La denominada “Caza de brujas” fue un producto de la Guerra Fría.
A finales de los años 40 y principios de los 50 se da en los EEUU una situación de psicosis antocomunista, propiciada por el inicio de la Guerra Fría y mantenida por el estallido de la Guerra de Corea. En estos años tienen lugar los primeros experimentos atómicos soviéticos. El momento era propicio para la histeria colectiva y la aparición de productos extremos típicos de “terror medieval”.
En este contexto, se inicia una cruzada anticomunista apoyada por los más conservadores de la élite política norteamericana, entre los que se encontraba Richard Nixon, futuro presidente de los EEUU. El director de la operación era el senador republicano Joseph Mc. Carthy, quien se autoproclamaba defensor de los valores genuinamente americanos. El senador, con su “Comité de Actividades Antiamericanas”, llevó a cabo durante varios años, de 1950 a 1956, una persecución implacable contra toda persona sospechosa de comunismo o pseudocomunismo: la “caza de brujas”. Procesos, interrogatorios al viejo estilo de la Inquisición contra escritores, artistas, intelectuales, militares, políticos, directores de cine, gente perteneciente a los medios de comunicación... sospechosos de izquierdismo o progresismo: Charles Chaplin, Orson Welles, John Dos Passos, Ernest Hemingway, Arthur Miller... La nueva inquisición no mandaba a nadie a la hoguera pero facilitó, cuando no la caída en la depresión o el suicidio, la pérdida del empleo, del prestigio, la ruina o el destierro. ¿El método? La delación. El guionista de cine Martin Berkeley – “Los verdes pastos de Wyoming”- llegó a denunciar a 160 personas, “infiltrados comunistas” en la industria del cine. El realizador Elia Kazan, el de “Un tranvía llamado deseo”, “Al este del edén” o “Esplendor en la yerba”, delató también a antiguos compañeros de profesión. El británico Charles Chaplin tuvo que abandonar EEUU y se instaló en Suiza a raíz de su presunta militancia comunista y de películas de carácter progresista como “El gran dictador”.
Actores manifestándose en contra de "la caza de brujas"
Los métodos utilizados eran inconcebibles en una democracia y amenazaban con socavar los cimientos de ésta. Bastaba con una delación sin pruebas para que el acusado fuera llevado ante el Comité y se viera obligado a demostrar su no culpabilidad, al más puro estilo de la inquisición, conculcando el sagrado pricipio de la presunción de inocencia.
En este contexto inquisitorial defendieron la libertad actores de la talla de Burt Lancaster, Kirk Douglas, Gregory Peck, Lauren Bacall o Humprey Bogart.
Dado a los excesos alcohólicos, Joseph Mc Carthy no supo calcular bien sus fuerzas y chocó con el presidente Eisenhower, también republicano, quien decidió actuar contra el senador porque empezaba a importunar a gente próxima a su Gobierno y a miembros del ejército. Una moción de censura prosperó contra el senador. Este fue el fin de Mc Carthy y su “caza de brujas”.
El Gran Dictador
Uno de los actores perseguidos e interrogados fue Charles Chaplin. Lo cuenta él mismo:
—¿Es Charles Chaplin su verdadero nombre?
—Sí.
- Algunas personas dicen que su nombres es... (aquí mencionó un nombre de evidente sonido extranjero) y que usted es originario de Galitzia.
—No. Mi nombre es Charles Chaplin, como mi padre, y nací en Londres, Inglaterra.
—¿Dice usted que no ha sido nunca comunista?
—Nunca. No he formado parte jamás de una organización política en mi vida.
—Usted pronunció un discurso en el que dijo «camaradas». ¿Qué quería usted dar a entender con eso?
—Exactamente eso. Busqué la palabra en el diccionario. Los comunistas no tienen la exclusiva de esa palabra.
(...)
—¿Ha cometido usted alguna vez adulterio?
—Oígame —le contesté—, si está buscando una argucia para echarme del país, dígamelo y arreglaré mis asuntos de acuerdo con ello, porque no deseo permanecer en ninguna parte donde se me considere persona non grata.
Respuesta diga de Marx, pero el Groucho.
ResponderEliminarUn saludo.
Negrevernis: el amigo Groucho, como cuando dijo aquello de jamás pertenecería a un club que admitieran a tipos como yo. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Mac Carthy a pasado al olvido pero el macartismo a quedado en todos aquellas que demonizan personas por presunta portacion de ideoligias,en su momento sus persecusiones causaron suicidos y han destruido la vida de muchisimas personas,fue una batalla del espiritu democratico de los EEUU, grandes cineastas y artistas fueron puestos en el banquillo y tengo para mi que en aquel momento se castró a parte de la creacion norteamericana,bien pinto el momento Arthur Miller en su memorable Las Brujas de Salem en clarisimo mensaje de protesta
ResponderEliminarBuen ayudante de Beria hubiera sido este borrachin
Nando: es muy peligroso dar responsabilidades políticas a enfermos borrachines como este. Los alcohólicos profundos ven bichos de colores donde no hay nada: "deliriums tremens".
ResponderEliminarUn saludo.
Menos mal que lograron acabar con McCarthy antes de que el acabara con todo el mundo. Se había propuesto dejarnos sin estrellas, al parecer. Pero vamos, fijese cómo unía asuntos de adulterio a las demás cuestiones. Típico. Todos los inquisidores son iguales y tienen las mismas obsesiones siglo tras siglo.
ResponderEliminarFeliz comienzo de semana
bisous
En efecto, Madame, estos Torquemadas de pacotilla estaban -están- todos cortados por el mismo patrón. Puritanos e integristas.
ResponderEliminarUn saludo y buena semana.
Americanismo al estilo puro y duro, anti-todo lo que sonara a rojería y comunismo, mientras que por otro lado apoyaba dictaduras, y atacaba a la élite cultural, menospreciando su manera de ver América.
ResponderEliminar(Creo que siguen igual, pero menos)
Saludos¡
Javier: lo que más honra a los EEUU es la cantidad de intelectuales y artistas que siempre han estado en contra de estas y otras barbaridades. Gente que es coherente y cree de verdad en los valores que otros dicen defender.
ResponderEliminarUn saludo.
Hace unos años tuve la fortuna de hacer un curso sobre cine en la Universidad de Sevilla. Entre otros muchos temas tratamos este que sólo me sonaba como a olvidados titulares, pero me ayudó a bajar del estrellato del celuloide a algunos mitos y a encumbrar a otros.
ResponderEliminarFrancisco: debe ser horrible que compañeros tuyos de profesión te señalen con el dedo acusador sin que hayas hecho nada malo, salvo tener otras ideas.
ResponderEliminarUn saludo.
Nunca está de más recordarlo, para que una democracia siga siéndolo, sus ciudadanos no deben mostrarse indiferentes frente a atropellos como éste.
ResponderEliminarSaludos, compañero.
Por lo que se ve, el tema de la caza de brujas es inseparable de la historia norteamericana. Aunque, como dices, siempre ha habido intelectuales en contra. A mí me viene a la cabeza Nathniel Hawthorne, que un siglo antes hizo una buena crítica al respecto con "La letra escarlata".
ResponderEliminarHay que estar en guardia porque la historia puede repetirse. De hecho siempre hay alguien dispuesto a ejercer de inquisidor para preservar la pureza de alguna idea frente a las de los demás.
ResponderEliminarUn saludo, amigas de Nuestro Garito.
Por falta de historia anterior, los pueblos que no tuvieron Edad Media en su momento, parecen empeñarse en resucitarla fuera de contexto con sus "brujas" y sus inquisidores.
ResponderEliminarUn saludo para La Fuensanta y el Antón.
Magníficas las entradas de historia contemporánea que estás publicando ultimamente, Cayetano; las guardo, porque pueden ser muy útiles en 4º de la ESO, muy claras y muy bien resumidas.
ResponderEliminarMacCarty era un acomplejado y como tal actuó; me gustas el término utilizado, la nueva Inquisición, porque eso fue, algo inconcebible en el país que presumía de ser el más libre del mundo, y lo peor no fue la caza de las autoridades, sino el miedo en el mismo colectivo a ser dalatado, como en el del cine. En todos lados la democracia tiene grietas. Feliz semana y mejor rentrée.
Controlar a un pueblo siempre fue la meta de los gobiernos y el miedo fue sin duda el éxito de esa caza de brujas que realmente hizo mucho daño.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un triste momento este de la caza de brujas.
ResponderEliminarEste incidente de Chaplin lo conocía, no al detalle.
McCarthy se autoproclamó para realizar la caza e bruja como defensor de los auténticos valores americanos y anticomunista..
Delirios de Grandeza... ;D
Saludos Cayetano
Paco:me alegra saber que estas entradas te puedan ser de alguna utilidad en el aula. En realidad forman parte del material que voy a utilizar con mis alumnos para lecturas y actividades.
ResponderEliminarUn saludo.
Senovilla: siempre los artistas y los escritores han estado en el punto de mira de los integristas de turno.
ResponderEliminarUn saludo.
Esta caza de brujas y sus tribunales se parecen extrañamente a los procesos llevados a cabo por la Inquisición Española o por el Comité de Salud Pública de Robespierre, por poner dos ejemplos. Y es que la Historia siempre se repite... Todo aquel que no piense como el Estado es susceptible de ser víctima de estos pánicos oficiales.
ResponderEliminarSaludos
En el fondo viene a ser lo mismo: la psicosis integrista hace ver enemigos del sistema hasta debajo de las piedras. Robespierre y Marat los mandaban a la guillotina. Mc Carthy, al ostracismo profesional.
ResponderEliminarUn saludo, Carmen.
Manuel: parece que se han colado otros comentarios, incluyendo los míos, mientras tu mandabas el tuyo. Mis disculpas.
ResponderEliminarA veces es esa América y no la auténtica la que más se conoce por desgracia.
Un saludo.
Mla época para los USA que cercenó las libertades y que atacó de manera furibunda al cine.
ResponderEliminarSaludos.
Eduardo: no será la primera ni la última vez que los americanos aparcan la democracia y las libertades para dar prioridad a otras maniobras menos limpias.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Qué malos eran los comunistas! ¡Y qué histéricos los americanos!
ResponderEliminarAgudísimas las repsuestas de Chaplin.
Salud, camarada (no es una palabra exclusiva de los comuniistas)
Este Mc Carthy veía comunistas hasta en la sopa. Jejeje.
ResponderEliminarY que ignorantes los americanos. No sabían que los falangistas también decían eso de "camaradas".
Un saludo.
El macartismo se extendió por Latinoamérica. En esos años tuvimos un dictador que llenó las cárceles con socialistas, progresistas y opositores: Manuel Odría.
ResponderEliminarSaludos.
Manuel Odría, con más gorra que cabeza, personaje siniestro. La primera vez que oí hablar de él creo que fue en la novela de tu paisano Vargas- Llosa, "Conversación en la catedral".
ResponderEliminarUn saludo.
Hubo muchos actores, que perecían no haber roto un plato, implicados en la caza de brujas.
ResponderEliminarSaludos
Antorelo: ya sabes que los escritores y los actores suelen ser más liberales y avanzados en sus pensamientos y actuaciones que la gente normal de su época. De ahí que algunos se convirtieran en sospechosos y objetivos de la "caza".
ResponderEliminarUn saludo.
Es terrible cómo algunas personas sacan lo peor de sí mismas. Es lo que tienen esa clase acciones y/o regimenes, espolean e invitan a sacar ala superficie lo que algunos, con esfuerzo, lograban controlar. Cuando se da rienda suelta a esas bajas pasiones, mal asunto. Un abrazo, querido amigo.
ResponderEliminarIsabel: inquisidores modernos que se les llena la boca de libertad y democracia, pero que no creen en lo que dicen. Siempre hay algún cavernícola de estos cerca.
ResponderEliminarSi vales, bene est.
Las posturas intransigentes del integrismo de Mc. Carthy se vieron reforzadas por el oportunismo del mismo. Debemos tener en consideración que nos referimos a un político que carecía de transcendencia alguna y que encontró en la caza de brujas el espaldarazo definitivo a su carrera así como un notorio reconocimiento social por parte de las élites más reaccionarias. No sólo la sociedad estadounidense mostró una gran ignorancia en cuanto a las cuestiones debatidas durante las tormentosas y delirantes sesiones de interrogatorios, sino también el propio Mc. Carthy que terminó tan endiosado de sí mismo que se creyó con derecho a apuntar demasiado alto. El gusto que le tenía al trinque también jugó su papel, pero no creo que fuera tan relevante.
ResponderEliminarUn abrazo tinerfeño.
Caza de brujas : una forma actualizada de la Inquisición.
ResponderEliminarAlgunos pensadores sostienen que el macartismo, velada, solapadamente ... sigue vigente.
Me inspira ternura Chaplin cuando dice que la palabra :"camarada" la buscó en el diccionario.
No sabía que B.Lancaster, G. Peck y Douglas defendieron la libertad.Qué actorazos!!
Lo terrible es que estos accionares tendientes a "demonizar" ideologías calan en el pueblo y muchas veces surgen confusiones, errores , lecturas equivocadas y sañas entre hermanos.
Leyendo tus artículos descubro que los hechos históricos son cíclicos.
Se podrá afirmar que nunca más se repetirán otras "cazas de brujas"?
Un abrazo.
Carolina: como decimos coloquialmente, "le vino Dios a ver". Es decir, el oportunismo del momento que se vivía encumbró a este sujeto que, en otras circunstancias, habría pasado desapercibido. El alcohol sí pudo tener la culpa de fabricar un hombre tan desequilibrado y tan desquiciado que veía monstruos rojos por todas las esquinas.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Un saludo.
Carmel la: la inquisición sigue viva. En cualquier momento podríamos asistir a otra caza de brujas. Sólo hace falta que se junten dos o tres políticos desquiciados con un par de medios de comunicación afines y la monten.
ResponderEliminarUn saludo.
Tras la "caza de brujas" esconde una lucha de intereses creados para limpiar la sociedad de "individuos molestos" para sus propósitos (independientemente de su filiación política).
ResponderEliminarUn abrazo
Y curiosamente esos "individuos molestos" ejercen una gran influencia sobre la población al tratarse de actores, escritores, etc.
ResponderEliminarUn saludo, Javier.
¡Interesantísimo Cayetano!
ResponderEliminar¿Cúando llevaremos a la practica eso de: vive y deja vivir?
Un abrazo.
Rosario: ya ves que hay dos tipos de personas. Los que quieren vivir su vida y los que quieren organizar o limitar la vida de los demás.
ResponderEliminarUn saludo.
La delación, terrible, cuando se admite sin pruebas, como venganza para resolver conflictos entre personas. Así sucedió durante La Inquisición, la Revolución Francesa, la Guerra Civil Española, El Tercer Reig, la Caza de Brujas, que nos traes hoy. Terrible cuando hay alguien con poder dispuesto a creerla. Un saludo, Cayetano.
ResponderEliminarYa vuelvo con intención de comentar, hoy
ResponderEliminarhttp://angeles-piensoluegoescribo.blogspot.com/
Hoy me conformo con comunicaste la nueva dirección de " pienso luego escribo " por si quieres seguir cerca.
Gracias y un abrazo. A.
Desde la terraza: y para mayor escarnio, la delación por parte de compañeros de profesión. Algunos de ellos extranjeros.
ResponderEliminarUn saludo.
Ángeles: paso a guardar a buen recaudo tu nueva dirección.
ResponderEliminarUn saludo.