(Hitler y Mussolini contemplando a la joven república que acaba de nacer. La nurse es Franco.)
Los fascismos son un producto de la crisis de entreguerras. Con frecuencia se comparan las características de las distintas familias fascistas y se extraen rasgos comunes de todas ellas: totalitarismo, antisemitismo, xenofobia, política exterior agresiva, militarismo, antiliberalismo, apoyo a los grandes terratenientes y propietarios, etc.
Hay otras características más personales y profundas que atañen a la idiosincrasia, a la manera de ser o de ver la vida de estos señores. A esas peculiaridades del carácter, del trato con los demás, de las relaciones con las mujeres... son a las que pretendo referirme en esta entrada.
¿Tenían los tres dictadores aspectos en común?
Como personas eran bastante complicadas.
En los tres encontramos una insatisfacción personal o profesional que los condujo a posturas radicales.
Mussolini, por ejemplo, quiso capitalizar el sentimiento de insatisfacción que se apoderó de la sociedad italiana tras el fin de la contienda haciendo un llamamiento a la lucha contra los partidos de izquierdas, a los que señaló como culpables del descalabro, y para ello creó en Milán en 1919 los "Fasci Italiani di Combattimento", grupos paramilitares de agitación que constituyeron el germen inicial del futuro Partido Nacional Fascista.
De todos es sabido el enorme grado de frustración familiar, amorosa, profesional y nacional que arrastraba Hitler (Y si no, ver mi entrada sobre los problemas del führer).
Franco a su vez se sentía desplazado e infravalorado por una República que lo tachaba de rebelde, ambicioso y de poco fiar.
Gusto por la violencia
Fascismo y violencia tenían bastante que ver. De todos son conocidas las palizas que los camisas negras, las SA, las SS o los falangistas propinaban a los "rojos" y demás “morralla” liberal o judeizante. La “dialéctica de los puños y las pistolas” sustituye al diálogo y al debate sereno. No se razona, se siente y se actúa. El culto a la virilidad, a la fuerza física, a la guerra es una característica de todos los movimientos fascistas. El “cree, obedece, lucha” de Mussolini sustituye al “libertad, igualdad, fraternidad” del liberalismo ilustrado.
Mussolini era enormemente visceral. En el colegio se hallaba en permanente disputa con sus compañeros. Era un niño difícil que siempre se metía en líos. Cuando tenía once años fue expulsado del internado en el que estaba estudiando, ya que había cortado con una navaja a un compañero de clase. Ya de mayor estuvo en prisión. Fue expulsado del partido socialista. Estuvo arrestado otra vez por tenencia ilegal de armas...
Sus camisas negras se van convirtiendo en protagonistas de numerosos episodios de violencia y agresión física o verbal contra sus adversarios políticos, sobre todo contra los socialistas y comunistas; el fenómeno fue llamado "squadrismo".
El duce en plena faena patriótica.
Lucha y pasión por el liderazgo
Mussolini entró en discusiones con algunos jefes que ponían en duda su posición de guía del movimiento (sobre todo Dino Grandi). De ahí que se atribuya al Duce lo siguiente: «¿Puede el fascismo dejar de contar conmigo? ¡Claro! Pero también yo puedo dejar de contar con el fascismo».
Hitler no quería compartir el poder, con el apoyo de sus incondicionales se quitó de encima gente molesta como a Ernst Röhm y las SA en “La noche de los cuchillos largos”.
Franco no era el director absoluto del golpe que acabó en guerra. Era uno más. Estaban Queipo de Llano, Goded, Mola, Sanjurjo... pero acabó siendo el jefe de las operaciones y el amo de España.
Porque cuando un dictador ejerce de tal sin serlo intrínsecamente nos encontramos con otra cosa diferente, por ejemplo, con un Miguel Primo de Rivera, que fue capaz de dimitir y todo.
Machismo
Mussolini: “A las mujeres, bastonazos e hijos”.
Sabemos que en la propaganda fascista hay por ahí alguna imagen donde se ve a una niña cosiendo con la "singer" y el niño jugando con un fusil. Y luego un mensaje que dice algo así como "Tu hermana cose con la singer y tú te entrenas con el mosquetón.” Vamos: machismo puro y duro.
Hitler y la moral de las tres “k”: “Kinder, Küche, Kircher”, una consigna nacionalsocialista que mandaba a las mujeres a atender a los niños, a la cocina y a la iglesia. En 1934, Adolf Hitler se dirigió a la Organización Nacional de Mujeres Socialistas y les dijo que “el mundo de una mujer es su esposo, su familia, los niños y su hogar”.
En la España de Franco, la Iglesia, la Sección Femenina y el Nacionalcatolicismo reinante, machacaban a la mujer con sus obligaciones domésticas. Ser buena esposa y madre era lo fundamental: “La mujer: la pata quebrada y en casa”. Era un dicho popular.
Las mujeres
Sobre la relación de estos líderes con las mujeres no hay coincidencia entre los tres. Mientras las relaciones de Hitler y de Franco -claro está que no me refiero a las que tuvieran entre ellos, sino con las damas- eran más bien anodinas y poco pasionales (Ambos tenían pocos vicios: no bebían alcohol, no fumaban, ni lo consentían en su presencia, tenían escasos escarceos amorosos, comían más bien poco), Mussolini parece ser que fue un mujeriego de aúpa y tuvo un montón de amantes, la última: Clara Petacci, fusilada y colgada boca abajo junto a él en una gasolinera por los partisanos antifascistas.
Buenos días Cayetano. Buena entrada nos traes acá. Este tema me encanta, es de gran importancia conocer esos regimenes tan asesinos para poder contrarrestar su proyección actual. Muy poca gente de hoy sabe realmente el esqueleto de esas dictaduras. La gente con miedo a la libertad, que desgraciadamente es mucha, incluso en el mundo moderno y desarollado, es fácil de caer en las garras del fascismo. Hoy tenemos casi los mismos ingredientes de entonces: racismo contra los inmigrantes, crisis económica, crisis de la democracia parlamentaria, crisis de valores democráticos y solidarios, individualismo ególatra, y un largo etcétera. Traes un buen estudio de aspectos poco conocidos deestos miserables: machismo, viloencia, racismo, complejos íntimos y demás lastres psicológicos. Lamentablemente el pesimismo de Eric From en su "Miedo a la Libertad" está en boga y su receta para combatirlo en su "Arte de amar" apenas se usa.
ResponderEliminarSaludos y buen domingo Cayetano.
Gracias, Juan, por tus amables comentarios.
ResponderEliminarUn pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo. Por eso debemos estar siempre alerta. Seguro que dentro de nada sale por ahí otro salvapatrias (¿saldrá de las FAES y de las JONS?). La demagogia en tiempos de crisis es un recurso fácil. Sólo con echar la culpa de la crisis y del paro a los inmigrantes llueven millones de votos de gente desmemoriada.
Un saludo y feliz domingo.
Que tres bichos.
ResponderEliminarCuánto dolor y muerte trajeron.
Debemos estar atentos.
Eso no puede volver a ocurrir. Ni en pequeña escala.
Saludos.
Ahí se aprecia el origen italiano: Mussolini era mujeriego al igual que su imitador actual... Por lo que, me temo, Toro, que a pequeña escala se está produciendo de nuevo en Europa réplicas cutres de los monstruos del pasado.
ResponderEliminarMuy bueno tu comentario, preclaro vástago y aventajado analista. Hay que evitar los fantasmas del pasado, ahora disfrazados de neocons.
ResponderEliminarEsos sí que eran bichos de cuidado, ¿verdad Toro? En pequeña escala sí está ocurriendo con algunos especímenes de las Azores y con el rijoso Silvio.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Cayetano:
ResponderEliminarEntrada interesante sobre las coicidencias de los gobiernos fascistas.
Pienso tambien como Juan, que hoy se dan los mismo ingredientes, para que aparezcan extremismos tanto de derechas como de izquierdas....Sabes que huyo de uno que cree ser de izquierda, pero simplemente no sabe lo que realmente es.
Saludos. Los carnavales en mi pueblo seran nevados este año.
Muy interesante la entrada de hoy Cayentano. Las similitudes entre los tres son evidentes, aunque creo que dá igual el bando, cualquier extremo es igual de peligroso, y debe tener los mismos ingredientes base. Lo importante es que nos concienciemos del peligro que implica "mirar para otro lado" cuando aparecen señales evidentes.
ResponderEliminarFeliz Domingo.
El problema, Manuel, no es el ser de izquierda, centro o derecha, porque las ideas pueden ser todas legítimas, sino ser un extremista, un dictador, un tutor impuesto que nos considere menores de edad, nos quite las libertades y sólo nos permita un camino. Y en eso sabes que coincidimos.
ResponderEliminarUn saludo.
Como dicen por ahí, Nikkita, los extremos se tocan: no me fío de ningún cantamañanas que venga a "salvarnos" y nos quiera quitar las libertades.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Caramba, no conocia esa infancia conflictiva de Mussolini. Por cierto, vaya lindeza de frase la suya de "a las mujeres bastonazos e hijos". Claro, todas las suyas serían por el estilo, por otra parte.
ResponderEliminarEn cuanto al dibujo con el que encabeza esta entrada, monsieur, simplemente genial. Esta graciosisimo.
Feliz año del tigre, monsieur
Bisous
Gracias, madame, por su amable comentario.
ResponderEliminarLa verdad es que los tres están muy monos en el dibujo, sobre todo la nurse.
Un saludo.
Hace años leí una historia de los amores de Clra Petacci y Mussolini escrita por una hermana de Clara. El individuo le tenía comidita la moral, ella estaba loca por sus mollares carnes encamisadas en negro noche. Estos lain lover son así, si no que se lo pregunten al caballero que hoy muestra veleidades de pequeño Calígula en la antigua Alba Longa ¿no?
ResponderEliminarDe Franco sé alguna otra cosilla jejeje, pero lo mío es la Literatura. Mejor me callo.
Cayetano, me encanta la entrada. Un buen punto de vista, sus semejanzas, como jefes totalitarios que marcan un antes y un después en la historia de sus pueblos. Sus miserias internas, que los encunbran como reyes del horror del siglo XX.
ResponderEliminarEstoy deacuerdo contigo en que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.Qué hoy día se dan elementos de inestabilidad, social, política y económica es toda una realidad, la salida a esto, como historiadora la veo oscura.
supongo que hay cosas que nunca se repetiran.
Buenas, Rosa. Sí, parece que de los tres amigos el italiano era más impulsivo en artes amatorias. También era un poco más corpulento, de mandíbula neanderthal. Ya se sabe que el hombre y el oso... Del gallego dicen que era algo anodino, así con la vocecita atiplada...
ResponderEliminarUn saludo y gracias por el comentario.
Creo, muchacha en la ventana, que la humanidad nada aprende de la historia y que estamos condenados a repetir los mismos errores. De todas formas es difícil que vuelvan a darse las mismas condiciones catastróficas que impulsaron los totalitarismos en Europa. Eso espero.
ResponderEliminarUn saludo.
Menuda santísima trinidad nos traes en esta entrada... ideológicamente creo que poco se llevaban entre ellos... quizá el aspecto religioso.
ResponderEliminarsaludos
Sí, quizá ese era el elemento más diferenciador. Franco era el representante del "nacionalcatolicismo".
ResponderEliminarUn saludo.
Mientras leía hice la misma asociación que Kay. Adhiero al comentario de Juan y trazando un paralelo... hoy estos nefastos personajes vienen disfrazados de empresarios exitosos, impecables, sin vicios... al menos en América Latina...
ResponderEliminarMe temo que lo de Toro es una gran utopia, están enquistados los muy ..... .. ....
¡Qué buen entrada, Cayetano! Todo placer, PROFE!
Abrazos y buena semana.
Aquí tambien hay mucho facha camuflado de neoliberal, pero se les ve el plumero.
ResponderEliminarUn saludo, Lenny.
Querido Cayetano, sencillamente genial, un tema siempre interesante.el dibujo precioso. Felicidades.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Isthar
Y lo malo de todo ello es que los tres se convirtieron en asesinos.Parece ser que en este trío había una cualidad que primaba sobre todas las demás y eran problemas psicológicos surgidos en la niñez. Dicen los psicólogos que tales problemas se arrastran y configuran el caracter en la edad adulta.
ResponderEliminarCreo que en ellos había una inseguridad congénita, cierto concepto de inferioridad y una idea imperante de Providencialismo.
Podrías haber incluído a Stalin quien, por cierto, tenía muchas similitudes en su transcurso vital con Hitler. Pero, bueno, analizando a ambos te puede dar perfectamente para otra entrada.
Enhorabuena y un abrazo
Llama a la reflexión y por que no a la decepción, este mundo parece una enorme rueda donde pasado poco tiempo estamos en el mismo lugar.
ResponderEliminarUn beso Cayetano, es mi primera vez por aca. Vine por comentarios de nuestra amiga "librera"
Gracias, Isthar por pasarte y comentar.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmen, el trío calavera. Al señor Stalin ya le dediqué la entrada anterior en su faceta de "desaparecedor" de moscones molestos.
ResponderEliminarUn saludo.
Mara, gracias por pasarte y comentar.
ResponderEliminarBienvenida.
Un saludo.
Sí, ya sé que entró como mago abracadabra en la anterior entrada. Pero yo me refería a comparar la vida de Hitler y Stalin.
ResponderEliminarUn besito
Los dos genocidas más grandes que ha tenido la historia contemporánea.
ResponderEliminarUn saludo, Carmen.
Llego un poco tarde. Como siempre muy buena entrada, Sr.Profesor y amigo bloguero....
ResponderEliminarSólo diré una cosa: ¡¡ Viva la libertad" y como tu dices por ahí "estoy alerta"....Sin ningún atisbo militarista,claro....
Besicos contemporáneos.
Mira encontré tu blog, y mucho interés por lo que escribes, saber como Vivian estos señores es muy interesante, gracias por publicarlo.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Cabopá, por pasarte y comentar. La libertad es lo más importante, que no nos la quite nadie.
ResponderEliminarUn saludo.
Bienvenida al blog, medianoche. Gracias por pasarte.
ResponderEliminarUn saludo.
Siendo crítico con la democrácia, no podemos decir que esta no ha cometido los mismos crímenes que el fascismo.
ResponderEliminarEn la historia mas reciente lo tenemos, solo hay que ser autocrítico con el propio sistema político y con la historia. Si no sabemos ser imparciales, caeremos en el pozo del idiotismo histórico.
La democrácia ya nos ha demostrado hasta donde puede llegar, ahora le toca el turno otra vez a la dictadura, del pueblo, como la de Mussolini o impuesta, como la de Franco.
La Historia va alternando entre dictaduras, de todo espectro posible, a simulacros o intentos de democrácia.
Creo que yo veré una nueva dictadura en España.
Lo malo de los sistemas políticos, ya sean democracias o dictaduras, es que detrás de ellos hay personas y muchas de esas personas dejan mucho que desear como gobernantes.
ResponderEliminarAhora bien, en una democracia, cada ciertos años, los ciudadanos pueden cambiar a sus gobernantes; mientras que en una dictadura eso no es posible y rendir cuentas de lo que hagan mucho menos.
Ojalá que no se cumpla tu pronóstico, sobre todo porque a lo mejor la dictadura que venga no nos conviene a ninguno.
Un saludo.