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En la mitología griega, Cerbero era un fabuloso monstruo de tres cabezas y cola de serpiente, perro guardián de Hades, el señor de las profundidades o del inframundo, hijo de Cronos y Rea, hermano de Zeus y Poseidón (Hades, no el perro, claro está).
Su misión era vigilar la puerta de la morada de los difuntos para que los vivos no pudieran entrar y los muertos no pudieran salir. Algo así como un portero perenne sin día de descanso y a jornada completa.
Las sombras errantes de los difuntos eran conducidas por el barquero Caronte a través de la Laguna Estigia o, según algunos autores, a través del río Aqueronte, un viaje de ida sin retorno. El barquero cobraba el porte, los difuntos pagaban una moneda simbólica si no querían errar cien años por las riberas hasta que Caronte accediera a llevarlos gratis. De ahí que los griegos enterraran a los muertos con una moneda bajo la lengua o bien dos tapándoles los ojos, como nos cuentan en la película "Troya".
El Hades, que también se llamaba así la morada final, tenía varias secciones o partes. Las dos más conocidas eran Los Campos Elíseos, especie de Paraíso similar al cristiano, y el Tártaro, réplica del infierno.
De Gustavo Doré.
Tras derrotar a los Titanes, Hades y sus hermanos Poseidón y Zeus, sortearon las posesiones a ocupar, repartiéndose el mundo. Así, Zeus quedó dueño y señor de los cielos; Poseidón, de los mares y océanos y Hades recibió el reino del mismo nombre, el lugar al que los muertos van tras abandonar este mundo.
Aparte de Heracles (Hércules para los romanos), los únicos mortales que osaron aventurarse por el Hades fueron Odiseo, Aquiles, Orfeo, Teseo, Psique y Eneas (según Virgilio en la Eneida)… De forma en nada voluntaria también lo visitó Perséfone (la Proserpina romana), que fue raptada por Hades (ver historia del famoso rapto en mi blog). Ningún mortal de los que por el inframundo transitó expresó comentario favorable alguno sobre el reino de los muertos.
A pesar de lo temible que era el perro, Heracles logró vencerlo y capturarlo una vez, Orfeo lo logró apaciguar y dormir con su música, y también lo durmieron Hermes, Eneas y Psique. Eneas parece ser que lo drogó. Evidentemente no era tan fiero el animal como lo pintaban…
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Fuente principal: Wikipedia.
Hola Cayetano, puede que no fuera tan fiero como lo pintaban, pero imponia lo suyo, y lo más probable es que intimidara a casi todos. Lo que no era tan normal supongo que es la osadía de los poco que se aventuraron a entrar en Hades. Me ha encantado la entrada :).
ResponderEliminarAbrazos
Entonces Eneas hizo un poco de trampa. Pero bueno, si le gustaba la musica tampoco era un caso desesperado el can. El pobre es comprensible que no tuviera muy buen humor teniendo que custodiar semejante lugar tan poco agradable.
ResponderEliminarFeliz dia, monsieur
Bisous
Muy buena entrada, me sirvió para darme cuenta unos de esas curiosidades lingüísticas -al menos para mí-. Que aquí muchas veces he oído Cancerbero o Can Cerbero en diferentes ámbitos, siendo el más distendido el portero de un equipo de fútbol. Si bien, la analogía la entendí enseguida, nunca me puse a pensar porque se dice ese "Can" delante. Y ahora después de muchos años oyendo y utilizando la palabra, la veo escrita y caigo a la cuenta que se dice, simple y llanamente, porqué es un perro!
ResponderEliminarYo por si las moscas, Nikkita, procuraré sobornar al barquero para que me deje en otra orilla.
ResponderEliminarUn saludo.
En efecto, Alfredo: un "puto chucho". El antecedente mitológico de los porteros de discoteca, chulos y nada tranquilizadores.
ResponderEliminarUn saludo.
Y menos mal, madame, que el inmundo perro no era sordo; porque entonces más de uno se habría tenido que tragar su música.
ResponderEliminarUn saludo.
Me encanta esta aclaración, "algo así como un portero perenne sin´día de descanso y a jornada completa"...
ResponderEliminarMe imaginado un Can Cerbero actual: un portero automático con visor de video en la cocina....Miras y no hablas y no dejas entrar a nadie en tu morada.ja,ja,ja.Lo peor es que si presionas el botón para escuchar, oyes las joyicas que te dicen por no abrir......
En fín ocurrencias mías y muy lejanas a esa obra maravillosa de Homero..."Menuda odisea"
Besicos.
Lo bueno de la mitología, Cabopá, es que tiene aplicación a cosas de la vida cotidiana actual. ¡Los griegos son eternos!
ResponderEliminarUn saludo.
Me gusta mucho la mitología romana y griega.
ResponderEliminarDemustra la importante influencia que ha tenido sus creencias en el mundo occidental.
Comparativamente, los difuntos iban a un lugar especifico, (Los campos eliseo (cielo), el tártaro (infierno) o vagar como alma en pena (a la espera que caronte le pasara gratis).
De los dioses romanos viene la idea de tener un "Santo Patrón" o "Santa Matrona" de las actividades profesionales (Esculapio era el dios de la Medicina. San Lucas, el patrono de los médicos)
Saludos
En este recorrido por la Grecia clásica sólo te falta, Manuel, Hipócrates. El del famoso juramento.
ResponderEliminarUn saludo.
Para que le demos forma digital al Can Cerbero, en la primera pelicula de mago Harry Potter (Harry Potter y la piedra filosofal), dicho Can aparece encima de un trampilla protegiendo la piedra y es dormido con música.
ResponderEliminarEso es lo que sucede cuando en clase me da por contar algo de mitología griega, que un alumno suelta esto: "claro, maestra como en la pelicula de Harry Potter"..como si yo lo hubiera extraido de la peli..lo que hay que oir.
un abrazo
No será tan fiero, no, pero yo, por si acaso, no pienso enfrentarme a él hasta que llegue el momento inevitable... Saludos cordiales.
ResponderEliminarDe todas es de agradecer que atiendan en clase aunque sea por influencia de la "caja tonta".
ResponderEliminarUn saludo, muchacha en la ventana.
Isabel, haces bien en temer al guardián del Hades. Yo, por si acaso, pienso sobornar a Caronte para que me aparque en otro lado. Todos tenemos un precio. El barquero también.
ResponderEliminarUn saludo.