miércoles, 22 de marzo de 2017

Una reunión inesperada (1 de 8)



-Están llamando a la puerta. ¿No lo oís?

Es Gayarre quien habla. Sobre su piel curtida de hombre duro forjado en la adversidad aún se notan las cicatrices. Los golpes y las balas dejaron un rastro que ni su muerte pudo borrar. Pero él está radiante, sonríe a los demás. El brillo de sus ojos delata una complicidad entre todos,  compartida, consensuada…

-¿Quién podrá ser?

El que pregunta con una expresión fingida de asombro es Espronceda, el poeta romántico extremeño. Muy elegante, con su cuidada melena, su bigote, su perilla, su pañuelo de lazo o “cravat” anudado al cuello.

-Esperemos que no sea alguien que no haya sido invitado. No tengamos otra vez la de Troya. ¡Adelante. Está abierta!- añade el poeta.

En la puerta se recorta la imponente figura de Bart el Negro. Viene con su ropa acostumbrada, su elegante sombrero emplumado, sus grandes botas. Parece sacado de una película del género. Más que un invitado al encuentro, tiene el aire de un actor que, acabada la función, aún no ha pasado por el camerino para cambiarse. Su corpulenta figura llena prácticamente todo el vano de la puerta y una amplia sonrisa ocupa casi por completo su afable expresión. Por sus modales nadie pensaría que estamos ante un temible pirata, pesadilla de la armada británica…

-Vaya. Y yo que pensaba que llegaba pronto y me encuentro esto lleno de gente. ¿No habréis empezado la fiesta sin mí?

Bart el Negro

Espronceda sonríe. No todos los días tiene uno la suerte de encontrarse a un personaje literario de los suyos de carne y hueso.
Junto al poeta romántico, Gayarre, el guerrillero del maquis, en el fondo otro romántico, otro luchador, otro soñador de causas imposibles, escucha atentamente el relato del republicano represaliado que tiene justo en frente. Para él no es nueva esa violencia que relata. En su tierra natal ya pudo conocer historias parecidas: gente sacada de sus casas a empujones, torturas, ejecuciones frente a cualquier tapia… Y luego el olvido.
Junto al represaliado, un Unamuno tranquilo y empático,  que luce impecable con chaleco marrón, su barba blanca recortada, su nariz aguileña y la mirada penetrante pero serena, conversa con Giordano Bruno, al que tiene a su derecha, sobre lo humano y lo divino. Ambos coinciden en que la duda sobre cuestiones de fe es algo que distingue a la gente con inquietudes del resto de los humanos. Y que la mejor manera de defender las propias creencias es poniendo en tela de juicio los principios sobre los que se sustenta la religión misma. El convencimiento profundo debe estar siempre por encima de la fe ciega. Somos seres racionales. Dios nos ha dotado de inteligencia para llegar a él de forma racional. El creyente debe estar siempre alerta y luchando por entender lo que para otros es simplemente materia de fe. La vida es lucha.
En una esquina, el morisco aragonés departe amigablemente con Cayetano Ripoll. Llama la atención su larga túnica ajustada a la cintura por un ceñidor, su rodete en la cabeza y también sus babuchas. Alí Al  Baari  escucha atentamente con expresión de asombro cuando el valenciano le cuenta su historia. Pensaba posiblemente que su pueblo y, en general, los no cristianos eran los únicos en ser perseguidos. Comprueba ahora que también son los propios cristianos los que sufrieron los rigores del fanatismo y la intransigencia de los que se creían dueños y señores absolutos de la verdad.

Espronceda


Poco a poco han ido entrando en la sala y ocupando su sitio, uno a uno, muchos de los personajes que aparecen en el libro. Una veintena, aproximadamente. La sala es amplia, rectangular, una especie de camarote de grandes proporciones, con una decoración minimalista a base de cuatro o cinco tiestos de plantas artificiales repartidos estratégicamente, un breve toque de color que contrasta con la inmaculada y metálica blancura de las paredes. En ellas,  se abren en su parte superior unos tragaluces o claraboyas por los que entra, atenuada, la luz de lo que parece ser una hermosa mañana de primavera. En el centro de la habitación hay una mesa larga de esas de reuniones, y en torno a ella se han ido sentando los invitados según iban llegando.


Fragmentos del epílogo de "En la frontera", un pdf de descarga gratuita.

39 comentarios:

  1. Una delicia volver a leer una página de la que uno duda que sea ficción y no un trozo de vida arrancado de las páginas de la Historia.

    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Paco.
      Además eres el coordinador y convocante de la reunión.
      Un abrazo.

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  2. Una reunión que promete. Habrá que seguir el orden del día con todo escrúpulo.
    Saludos
    Francesc Cornadó

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    1. La muerte es lo que tiene, que a todos iguala.
      Creo que por la reunión anda un tal Quinto Sertorio.
      Un saludo, Francesc.

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  3. Impresiona una interesante reunión...Ya veremos que se acuerda. Un relato muy ameno Cayetano.

    Saludos

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    1. Una oportunidad para aquellos a los que se la negó la historia.
      Un saludo, Manuel.

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  4. ¡Qué bueno! Esta es sin duda, una reunión muy interesante que seguiré de cerca.

    Besos

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  5. Me encanta.
    Estaría bien ser un asistente invisible en esa reunión. Un lujo
    Besos, Cayetano

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    1. En el fondo ya lo hacemos: asistir como oyentes o como lectores, sin ser vistos. En todo caso estás invitada. Hablaré con Cervantes que creo que anda por ahí.
      Un abrazo, Arantza.

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  6. Tal vez sea una reunión en el mas allá, como el sueño que tuvo Maquiavelo poco antes de morir donde vio que se iba a aburrir en el cielo, pero que en el infierno podría conversar con grandes hombres durante toda la eternidad. ¡¡¡ Quién sabe !!!

    Un saludo, Cayetano

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    1. Una especie de máquina del tiempo que logra reunir en un mismo espacio a gente dispar. Una oportunidad de expresarse, desahogarse o defenderse de lo que la historia les negó.
      Saludos, Carlos.

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    2. Por cierto, la mesa de la foto tiene forma de ataúd. ¿Es casualidad, o tal vez no?

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    3. No se te escapa una. Esa mesa, robada a internet, debe formar parte del lenguaje subliminal de la empresa para acongojar a sus empleados; pero no, no fue elegida a propósito, al menos conscientemente.
      Otra saludo.

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  7. Magnífica reunión a la que, como anteriormente comentaba Aranxa, sería un placer asistir. Me encantó el encuentro de Espronceda con su pirata... Unamuno. genial como siempre, no podía faltar. A modo anecdótico te cuento que cuando lo desterraron a Canarias decía que llegó llorando y se marchaba de igual . Su impronta quedó en esta tierra a través de numerosas frases tan populares, hoy en día, que mucha gente no saben de dónde o de quién proviene.
    Cayetano, un placer leerte.
    Un saludo

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    1. Muchas gracias, Pilar.
      Espero que te guste este epílogo puesto a "trocitos".
      Saludos-

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  8. Muy interesante reunión Cayetano, espero continuación a ver que pasa.

    Besos.

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    1. Espero que te guste. Muchas gracias.
      Un abrazo, Conchi.

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    1. No creo que el convocante, un señor que escribía aventuras de un loco caballero, tenga ningún reparo en ello.
      Un saludo, Rodericus.

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    2. Ahora que caigo... ¡si estás entre los asistentes!

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  10. ! Cuánto me gustaría estar en esa reunión ! Camuflada detrás de una cortina, escuchar sin ser vista y disfrutar de la tertulia.
    Besos Cayetano.

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    1. Camuflada tras la cortina o enredando entre los asistentes como corresponde a una de las quintillizas de Benedetta, Jejeje.
      Un abrazo, Ambar.

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  11. ¡Quién hubiera podido asistir en persona a semejante reunión! Por lo menos tú nos acercas su crónica.
    De nuevo, gracias, Cayetano. Saludos

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    1. Pues, si no me equivoco, andas por allí. Habrá que esperar al próximo fragmento tal vez.
      Un saludo, Xibelius.

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  12. Esa si que es una verdadera tertulia y no las de ahora, quien pudiera estar presente para aprender de todos esos grandes genios incluidos sus personajes.
    Interesante lo que nos ofreces Cayetano.
    Saludos
    Puri

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  13. Llego tarde a la reunión. Voy acomodándome porque hay tela que cortar :) Que gozada de grupo!
    Saludos, Cayetano

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    1. Sí, además tu personaje cordobés tiene una actuación memorable. Jejeje.
      Un saludo, Félix.

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  14. Que maravilla en esta reunión, una reunión para conocerse mejor no tiene cabida el aburrimiento hay tema para rato.

    A ver si coincido en alguna jajaja:)

    Un abrazo .

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    1. Así es, Bertha. Una reunión muy agradable.
      Muchas gracias.
      Un abrazo.

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  15. Qué buen grupo para echar una partida de cartas, Cayetano
    Y al que perdiera, cobrarle un poema.

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    1. Jejeje. Montar una timba y que alguno acabe sacándose el as de bastos de la manga.
      Un saludo, Ana.

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  16. Oh, elegante... gracias. Se hace lo que se puede. :)
    Un abrazo.

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    1. Luciendo las mejores galas para la ocasión. Jejeje.
      Un saludo, DLT.

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  17. Buen comienzo. Esperemos a ver qué sucede.
    Un saludo.

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    1. Buen comienzo de algo que termina: un epílogo algo largo.
      Saludos

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