De carne y hueso, gente normal y a veces hasta más vulnerable que el resto de los mortales, los grandes personajes de la historia tenían debilidades, flaquezas y manías como todo el mundo. O tal vez más.
Quién iba a decir que personajes que han pasado a la historia por sus valerosas hazañas o por su ferocidad, a nivel de fobias personales no dejan de ser simples ratoncillos, porque
- Alejandro Magno
- Julio César
- Genghis Khan
- Napoleón Bonaparte
- Adolf Hitler
- Benito Mussolini ...
padecían nada menos que Ailurofobia.
La ailurofobia, del griego “ailuros” (gato) y “fobia” (temor) se define como un trastorno psicológico que provoca que una persona tenga un miedo cerval persistente, irracional e injustificado hacia los gatos, hasta tal punto que se le hace difícil estar cerca de un animal de estos, sufriendo problemas respiratorios, sudores, ataques de pánico y taquicardias.
Según los expertos es una fobia muy normal a lo largo de la historia. En la Edad Media, donde era frecuente que la superstición suplantara a la razón, se asociaba su imagen a la brujería, a lo sobrenatural y al demonio. El carácter solitario, silencioso y poco sociable de los gatos contribuía a aumentar su carga de misterio. Y si el gato era negro, la cosa se complicaba todavía más.
Por la razón que sea, el caso es que los gatos y los dictadores parecen no llevarse nada bien. ¿Habrá alguna relación?
No sé lo que dirán de esto psicólogos y psiquiatras.
En todo caso, parece que es un animal con personalidad que no ha pasado nunca desapercibido. Tema frecuente en el Antiguo Egipto y en escritores que le han dedicado buenas páginas como Edgar Allan Poe o Julio Cortázar.
También nos habla de ello:
http://www.gatosdomesticos.com/2011/la-ailurofobia-miedo-a-los-gatos/
Hola Cayetano:
ResponderEliminarSi a fin de cuenta todos somos humanos...Nadie escapa de tener virtudes y debilidades.
Las fobias nos lo demuestran...
Saludos
Manuel: lo que resulta "chocante" es esa debilidad, humana al fin y al cabo, entre gente feroz. Pero al final llegamos a la conclusión y al convencimiento de que todos estamos hechos con el mismo material genético.
ResponderEliminarUn saludo.
Estaba esperando tu entrada como agua de Mayo, bueno de Septiembre. Me ha encantado, ese gatito lindo.....
ResponderEliminarA propósito del "mismo material genético" tengo in mente unas cuantas paridas que soltar por el blog, pero no tengo tiempo ni tranquilidad de momento que estoy en nuevo proceso mudancero, pero en cuanto encuentre un rato lo desarrollo. Bsss.
¿Nadie pensó en encerrar a Hitler, por poner un caso, en una habitación con unos cuantos gatos?
ResponderEliminarSaludos
Emejota: odio las mudanzas. No me extraña que tengas poco tiempo para otras cosas.
ResponderEliminarUn saludo.
Dissortat: buena idea. Unos cuantos gatos rusos y judíos, a ser posible.
ResponderEliminarSaludos.
Hola amigo Cayetano,
ResponderEliminarNo sé si te he visitado ya después del largo y cálido verano de que todavía disfrutamos por estas tierras.
Muy interesante como siempre tu entrada, yo le tengo cierta fobia a algunos politicos de hoy en día...¿Cómo se podría catalogar?
Los mininos no me desagrada, si las ratas y los ratones, ah, y las cucarachas,uf,uf,uf.No los temo me dan asco...
Desde mi ventana,besicos
Eso es que escondían algo "raro" en su interior. Esos ojos gatunos traspasan y llegan hasta las mimísimas ideas, jeje
ResponderEliminar(A buen seguro que no entraban en mi sala donde de una de las paredes cuelga la imagen de un gato negro egipcio)
Besos
Cabopá: lo de las cucarachas es comprensible, pero lo de los gatos es una fobia sin fundamento alguno.
ResponderEliminarUn saludo.
Arantza: tienen un halo de misterio sin duda. No en vano los egipcios los tenían divinizados.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Con lo que a mí me gustan los gatos! (y la alergia que me producen...). No tenía ni idea de esta fobia en tan ilustres personajes...
ResponderEliminarUn abrazo.
Será que no hay otro animal doméstico tan independiente y tan poco sumiso como el gato. Casi diría que es el gato el que ha domesticado al hombre y le tiene a su servicio.
ResponderEliminarSeguro que los dictadores prefieren a un buen perro, fiel hasta la muerte.
Un saludo.
Negrevernis: manías de gente un poco rarita.
ResponderEliminarUn saludo.
Nonsei: debe ser eso. Su independencia y su falta de peloteo al amo. El perro es más tontorrón y dependiente.
ResponderEliminarUn saludo.
Si es curiosa la lista de los que padecen airulofobia, llena de dictadores, supongo que gente más normal también la padecerá. Nada dice en ella de Franco, será cuestión de investigar si quedaban gatos por El Pardo.
ResponderEliminarUn saludo.
Eduardo: la manía de Franco era la persecutoria. Siempre andaba hablando de la conspiración judeo- masónica.
ResponderEliminarUn saludo.
Son enigmáticos y mas imprevisibles que los perros. Me quedo con éstos antes que con los gatos.
ResponderEliminarSaludos
¡Como me alegro de haber conocido tu blog!, tanto es así que lo he colocado en mi sidebar dentro de mis preferidos. Una fobia muy curiosa la de estos personajes. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarEn el polo opuesto estaba el cardenal Richelieu. Tuvo muchos, y aunque les puso a muchos de ellos el nombre de Lucifer, lo amo tanto, que dejo un legado para el sustento de los mismos.
ResponderEliminarUn saludo Cayetano.
Muy interesante Cayetano, yo tengo un gato vagabundo en mi huerto, me hace mucha compañía y me soluciona el problema de los roedores.
ResponderEliminarLas cucarachas es otro tema sin solución todos los veranos tenemos que fumigar la casa porque son inmortales.
Un abrazo amigo.
No sabía que a estos personajes les causaban fobia los gatos.Será porque son indominables?
ResponderEliminarCortázar ( que tú mencionas) , Borges y Osvaldo Soriano amaban a los felinos.Creo que cuentan que Buda cortó un trozo de su túnica para no despertar a su gata que dormía sobre la misma.
Me gustan los gatos.
Abrazo.
Tengo gato y puedo dar una explicación.
ResponderEliminarUn perro piensa: "estos humanos me dan de comer y me cuidan, ¿serán dioses?"
Sin embargo, un gato piensa: "estos humanos me dan de comer y me cuidan, ¿seré un dios?"
El que tenga gato me lo podrá confirmar.
Por eso, un animal que se cree dios, no puede ser de confianza de estos personajes con tan grande ego, como apunta Nonsei
Curioso post, Cayetano
Saludos
Sí que tienen personalidad los gatos, y si no pregúntale a mi gata. Llegó a nuestras vidas hace dos años y desde entonces salidas, horarios y muchas cosas más se planean pensando en ella. Porque nos ha salido muy dependiente (la culpa nuestra por mimarla tantísimo) y lo pasa fatal si tiene que quedarse sola en casa. Muchas noches duerme en la silla en la que estoy ahora sentada y cuando ella considera que es la hora viene a echarme. (Pero no la cambiaría por nada)
ResponderEliminarUn saludo.
Nunca pense que estos personajes le temieran a un gatito.Yo me asustaría mucho si me encontrara por ahí con uno de sus parientes: el león!.
ResponderEliminarMuchos saludos.
Retablo: el perro es más dependiente. El gato va por libre.
ResponderEliminarUn saludo.
Felipe: me alegra saberlo.
ResponderEliminarUn saludo.
Felipe: me alegra saberlo.
ResponderEliminarUn saludo.
DLT: aunque le llamara Lucífer, no sé quién sería más "diablo" si el cardenal o el gato.
ResponderEliminarUn saludo.
Rosario: de ellas será el mundo cuando nos vayamos al garete.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmela: debe ser lo que dices. Los gatos no se pueden dominar fácilmente.
ResponderEliminarUn saludo.
Carolus: has dado en el clavo.
ResponderEliminarUn saludo.
Kassiopea: tu gata es lista. Piensa que se merece esa silla cuando te vas.
ResponderEliminarUn saludo.
Rayén: debe ser que ven en el gato al hermano mayor de los felinos.
ResponderEliminarUn saludo.
Curiosa fobia, por lo demás, rara. Aunque los gatos han estado siempre sujetos a las supersticiones, no es de los peores. Más miedo me dan os políticos XD.
ResponderEliminarSaludos¡¡¡
Fº Javier: a mí me dan urticaria (los políticos de medio pelo).
ResponderEliminarUn saludo.
O sea que hay una relación indirectamente proporcional entre los gatos y los dictadores... Lo cual me hace pensar que, en Hispania, el país de los gatos, no deberíamos haber sufrido niunguna dictadura... Me temo que no, porque hasta ahora no tengo conocimiento de que Franco tuviese miedo a los gatos. ¡Lástima!
ResponderEliminarSaludos
Carmen: no te falta razón, pero ahora que pienso, creo que Franco sí tenía cierta fobia a una variedad de "gatos", los madrileños que decían eso de "no pasarán".
ResponderEliminarUn saludo.
¡Ay, con lo que me gustan a mí los gatos! Son tan elegantes en sus movimientos... En fin, si la fobia es cosa de los dicytadores...jajaja como yo de dictadora no he ejercido nada más que cuando les he hecho un dictado a mis alumnos jajaja
ResponderEliminarUn saludo
Tú lo has apuntado, los gatos y los dictadores como que no congenian. No me imagino a Mussolini huyendo de un gato, ni al mismísimo César. En fin, de todo hay. Un saludo, Cayetano.
ResponderEliminarRosa: parece que el carácter independiente y poco zalamero de los gatos no va con los que acostumbran a que los demás les obedezcan sin rechistar.
ResponderEliminarUn saludo.
Paco: Mussolini tenía pinta de ogro de los cuentos, comegatos y comeniños, pero al final fue cazado como un vulgar ratón.
ResponderEliminarUn saludo.
Hasta los grandes hombres tienen debilidades, lo que me cuesta entender porque ese temor a los gatos.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues no te lo vas a creer, pero yo conozco un gato que tiene políticofobia.
ResponderEliminarValverde de Lucerna: sin duda un tema fascinante para los psicólogos.
ResponderEliminarUn saludo.
La Fuensanta y el Antón: y yo conozco otro que cuando pasa por un restaurante chino sale corriendo como alma que lleva el diablo. No lo entiendo.
ResponderEliminarUn saludo.
Desconocía el término "Ailurofobia"...y es bueno saberlo, porque vengo de una familia que la padece!!! Je! Por fortuna, no lo he heredado, pero tengo infinidad de anécdotas respecto de la irracionalidad que provoca la presencia de estos animalitos para algunas personas...Tengo una tía, por ejemplo, que ha llegado a "arrojar" todas las monedas de su monedero, de a una, y durante un largo rato, con el solo objetivo de lograr que un gatito, bebé, se quitara de su camino, ya que de sólo pensar que tenía que pasar por su lado, le erizaba toda la piel y la paralizaba! El gatito, por supuesto, ni se inmutó...y mi tía tuvo que volver atrás y escoger otra ruta...sin un peso! Je! Abrazoooo Cayetano.
ResponderEliminarPatzy: pobre mujer, perdió su dinero y el gato ni caso.
ResponderEliminarEn relación con tu entrada y la mía, podemos decir que "de noche todos los gatos son pardos."
Un saludo.
Gracias a esta lectura, he averiguado que tengo algo en común con esos grandes personajes de la historia: mi no apego (por decirlo suave) a los gatos. Llego con mucho retraso, pero ya sabes que anduve entretenido por esas tierras casi no europeas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Francisco: del gato me gusta su independencia, pero como la carne es débil y nos gusta que nos hagan la pelota, casi prefiero más a los perros.
ResponderEliminarUn saludo.
Va a ser que los gatos son muy listos (demasiado, a mi entender) y los ven venir. Por eso les producen rechazo¡
ResponderEliminarSaludos, Cayetano
Buena apreciación. Los gatos van por libre. No te hacen la pelota, como los perros, aunque seas el mismísimo "Duce".
EliminarUn saludo, Félix.