En un día como hoy, en el que se cumplen años de la proclamación de la República, esta entrada pretende ser un sincero homenaje a la memoria de todos, absolutamente todos, los que con sinceridad murieron soñando que sacrificaban su vida por una España mejor, ya sean de izquierdas, de centro o de derechas, porque a estas alturas de los hechos, creo que ya ha llegado el momento de reconocer los errores cometidos en el pasado, sin posicionamientos apasionados que menoscaben la objetividad.
Vaya por delante que éste siempre ha sido un país de extremos, de caínes, de verdugos en busca de sus víctimas. Un país canalla, que diría Pérez Reverte, donde siempre se ha visto un enemigo en la gente que no comparte nuestra opinión. Un país violento, dado al extremismo y al exceso.
Quizá la época más representativa que ilustra esta radicalidad es la comprendida entre la II República y la posguerra, incluyendo nuestra guerra civil, con sus vándalos y con sus pistoleros, sus quemaiglesias, sus ejecuciones frente a cualquier tapia, sus tiros de gracia…
Una de cal:
Como decía el último parte de guerra: “Cautivo y desarmado el ejército rojo, hemos alcanzado los últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”. ¿Qué quedaba ahora? Lógicamente los objetivos civiles: las represalias, los ajustes de cuentas con los del bando perdedor. De todos son conocidos los “paseos” nocturnos, las visitas obligadas a las tapias de los cementerios, las cunetas, las fosas no se sabe dónde… las venganzas personales, las viejas rencillas no olvidadas mezclándose en macabra combinación con la venganza política tras la guerra. Junto a los miles de encarcelados, condenados a muerte y ejecutados de cualquier forma, hay que sumar los que perdieron sus trabajos por ser simpatizantes del otro bando, los funcionarios expulsados, los maestros represaliados…
Otra de arena:
…y las checas, las cárceles populares montadas en cualquier sótano o en cualquier vivienda, centros de detención dirigidos por milicianos sedientos de sangre y por extremistas fanáticos que había en la zona republicana durante la guerra, famosos lugares de tortura donde se realizaban simulacros de juicios sumarísimos a cualquier persona acusada de simpatía con los militares rebeldes o simplemente a personas no sospechosas de derechismo pero que se desviaban del dogma que sus carceleros caprichosamente consideraran el adecuado. Un producto aberrante de la guerra. Se llamaban checas por su afinidad con la policía política de la URSS y su parecido papel jugado en la represión política. En Madrid había más de 200 de estos centros, como la de los sótanos del cine Europa, donde se cometieron cientos de asesinatos. Las víctimas eran de derechas pero no faltaron los de izquierdas. En este horrible lugar se condenó a simpatizantes del bando franquista y también a gentes de izquierdas que no comulgaban con el pensamiento de los carceleros. La dirigía un tal Felipe Emilio Sandoval Cabrerizo, un personaje siniestro, un probado delincuente.
Muchos de estos asesinos y extremistas hicieron tanto daño a la legítima causa republicana como los propios franquistas.
Tú lo has dicho, Cayetano: este es un país canalla, buena frase de Pérez Reverte, que bien podía haber suscrito Sabina. La República fue radical y provocó el enfrentamiento entre hermanos, pero había libertad y se elegía libremente (SOBERANÍA POPULAR, que no es poco); donde no había libertad es en lo que vino después. Salud.
ResponderEliminarY tanto mal se hizo, tanto en un bando como en el otro. Se puede ser republicano, sin extremismos, o de derechas sin pasarse, pero TODOS los extremos son peligrosos. Llevar o intentar adaptar tus ideas a la fuerza, no conduce a nada. Lo leemos en tu entrada,la locura de la guerra no tiene ojos ni mente, ni ideologías, por muy buena que pueda parecer.
ResponderEliminarSaludos Cayetano¡
"Quizá la época más representativa que ilustra esta radicalidad es la comprendida entre la II República y la posguerra"
ResponderEliminarPerdona, pero no estoy de acuerdo en que incluyas la República. No habia mas radicalidad en 1931 que en 1930.
Un saludo.
Sabia forma de exponer este homenaje del cual deberíamos seguir aprendiendo y no falsificáramos la historia al antojo de los ideales políticos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente entrada en un día como el de hoy en el que tanto hay que recordar y tanto es lo que quieren que olvidemos. Nada bueno ni sólido se puede construir sobre el olvido. Un abrazo, Cayetano
ResponderEliminarConfiar un Estado recién nacido en ese tipo de mala gente no puede traer nada bueno. No se pudo organizar la República que llegó inesperadamente. No hubo tiempo.
ResponderEliminar¡Salud!
Españolito que llegas al mundo te guarde Dios...
ResponderEliminarUn buen homenaje y una lección de Historia para refrescar la memoria, esa que algunos se empeñan en hacer desaparecer...
ResponderEliminarEn mi ventana un "subliminal" mensaje.
Besicos.
Paco: totalmente de acuerdo contigo. Que hubiera posturas extremas no justifica una guerra fratricida.
ResponderEliminarUn saludo.
Javier: en efecto. La II República se la cargaron los extremismos de uno u otro signo. No creían en ella.
ResponderEliminarUn saludo.
Nonsei: es una referencia aproximada desde un punto de vista cronológico. Ahora bien, nadie puede negar que la gente se redicalizó desde la represión de Casa Viejas, la Revolución de Asturias, la aparición de los falangistas dando palizas, la quema de Iglesias... Y todo eso ocurrió en tiempos de la República. Lo cual sólo indica que hubo extremistas que se cargaron la República, cada uno a su manera. Y con una idea común: no creían en ella.
ResponderEliminarUn saludo.
Senovilla: a mis alumnos les digo que para analizar seriamente la historia hay que ser objetivo. Si no, no daremos credibilidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Alma: no hay que olvidar para aprender de lo bueno y de lo malo.
ResponderEliminarUn saludo.
Dissortat: el tiempo jugó en contra. No se pudieron llevar a cabo las reformas necesarias para poner al país en sintonía con Europa.
ResponderEliminarUn saludo.
Nando: qué sabio era el amigo Machado, un republicano ilustre.
ResponderEliminarUn saludo.
Cabopá: lo malo de la República era la cantidad de gente que no creía en ella. Una lástima...
ResponderEliminarUn saludo.
A veces me pregunto ¿Está el país, actualmente, preparado para la III República? ¿Lo estará dentro de 20, 50, 80 años? Yo, que soy muy observador, que tengo un sexto sentido (como el niño de aquella película que veía muertos) creo que España es un país maldito, y los españoles llevamos a sangre y fuego en el ADN a estar enternamente sin entendernos. Así que tengo serias dudas. Finalmente llego a la conclusión de que NO.
ResponderEliminarPrimero porque no hay una voluntad política y real de la ciudadanía. La monarquía antes era absoluta; hoy el rey es comandante y jefe del ejército, un señor que estampa la firmas a las leyes del parlamento o decretos del gobierno de turno; nos da un mensaje todos los años felicitando la navidad y el primer representante y embajador del país en el exterior. Si no tuviéramos que mentenerlo a él y a toda su familia lo tendríamos que hacer con un Presidente de la República, lo mismo que hoy estamos manteniendo los sueldos de todos los políticos y costeamos los privilegios de unas castas especiales como son los eurodiputados, clero, etc
Y de la juventud que hay de veinte años para acá, el porvenir es cada vez peor. Un país ignorante e inculto que lo único que lee es el Marca o la sección de deportes de los periódicos en los bares, un pais de canis, merdellonas y cotorras donde a nadie le importa nada nada más que el futbol, la vida de las belenes estébanes, de grandes hermanos, de botellones, los juegos de la play, bajarse todo gratis por internet “porque la cultura tiene que ser gratuita” cuando la la biblioteca vamos cuatro gatos…etc, etc...
Dime que futuro va a tener una República con casi 50 canales de TDT partys llenas de manipulación, ruido, furia, insultos y broncas…; qué República vamos a tener con los contínuos linchamientos que hay a través de las redes sociales de twiter o facebook como le han pasado a Punset, la Ministra de Cultura o al mismo Buanafuente hace un par de días cuando la entrevisto; qué República vamos a tener cuando en un programa concurso basura de la tele le hablaron de Santander y dijo que “¿donde está Santander?, o la ganadora del último gran hermano que no sabía los paises que hay en la Península Ibérica… ¿Pero si no saben en qué país vivimos, ni de educación, respeto y valores cívicos, cómo van a saber de repúblicas?
Y esto lo ves en lo virtual, lo ves a tu alrededor en el mundo real y cotidiano y el futuro no es muy esperanzador. ¡¡Pero si no saben ni leer ni escribir; ni quien fue Suarez y Felipe González cuando Genma Nierga, una tarde en su programa de la SER, les preguntó a un grupo de jóvenes de 20 años¡¡ Cómo van a saber lo que es una República, la guerra civil y la dictadura posterior?? Antes había mucha ignorancia y poca cultura por el atraso que teníamos pero ¿y ahora?
En fin, dejé mi pequeño homenaje en mi blog:
http://born-to-run-runaway.blogspot.com/2011/04/la-noche-de-los-tiempos.html
Runaway: creo que para muchos hoy ese debate no tiene mucho sentido, al vivir en una democracia y en un mundo globalizado donde quien realmente manda no son las ideas sino los mercados.
ResponderEliminar¿Estar preparado este pueblo de nuestros pecados? Creo que somos un país poco serio, ignorante y zafio, que desprecia la cultura y valora sólo el tener. Ya lo decía el amigo Machado, un país "de charanga y pandereta".
Paso por tu blog.
Un saludo.
La radicalización casi total del país era importante y eso unido al levantamiento del ejército acabó con la República, sumándonos a cuarenta años más de oscurantismo y represión.
ResponderEliminarTexto pesimista el de Runaway pero lleno de razón.
Saludos.
Eduardo: así es. Una pena de proyecto fallido que nos podría haber puesto en la onda europea. Un tiempo perdido el que vino después con guerra y dictadura. No sé si habremos aprendido la lección.
ResponderEliminarUn saludo.
Paz, piedad y perdón. Lo dijo Azaña, ya al final de su vida.
ResponderEliminarSaludos.
Retablo: a algunos los años le dan cordura.
ResponderEliminarUn saludo.
Los extremos siempre abocan al precipio. La tan traída y llevada frase de Las dos Españas, se ha dado y se dá. A mí particularmente me da mucha pena. La lección sigue suspendida, a este paso ni para septiembre.
ResponderEliminarun beso.
Tiene usted razón. Es el Azaña que más impone, el de "La velada de Benicarló". En sus memorias se percibe, además, con claridad su evolución y su espanto ante lo que está viendo.
ResponderEliminarsaludos.
Arantza: me gustaría creer que los españoles hemos aprendido la lección. Tengo también mis dudas.
ResponderEliminarUn saludo.
Felicidades, Cayetano, por la oportunidad de este recuerdo desapasionado. Necesitamos hablar sin la pasión de las heridas de lo malo que hicieron unos y otros, de la sangre derramada por los ideales de unos y de otros, y por aquella otra que unos y otros hicieron correr con alistamientos forzados. No podemos estar eternamente revolviéndonos en la historia hasta Viriato, pero hay que cerrar el capítulo retomándolo, analizando con seriedad y sin pasión lo bueno y lo malo de unos y otros.
ResponderEliminarRetablo de la Vida Antigua: los años y la distancia, la experiencia, amarga en muchos casos,el alejamiento del poder y el dolor...Todo permite una reflexión más serena.
ResponderEliminarUn saludo.
Francisco: sólo desde la serenidad podremos ser objetivos.
ResponderEliminarUn saludo.
Voy a aclarar mi postura ,puesto que mi primer comentario hizo referencia a las ultracitadas dos Españas.
ResponderEliminar¿que la Repuplica tuvo mil errores? seguro,pero la reacción expresada en el levantamiento franquista fue EL error o quizas mejor dicho aún EL HORROR.
No tengo reparos ni medias tintas,en mi pais tuvimos una teoría felizmente superada para describir nuestra historia,la llamada de los dos demonios.Cuando a la luz de los hechos el mal se mostraba desde la faz tiránica del estado genocida.
Paseos, checas, sacas... tiempo de venganzas y miserias humanas.
ResponderEliminarTodos fueron culpables y todos fueron inocentes.
Más reflexiones como la tuya harían falta por el bien de todos.
Un abrazo
Eso son las guerras. La excusa para que los sanguinarios hagan lo que les venga en gana. No se trata de marcar a unos como blancas palomas y a otros como demonios, simplemente asumir que iniciar una guerra es caminar hacia el desastre. Todas las brutalidades lo son, pero unos iniciaron la guerra, promovieron y utilizaron el horror. Otros no pudieron reprimirlo en su bando como hubieran debido.
ResponderEliminarSaludos, compañero.
Nando: ya sabía yo que con tu respuesta anterior no te despachaste a gusto. Nos vamos conociendo. Y he de decir a lo que comentas: por supuesto. Reconocer los errores no es disculpar los "horrores" ni ser equidistante. Mi postura no es neutral sino que pretendo ser objetivo. Esa es la lección que pretendo transmitir a mis alumnos. Y los hay de centro, de izquierdas, de derechas y radicales de cualquier signo.
ResponderEliminarPor otra parte decir que, cuando pasan décadas y más décadas, las cosas se ven con menos pasión y más objetividad. Lo vuestro está mucho más reciente. Hay muchas heridas sin cerrar. Hay más rabia, cosa lógica.
Un saludo
Javier: creo que es un ejercicio de humildad, independientemente de las ideas de cada uno, decir a estas alturas que hubo mucho errores por parte de bastante gente. Y eso no es disculpar a ningún golpista. Todo lo contrario.
ResponderEliminarUn saludo.
Nuestro Garito: ninguna objeción a tu comentario. Aunque hay que reconocer errores en ambos bandos, no es equiparable defender el sistema legítimo refrendado por las urnas a alzarse en armas contra ese sistema.
ResponderEliminarUn saludo.
Cayetano, en este día alzo mi bandera por la Paz, he arreglado tu Tinaja por fín, y brindo a tu salud.
ResponderEliminarMe ha costado trabajillo pero...
¡¡¡Lo he conseguido!!!
uN ABRAZO.
Rosario: no es mala apuesta la paz.
ResponderEliminarYa veo que has arreglado el asunto tinajero. Jejeje.
Un saludo.
Hola Cayetano:
ResponderEliminarUna reflexión que lleva a pensar tanto uno como otro pensamiento...Los extremos son malos, hasta el punto que sus diferencias hubo que dirimirlas en una guerra, que no tuvo sentido, pero que impresionó que era el ensayo de la que estaba en ciernes.
Ojala se aprenda de este error, pero parece que algunos pretender otra cosa.
Saludos
Manuel: el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo, la verdad es que soy republicano, porque la monarquía me parece un régimen feudal, y además impuesto por Franco. Tubimos la suerte de que Juan carlos traicionó a Franco. No se si fue suerte, porque la verdad es que es un chollo, pocas responsabilidades pero una vida regalada para él y sus descencientes. Pero , en fin, no me parece una cuestión fundamental. Lo que si es fundamental es que hemos superado esa época de radicalismos, y cainismo,
ResponderEliminarCayetano la mejor entrada, la más objetiva que he leído en estas últimas horas en todos los blogs con referencia a la República, que como dice Payne, se ha convertido en el mayor mito (positivo o negativo según quien lo mire) de la España del siglo XX.
ResponderEliminarEn una Guerra Civil matan todos, y aquí mataron, violaron y torturaron TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS, y es eso es así, los dos tienen cosas que callar, por eso, por ejemplo, no vemos jamás hablar mal el uno del otro a Carrillo y a Fraga, los dos saben demasiado de ambos bandos y por eso callan.
Un saludo.
Manuel: esa es la cuestión, superar el cainismo tradicional de este pueblo. Lo que me molesta hoy es la gente que se apunta a ser republicano cuando participa ideológicamente en grupos radicales que en su día uno de sus objetivos era precisamente cargarse la república. Hay una falta de coherencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Carolvs: como diría Juan Eslava Galán, esta es una historia que no va a gustar a nadie. Por descontado que los extremistas de uno y otro signo me pondrán a parir. Ya sabes que, con todos mis respetos, no soy monárquico, pero tampoco puedo estar a favor de gente que en su día hicieron todo lo posible para cargarse la república en nombre de la revolución. Hubo muchos republicanos decentes (igual que monárquicos decentes). No todos eran rojos y azules, había otros matices. Clara Campoamor, por ejemplo, era un personaje muy recuperable que luchó por los derechos de la mujer y no le perdonaron que hubiera sido de un partido de centro. Todos le dieron la espalda.
ResponderEliminarEn fin, un tema largo, difícil y polémico.
Un saludo.
Cayetano, mi anterior mensaje era tan corto que se podía entender de cualquier manera, así que voy a alargarlo un poco más. Cuando se dice que la 2ª República fue una época de radicalismos políticos a mí me parece sólo relativamente cierto. Es verdad que la década de los 30 fue difícil, pero no sólo en España. La crisis económica, fundamentalmente, hizo crecer las ideas radicales y puso en apuros a la mayoría de los regímenes democráticos que existían en Europa. Pero aparte de eso la idea de que la República fue una época de anarquía y violencia política me parece que se ha exagerado mucho. Después de todo esos argumentos fueron la justificación que utilizaron los golpistas del 36, pero en realidad no había mucha diferencia con respecto a la etapa anterior. Durante la monarquía también había pistolerismo, terrorismo anarquista y huelgas revolucionarias. En la época republicana, a excepción de la revolución de Asturias, no hubo ningún suceso tan grave como la Semana Trágica de Barcelona de 1909. Y eso sin contar (nadie lo hace) la guerra de Marruecos, que en cierto modo se puede considerar un conflicto interno, y que dejó tan dañada a la sociedad española que fue indirectamente la causa del final de la monarquía. Pero si se contase habría que llegar a la conclusión que el reinado de Alfonso XIII fue en realidad una época mucho más sangrienta que la 2ª República.
ResponderEliminarSé que mi opinión no está muy de moda, y no sé si se entenderá bien. Es que cuando se dice que fueron los radicalismos de uno y otro bando los que llevaron a España a la guerra civil se viene a poner al mismo nivel a los que luego se enfrentaron en ella. Y hay que hacerlo, pero en el sentido en el que lo haces tú, en el de los crímenes que cometieron unos y otros. Pero no en el origen. En España en 1936 había un régimen democrático y un gobierno no revolucionario que ni quemaba iglesias ni asesinaba a los opositores. Y fue contra ese régimen contra el que se alzaron los golpistas. No eran radicales de izquierdas contra radicales de derechas.
Un saludo.
Nonsei: en efecto, no puede haber equidistancia posible. En un lado había un gobierno legítimo refrendado por las urnas, en el otro unos golpistas avalados por la fuerza de las armas y no de los votos. Estos militares golpistas ya conspiraban desde el nacimiento de la República. Así que no se puede achacar su actuación a los desórdenes del 36.
ResponderEliminarLa crisis internacional tuvo mucha culpa de que se radicalizaran las masas. Además, España llevaba mucho tiempo perdido. No había hecho "sus deberes" en su día como los hicieron Francia o el Reino Unido. Había mucha miseria, una notable ausencia de clase media, analfabetismo, un sistema liberal que no era partidario del sufragio universal y mucho menos del voto femenino. Después estaban las posturas radicales del otro extremo que no contribuyeron en nada a la estabilidad de una República que en el fondo detestaban. Una época muy complicada.
Un saludo.
Un magnífico texto para comentar el día de ayer, monsieur. Tarde, pero por fin llego para sumarme.
ResponderEliminarfeliz dia
bisous
Madame: gracias por venir y comentar. Nunca es tarde.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un saludo.
Escribiendo siempre sobre hechos pasados mal estaría que dijera que conviene olvidar lo sucedido. Nunca debe pasarse por alto el pasado. Son hechos históricos que conviene mantener en su lugar y tiempo “histórico”. Haciendo esto, teniendo la historia como experiencia y lección y no como pasión aprovecharíamos el pasado mucho mejor. Un abrazo, Cayetano.
ResponderEliminarDLT: no hay que olvidar, sí aprender de los errores y de los "horrores" como dice Nando.
ResponderEliminarUn saludo.
Ojala llegue el día en que podamos recordar este capitulo de nuestra historia con el objetivo de aprender de los errores cometidos y sin tirarnos los trastos a la cabeza. Un saludo.
ResponderEliminarIsm@: en eso estamos. Hay que aprender del pasado y, como tú dices. sin tirarnos los trastos a la cabeza.
ResponderEliminarUn saludo.
Los extremistas siempre malográndolo todo.
ResponderEliminarEn las guerras, ya se sabe: cada uno hace de las suyas.
ResponderEliminarSaludos
Arturo: una auténtica pena, porque había reformas necesarias y de calado que no llegaron a prosperar.
ResponderEliminarUn saludo.
Antorelo: en la guerra, antes y después. Por desgracia.
ResponderEliminarUn saludo
La memoria es indispensable: el 14 de abril y siempre.Siento profunda admiración y respeto por los republicanos que lucharon por restablecer la legalidad en base a una sana ideología.
ResponderEliminarNada justifica el golpe franquista. La barbarie perpetrada durante la guerra civil fue sangrienta y la represión que tuvo continuidad en años posteriores desarticuló a muchas familias.La estrategia fascista basada en sembrar el terror logró su objetivo : un silencio pernicioso instalado durante décadas .
Si un sistema de gobierno impone el silencio impide la libre expresión y el debate saludable de ideas divergentes.
La "teoría de los dos demonios" fue utilizada aquí por la derecha para minimizar los crímenes de la dictadura.
Un abrazo.
La guerra, siempre nefasta, es todavía un horror mayor cuando es guerra civil; en ese caso las cicatrices que deja son profundas como zanjas, y digo zanjas en las acepciones más fúnebres del término.
ResponderEliminarLa represalia subsiguiente a la guerra civil es la canallada más deleznable que pueda darse; impide la reconciliación durante generaciones, y si no, a las pruebas me remito.
Un abrazo
Carmela: tú lo has dicho. Respeto por los republicanos y ninguna justificación de los golpistas. Está claro. Otra cosa es admitir algunas cosas que se hicieron mal y empañan el buen nombre de los que lucharon noblemente por un ideal.
ResponderEliminarUn saludo.
Rosa: hacen falta dos o tres generaciones más para olvidar tanta barbaridad. Creo que el tiempo todo lo cura o al menos ayuda a olvidar.
ResponderEliminarUn saludo.
A pesar del tiempo transcurrido los ideles de la II República Española aún son tomados como modelo a seguir. Bueno, espero que los ideales del comienzos de la república y no los posteriores, en que todo se fue de madre.
ResponderEliminarSaludos
Carmen: de hecho muchas cosas de ese momento hoy nos parecen normales, como el divorcio, el matrimonio civil o el voto femenino.
ResponderEliminarUn saludo.
Alejandro: esa creo que es la lección. Aprender de los errores.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo primero que nos enseñaron a los niños de nuestra generación fue a tener cuidado con las palabras y a no demostrar nuestras ideas subversivas, si las hubiere, y por supuesto a dar la razón como a los locos, a todo aquél que sintiera la necesidad de imponerla. Historias crueles demasiado cercanas a nuestra infancia. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEmejota:
ResponderEliminarLa crueldad es una constante en este país donde hubo alguien que se dedicó a retratar a gente de la "España profunda". Sólo a un genio como Goya se le ocurriría un "Duelo a garrotazos" como motivo artístico. Por algo será.
Un saludo.
Hola cayetano, te escribo al ver tu comentario de ayer 18 de septiembre. ¡Vaya retraso por mi parte! Jejeje. Bueno pues sí, lo de los asesinatos de los republicanos es un aspecto deconocida y que ya va siendo investigado por los historiadores especialistas. Lo de las chekas es flagrante. Además de esa del Cine Europa de Bravo Murillo, estuvo otra terrorífica: la de la Calle de Fomento, dirigida por otro miserable: Agapito García Atadell. Fueron tantos sus crímenes que hubo de huir de España. Se metió en un transatlántico rumbo a Buenos Aires. Fue descubierto y llevado a Canarias. Allí, tras ser condenado a muerte fingió hacerse católico para salvarse. No le sirvió y no se libró del garrote. Posiblemente una de las condenas de Franco que SÍ acertó y de forma justificada.
ResponderEliminarSaludos Cayetano.
Juan: estos tipejos eran unos chorizos metidos a jueces y sus víctimas eran de todo tipo y condición. Gentuza que ensuciaba la dignidad republicana.
ResponderEliminarUn saludo.