Afrodita nació de la espuma del mar después de que Cronos cortase los genitales a su padre Urano y los arrojase al mar. En su Teogonía, Hesíodo cuenta que de los genitales brotó una blanca espuma y en medio de ella nació una doncella ya adulta.
Afrodita, llamada Venus por los romanos, no tuvo infancia: nació adulta e infinitamente deseable. Debido a su inmensa belleza, Zeus temía que Afrodita fuera la causa de violencia entre los otros dioses. Por ello la casó con Hefesto, el feo, cojo y malhumorado dios del fuego y la fragua al que los romanos llamaron Vulcano. La infelicidad de Afrodita con su marido hizo que buscase la felicidad en compañía de otros, normalmente Ares (Marte), el dios de la guerra.
Hefesto fue informado del adulterio que su esposa mantenía con Ares por Helios, el sol que todo lo ve, cuando los sorprendió en su lecho de madrugada.
El dios herrero preparó una trampa secreta, una red especial que él sólo podía manejar. Cuando una noche los vio en el lecho, activó la red y llamó a todos los demás dioses del Olimpo para que los vieran. El espectáculo estaba asegurado y todos se rieron de los dos amantes. Afrodita, avergonzada, se marchó hacia Chipre. De los amores de Afrodita y Ares nacieron Eros y Harmonía entre otros vástagos.
LA FRAGUA DE VULCANO, de Diego Velázquez.
A veces Helios, el que descubrió el “pastel” de la diosa adúltera, es identificado en la mitología romana con Apolo, el que da el “chivatazo” en la obra velazqueña.
El cuadro describe el momento en que el dios Apolo visita el lugar donde Vulcano se encuentra fabricando armas para la guerra. La corona de laurel sobre la cabeza permite identificar al personaje como Apolo.
La obra de Velázquez representa el momento en el que Apolo comunica a Vulcano que ha pillado a su esposa cometiendo adulterio con Marte, dios de la guerra, por esa razón todos los personajes miran con cara sorprendida al dios que acaba de presentarse en la fragua, ojos de sorpresa, boca abierta, gestos de personas paralizadas por la sorprendente noticia, dejan por un instante lo que están haciendo. Velázquez ha elegido, como tantas veces, gente corriente de la calle para diseñar sus personajes. Por eso Hefestos parece un herrero corriente y moliente y los cíclopes que le acompañan trabajadores normales de una herrería.
“Tu mujer te engaña con Marte el miércoles, el jueves, el sábado...”
Imagen: Velázquez en Wikipedia
Me encanta el tema, asi como las pinturas que ha elegido. El de Botticelli es una de mis debilidades.
ResponderEliminarQue imaginacion tenian los griegos a la hora de inventar mitologias, y cuanto han servido de inspiracion al arte.
Feliz tarde, monsieur
Bisous
Gracias, madame, por su amable comentario. Comparto su interés por la mitología, la sensibilidad, el arte, la imaginación... Con los mitos antiguos y sus posteriores interpretaciones plásticas se va creando un espacio propio lleno de contenido. Los griegos eran un pueblo muy imaginativo, es cierto.
ResponderEliminarUn saludo.
"La pintura del barroco" es muy bonita;(gusto por la perfección de los cuerpos) bueno eso es cuestión de gusto, si le preguntara a mi madre, ella diría que "los impresionistas" le van más, en fin.
ResponderEliminarLa mezcla pintura y mitología pues la verdad guay!
Y Zeus pues un malvado(por no ponerte una palabrota ja ja), mira que casar a la chica un tío tan feo!
así luego pasa lo que pasa XD.
un saludo
Vangelisa, gracias por tu comentario. Sí, este Zeus hacía cada faena al personal... Para eso era el jefe.
ResponderEliminarA mí el Impresionismo también es el estilo de pintura que más me gusta, pero claro Velázquez, Caravaggio y otros eran unos monstruos de la pintura barroca.
Un saludo.
Preciosa historia, perfecta combinación de lectura y música. No me canso de decirte que me encanta tu blog.
ResponderEliminarDivinamente: eres muy amable. Con comentarios como el tuyo sube la moral. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn saludo.
Dice mucho sobre la importancia que la mitología griega da a la guerra que Afrodita, diosa del amor, engañara por primera vez a su esposo con Ares, dios de la guerra.
ResponderEliminarMagnífica elección de pinturas Cayetano. La mitología siempre será fuente inagotable de estética occidental.
ResponderEliminarTeacher: no lo había pensado. La diosa de la belleza elige la guerra... a la fealdad del esposo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Un saludo.
Que pedazo de chivato... desde luego las religiones clásicas eran mucho más entretenidas que las actuales monoteístas... una vez en un artículo sobre mitología venía una viñeta humorística, en la que una madre regañaba a los otros adultos por hablar de religión delante de los niños...
ResponderEliminarEn efecto, Jorge, el legado grecorromano es fundamental para entender la cultura de occidente.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo también creo, José Luis, que el monoteísmo es más aburrido que el politeísmo. Estos griegos eran muy imaginativos.
ResponderEliminarUn saludo.
Eran muy imaginativos... Amén de otras cualidades más... mundanas y banales (¿o eran veniales?) que perdimos por culpa de ese retroceso cultural llamado cristianismo...
ResponderEliminarY el hombre creó a los dioses a su imagen y semejanza ¡pero qué golfos fueron los griegos!
ResponderEliminarKay:
ResponderEliminarEl cristianismo oficial de Constantino, Teodosio... amparado y dirigido desde el poder fue desde luego bastante castrador de libertades.
Reinas del Garito: los dioses eran unos golferas, los griegos idem. De tal palo tal astilla.
ResponderEliminarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUna estupenda plasmación de la figura de Afrodita Cayetano. Espero que continues subiendo articulos relacionado con la mitología y las religiones temas por los que se que compartimos una gran afición los dos y que, por desgracia, no son tan tratados como deberían.
ResponderEliminarUn saludo!!
Gracias Bragi por tu amable comentario.
ResponderEliminarDe vez en cuando toca alguna entrada sobre los mitos y las religiones por aquello de la dimensión espiritual de occidente o por simple curiosidad. Un saludo.
Qué belleza, Cayetano... La mitología me hace soñar y no puedo evitar comparar situaciones personales o nó. Por otra parte, no creo que la diosa haya elegido la guerra en lugar de la fealdad del esposo sino que como toda mujer inteligente, no soportó las imposiciones y tomó su propio camino a riesgo de perderlo todo. Esa rebeldia a la que pocas se atreven... a veces inclinadas al amor, al sexo u otro tipo de acciones.
ResponderEliminarDe más está decirte que adoré esta entrada.
Un abrazote.
En efecto, Mai Puvin, el marido de Afrodita fue impuesto por Zeus; por lo tanto no hubo engaño ya que no hubo tampoco libertad de elección.
ResponderEliminarAhora bien: le iba la "marcha guerrillera" al irse con Ares, el dios peleón.
Gracias por el comentario
Me encanta la mitología, me hace soñar y ello permite evadirme de mis problemas.
ResponderEliminarCuando veo una película de Homero me quedo extasiado por muchas veces que la repongan. Aunque soy hombre de ciencias no dejo de reconocer la fascinación que me supone la Grecia clásica y el imperio romano.
Gracias por tu visita a este blog y por tu comentario, José Antonio. El ser de ciencias, como podemos comprobar, no está reñido con otras inquietudes. Eso es bueno.
ResponderEliminarUn saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue interesante, la verdad que afrodita era toda una fichita no solo tuvo romances con dioses (Ares, Dioniso, Hefesto, hermes)sino también con mortales (Adonis, Anquises, Butes , Faetón)si yo hubiera vivido en este periodo griego fácil me convertía en su seguidor :). también es bueno recordar que en sus templos se practicaba la prostitución religiosa por eso en todas partes se le considera la patrona de las Hetairas y cortesanas. y por ultimo otra versión sobre su matrimonio cuenta que Hera, la madre de Hefesto, lo arrojó del Olimpo al considerarle feo y deforme. Éste obtuvo su venganza atrapándola en un trono mágico y exigiendo a cambio de su liberación la mano de Afrodita. Hefesto estaba contentísimo de haberse casado con la diosa de la belleza y forjó para ella hermosa joyería, incluyendo el cesto, un cinturón que la hacía incluso más irresistible para los hombres.
ResponderEliminarBienvenida tu aportación, Andy, a este humilde blog. Se ve que la mitología es tu fuerte.
ResponderEliminarUn saludo.