6 de marzo de 1788: a la isla de Norfolk, a 1400
kilómetros de Australia, llega el primer grupo de barcos cuyo destino es fundar
una colonia penal.
Australia se va a convertir en un enorme presidio.
Una flota compuesta por once barcos llena de convictos habían salido del sur de Inglaterra rumbo a Australia. En total, 772 personas, si bien perecieron durante el viaje 40.
Las condiciones de salubridad durante la travesía dejaban mucho que desear. En las inmundas bodegas de los barcos se hacinaban los reclusos, encadenados unos con otros, y la humedad y las enfermedades se cobraban numerosas víctimas. Disentería, fiebres, infecciones por las heridas de los grilletes y escorbuto, eran las principales causas de muerte. Algunos habían fallecido por el tifus antes de zarpar porque llevaban semanas confinados en los barcos- prisión.
Pero al final los barcos fueron llegando a su destino.
Esta fue la primera colonia de ex presidiarios que se estableció en Australia. Luego vinieron otras.
Y así comenzó la historia de un país poblado por blancos anglosajones.
Tener una colonia a mano era un buen recurso entonces para quitarse a gente problemática de en medio.
Un tema que llega incluso en tiempos actuales al de los relatos de ciencia ficción, concretamente al mundo del cómic para adultos.
"De vuelta a casa" es una impactante historia desarrollada por E. S. Abulí y Jordi Bernet, serializada en los años 80 por "Zona 84", cuya acción se desarrolla a partir de las peripecias de unos peligrosos presos confinados en Goblin, una colonia extraterrestre, quienes luchan por escapar de allí y volver a la Tierra.
Un tema que llega incluso en tiempos actuales al de los relatos de ciencia ficción, concretamente al mundo del cómic para adultos.
"De vuelta a casa" es una impactante historia desarrollada por E. S. Abulí y Jordi Bernet, serializada en los años 80 por "Zona 84", cuya acción se desarrolla a partir de las peripecias de unos peligrosos presos confinados en Goblin, una colonia extraterrestre, quienes luchan por escapar de allí y volver a la Tierra.
“Año 2.250. Hace una década que los gobiernos de la Tierra han decidido meter todas las “manzanas podridas” en el mismo cesto. Éste es el cesto: Goblin, planetoide artificial de la galaxia dotado de una atmósfera similar a la terrestre. Y éstas, “las manzanas podridas”: un millón de reos, número que no cesa de aumentar."
La especie humana es el único animal que hace presos de su misma especie. Por supuesto, también de otras, en eso imitamos a las hormigas. ¿Expandiremos el virus por la galaxia?
ResponderEliminarUn saludo, Cayetano
Todo es cuestión de ponerse. No me digas que no es una tentación tener una colonia extraterrestre para mandar allí lejos a tanto indeseable como tenemos por aquí.
EliminarUn saludo, Carlos.
Aquí no necesitamos de esos espacios... simplemente o no los imputamos o los dejamos libres y así nos evitamos esos incordios jejeje...Un saludo y gracias por seguir culturizandonos
ResponderEliminarMe imagino que Goblin estaría lleno de robagallinas y que los delincuentes de guante blanco segirían tan ricamente por su barrio,como aquí.
EliminarUn saludo, amigo canario.
Si nos dejan, haremos de zonas aisladas c´rceles para nosotros mismos...No me extraña esta conducta. Parece que la inteligencia la tenemos para imponer nuestra forma de pensar, no para diversidad.
ResponderEliminarSaludos
La imaginación humana no tiene límites cuando se trata de organizar el destino de los demás.
EliminarUn saludo, Manuel.
Se habrá inspirado en la segunda o tercera parte de Superman y en otras tantas pelis que en ficción han mandado a chusma y rebeldes de todo pelaje a otros planetas?
ResponderEliminarEs probable. En los años 80 había muchísimas películas y cómics de ciencia ficción. Era un tema de moda.
EliminarSaludos, Emejota.
No cabe duda de que es tentador tener un planetoide para meter a más de uno... Cuando mandaban a los penados a aquellas lejanas tierras mataban dos pájaros de un tiro: "limpiaban" el país y se dotaban de mano de obra gratis. Siempre me recuerda a la historia de Henri Charriére, el indomable y testarudo Papillón, en la Guayana francesa.
ResponderEliminarSaludos, Cayetano
Tentador en efecto. Aunque visto el panorama actual, acabarían allí solo los robagallinas.
EliminarUn saludo, Félix.
Es tremendo cómo unos hombres deciden sobre la vida de otros con toda impunidad en nombre de la justicia. La historia se repite hasta la saciedad mientras aquellos que podrían protestar se frotan las manos de lo mucho y bien que se ha resuelto el problema con la distancia de por medio.
ResponderEliminar¡Cuánto aprendo por estas latitudes, Cayetano!
Un abrazo,
Nada mejor que una colonia para dejar allí lo que estorba. Y de paso, seguir colonizando.
EliminarUn abrazo, Paco.
No hay duda del espíritu colonizador de los ingleses y un continente tan virgen requería estrategias de colonización diferentes. No les tembló la mano.
ResponderEliminarMuy interesante.
Besos
Mataron dos pájaros de un tiro.
EliminarUn abrazo, Ambar.
Muy pragmáticos los ingleses. Los delincuentes a Australia, y los puritanos y otras hierbas disidentes en materia de religión, a Norteamérica.
ResponderEliminarY como siga adelante lo del "bréxit", la mayoria van a acabar emigrando a Irlanda.
De una gente que circula por el lado izquierdo, llevando la contraria, no se puede esperar nada bueno.
Un abrazo.
Jejeje. Siempre han sabido hacer de su capa un sayo.
EliminarUn abrazo, Rodericus
Viene muy bien recordar como se pobló Australia. Con quienes y en que se convirtió.
ResponderEliminarGoblin, lindo nombre para un planetoide preso_Australoide jaja
Un abrazo
Como entre los delincuentes que deportaron también había reclusos con antecedentes de tipo político, muchos australianos se agarran a la idea de que sus antepasados eran disidentes. Es más llevadero.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Creo que el ser humano es el único animal que esclaviza a los de su misma especie.
ResponderEliminarDesconocía que Australia tuviera sus orígenes en la esclavitud.
Gracias Cayetano por darnos a conocer estas y otras cosas de la historia de la humanidad.
Un abrazo
Puri
Más que esclavos eran presidarios a los que se deportó a Australia, así las autoridades mataban dos pájaros de un tiro: alejaban un problema y poblaban un territorio con población blanca anglosajona.
EliminarUn abrazo, Puri.
¡Me has dado una gran sorpresa, Cayetano! Disfruté mucho de "De vuelta a casa" y siempre he pensado que es una obra no lo suficientemente valorada, un poco "escondida" tras el bombazo de Torpedo o incluso el Kraken que Bernet dibujó con guiones de Segura. Me sumo a la recomendación.
ResponderEliminarSaludos
Cierto que los amigos Abulí o Segura con Bernet pusieron el listón muy alto con otras publicaciones. Sin embargo, a mí esta me encantó. La leí a plazos según iba saliendo en Zona 84, colección de cómics que aún conservo casi en su totalidad.
EliminarUn saludo, Xibelius.
Mi conocimiento del cómic es muy puntual, se limita a nombres concretos que han ido llevándome a saber algo de ese mundo tan creativo.
ResponderEliminarLo que nos acercas merece atención. Ya te diré. Saludos
Yo fui muy aficionado allá por finales de los 70 y a lo largo de los 80. Era una novedad, la del cómic para adultos tras la muerte del dictador. Y había algunos de gran calidad. No todos. Dejando a un lado la producción gala, la mayoría de lo que se hacía por aquí venía de Barcelona
EliminarUn saludo, Ana María.
Pues no estaría mal tener una colonia extra planetaria para enviar allí a algunos que yo me sé y no son precisamente los rateros de costumbre.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que pensamos en las mismas personas. Ya sabes: si sacudimos las ramas, caen los nidos.
EliminarUn saludo.
MUY VALIOSO TU POST. GRACIAS POR COMPARTIRLO.
ResponderEliminarABRAZOS
Muchas gracias por tu apreciación.
EliminarY recibe la bienvenida a esta humilde tinaja.
Un abrazo.
Y, ¿qué me dices del Nuevo Mundo? ¿Cómo expulsar a las fuerzas violentas de los reinos de Castilla y Aragón tras la toma de Granada? Conquista, conquista, conquista: Nápoles, Norte de África, nuevos territorios de ultramar y luego el Imperio. Al fin y al cabo pasaba lo mismo. Los ejércitos o las ansias de una nueva vida impulsaban a los depauperados habitantes de los reinos a irse de sus pueblos o de desgastar sus ansias de muerte en otra parte.
ResponderEliminarUn saludo
Y a veces, en estos trasvases de población, no emigraba lo mejor de cada casa precisamente.
EliminarUn saludo, Carmen.
Pues no fue muy aficionado a los comics, algo más al cine, y esas colonias, penales en el espacio han dado mucho juego.
ResponderEliminarEs verdad que a los australianos, cuando se les quiere agredir, se le mentan a veces su orígenes. No somos los únicos en arrastrar una leyenda negra; pero en fin, no no hagamos culpables a los hijos de los pecados de los padres.
Un saludo.
Exactamente. Además, para consuelo de los descendientes australianos, muchos de los condenados a presidio lo eran simplemente porque habían hurtado algo para comer o porque eran disidentes. No todos eran peligrosos delincuentes.
EliminarUn saludo, DLT.
Si leyera esto el sr. Trump o su secretario de estado de vivienda, diría que esos presos eran inmigrantes que tenían el sueño de una gran nación... Y eso referido a los esclavos africanos cuyos descendientes son afroamericanos.
ResponderEliminarEn fin.
Las condiciones de vida de los presos era un espanto y, en ese sentido, los he comparado con los esclavos. A todos los trataban con espeluznante inhumanidad.
Besos, querido amigo.
Presos, inmigrantes, esclavos, refugiados... ciudadanos de tercera a los que a veces se les niegan -o se les negaron- derechos fundamentales.
EliminarEnhorabuena de nuevo por tu reciente libro. Estás que no paras. Eso es bueno.
Un abrazo, Isabel.