A veces en medio de la guerra ocurre un milagro y las armas dejan de vomitar sangre y muerte y hacen una pausa para que los combatientes se tomen un respiro y declaren un alto el fuego. Es lo que se viene a denominar “Tregua de Navidad”, algo no oficial que se inventó durante la Gran Guerra.
Navidad de 1914. Primera Guerra Mundial. Frente occidental. Alemanes y británicos frente a frente. La batalla más importante de la guerra va a tener lugar. Esa que no recogen los libros de historia. La victoria será para los dos bandos. En medio del infierno de las trincheras, los soldados abandonan sus armas y se dedican a lanzarse mensajes y cánticos de paz y fraternidad. Acaban de inventar la “Tregua de Navidad”.
Navidad de 1914. Primera Guerra Mundial. Frente occidental. Alemanes y británicos frente a frente. La batalla más importante de la guerra va a tener lugar. Esa que no recogen los libros de historia. La victoria será para los dos bandos. En medio del infierno de las trincheras, los soldados abandonan sus armas y se dedican a lanzarse mensajes y cánticos de paz y fraternidad. Acaban de inventar la “Tregua de Navidad”.
Así fue.
De pronto en medio del invierno dejan de silbar las balas y se oyen desde las trincheras gritos con los que los combatientes de ambos bandos se saludan los unos a los otros, intercambiando felicitaciones y villancicos. Los soldados británicos responden en inglés, también cantando, a los alemanes que entonan el Stille Nacht (Noche de Paz). Aparecen banderas blancas que anuncian un alto el fuego. Luego, los soldados deciden dar el siguiente paso y quedan en verse en “tierra de nadie”, donde intercambian cigarrillos, latas de conserva, chocolate y licores. También aprovechan el momento para recuperar cadáveres de compañeros abatidos de uno y otro bando y proceder a su enterramiento. Hasta se llega a celebrar algún partido de fútbol, amigable pero multitudinario, con una pelota de trapo improvisada. Victoria de tres a dos para los alemanes. Eso dicen. En algunos sectores del frente, la tregua duró hasta Año Nuevo.
Los mandos no estaban por la labor, pensaban que esas “treguas” reblandecían el coraje que los soldados necesitaban para seguir luchando y fueron prohibidas. La propaganda de guerra había pintado siempre al enemigo como alguien feroz, capaz de cometer las mayores atrocidades. Y esto caminaba justamente en la dirección contraria. Por eso, en las vísperas de las navidades de 1915 se ordenó recrudecer los combates, incrementándose el fuego de artillería. Sin embargo, la semilla ya estaba sembrada y a pesar de la prohibición hubo esos días algunos encuentros amigables entre los combatientes. En ocasiones se simularon acciones de combate disparando los morteros hacia una dirección diferente a la que se encontraba el enemigo, con el fin de no ocasionar bajas.
Me suena todo esto de un vídeo del ex beatle Paul McCartney. Creía que era un montaje pero me ha sorprendido que fuera real.
ResponderEliminarFeliz Navidad, Cayetano
Dice el Génesis que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Yo veo en esta reseña la mano de Dios y el espíritu de la Navidad. El hombre es una mescolanza de bondad y maldad. Cuando una de ellas tiene preponderancia sobre la otra, el resto nos atrevemos a juzgar y colocar etiquetas. La generosidad en las personas que estoy viendo en estos trágicos momentos con los empobrecidos es un digno parangón al de esta tregua navideña.
ResponderEliminar¡Que cunda el ejemplo, la vida será más agradable y apetecible!
Carolus: al final nos damos cuenta de que los sentimientos están por encima de las banderas.
ResponderEliminarUn saludo.
Francisco: siempre hay buena gente entre la mala hierba. Afortunadamente.
ResponderEliminarUn saludo.
Está claro que los pueblos no se enfrentan por sí solos. Son otros intereses y ciertos mandamases los que se empeñan en montar el pollo por conveniencias.
ResponderEliminarPaz y abrazos fuensantoneros.
La Fuensanta y el Antón: esto demuestra lo que dices. La gente que combate en el fondo es muy similar a pesar de las banderas.
ResponderEliminarUn saludo.
Uno de los episodios que no se conocen mucho, sin embargo real.
ResponderEliminarSean enemgos o no, las gente es igual en todas partes: Alemani, UK, USA, España...
Feliz Navidad
Había leido esa anécdota; lástima que no sea siempre el ejemplo a seguir, y todos se dejen llevar por el fanatismo, el fundamentalismo y el odio fratricida.
ResponderEliminarPero el ejemplo es hermoso, como aquella parodia inolvidable del inolvidable Miguel Gila.
Buen día de navidad, Cayetano, y que cunda el ejemplo.
Siempre ocurre lo mismo: jóvenes que se matan mandados por viejos para defender sus intereses.
ResponderEliminarUn abrazo
Manuel: las mismas gentes con los mismos problemas y parecidos sentimientos.
ResponderEliminarUn saludo.
Paco: como cuando decía eso de... ¿Es el enemigo? ¿Pueden parar la guerra un momento?
ResponderEliminarSaludos.
Antorelo: Y es que desde la barrera se ven muy bien los toros.
ResponderEliminarUn saludo.
Seguro que otras guerras bastante anteriores entre países cristianos pararon en estos días de navidad, aunque ahora no sabría decirte, pero me imagino a los tercios españoles haciéndolo.
ResponderEliminarSaludos.
Lo malo es que esas treguas no duren todo el año. Feliz Navidad desde mi mejana
ResponderEliminarEl espítitu de la navidad jugando a ser bueno.
ResponderEliminarBesos
Eduardo: en el caso de la primera guerra a punto estuvo de convertirse en definitiva. Los combatientes estaban hasta el gorro.
ResponderEliminarUn saludo.
Felipe: lástima, pero las guerras son así de crueles.
ResponderEliminarUn saludo.
Arantza: eso. Hoy paramos y mañana de nuevo a la tarea. Sólo un respiro.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué barbaridad, mire que prohibir las treguas porque reblandecían el coraje! Apenas hemos pasado de australopitecos.
ResponderEliminarAl menos en la antigua Grecia no había inconveniente en establecer treguas durante los Juegos Olímpicos, pero las treguas parecen más difíciles de conseguir a medida que, supuestamente, avanzamos.
Feliz día
Bisous
Madame: una pena que las treguas no duraran todo el año.
ResponderEliminarUn saludo.
Estuve a punto de volver a editar la entrada que sobre esa tregua publique en la Navidad de hace dos años. Demuestra muy bien ese caso como los individuos son capaces de confraternizar a pesar de los enfrentamientos a los que quienes dirigen sus sociedades los llevan; de que entre individuos sin rencillas personales es fácil el triunfo de una buena relación. Un abrazo.
ResponderEliminarDLT: tú lo has dicho, gentes sin rencillas personales. Si se tratara de una guerra civil, con tanta inquina sembrada, sería más difícil esa tregua.
ResponderEliminarUn saludo.
Este hecho real lo vi en versión cinematográfica y me emocionó. Pero el precio que los de la tregua pagaron fue terrible. Los de arriba llevan el látigo bien empuñado.
ResponderEliminarUn saludo
Rosa: al menos podrían haber usado el palo y la zanahoria. Y no sólo el palo.
ResponderEliminarUn saludo y felices fiestas.
Debería existir la bandera blanca en todas las guerras y todas guerras fueran en Navidad.
ResponderEliminarFeliz Navidad.
Es una historia preciosa, de esas que le hacen pensar a uno que igual tenemos arreglo :)
ResponderEliminarUn abrazo
Rosario: y que los soldados vuelvan a casa por estas fechas, como en el anuncio.
ResponderEliminarUn saludo.
Alma de Adra: arreglo tenemos, pero a veces llega un poco tarde.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya lo dijo Rousseau: "El hombre es el lobo del hombre". Y eso que, cuando lo dijo allá por aquél siglo optimista de la Ilustración, no había visto los horrores del XX y los que estamos viendo en el XXI...¡y lo que nos queda por ver!
ResponderEliminarAl menos hubo una pequeña tregua en aquella terrible guerra, en la que los obreros alemanes y franceses fueron a matarse con ganas, narcotizados por las burguesías. Esas sí que apenas perdieron apenas nada.
Saludos.
Juan: los beneficiarios de las guerras son siempre otros distintos a los que se matan en ellas.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy interesante artículo de una tregua que desconocía.
ResponderEliminarAprovecho para desearte un feliz y próspero año nuevo en unión de tus seres queridos.
Un cordial saludo.
Manuel: igualmente, unos felices días y un venturoso año 2013.
ResponderEliminarSaludos.