cuál será mi profesión:
soltera, casada,
viuda o monja."
Niñas de hace medio siglo que juegan a la comba. Mientras dos de ellas cantan y manejan hábilmente la cuerda, las diferentes "candidatas" van entrando y saltando una por una. La que se traba, pierde; y su tropiezo determina el "oficio" que la vida le reserva...
"...soltera, casada,
viuda o monja."
Ni más ni menos.
Aunque lógicamente se trataba de una simplificación excesiva, esas eran las "aspiraciones" con las que inocentemente jugaban las niñas de aquella España atrasada y rural de los años 50 y primeros 60. Tiempos donde la falta de horizontes y libertades y donde la austeridad económica y política funcionaban a nivel colectivo, pero también a nivel individual. Una sociedad enjaulada donde la mujer ocupaba el último escalón de una escalera que no llevaba a ninguna parte... Como en la obra de Buero Vallejo, Historia de una escalera, la emblemática pieza teatral de 1948 que marcó toda una época con ese simbolismo de espacio cerrado, claustrofóbico, por donde pululaban personajes que subían y bajaban pero no podían salir de allí. Encerrados, enjaulados, limitados, clasificados, como esas niñas jugándose el futuro saltando a la comba...
"...soltera, casada,
viuda o monja."
Un horizonte oscuro. Parece que lo mejor que le podía ocurrir a una mujer era encontrar marido. Y dedicar toda su vida a servir a éste como sufrida y abnegada ama de casa:
me quiero casar
con una viudita
de la capital,
que sepa coser,
que sepa bordar,
que ponga la mesa
en su santo lugar.."
Eran otros tiempos, como lo fue durante siglos. No es bueno juzgar la mentes de entonces con la mentalidad actual, pues lo mismo harán con nosotros en el futuro. Lo que no quita para estar de acuerdo que el horizonte de las mujeres era muy limitado.
ResponderEliminarSaludos, Cayetano
Carolus: tiempos pasados, pero para alguno de nosotros... muy recientes. Yo los he vivido, por lo tanto sí puedo juzgarlos porque forman ya parte de mi educación y de mis vivencias. Yo era un niño de esos que tenía que cantar el "cara al sol" y rezar por obligación.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo describes muy bien: esa era la aspiración de la mayoría de niñas y la de sus padres también. Los niños, la mayoría iban para el trabajo desde temprana edad. Afortunadamente, los tiempos han cambiado. Un abrazo, Cayetano.
ResponderEliminarTambién me tocó cantar lo mismo, rezar y toda la parafernalia.
ResponderEliminarLo pasado, pasado está.
Saludos, Cayetano
No saben los chicos de ahora lo que tienen.
ResponderEliminarSaludos, Paco.
Carolus: claro que lo pasado, pasado está; lo que pasa es que los que nos dedicamos a dar clase de historia, por fuerza tenemos que sacar estas cosas para que los alumnos conozcan mejor aquellos tiempos. Esta entrada pertenece a una serie que lleva por etiqueta "posguerra española". En total, 25 entradas.
ResponderEliminarUn saludo de nuevo.
Para los que no hemos vivido el momento, nos parece enriquecedor conocer qué cantaban las niñas cuando saltaban a la comba.
ResponderEliminarSeguramente nosotros seremos juzgados en el futuro, pero está bien que cada uno aporte testimonio personal de lo que vio.
Un saludo.
Anónimo Castellano: como decía Quevedo, "de mi España qué diré, que no sea con gemido."
ResponderEliminarUn saludo.
La soltería en las mujeres, y en menor medida en los hombres,era vista con espanto. No sólo en España. Recordemos, por ejemplo, las novelas de Jane Austen.
ResponderEliminarSaludos.
Que horror...y aquellas percheronas de la sección femenina enseñando a las niñas a bordar y dándoles la matraca con todas las virtudes de la bobería...
ResponderEliminarUn abrazo, Cayetano
Retablo: algo típico de sociedades muy tradicionales además de patriarcales. Otros tiempos.
ResponderEliminarUn saludo.
Alma: más machistas que los propios machos.
ResponderEliminarUn saludo.
Las mujeres de generaciones siguientes consiguieron muchos logros (¡Olé ellas!). Esperemos que las generaciones actuales sean conscientes, porque si pones la televisión da miedo. Algunas (y algunos) podrían cantar:
ResponderEliminar"Quisiera saber
cuál será mi profesión:
famosa/-o del corazón
o concursante de un reality."
Hola Cayetano:
ResponderEliminarLo que creo es que se transitó ese camino y que nos dimo cuenta de que no era lo adecuado.
Impresiona que algunos quisieran ese pasado, que solo debe servir para mejorar nuestro presente y construir un buen futuro.
Saludos
La Fuensanta y el Antón: con el agravante de que no lo cantan saltando a la comba. Por lo menos, aquellas niñas hacían ejercicio. Ahora con la tele y la consola... ¡Dios mío, qué estoy diciendo! Como siga así voy a acabar haciendo loas del franquismo. Ni lo uno ni lo "desotro".
ResponderEliminarUn saludo.
Manuel: algunos quieren un pasado que no conocen. Si lo vivieran en sus carnes...
ResponderEliminarUn saludo.
Algunas de aquellas niñas supieron rebelarse ante el futuro que se les ofrecía y llenaron las universidades de faldas y como tenían que demostrar que podían, trabajaron y estudiaron más y mejor que muchos hombres.Así que si me lo permites yo me tomo tu entrada como un homenaje a las niñas que si supimos escapar.
ResponderEliminarPor cierto me ha gustado mucho tu entrada
Históricamente es cierto que la mujer ha jugado siempre el peor papel de la sociedad española y hasta mundial, salvo alguna excepción de matriarcado más o menos temporal. Pero a los hombres de esa época tampoco les esperaba un panorama muy esperanzador. En el medio rural, si contaba con algo de tierras, trabajar como un mulo por la subsistencia; si era jornalero, esperar en la plaza a que un "señorito" o capataz lo señalase para ir a echar unas jornadas. En el medio urbano, poco más que eso: sólo las élites tenías acceso a la cultura y a vivir en la cúspide de la pirámide. Algunos añoran tiempos pasados y quieren privatizar lo hoy público para que de alguna forma todo vuelva a su lugar de origen.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué tiempos aquellos... Yo no canté aquello saltando a la comba, sino "Al pasar las barcas/ me dijo el barquero/ las niñas bonitas/ no pagan dinero". Una etapa terrible. Y las mismas que cantaban aquello hemos llegado aquí. Besazos.
ResponderEliminarAunque no sepan todavía lo que les va a ofrecer la sociedad, los niños a esas edades suelen ser felices.
ResponderEliminarBuenas noches.
Pasados que en un presente resultarían imposibles, está bien recordar todos nuestros errores para apreciar nuestros logros presentes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar: en cierta manera es un homenaje a esas mujeres luchadoras que no se conformaron con las "profesiones" que reza la canción. También es un poco crónica de aquella España profunda de la posguerra.
ResponderEliminarUn saludo.
Francisco: tiempos de una España rural y de carencias. Esperemos no tener que volver a lo del mulo y a lo del señorito diciendo quién trabaja y quién no.
ResponderEliminarUn saludo.
Isabel: la del barquero (que no era Caronte, por cierto) también se las traía. Y la del cocherito leré no sé qué oscuras intenciones pederastas se traía.
ResponderEliminarUn saludo.
Eduardo: y además hacían ejercicio saltando y jugando. No había estúpidas consolas.
ResponderEliminarUn saludo.
Senovilla: cuando se lo cuentas a los chavales de ahora ponen cara de extrañeza. Eso que ganan por no haberlo sufrido.
ResponderEliminarUn saludo.
Tiempos asquerosos aquellos de la postguerra. Hasta 1960 o 65 no se puede decir que este país sea digno de ser europeo y civilizado. ¡Pobres gentes aquellas que soportaron estoicamente aquella situación y aquél lavado de cerebro!
ResponderEliminarComo mujer, siempre destaco lo romántico de algunas épocas de la historia, sobre todo las del ambiente soñado, por ejemplo, de las novelas de Jean Austen. Pero JAMAS, jamás retrocedería ni un mes hacia atrás. Para nosotras, los avances obtenidos en todo sentido, tendrían que ser una especie de "himno". Ahora bien, el mal uso que muchas de mi género le den a esos logros, ya es materia de discusión, pero creo que en eso no hay distinción de sexos. Saludos, Cayetano.
ResponderEliminarQué vidas más tristes las de las mujeres de otro tiempo. Si te digo la verdad no sé qué sería mejor para ellas, si entrar en el convento o matrimoniara veces por conveniencia con un marido que no se sabe qué resultado daría. La mitad de la población mundial todavía sigue siendo silenciada. Nos queda tanto por recorrer...
ResponderEliminarUn saludo
Querido Cayetano, a las de "Clásicas" nos ha perseguido siempre la leyenda negra, desde Quevedo y su "culta latiniparla" al dicho popular de "Mujer que estudia latín ...ni tiene marido ni buen fin".
ResponderEliminarMil bicos.
Juan: a mí me tocó sufrir una educación represora y cutre. Por eso los de mi generación tenemos algunas carencias.
ResponderEliminarUn saludo.
Patzy: como decimos por aquí, muchas mujeres tenéis el "enemigo" en casa; es decir: las propias mujeres que potencian las diferencias sexistas y el machismo.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmen: difíl elección entre el convento y un matrimonio de esos tan tradicionales.
ResponderEliminarUn saludo.
Profedegriego: no sabía yo eso de las que estudian latín. Creo que resultaba más fácil buscar una rima con esa materia que, por ejemplo, con la de Historia, Geografía o Matemáticas...
ResponderEliminarPodemos probar a ver:
La mujer que estudia historia
ni se casa ni va de novia.
Y la que estudia Geografía
se casa menos todavía.
No está mal, ¿no?
Un saludo.
¡Qué tiempos!
ResponderEliminarMe has recordado esas canciones y yo las cantaba...
Pero en la segunda decía:
Que sepa coser,
que sepa planchar,
que sepa la tabla de multiplicar!
Te diré que a parte de las otras cosas, me ha encantado tener pequeñas nociones de costura, pues me ha dado la oportunidad de hacerle a mis niñas muchos vestidos y ahora se los hago a mis nietos y me encanta.
Un abrazo.
Desde nuestra perspectiva y nuestra mentalidad es triste, pero en aquel momento era lo que había y para ellas ese era su mundo.
ResponderEliminarSer mujer, a lo largo de la historia, ha sido una profesión de riesgo.
Salu2
Rosario: lo malo es que muchas de aquellas mujeres se quedaron sólo en lavar y planchar. Algunas, como tú o mi mujer, pudieron estudiar afortunadamente.
ResponderEliminarUn saludo.
Javier: y siendo niño de aquellos tiempos no te planteabas nada. Pensabas que eso era lo normal en todas partes.
ResponderEliminarUn saludo.
Madre mía, pues sí que había oficios para elegir! Era como para tirarse por una ventana. Cómo nos ha costado a las mujeres superar la Edad Media, que para nosotras seguía presente en pleno siglo XX. Mirando esas cosas, al menos nos damos cuenta de que algo se ha avanzado.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Madame: afortunadamente se ha avanzado mucho en derechos de la mujer.
ResponderEliminarUn saludo.
Tiempos oscuros, pero que toda la sociedad lo veía como normal, la mujer dejaba la obediencia del padre para obedecer al marido, y si no se casaba se quedaba para vestir santos.
ResponderEliminarAún se juega a la comba, pero no oigo canciones.
Un abrazo.
Sí, era difícil la vida para todos, en especial para las mujeres, en especial si se casaban. La dependencia legal del esposo era absoluta.
ResponderEliminarUn saludo.
Valverde de Lucerna: una sociedad aquella muy patriarcal y jerarquizada. Hoy se juega menos a la comba porque hay otros entretenimientos.
ResponderEliminarUn saludo.
DLT: por ejemplo, no podían trabajar o abrir una cuenta corriente sin permiso del marido.
ResponderEliminarUn saludo.
Largo camino recorrido....Sin embargo algunas mujeres lograron evadir las limitaciones y leìan , a escondidas , claro ... lo que llegaba a sus manos.
ResponderEliminarNo se rindieron ante " el tejer, coser y bordar"...Por suerte!
Abrazos.
Carmela: afortunadamente esas niñas que aspiraron a algo más son las maestras y abogadas que hoy están a punto de jubilarse.
ResponderEliminarUn saludo.