domingo, 29 de abril de 2012

Una boda sin luna de miel

Eva Braun y Adolf Hitler

29 de abril: Hitler se casa con Eva Braun en el búnker de Berlín. Al día siguiente ambos se suicidan ante la inminente llegada del Ejército Rojo. La guerra estaba perdida.
El refugio del führer estaba excavado debajo de la Cancillería a 16 metros de profundidad con un perímetro de hormigón armado. Constaba de dos plantas. En la inferior estaba el “führerbunker”, el cuartel general de Hitler. Allí consumió sus últimos días con un puñado de fieles e incondicionales seguidores.
Estamos a finales de abril de 1945, Berlín, la capital del III Reich está rodeada por las tropas soviéticas y una lluvia de bombas cae sobre la ciudad sitiada. La situación es desesperada y Hitler, en compañía de su nueva esposa, decide poner punto y final a su vida. El matrimonio Goebbels decide también suicidarse no sin antes haber envenenado a sus hijos con cápsulas de cianuro. 
Así fue. Tras constatar que los suyos habían desobedecido o no habían podido cumplir sus órdenes en la batalla de Berlín y comprobar que sus dos hombres de confianza en la guerra, Himmler y Goering, le habían traicionado, no dispuesto a abandonar Berlín, decidió poner fin a su vida.
Himmler pretendía negociar una paz a espaldas de Hitler con los americanos, a la que estos se negaron, logrando atrapar con vida al Jefe de las SS. No pudiendo evitar que este se quitara la vida al morder una cápsula de cianuro que había logrado esconder.
Goering pretendía que Hitler, asediado en su búnker por los rusos, le nombrara sucesor. Para ello le envió un telegrama que decía así:

Mein Führer:
En vista de la decisión que usted ha tomado de permanecer en la fortaleza de Berlín, ¿está usted de acuerdo en que yo asuma el liderazgo del Reich, con total libertad de acción, tanto interna como externamente, como vuestro sucesor?
Si no recibo respuesta hasta las 10 de la noche de hoy, daré por entendido que usted ha perdido la libertad de decisión y por tanto actuaré en beneficio de los intereses de la nación y de nuestro pueblo. Usted sabe cuáles son mis sentimientos hacia usted en estos graves momentos de nuestras vidas.
No tengo palabras suficientes para expresarlas. Que Dios le proteja y que a pesar de todo lo traiga pronto aquí.
Lealmente
Hermann Göring

Hitler lo mandó detener y arrestar junto a su familia. Luego los aliados lograrían capturarlo y sentarlo en el banquillo en Nuremberg y condenarlo a la horca. También escapó del castigo al lograr suicidarse con cianuro.

Última foto de Hitler vivo el 19 de abril de 1945

Desconfiando Hitler de la capacidad mortífera del cianuro, suministrado con anterioridad a la traición por Himmler, el führer lo prueba con su perra Blondi, la cual muere fulminantemente.
Luego, ya en la sala de mapas, puso fin a su vida mordiendo la cápsula de cianuro y pegándose un tiro, no sin antes haber dejado bien clara la orden de que quemaran su cuerpo junto al de Eva, para evitar que los rusos pudieran vejar su cadáver, como así había ocurrido con su correligionario Mussolini.
Sobre el cadáver de Hitler se ha escrito mucho. Algunos nostálgicos insinúan que pudo escapar y refugiarse en algún país como Argentina. Esta teoría incluso la secundó Stalin durante la Guerra Fría, para insinuar que las naciones democráticas europeas eran de poco fiar porque habían permitido que Hitler se escapara. Lo cierto es que tras la Guerra Fría se desclasificaron los documentos de la KGB donde se revelaba que sí se habían encontrado sus restos, que a pesar de estar carbonizados sus dentaduras estaban intactas y que estas piezas fueron comparadas con los archivos dentales existentes en poder de un ayudante del dentista de Hitler, comprobando que se trataban de las mismas personas. Eso es al menos lo que nos cuentan algunas fuentes.


miércoles, 25 de abril de 2012

Tres muertes la mar de tontas


La venganza de un pollo

Francis Bacon, científico, filósofo y político de finales del siglo XVI y principios del XVII, tuvo una muerte de lo más tonta. Viendo nevar una tarde se le ocurrió que la nieve podría ser un buen conservante como la sal y que el frío serviría para retardar la descomposición de los cadáveres. Así que salió a comprar un pollo, lo mató y lo enterró en el campo cubierto de nieve. Y allí se quedó un buen rato, a la intemperie, para ver lo que tardaba en congelarse el animal. El pollo no se congeló, pero él pilló un buen resfriado que se convirtió en pulmonía y que lo llevó a la muerte a la edad de 65 años.




Duro de matar

Rasputín, el “monje loco” que tanta influencia ejerciera sobre Alejandra y su marido el zar Nicolás II, fue víctima de un plan trazado para asesinarle, pero a los asesinos les costó lo suyo. Primero fue envenenado con suficiente cianuro como para matar a un elefante. Como apenas le hizo efecto el veneno, le pegaron un tiro. Como no se moría, le volvieron a disparar. Luego le dieron una tunda de palos y lo castraron. Finalmente lo arrojaron a las heladas aguas del río Neva. Según la autopsia murió ahogado.




Y luego dicen que la leche es buena

El rey Adolfo Federico de Suecia amaba comer y murió precisamente a causa de una indigestión. Tras una opípara cena a base de sopa, langosta, col fermentada en vino (chucrut), caviar, ciervo ahumado y champán, se obsequió con un postre consistente en 14 porciones de “semla”, una especie de bollo dulce de harina cubierto de azúcar glas y relleno de mermelada o crema, acompañado de un tazón de leche caliente.

domingo, 22 de abril de 2012

Los amos del corral


Ciudadano de país en crisis al conocer los nuevos ajustes


“El argumento más frecuentemente utilizado por el gobierno Rajoy para justificar los enormes recortes de gasto público en España es la necesidad de “recuperar la confianza de los mercados financieros”, la frase más utilizada por todos los proponentes de las políticas de austeridad. De ahí que debería ser un motivo de gran atención mediática averiguar cómo se define tal supuesta confianza de los mercados, y quién tiene el poder de definición. Es sorprendente, en este sentido, la escasa atención mediática sobre estos puntos. El indicador más frecuentemente utilizado para medir tal confianza de los mercados son los intereses que el Estado debe pagar para poder vender su deuda pública. A mayor desconfianza, mayores los intereses, y viceversa. A mayor confianza, menores intereses. Pero, ¿quién define los intereses? La respuesta conforme a la ortodoxia neoliberal es que son los “mercados”. Pero, como toda ortodoxia, ésta se basa en fe más que en evidencia. Ésta muestra que, en general, son las agencias de valoración de bonos las que, con sus evaluaciones, guían el comportamiento de tales mercados financieros. En realidad, uno de los instrumentos más valiosos que tienen las instituciones financieras (tales como los bancos, las compañías de seguros y los fondos de alto riesgo) que intervienen en el supuesto mercado, son las agencias de evaluación de los productos financieros (en inglés Credit Rating Agencies) que, en teoría, valoran tales productos –como los bonos públicos de los Estados- y dicen a las instituciones financieras si vale la pena invertir en ellos o no.
 Cuando una de tales agencias valora negativamente los bonos públicos de un Estado, éste tiene que aumentar los intereses de tales bonos a fin de hacerlos más atractivos para las instituciones financieras. Es lo que se llama “recuperar la confianza de los mercados”. En teoría, tales agencias podrían justificar su existencia si su trabajo fuera independiente, objetivo y creíble. Pero no es así, tal como lo demuestra la evidencia acumulada. Estas agencias son meros instrumentos de aquellas instituciones que, en gran parte, las financian. De ahí que siempre valoren muy positivamente los productos de las instituciones que les financian (sean bancos, compañías de seguro, u otros) mientras que valoran negativamente a ciertos productos si ello favorece los intereses de tales instituciones financiadoras. De nuevo, la evidencia de ello es abrumadora. Esto fue reconocido por el vicepresidente de una de ellas, la famosa Moody’s, que tras dejar la compañía, declaró a la Comisión Federal de EEUU, encargada de analizar las causas de la crisis financiera, que lo más importante para tal agencia no era la objetividad en sus estudios del valor de los productos financieros sino la satisfacción de sus clientes que financiaban tales estudios (citado en el artículo de John Ryan “Do we need Credit Rating Agencies?” en Social Europe Journal. 16.03.12). Más claro imposible. Para comprender y predecir sus valoraciones basta conocer quiénes les financian. Así, en EEUU, ha habido una campaña promovida por Wall Street, el centro financiero de EEUU, que tiene como objetivo desacreditar la deuda pública del gobierno federal como manera de forzar recortes en la Seguridad Social y privatizar las pensiones y los programas sanitarios a las personas de la tercera edad. Con la ayuda de los medios afines, Wall Street ha estado promoviendo tal mensaje a través de sus agencias de valoración, devaluando su valoración de los bonos públicos federales. (Antonio Caño en sus sesgados informes sobre EEUU –ver El País de 18.03.12- también transmite este mensaje sobre la deuda pública federal de EEUU). Tales bonos, sin embargo, no tienen ningún problema. Prueba de su salud es que los bonos federales tienen los intereses más bajos de la OCDE (el club de países más ricos del mundo). Si tuvieran problemas, tendrían intereses elevados. La desvaloración de los bonos del Estado federal por parte de tales agencias no tuvo ningún impacto, excepto desacreditar en EEUU todavía más a tales agencias, incluso más de lo que ya lo estaban. Un tanto semejante ocurrió con la devaluación de los bonos públicos del Estado francés, valoración que respondía a una campaña encaminada a penalizar al gobierno francés por su petición de establecimiento de una agencia pública europea que las sustituyera. 
El gobierno español, sin embargo, raramente las criticó. Antes al contrario, la ministra de Economía y Hacienda del gobierno Zapatero, Elena Salgado, las alabó, y se opuso al establecimiento de las agencias públicas europeas. Su docilidad hacia tales agencias privadas era sorprendente en una ministra de un gobierno socialista. Su temor (algunos dirían pánico) a antagonizarlas llegó a niveles extremos. 
Un tanto semejante ocurre con el actual ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que fue el director en España del Banco Lehman Brothers que, al colapsar debido a sus prácticas especulativas, creó la crisis financiera. Su obediencia a los mandatos de tales agencias es absoluta. ¿Por qué no se las ignora y se crea una agencia pública europea? La evidencia de que tales agencias son meros instrumentos de las instituciones financieras hace que se haya estado explorando el desarrollo de agencias públicas de valoración que sean más objetivas y más creíbles que las actuales. El Parlamento Europeo ya ha recomendado el establecimiento de tal agencia. Predeciblemente, la mayor fuerza opositora procede del capital financiero que las financia y sostiene y, cómo no, del Banco Central Europeo que, como he indicado muchas veces, no es un banco central, sino un lobby de la banca. La avalancha de lobbies intentando que no se constituya esta entidad pública es abrumadora, y es probable que no se apruebe. Y así estamos.” 

 Autor: Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

jueves, 19 de abril de 2012

Fascistas de segunda división


Oswald Mosley

Fascista británico de ascendencia noble que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, algo poco frecuente entre las diferentes familias del fascismo europeo.
El Reino Unido pasó a la historia como la potencia que se enfrentó contra el nazismo, lo que algunos desconocen es que el fascismo también se desarrolló en ese país, siendo Oswald Mosley su principal representante.
Tras un viaje por diversos países europeos y tras conocer el movimiento fascista de Mussolini, volvió a su país convencido de que el fascismo era lo mejor para Inglaterra.
Fundador de la Unión Británica de Fascistas. Como los italianos, sus miembros usaban camisas negras y también protagonizaron episodios violentos en las calles hasta que su partido fue terminantemente prohibido. Durante la segunda guerra fue detenido e internado por las autoridades de su país.
Murió en 1980 y al igual que Franco de causas naturales.


Jacques Doriot

Del comunismo al fascismo.
Fascista francés que colaboró con los invasores nazis cuando Francia fue ocupada por las tropas de Hitler.
De origen proletario, en sus años de juventud fue afin al bolchevismo, asumiendo la jefatura de las juventudes comunistas de Francia, incorporándose después al Comité Central del Partido. Luego fue expulsado de él por ciertas divergencias con Moscú y por querer hacer las cosas a su manera. Más tarde fundó el Partido Popular Francés, fascista y colaboracionista como el mariscal Petain durante la ocupación nazi. Huyó a Alemania cuando el Desembarco de Normandía. Allí fue asesinado en extrañas circunstancias en un bombardeo aéreo, no sabemos si debido a fuego aliado o a la propia Gestapo que quería desembarazarse de él.


Ante Pavelic

Fascista croata que reorganizó el movimiento ustasha, ultracatólico y nacionalista. Se puso a la cabeza del gobierno de Yugoslavia bajo la tutela del nazismo alemán cuando fue invadida por sus amigos del Reich. Su ministro de Educación y Cultura Mile Budak decía que “Para las minorías como los serbios, judíos y gitanos tenemos tres millones de balas. Mataremos parte de los serbios, a otros los deportaremos y el resto será forzado a aceptar la Religión Católica Romana. De esta forma la Nueva Croacia se librará de todos los serbios en su seno para llegar a ser 100% católica en un periodo de 10 años.” Ejerció una feroz represión contra serbios y judíos.
Huyó a Austria cuando fue liberada Yugoslavia por las tropas de Tito. Luego marchó a Roma donde el Vaticano lo ocultó. Más tarde estuvo en Argentina donde sobrevivió a un intento de asesinato y finalmente marchó a España donde Franco le dio refugio, muriendo en Madrid en 1959.

sábado, 14 de abril de 2012

Mercaderes



"Todos tenemos un precio.
Todo se compra, se vende."
Miguel Narros y Víctor Manuel San José

«Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. En el Templo encontró a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas en sus puestos; hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo...» 
(Jn 2,13-22; Mt 21,12-17; Me 11,15-19; Le 19,45-46).


Vivimos en el mundo del mercado, donde todo se rige por la inexorable ley de la oferta y la demanda. Nada se escapa a su control:
- A nivel político:
Los gobiernos han de hacer los ajustes que exigen los mercados. Desconozco cuál es el límite de esos ajustes para que esos mercados estén tranquilos y dejen en paz a esos gobiernos. ¿Qué margen de autoridad política les queda a los gestores legalmente elegidos por sus ciudadanos? ¿Es esto democracia? 
- ¿El mercado es garantía de calidad? 
Los programas de TV se valoran, continúan o se retiran de la parrilla según la demanda, no importa el grado de calidad. Muchas cadenas tienen como programa estrella una auténtica basura. Solo hay que mirar la programación de Telecinco ¿Qué libros se venden más? ¿La buena literatura o la lectura de consumo masivo, muchas veces "infraliteratura"? 
- Los políticos corruptos en el fondo lo que hacen es someterse a la ley del mercado: SE VENDEN según la oferta que se les propone. La corrupción es pues una consecuencia nefasta del sistema.

Los defensores del neoliberalismo radical, cuya religión es el capitalismo salvaje, creen que los servicios públicos para que funcionen han de someterse también al mercado. De ahí esa pasión por privatizarlo todo. El día en que la sanidad y la educación caigan bajo ese yugo se habrá acabado y pervertido el objetivo de la IGUALDAD DE OPORTUNIDADES y se habrá cambiado por otro objetivo: la OBTENCIÓN DEL MÁXIMO BENEFICIO ECONÓMICO. Conozco universidades privadas españolas que se han convertido en una EXPENDEDURÍA DE TÍTULOS. Hay colegios privados donde se presiona al profesorado para que apruebe a determinados alumnos (Lo sufrí en mi propia carne en la época en que me tocó "remar en galeras").

La única garantía que tienen los alumnos de que se les valore según su mérito y su esfuerzo y no por su dinero o por su apellido es una enseñanza pública donde los profesores no estén presionados por la persona que abona sus salarios.

El mercado tiene un objetivo principal: obtener beneficios económicos. Lo demás es secundario.
La capacidad de iniciativa y la libre competencia son elementos positivos para toda sociedad dentro de unos cauces lógicos. La libertad es necesaria para que los colectivos progresen.
Pero sería un lamentable error dejar todo en  manos del mercado, además de una tremenda injusticia.

lunes, 9 de abril de 2012

Isabel II y su educación


Muchos docentes criticamos el baile de planes educativos que hemos padecido alumnos y educadores durante nuestra historia reciente (LGE, LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE) que, si bien responden a diferentes formas que tienen nuestros políticos de entender la educación, no han contribuido a dar coherencia y estabilidad a algo esencial para muchos como es la formación de los nuestros, un tema que debería quedar al margen de las controversias políticas.

Y no es algo nuevo en nuestra historia.

Isabel II, sí, "la de los tristes destinos", fue también víctima de los cambios políticos de su tiempo. La niña se hizo adulta en el tránsito entre la monarquía absoluta y la monarquía parlamentaria. Y fue un instrumento manejado por los liberales de diverso estilo que se fueron turnando en el poder.

Tras la muerte de Fernando VII, el liberalismo comienza a abrirse camino en nuestro país. Los más moderados inician el camino hacia el poder de la mano de la regente María Cristina que, a pesar de su conservadurismo, pretendía consolidar el reinado de su hija bajo la protección del liberalismo más light frente a las pretensiones de Carlos María Isidro, el hermano del rey fallecido.
Los liberales progresistas se sentían excluidos del juego político. Su objetivo no era otro que restaurar la Constitución de Cádiz y al abrigo de ella instaurar un sistema más participativo, con mayores derechos para los ciudadanos. El general Espartero venía a ser la esperanza de los progresistas frente a la excesiva moderación de la regente y sus partidarios. Por eso cuando tras su pronunciamiento llegó al poder y se convirtió él entonces en el nuevo regente, Maria Cristina tuvo que abandonar su puesto de tutora de la joven reina y marchar a Francia. Las Cortes decidirán encargar la tutela de la niña a un viejo liberal progresista, protagonista de las Cortes de Cádiz de 1812, Agustín de Argüelles. Es decir que el nuevo gobierno se salió con la suya: lograr la responsabilidad de encargarse de la educación de la que sería la reina liberal de España.
María Cristina no veía con buenos ojos lo que se estaba cocinando en relación con su hija y con el destino de España, por lo que siguió conspirando desde su exilio parisino. Los "espadones" O'Donnell y Narváez , entre otrosserán los encargados de hacerle el juego sucio a la ex-regente con la táctica de los pronunciamientos militares.
El primer reto con el que tuvo que enfrentarse el tutor Argüelles fue el Motín de las Damas de Palacio el 2 de agosto de 1841: diez damas de compañía al servicio de Isabel y de su hermana Luisa Fernanda presentaron su dimisión como muestra de fidelidad hacia la madre de las infantas y como protesta por los nombramientos de personas vinculadas con el liberalismo progresista, entre ellas la nueva Aya de las infantas, la Condesa de Espoz y Mina, viuda del general liberal, quien no pertenecía al selecto círculo de los Grandes de España. Es decir que la “guerra” entre moderados y progresistas había logrado introducirse en palacio, disputándose algo tan importante como era el cuidado y la educación de la futura reina de España.
El segundo reto fue un intento de cambiar por las bravas el juego político, un levantamiento armado en Madrid, dirigido por el general Diego de León, el 7 de octubre de 1841. El golpe tenía como objetivo asaltar el palacio y apoderarse del personal de la reina. Falló el levantamiento y los instigadores fueron detenidos.
A pesar de todo ello, los liberales progresistas estaban empeñados en convertir a Isabel en una reina constitucionalista y con cultura. Se diseñó un plan de estudios, un “currículo” didáctico para la formación de la niña Isabel y de su hermana. En los estudios que debía emprender no faltaban materias como ética, literatura, historia, francés, aritmética, geometría… con instructores de prestigio como José Manuel Quintana y José Vicente Ventosa, quien diseñó un sistema pedagógico único para las infantas donde no faltaban los juegos como elemento motivador. Pese a todo, la niña no mostraba el más mínimo interés por esforzarse y aprender, era "dura de mollera", prácticamente analfabeta. En lo único en que fue despierta fue en cuestiones de apetencias sexuales, como ya dejamos constancia en otra ocasión.  Su preocupación por su porvenir y por el de España era nulo. No mostraba voluntad ni aplicación para el estudio, aparte que reflejaba un importante retraso escolar, resultado del descuido que en materia educativa había sido objeto con anterioridad, cuando su madre era la regente.
Por otra parte, la limitación temporal del periodo progresista también jugó en contra de la preparación de Isabel en una época crucial para ella, el inicio de la pubertad, entre los 11 y los 13 años.

El general Narváez

El 30 de junio de 1843 los moderados llegaron al poder. Una insurrección puso fin al trienio de Espartero.
Se abría una nueva etapa en la educación de la que iba a ser la reina de España. O mejor dicho en la "no educación" de Isabel, porque los moderados expulsaron a todos los esparteristas de las instituciones y de la atención a las infantas, suprimieron el programa educativo anterior y la declararon mayor de edad a los 13 años, con lo que la voluntad de "la reina niña" quedaba absolutamente a merced de los que ahora ocupaban el poder. La falta de preparación para su cargo le costará caro. De nada le sirvió saber coser y bordar o ser muy religiosa (Una religiosidad teñida de superstición). Lo que España demandaba en esos momentos era la figura de una reina que ejerciera el poder ejecutivo desde el respeto a la ciudadanía y al parlamentarismo. No una persona que, consciente del poder que acumulaba, tratara a los políticos como a la servidumbre de su casa; porque la sociedad española ya no era la de la época absolutista de su padre, donde el rey hacía y deshacía sin rendir cuentas a nadie.
Esa falta de preparación -y de luces- le pasará factura.

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Bibliografía:


- Loic Blanc, La educación de Isabel II: víctima de la lucha liberal. Artículo en Historia Abierta. CDL. Enero 2012.
José Luis Comellas García- Llera, Isabel II: una reina y un reinado. Ariel. Barcelona 2002.
- Juan Sisinio Pérez Garzón, Isabel II: los espejos de la reina. Marcial Pons (Historia). Madrid, 2004

viernes, 6 de abril de 2012

Crónicas de la vieja Europa. Abril de 2016.

No tenía una foto mejor que expresara la unidad ciudadana
frente a una meta común.

"En las actuales circunstancias y con el único objetivo de hacer frente a una crisis que amenaza con extenderse otra década, nos vemos obligados a dejar en suspenso los artículos 1 y 4 de nuestra Carta Magna Federal que afectan a los derechos de huelga, reunión, manifestación y libertad de expresión, quedando también en suspenso hasta nueva orden la convocatoria de elecciones a los parlamentos nacionales. La recuperación económica solo tendrá efecto cuando todos los ciudadanos caminemos en la misma dirección y haya tranquilidad en las calles. Hay que dar confianza a los mercados y a los inversores. Esta suspensión de derechos constitucionales solo tendrá un carácter temporal y será revocada cuando los desórdenes y la crisis lleguen a su punto final. Lo que está en juego ahora es la supervivencia de nuestro modelo económico. Sin él, no es posible un proyecto estable de futuro. Sabemos que este nuevo sacrificio es necesario y que los ciudadanos europeos sabrán estar a la altura de las circunstancias.

¡Unidad por Europa!"

El Consejo Federal Europeo.

Berlín, 06 abril de 2016









domingo, 1 de abril de 2012

Aniversario

Franco y el general Mola

"En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. El Generalísimo Franco.
Burgos 1º abril 1939."

Según este parte, el último de la guerra, quedaba bastante claro que se habían alcanzado los "últimos objetivos militares". Ahora habría que acometer los objetivos civiles, es decir, el inicio de las represalias hacia los del bando perdedor.
Ya en 1937, en una entrevista realizada a Franco por el periodista inglés Randolph Churchill (1), habló el Caudillo de realizar una política de "clemencia humana y equitativa" al terminar la guerra, donde todos tendrían la oportunidad de un juicio justo con abogado defensor y «plenas oportunidades para exponer su caso y llamar a testigos». No dijo que este abogado sería nombrado por el tribunal y que sus sentencias serían a menudo más duras que las de los propios fiscales. Franco añadió que «cuando hayamos ganado, tendremos que consolidar nuestra victoria, pacificar a los elementos descontentos y unir el país». El periodista no podía imaginar la estrategia del terror que se iba a poner en práctica.
Hoy hace setenta y tres años que terminó nuestra guerra civil. Sin embargo, no podemos celebrar setenta y tres años de paz y fraternidad. La larga dictadura del general Franco que vino después abrió otra página negra de nuestra historia reciente. Casi cuarenta años de "nacionalcatolicismo", en los que los sectores que con mayor vehemencia apoyaron la cruzada del dictador se vieron protegidos y recompensados, entre ellos la Iglesia y los grandes terratenientes.
Se abrió así una larga etapa, no de perdón o reconciliación, como sería lógico entre gentes cristianas, sino de represalias, venganzas personales, privaciones, represión, censura, miedo...
Una larga dictadura en la que los españoles, tutelados y sin libertades, volvimos a ser considerados menores de edad.
Y los muertos de ambos bandos pasaron a formar parte de dos grupos bien diferenciados. Los caídos por  Dios y por España y los perdedores, muchos de ellos sin haberse hecho merecedores de una tumba donde poderles llorar sus familiares.

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(1) La entrevista citada aparece en esta obra: Franco, caudillo de España. Paul Preston. Debolsillo. Barcelona. 2006