones del progreso, la parte negativa de un salto espectacular que dio la civilización occidental...¿Se pudo haber evitado? Yo creo que sí, pero se legisló tarde.
Saludos.
realmente espeluznante!!!!
ResponderEliminarEspeluznante, indignante... pero real como la vida misma.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
Es horrible, una realidad espantosa del pasado,
ResponderEliminarpues no hay niñez.
Y lo peor es que eso sucede en otros países en este presente.
un saludo
Una realidad todavía vigente el muchos países pobres. Es cierto.
ResponderEliminarUn saludo, Vangelisa.
Hola, Sr. Cayetano.
ResponderEliminarUn gusto leer y saber quien es usted. Ahora misma me encuentro a punto de concluir mi carrera de licenciatura y para ello me titulare junto con una amiga por medio de la tesis en el tema del Trabajo Infantil.
Yo quisiera saber si puedo contactarlo por medio de algun correo electrónico vigente para hacerle unas preguntas, gracias y excelente noche!
Buenos días. Mi correo electrónico aparece arriba en esta misma página. Con mucho gusto atenderé a lo que me pregunten; aunque desde hace tres años ya no estoy en activo y posiblemente conozcan más del tema que yo mismo, pues el nivel de este blog es simplemente divulgativo y esta entrada estuvo en su día pensada para alumnos de bachillerato, no de licenciatura.
EliminarUn saludo cordial.
Por qué tantos niños trabajaban en las minas inglesas ?
ResponderEliminarSe me ocurren tres razones:
EliminarMano de obra muy barata. Se les pagaba mucho menos que a un adulto.
Los cuerpos menudos podían meterse por agujeros estrechos para recoger trozos de carbón, al igual que en las hilaturas recogían el hilo que se desperdiciaba.
Y no había legislación que les protegiera de los abusos.
Saludos.