Fundador de la Asociación Internacional Africana, impulsor y financiador de la expedición de Henry Stanley, en la Conferencia de Berlín para el reparto de África, patrocinada por Bismarck, fue reconocido como soberano y propietario del Congo, con el fin de que explotara la región como le viniera en gana. Es decir que no se trataba de una colonia de Bélgica sino de una propiedad personal suya.
La historia de Leopoldo II en el Congo (1835-1909), es la de uno de los más sangrientos genocidas que ha dado la historia moderna. Paralelamente a su labor pretendidamente altruista en Europa, defendiendo el libre comercio y la abolición de la esclavitud, de forma hipócrita iba regulando una normativa legal para expropiar a los nativos del Congo de todas sus posesiones y riquezas, sobre todo el caucho y el marfil, desarrollando una política de trabajos forzados, obligando a la población de raza negra a realizar sus trabajos al mismo estilo de los esclavos de la antigua Roma. Si no cumplían con su cometido eran golpeados, asesinados, violados o en otros casos los mutilaban cortándoles las manos o las orejas, incluso los decapitaban o amenazaban a sus familias con hacerles lo mismo. Las condiciones eran miserables, tanto de trabajo como de salarios. Eran muchos los que sucumbían víctimas del hambre, de las enfermedades y de los malos tratos.… Se calcula que al menos 10 millones de personas perdieron la vida entre 1885 (año de reconocimiento internacional del Libre Estado del Congo) a 1908, aunque algunos hablan incluso de mucho más.
La historia de Leopoldo II en el Congo (1835-1909), es la de uno de los más sangrientos genocidas que ha dado la historia moderna. Paralelamente a su labor pretendidamente altruista en Europa, defendiendo el libre comercio y la abolición de la esclavitud, de forma hipócrita iba regulando una normativa legal para expropiar a los nativos del Congo de todas sus posesiones y riquezas, sobre todo el caucho y el marfil, desarrollando una política de trabajos forzados, obligando a la población de raza negra a realizar sus trabajos al mismo estilo de los esclavos de la antigua Roma. Si no cumplían con su cometido eran golpeados, asesinados, violados o en otros casos los mutilaban cortándoles las manos o las orejas, incluso los decapitaban o amenazaban a sus familias con hacerles lo mismo. Las condiciones eran miserables, tanto de trabajo como de salarios. Eran muchos los que sucumbían víctimas del hambre, de las enfermedades y de los malos tratos.… Se calcula que al menos 10 millones de personas perdieron la vida entre 1885 (año de reconocimiento internacional del Libre Estado del Congo) a 1908, aunque algunos hablan incluso de mucho más.
Leopoldo murió en el 1909. Al parecer su féretro fue abucheado por la gente.
En 1897 se atrevió cínicamente a escribir:
“La tarea que los agentes del Estado han de cumplir en el Congo es noble y elevada. Está bajo su incumbencia la civilización del África Ecuatorial.
Cara a cara con el barbarismo primitivo, luchando contra costumbres, de miles de años de antigüedad, su deber es modificar gradualmente esas costumbres. Han de poner a la población bajo nuestras leyes, la más urgente de las cuales es, sin duda, la del trabajo.
En los países no civilizados, es necesario, creo yo, una firme autoridad para acostumbrar a los nativos a las prácticas de la que son totalmente contrarias a sus hábitos. Para ello es necesario ser al mismo tiempo, firme y paternal."
Carta del rey Leopoldo II de Bélgica a los Agentes del Estado del Congo. Junio de 1897.
Citado por Clases de Historia
Fuentes:
como bien indicas un asesino genocida sin escrúpulos ... lo que este sujeto hizo en el Congo no es demasiado conocido... si en vez de negros hubiesen sido blancos sus victimas seguro que todo el mundo sabría de sus "hazañas civilizadoras"
ResponderEliminarEsa es mi opinión. Como los afectados eran negros o "salvajes", la cosa parece que tiene menos importancia.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.
Ya sabes que siempre ha habido categorías: no es lo mismo matar europeos que a africanos... O soldados norteamericanos que niños iraquíes...
ResponderEliminarEs la hipocresía de algunos. Hay historias que se conocen menos porque no interesan.
ResponderEliminarQue barbaridad, monsieur, que angelito!
ResponderEliminarY el hombre se fue de rositas. El unico castigo fue un abucheo a su feretro cuando total él ya no podia oirlo.
Eso de que el tiempo pone a cada uno en su sitio, sería mucho mejor si de paso fuera en vida.
Feliz dia, monsieur
Bisous
Sí, madame. A él le fue bastante bien. Asesinatos masivos aparte, en la Europa de finales del siglo XIX la colonización de tierras e indígenas era visto como algo normal. Y él se aprovechó de ese clima permisivo para hacer de las suyas.
ResponderEliminarUn saludo.
Gran articulo Cayetano! Esto nos permite reflexionar bastante sobre los caminos tomados por los europeos en favor de sus propios intereses pero, eso si, siempre justificados con los más altos valores. Es así como en nombre del eurocentrismo y de llevar la "civilización" a determinados lugares del mundo se han llevado a cabo atrocidades que harían palidecer al más "salvaje" de esos "bárbaros" que nombran muchos documentos de esta época. Siempre ocurre igual, los mayores crímenes se cometen en el nombre de los más elevados ideales.
ResponderEliminarUn saludo!!
Pues sí, desde luego, un pájaro de cuidado. De todas formas, los demás jefes de Estado de las potencias imperialistas eran también de aúpa. Lo que pasa es que su cinismo no fue tan duro como el de este pájaro. Otra cosa es curiosa: ¿cómo los hipercivilizados belgas le permitieron hacer esto? Un pueblo que vivió siglos como el paladín del antiimperialismo desde sus heróicas luchas contra los Habsburgo españoles y, sin embargo, bien que le tomaron gusto por el imperialismo. ¿Por que espero a la muerte del reyezuelo y no lo impidió antes? ¿Por que toleró que usase sus soldados para conquistar una propiedad privada? Porque el Congo no era "belga", sino una finca provada de Leopoldo.
ResponderEliminarSaludos y ya nos queda menos para las largas vacas de este año.
No sabía de la violencia que descargaba este hombre con sus súbditos, esclavos o propiedades. Porque como cuentas, si el Congo lo consideraba una propiedad suya, al fin y al cabo eran sus esclavos. ¡Vergonzoso! No me extraña que abucheran su féretro.
ResponderEliminarUn abrazo
Menudo ejemplar. Sabía que el Congo había estado bajo su dominio pero no conocía sus métodos ni su forma de pensar.
ResponderEliminarAsí es Bragi, en nombre de la civilización, los europeos, orgullosos y seguros de sí mismos, cometieron las mayores atrocidades.
ResponderEliminarSaludos.
Yo creo, Juan, que los belgas miraron para otro lado. No quisieron ver lo que estaba pasando. También, como dice Bragi, había mucho eurocentrismo, mucho mirarse el ombligo y creer que civilización y occidente eran términos sinónimos.
ResponderEliminarUn saludo.
Europa tapa sus vergüenzas cuando le conviene, sobre todo, Carmen, si las víctimas son "salvajes", gente sin civilizar o de segunda división.
ResponderEliminarUn saludo.
Cuando las víctimas son gente considerada "inferior", los indígenas africanos, Europa mira para otro lado.
ResponderEliminarUn saludo, Kassiopea.
Ni un pequeño pais como Belgica se salva de tener tipejos como ese. En fin, el ser humano, como siempre, dando lo maximo de si mismo
ResponderEliminarUn saludo y Feliz Navidad
Y eso que Bélgica llevaba poco tiempo disfrutando su independencia.
ResponderEliminarUn saludo, Sila.
Un "mirar hacia otro lado" selectivo es, desgraciadamente, la base de la moderna diplomacia. A mayor riqueza del país infractor, mayor es el giro hacia atrás de las cabezas del resto de estados.
ResponderEliminarO sea, José Luis, el "mirar para otro lado" es "directamente proporcional" a la riqueza.
ResponderEliminarUn saludo.
Otro individuo que fue parido,mientras que los demás fueron cagados.
ResponderEliminarEsto decimos por mi pueblo para identificar a estos tipos sanguinarios.
Un abrazo.
Eso pienso yo también, José Antonio...Un pájaro de mucho cuidado este señor don Leopoldo.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy buena entrada. Por cierto, la última novela de Bernardo Atxaga se desarrolla en el Congo de Leopoldo, para quien quiera meterse en la época.
ResponderEliminarUn abrazo, Cayetano
No conocía la novela de Bernardo Atxaga sobre el Congo y el rey belga. Debe estar bien.
ResponderEliminarUn saludo.
La historia mundial debe colocarlo en el lugar de genocidas, porque lo ha sido...
ResponderEliminares increíble q existan seres tan perverso é inmunes a asumir las barbaries q pueden cometer, y este nauceabundo personaje (q no ha pagado en vida, pero debe estar muy lejos del cielo) llamó mi atención por este artículo: http://www.gatopardo.com/numero-116/cronicas-y-reportajes/tras-un-fantasma-en-el-congo.html
y para reirse está esta biografía,
por cierto, nada cercana con la realidad:
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/leopoldo_ii.htm
Aliccide: en efecto, un genocida.
ResponderEliminarEl primer enlace es sumamente interesante, todo un reportaje periodístico.
El segundo, como tú dices, es para reir. ¿Quién lo hizo? ¿Un belga nacionalista?
Un saludo.
Hola,
ResponderEliminarDe verdad q todo este tema me hace sentir q estoy descubriendo una realidad paralela...!!
y se me ha metido entre ceja y ceja leer el libro de "El sueño del celta" del reciente galardonado Nóbel, Mario Vargas Llosa, y el libro de Doyle y Twain, donde sus obras se basa en el Informe escrito por Roger Casement.
Creo q tenemos la obligación moral de continuar difundiendo la historia de este genocida, para q quede claro q si bien no fue condenado, sus descendencia pase la verguenza de tener un antepasado así, y de algún modo garantizar q las barbaries q uno persona cometa jamás quedará impune.
Quién quiere ser recordado como un desgraciado después de muerto??
El Holocausto de los judios todavia se discute (N° tambien), pero este que es por lo menos 10 veces peor en todo
ResponderEliminarNereo: un genocida, un sinvergüenza sin escrúpulos.
ResponderEliminarSaludos.
Un indeseable genocida que además, para más inri, se permite dar clases de civilización a otros seres humanos con bastante mejor alma que él. La arrogancia occidental y la barbarie en una sola persona...
ResponderEliminarSaludos, Cayetano
Temido por unos y odiado por otros. Una joya el Leopoldito.
EliminarUn saludo, Félix.
La primera vez que leí algo en profundidad de espécimen no me lo podía creer: ¿Cómo es posible que semejante genocidio no fuese más conocido, más condenado? ¡Y el responsable era un monarca... belga? En fin. Como se dice más arriba, siempre ha habido y siempre habrá clases hasta con las víctimas.
ResponderEliminarSaludos
Europa tapa las mierdas que no interesa sacar. Esta es una de ellas. Se hicieron barbaridades en nombre de una presunta civilización superior.
EliminarUn saludo, Xibelius.
¡Un horror de hombre! Y no existe justificación posible. Ni siquiera que el etnocentrismo hacia que los paises de Europa se miraran el ombligo y creyeran superiores. O decir que era "común".
ResponderEliminarUn abrazo. Gracias por recuperar esta entrada.
Un monstruo. Nada justifica esclavizar a los semejantes.
EliminarUn abrazo, Myriam.