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Tremendamente racional y absolutamente escéptico, defensor de la libertad de pensamiento, la tolerancia y la justicia, el parisino François Marie Arouet, de sobrenombre Voltaire, combatió el fanatismo, el absolutismo y la superstición de su época.
Su postura radical de defender la razón frente a la fe le granjeó la enemistad de la Iglesia.
Una frase de Voltaire:
“La esperanza es una virtud cristiana que consiste en despreciar todas las miserables cosas de este mundo en espera de disfrutar, en un país desconocido, deleites ignorados que los curas nos prometen a cambio de nuestro dinero.”
Tenía un sentido del humor tremendamente corrosivo y que me resulta delicioso. Me encanta su Cándido. Ahi derrocha esta caracteristica suya.
ResponderEliminarFeliz domingo, monsieur
Bisous
Cándido es quizá la obra más representativa y conocida de Voltaire.
ResponderEliminarUn saludo, madame.
Feliz "dimanche aussi".
Vaya, veo que el amigo Voltaire comparte mi punto de vista sobre la esperanza. Ya no me siento tan sola, jeje.
ResponderEliminarCreo, Teacher, que somos más de uno los que pensamos de forma parecida.
ResponderEliminarUn saludo.
Voltaire, interesante como cualquiera de sus grandes compatriotas contemporáneos. Su despiadado ataque a las supersticiones y frases como la de "aplastemos al infame" refiriéndose al cristianismo, lo ha convertido en un personaje tan demonizado en círculos religiosos como admirados entre los librepensadores.
ResponderEliminarSon de esas personas que te caen bien. Un revolucionario de su tiempo, con las ideas muy claras.
ResponderEliminarUn saludo, Reinas del garito.
Que te va adecir un científico sobre él. Gracias a personas como él, lasociedad evolucionó a pesar de la dichosa iglesia del momento.
ResponderEliminarMe agrada que le dediques esta entrada.
Sorprendente el sentido común de Voltaire. Es un placer leerlo. No debe haberlo pasado muy bien en su época.
ResponderEliminarGracias Cayetano.
Un abrazo.
Norber.
José Antonio: para los científicos, la obra de Voltaire y los Ilustrados es un soplo de aire fresco que se cuela en una sociedad apegada a la superstición. Es el triunfo de la razón sobre la sinrazón.
ResponderEliminarUn saludo.
Me imagino, Norber, que Voltaire y muchos otros eran incomprendidos en su tiempo, salvo para una minoría de intelectuales.
ResponderEliminarUn saludo.
Fé, esperanza y caridad es lo que la iglesia nos recomienda, o lo que traducido viene a ser eso de "haz lo que yo te diga, no lo que yo haga" ... por que siguiendo con el refranero una cosa es predicar y otra dar trigo...
ResponderEliminarObras son amores y no buenas razones. Hay que dar ejemplo, sí señor.
ResponderEliminarUn saludo, don José Luis.
Ahhh Voltaire... ecce homo... Fue un gran incomprendido, en su tiempo e incluso hoy mismo, pero está claro que su filosofía permitió el desarrollo revolucionario posterior, y que sin el, la sociedad no sería la misma que conocemos...
ResponderEliminarUn saludo desde Selvadelolvido!
Uthegal, yo también creo que la figura de Voltaire es fundamental para poner los cimientos del pensamiento posterior, sobre todo el laicismo.
ResponderEliminarUn saludo.
jajajaja. ¡Qué cosas con Voltaire! Después de todo habrá sido el mejor columnista de todo el siglo XVIII.
ResponderEliminarSin duda, Thaelman, un personaje polémico que levanta pasiones enfrentadas.
ResponderEliminarUn saludo.
Maravillosa entrada, Cayetano... ¿Cuántos Voltaire andan por acá?... Descubro tantos cada día...
ResponderEliminarGracias, Cayetano, un abrazote y la admiración de siempre.
Hoy es normal que la gente sea laicista o anticlerical, Mai Puvin, pero en aquella época era una idea revolucionaria.
ResponderEliminarUn saludo.