Me ocurrió este año. En el
súper. Era un 13 de febrero, la víspera de san Valentín.
Delante de mí, en la
fila para pagar en caja, había un hombre como de unos cuarenta años, menudo, de carnes secas. Cuando ya le
tocaba el turno, se abrió la puerta del local y entró una moza de buen ver,
con pantalón ajustado y curvas pronunciadas. Y el hombrito, con la compra del
día en la cinta de la caja, se quedó embelesado unos segundos, siguiendo
descaradamente, como hipnotizado, el bamboleo de las poderosas caderas de la aparecida... Si
hubiera dado un paso en dirección a la señora estupenda de culo ceñido, habría
patinado indudablemente en su propia baba. Luego recapacitó, con aires de disimulo, como diciendo "yo soy un inocente varón", recobró la compostura, giró la cabeza
hacia donde estaba inicialmente y, antes de pagar, reparó en un cesto lleno de
ramos de flores que, a un lado de la caja, ofrecía la posibilidad de llevarse
uno de ellos dada la oportunidad de la fecha. El hombre se aproximó allí, cogió
uno y lo puso en la cinta transportadora junto a los huevos, los
macarrones, la botella de aceite y el brick de leche que iba a pagar. Un
gesto de última hora para su mujer en fechas tan señaladas.
Todo un detalle de un
hombre verdaderamente enamorado que siempre se acuerda de estas cosas.
Se puede estar enamorado de una persona... y que la bragueta nos haga mirar en otra dirección. De valientes es reconocerlo.
ResponderEliminarSaludos, Cayetano
Suele pasar, aunque resulta "chocante" verlo desde fuera.
EliminarSaludos.
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ResponderEliminarpero ¡¡¡¡, si, vale , bien, correcto, estupendo, maravilloso, cojonudo, paranormal....¿qué pasó con la de las curvas ceñidas ?¡¡¡¡¡
La buena moza siguió levantando ánimos entre la concurrencia.
EliminarSaludos, Miquel.
Mira tu...al menos se acordó...o él mismo se culpabilizó...
ResponderEliminarEn todo caso, la esposa sabrá reconocerlo (su amor o su culpa...)
Saludos Cayetano.
De todo un poco. Somos humanos y estamos vivos.
EliminarSaludos, Manuel.
la fila del súper da para muchas historias, en este caso una historia romántica ;)
ResponderEliminarSaludines.
En algo hay que entretener el tiempo.
EliminarSaludos,Xurxo.
Este hombre era un inconsciente, ¿a quién se le ocurre, poner las flores junto a los huevos y los demás productos?, un enamorado no hace estas cosas.
ResponderEliminarSalud
Jejeje. Ahí estaba la cuestión: ramos de flores con macarrones. Prosaico todo.
EliminarSaludos, Francesc.
Uno de los inconvenientes de cierta condición masculina poco agasajado por “tías guenas”, ay! Tiene su paralelismo aunque de otro modo o estilo entre cierto género femenino inseguro y poco agraciado según los cánones del momento, otro ay!
ResponderEliminarSí. Se le puede sacar más de una lectura. El mal gusto también está presente.
EliminarSaludos, Emejota.
Un gesto aparente, sin duda. Si eso llamado amor dependiera siempre de unas flores...Por lo demás, el que esté libre de ser voyeur -más o menos disimulado- que tire la primera piedra. Gracias, Cayetano.
ResponderEliminarSi miras, mejor ve solo, porque seguro que te cazan. Jejeje.
EliminarSaludos, Fackel.
Quizás en los primeros meses de enamoramiento no se tenga ojos para nadie más que para tu enarmorado/a pero pasados esos meses, ya lo creo que sí. Nada que ver querer a alguien con que se te vayan los ojos detrás de otro/a. Eso sí, que no te vea el tercero/a en discordia que te enteras.
ResponderEliminarSAludos.
Jejeje. Sí, es una situación embarazosa.
EliminarSaludos, Manuela.
Creo que una cosa es admirar y otra amar. Quizás se sintió culpable, nunca se sabe. Un saludo.
ResponderEliminarSí, pudo sea que ese sentimiento de culpabilidad le llevara a tener un detalle con su mujer. Vete a saber qué nos quiso contar su autor. Creo que él tampoco está del todo seguro.
EliminarUn saludo.
Lo mismo no había regalado flores en su vida.
ResponderEliminarEntonces el detalle y la sorpresa fueron muy gordos.
Saludos.
Notó que estaba vivo, que la sangre corría por sus venas y pensó, de pronto, en su mujer, más asequible y segura.
EliminarO no. Vete a saber.
Un saludo, el tejón.
Los detalles salvarán, o condenarán, al mundo.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Contradictorios siempre seremos. Y, bueno, una señal de que estamos vivos y la sangre corre por nuestras venas.
EliminarSaludos, J.
¿como sabes que era hetero?, igual las flores eran para su novio y lo que miraba eran los tacones de la muchacha para copiarselos en el carnaval próximo. ¿Vale?
ResponderEliminarJejeje. Vete a saber. Es que soy muy mal pensado. Pero le miraba el culo, que conste.
EliminarUn saludo, Chordi.