La
Belle Époque fue un periodo de nuestra historia cuyos extremos cronológicos
estarían marcados por dos fechas significativas: 1871, fin de la Guerra
Franco-Prusiana y 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial. Tras la primera,
que dio lugar a la aparición de la Alemania contemporánea, Europa comenzó a
vivir una etapa de paz que posibilitó que muchas naciones entraran en una senda
de avances y desarrollo económico.
Fue
en efecto una época caracterizada por el optimismo, la confianza en el futuro y
la fe en el progreso. Europa, de la mano del capitalismo imperialista,
fortalecida tras su expansión colonial por Asia y África, iniciaba una etapa
decisiva donde la tecnología, la ciencia, la economía y la cultura parecían ir
de la mano prometiendo un futuro mejor para las siguientes generaciones.
La
electricidad y el petróleo tomaron el relevo del carbón y del vapor. Se
desarrollaron los ferrocarriles, el teléfono, el telégrafo, los automóviles, el
avión…. Aparecieron los rayos X, los antibióticos, las vacunas. Todo aquello
constituía una auténtica revolución tecnológica, un tiempo de bienestar que prometía
no tener fin.
Se
denominó posteriormente así, “Belle Époque”, con esa expresión francesa, por pura nostalgia:
una manera de bautizar a un tiempo de esperanza que se volatilizó en el aire,
una especie de sueño frustrado o de paraíso perdido tras el terrible shock que
supuso el estallido de la Gran Guerra.
El
desastre del Titánic, además de constituir por sí mismo un presagio, se
convirtió en la metáfora del hundimiento de todo un continente, el europeo.
¿Estaremos
viviendo ahora los últimos años de una nueva “Belle Époque”?
No te quepa duda...y no soy Testigo de Jehová, pero no me cabe duda de esto es el tiempo del fin de esta civilización, al menos tal como la conocemos.
ResponderEliminarSalut
Y si no es el apocalipsis, sí será el final de un ciclo. Esto ya no da para mucho más.
EliminarUn saludo, Miquel.
Me pienso la repuesta mientras cocino y vuelvo
ResponderEliminara ponértela.
Besos
La respuesta dependerá de si se trata de un plato caliente o frío. Jajaja.
EliminarQue salga bien. Un abrazo, Myriam.
Podrías creer que cociné muy lento, pero otros temas que hube que atender, me impidieron volver enseguida. Pero aquí estoy. Soy un poco más optimista que tú al respecto: Esperemos que no.
EliminarUn abrazo
Ojalá estés en lo cierto y el ciclo histórico actual acabe en una especie de aterrizaje suave y llevadero. Todo es posible.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Es posible que sea el fin de un ciclo...Nada es eterno y ejemplo tenemos bastantes.
ResponderEliminarSaludos
En efecto. Y este ciclo da muestras de agotamiento.
EliminarUn saludo, Manuel.
No puedo afirmarlo, pero tiene todos los visos de que vivimos una etapa de cambio, una evolución que no va de un día al siguientes, pero sin duda la Burbuja Inmobiliaria puede ser "el Titanic" de otro tiempo; un tiempo en el que posiblemente Cayetano Gea sea el Di Caprio de la película.
ResponderEliminarUn abrazo
Eso solo pasa en el cine. En esta crisis, como mucho, me tocará el papel de extra.
EliminarUn abrazo, Paco.
Esperemos que no. Además de por todos los avances tecnológicos, la Belle Epoque también se caracterizó por una enorme productividad artística. Ni ahora ni en los años precedentes el movimiento artístico se ha acercado a aquella época. Besos Cayetano
ResponderEliminarAunque la historia tiende a ser cíclica, ninguna época es exactamente igual a otra. Sí hay elementos coincidentes: cierta tensión a nivel internacional, cierto descontrol de los mercados y posible agotamiento del modelo económico y geoestratégico que se inició tras la segunda guerra. Esperemos que el fin de ciclo por lo menos se lleve a cabo de forma tranquila y podamos contarlo.
EliminarUn abrazo, Ambar.
Posiblemente estemos viviendo el final de un época relativamente dorada.
ResponderEliminarLos cambios económicos que se avecinan, con la polarización de nuestra sociedad entre los muy ricos y la miseria del resto no auguran nada bueno.
Hay que recordar que la "belle epoque" precedió al estallido de la primera guerra mundial y a la revolución rusa, que puso fin a un sistema de sociedad feudal que me recuerda mucho a la que los poderes económicos intentan reinstaurar ahora a nivel mundial.
En la Rusia zarista no existían los ciudadanos, solo había siervos.
Hemos cambiado a la oligarquía terrateniente rusa por las grandes corporaciones que cotizan en el NASDAQ, pero en el fondo son la misma basura con idénticos métodos de esclavitud : mantener a la población en el límite de la miseria.
Un abrazo.
Y hay otra "paz armada". Solo con echar un vistazo a las maniobras de Trump, Putin o el friqui de Corea del norte, nos damos cuenta de lo frágil que es la paz.
EliminarUn abrazo, Rodericus.
Tal vez no sea el fin de Europa, sino el de una época de la Humanidad. La genética, los robots y otros inventos que van disparados parece que van a dejar irreconocible al Homo Sapiens. Lo mismo hasta se vuelve "sapiens" y todo.
ResponderEliminarUn saludo
No sé, no sé... Esto no tiene buena pinta. Veremos a dónde nos llevan estos.
EliminarSaludos, Carlos.
Tiempos conflictivos, aviso de apocalipsis, ya los hubo en el pasado. Nunca se sabe de lo que seremos capaces, pero sí parece que nos dirigimos hacia tiempos nuevos. Y los cambios cada vez se producen con ayor rapidez; pero con la misma celeridad somos capaces de adaptarnos. Que la sociedad futura sea mejor o peor a nuestros ojos de hoy, es cosa incierta, pues cada tiempo tiene su propio punto de vista, pero que duda cabe que la tecnología en sus muchos aspectos va a cambiar mucho más de lo que ya lo ha hecho, el mundo.
ResponderEliminarSaludos.
Me preocupa el deterioro del planeta, el aumento de la miseria y de los refugiados, la escalada armamentística, el terrorismo a escala internacional... No sé dónde acabaremos.
EliminarUn saludo, DLT.
De momento comentando por blogger. Por supuesto comparto tus pensamientos.
ResponderEliminarJejeje. De momento. Tú lo has dicho.
EliminarUn saludo, Emejota.
Habíamos tocado techo, se decía. No se podía aspirar a más y todos los logros científicos y tecnológicos ya serían insuperables. El triunfo de la razón, años de bonanza en los que incluso se llegó a marchar a la I Guerra Mundial con cierta alegría y hasta euforia. Luego, ya lo sabemos, se despertó del sueño y hubo que poner los pies en el suelo de nuevo.
ResponderEliminarUn saludo, Cayetano!
Enseñanza de la historia: nada es lo que parece y nunca hay que bajar la guardia. En cualquier momento te la lían.
EliminarUn abrazo, Félix.
Para el observador, no será por falta de intereses de que todo se vaya a tomar por donde no brilla el sol. Los tiempos felices son malos para los fabricantes de tinieblas, Cayetano.
ResponderEliminarSaludos.
Además, tiempos felices a medias. Mientras la gente pensaba que aquello era el no va más del progreso, naciones como Francia, Inglaterra y Alemania se armaban hasta los dientes (La "Paz Armada" se llamó a ese periodo) Luego, la carrera de armamentos buscó su salida natural.
EliminarUn saludo, Ana.
¿Fin de la Belle Epoque ahora? No creo que haya habido una época de prosperidad hasta el presente, quizá en España una leve mejoría en cuanto a derechos sociales que se van perdiendo poco a poco. Pero desde el punto de vista económico ya nos caímos con todo el equipo en los 70 y la crisis de los 80 fue tremenda. Vamos a peor, eso seguro, en cuanto a cambio climático, pérdida de derechos sociales y laborales, y radicalimos políticos, al margen del problema del terrorismo y de los refugiados. Pero no está todo perdido. Desde el prisma del contemporáneo a unos hechos determinados siempre el pasado fue mejor, ¿no crees?
ResponderEliminarUn saludo
No lo sé. La verdad es que el presente me da poca confianza. Son muchos los que ya hablan del agotamiento del modelo actual: económico, financiero, ideológico, social... que nació tras la pasada guerra. Luego tenemos a esos locos de la escena política mundial que dan de todo menos tranquilidad. Si hay una nueva crisis mundial, pediremos con todas nuestras fuerzas que sea leve.
EliminarUn saludo, Carmen.