1984 es el título de una novela y algo más.
Un año que se suponía orwelliano, pretendidamente catastrófico, apocalíptico.
Para los que sobrevivieron, acabada la guerra mundial, ese año quedaba muy lejos y se podía allí fijar una fecha para un futuro amenazante e incierto. La novela de Orwell se escribió al poco de terminar la Segunda Guerra Mundial. Se puede decir que es un producto de la guerra fría, de la psicosis nuclear y el miedo al totalitarismo estalinista. La novela se sitúa en una futura Inglaterra, donde el Partido Único promueve una feroz represión organizando la vida de sus ciudadanos de una forma tiránica, ejerciendo un absoluto control de sus acciones y pensamientos. El protagonista de la obra trabaja en un departamento cuyo objetivo es reescribir la historia, algo muy típico de las dictaduras y también de los nostálgicos que, a pesar de prosperar en democracia, aspiran incomprensiblemente a desestabilizar ésta. (A buen entendedor...) La labor que lleva a cabo “El Ministerio de la Verdad”, destruyendo todos los documentos que desmienten la historia oficial recuerda también a otra gran obra de historia ficción, Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.
Y es en esta obra donde aparece el “Gran Hermano”. Algunos creen que esto es algo original de absurdos y degradantes programas morbosos y horteras de TV. El Gran Hermano te vigila. Ese símbolo de ojo que ves y que todo lo ve, instalado en cada minivivienda, especie de celda interactiva bajo control del omnipotente televisor. Símbolo del poder absoluto en una sociedad dirigida donde está prohibida la intimidad y la libertad individual.
Pero 1984 era además un año bisiesto y en ese año precisamente no se acaba el mundo. En España gobierna Felipe González, quien tiene que hacer frente a la “reconversión industrial”, mientras ETA continúa su escalada terrorista; en EEUU gobierna Ronald Reagan, con sus acostumbradas meteduras de pata; en Argentina intenta gobernar Raúl Alfonsín; en la India es asesinada Indira Gandhi y en Nicaragua gana las elecciones el Frente Sandinista de Liberación Nacional. En Perú, el gobierno de Belaúnde Terry se tambalea sacudido por la crisis económica y el terrorismo de Sendero Luminoso. Al año siguiente tomará el relevo Alan García. En Rusia, país que hace de Afganistán su escenario en una guerra fría que se va acabando, se inventa un nuevo videojuego llamado “Tetris”.
Es decir, normalidad absoluta dentro de un orden.
No era la felicidad deseada pero tampoco el Apocalipsis.
Zona 84, número 1
Pero 1984 era también un cómic, un gran cómic de calidad de fantasía y ciencia ficción, de evidentes raíces orwellianas, editado en Barcelona, que luego cambió su nombre por el de Zona 84, precisamente ese año emblemático, con series tan estupendas como “Stratos”, “De vuelta a casa”, “Tragaperras” o “Chances”, donde se daban cita autores nacionales y extranjeros de la talla de Miguelanxo Prado, Abulí, Bernet, Serpieri, Trillo, Horacio Altuna, Juan Giménez, Corben, Daspastoras… Una maravilla del cómic para adultos en una época en la que todavía no había irrumpido el manga con su carga comercial.
Un gran referente no exactamente en el tiempo sino en el devenir de los tiempos. Proyecciones al llevar las consecuencias de lo que se estaba gestando sumado al conocimiento la naturaleza humana llevado a sus extremos. Lo leí en USA en 1965. Me impresionó tanto que me hizo escribir unas palabritas al respecto, puede que en algún momento vean la luz en este blog. Pero claro, solo tenía 16 años, me dio miedo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEmejota: es uno de esos libros que te hace pensar en lo que puede venir en un futuro de pesadilla.
ResponderEliminarUn saludo.
Trillo y Altuna, excelentes por cierto ,de la escuela de los grandes dibujantes de mi pais ,
ResponderEliminara la altura del gran Oesterheld ,quizás el mejor dibujante argentino,desaparecido por la dictadura por cierto ,que con su gran tira
El Eternauta hecha allá en los principios de los 60 hizo ficción de la mejor
Nando: fue una época muy buena para el cómic de calidad. Tus paisanos eran unos genios. Juan Giménez también me gustaba mucho.
ResponderEliminarUn saludo.
Un año muy inspirador para el arte, por lo visto. Y eso que los años bisiestos dicen que son gafes. Este no tuvo nada de apocaliptico, no.
ResponderEliminarFeliz dia, monsieur
Bisous
Mal año al menos para mi, empezé a ser un esclavo más incorporándome al mercado laboral con lo bien que vivía yo hasta entonces. ¡Maldito 84!, ya habían anunciado que nada bueno nos traerías.
ResponderEliminarRecuerdo perfectamente ese año, y ese gran libro, anotado como uno de mis preferidos, y esas grandes revistas, 1984, hasta el momento que empezaron las votaciones de los grandes lectores que éramos , para que en 1985, cambiara el nombre.Y, que por desgracia, no cuajó...
ResponderEliminarEn cuanto a la paletada de la basura televisiva de gran hermano, ay, si Orwell levantara la cabeza¡
Madame: un año poco gafe, en efecto, a pesar de ser bisiesto. No había caído en la cuenta de que lo era.
ResponderEliminarUn saludo.
José Eduardo: si empezaste a ser esclavo del sistema laboral...fue mal año. Está claro. El trabajo es una maldición bíblica.
ResponderEliminarUn saludo.
Javier: me acuerdo de eso que dices que hubo una encuesta entre los lectores para ver el cambio de nombre. Debo remirar los viejos ejemplares que andan por la buhardilla para ver las propuestas que hubo. Recuerdo, eso sí, que se eligió un formato algo más pequeño y manejable que el anterior.
ResponderEliminarSaludos.
Un año intenso, aunque en el pasado siglo ha habido de todo menos aburrimiento.
ResponderEliminar1984 no fue el fin del mundo ni el momento en que ya existía un sistema tan totalitario... pero puede que sólo haya errado la fecha más que la deriva de las sociedades humanas. ¿Y si cambiamos al Estado por la Globalización económica y sus poderosas multinacionales?
Saludos, compañero.
Maravilloso artículo Cayetano. Solo añadir una cosa más. Ese año se estrenaba una de mis películas favoritas: Érase una vez en América con Sergio Leone de director, Ennio Morricone haciendo la banda sonora y Robert de Niro como protagonista. Ya no se hace cine como este...
ResponderEliminarUn saludo!!
Hola Cayetano, parece que hayas estado en mis clases en las últimas semansa. No he parado de recomendar este libro de Orwell entre mis alumnos de bachiller.
ResponderEliminarMi aportación a tu entrada de 1984: año de estreno de la estupenda obra de J. Cameron "Terminator"
Saludos
Leí 1984 por obligación y siempre le tuve manía, tanta que aún no he leído "Nosotros"de Zamiatin porque dicen que Orwell se insipiró directamente en ella. Para mi el 84 si fue apocalíptico. Ese año hice cuarto de EGB y por primera vez me mandaron interna a las monjas...grrr.
ResponderEliminarMe encantan estos post, Cayetano. Un abrazo
Tengo la novela y más de una vez he pensado: "mira que si nos llegase a pasar esto..."
ResponderEliminarEn el 84 estaba yo sumida en plena revolución hormonal propia de mi recién estrenada adolescencia, así que tampoco ponía demasiado interés en lo que ocurría a mi alrededor.
Pues en ese año mi mente todavía no pensaba en otra cosa que en jugar, cole y chuches. Creo que ese, precisamente, fue mi primer año de colegio, por cierto, nada traumático, más bien lo contrario. Siempre decía: "Niños, cole, jugar". También fue el 84 el año de mis primeras letras y nataciones.
ResponderEliminarSaludos
Hola Cayetano:
ResponderEliminarMe gusta mucho estas entradas tuyas tipo almanaque mundial.
1984 también fue año olímpico. Los Ángeles fue la sede, que boicoteron los todavía países tras la cortina de hierro, bajo la excusa de poca seguridad para sus deportistas.
Saludos
Recuerdo que leí esa novela mucho antes de que llegara el año en cuestión... En los años 60 y 70 se fantaseaba mucho sobre el futuro. ¿Te acuerdas de una canción de Billi Cafaro que hablaba de marcianitas y decía algo así como: "adorada marcianita, espigada, chiquita, morena, serás mi amor/ la distancia nos acerca/ y en el año 70 felices seremos tú y yo". Ya ves en qué ha quedado eso... Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarGracias por refrescarnos la memoria Cayetano, lo cierto es que yo en el 84 era una criaja... y no recuerdo apenas nada. Por cierto, que no he leído el libro aún, un delito, lo sé... Abrazos ;-)
ResponderEliminarNuestro Garito: a lo mejor este apocalipsis lo hemos adquirido a plazos y así, poco a poco, como quien no quiere la cosa, nos van dejando al lado del abismo.
ResponderEliminarUn saludo.
Bragi: pedazo de película y banda sonora.
ResponderEliminarUn saludo.
Ulises: no me digas que "Terminator" es de este año. "Sayonara, baby". ¡Cómo pasa el tiempo!
ResponderEliminarUn saludo.
Almalaire: ya veo que ese año tuviste un pequeño apocalipsis personal. ¡Las monjas! Brrrr.
ResponderEliminarUn saludo.
Kassiopea: tú ya tenías bastante con lo del "pavo". ¡Qué tiempos".
ResponderEliminarSaludos.
Carmen: está visto que el único carrozón que anda por estos barrios es un servidor. Almalaire, Kassiopea y tú andabais en el cole.
ResponderEliminarUn saludo.
Manuel: no caí en que fue año olímpico. Debe ser porque soy poco deportista. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Isabel: era la moda lo de los marcianos. En películas, en canciones como la que tú traes. ¿Te imaginas un "Romeo y Julieta" con terrícola y marciana"?
ResponderEliminarUn saludo.
Carzum: ya veo que tú también eras de la "quinta" de Almalaire, Carmen y Kassiopea. Con esa edad no se enteraba uno de casi nada. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Que verdad es esa de que el Gran Hermano ya estaba inventado en la novela de Georges Orwell, y no es un invento de Endemol ni de Telecinco; ese ojo que controla todos tus movimientos...
ResponderEliminar1984 fue un gran año para mí: recuerdo que estaba en 4º de carrera y aquel fue un año de huelgas y manifestaciones y encierros (tratabamos de impedir que el consejo de la Universidad de Sevilla aprobara la Lou, bueno, el desarrollo normativo de esta ley). Tembién ligaba yo bastante por entonces. En fin, no fue un mal año, no. Un saludo.
Paco: sin duda lo mejor de ese año es lo que cuentas al final. Éramos 26 años más jóvenes.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gustaría pensar que en el futuro no seremos vigilados por un Gran Hermano ni procreados, clasificados en categorías, según la inteligencia y funciones predeterminadas, y eliminados con un poco de soma. Sería un mundo totalmente infeliz. Aunque me temo lo peor. Suerte que nosotros no lleguemos a verlo.
ResponderEliminarAunque todo es posible, y siempre cabe una rebelión en la granja. Un saludo.
Como te he dicho siempre, pater, confundes comercialidad con no calidad. Hay mangas sobresalientes de grandes continuadores de la labor de Moebius, Azpiri y compañía. Al señor Masamune Shirow, por ejemplo, se le conoce por ser el dibujante y guionista que mejor expresa conceptos de ciencia-ficción. Tanto es así, que ganó el prestigioso premio Hugo, el mayor galardón que se concede por una obra CI-FI.
ResponderEliminarNo olvidemos que el cómic, el noveno arte, no deja de ser un negocio, como todo, y que despreciar un género entero de él (en este caso, el manga, aunque podría valer el cómic americano en general) no es justo, aunque se esgrima la bandera de la legendaria (y por legendaria quiero decir falsa) independencia del cómic europeo. ¿Acaso Tintín y Astérix no son comerciales? Pero no por ello dejan de ser geniales.
Desde la terraza: lo malo de la rebelión en la granja es que hay "cerdos" y no sé si fiarme o no de ellos. Jejeje.
ResponderEliminarAhora en serio: creo que con todas estas medidas para protegernos del terrorismo internacional, sobre todo en los aeropuertos, estamos perdiendo la intimidad frente a las cámaras. Da miedo.
Un saludo.
Claro que hay ejemplos de manga o cómic japonés de calidad, pero la inmensa mayoría son álbumes en exceso comerciales de usar y tirar. ¿Vamos a comparar la mentalidad y la maquinaria comercial nipona y americana con la europea? En materia de cómic no hay parangón.
ResponderEliminarAstérix es genial, sobre todo cuando vivía el guionista. De Tintín prefiero no hablar. A mí eso de la línea clara me gusta poco.
De todas formas, también es cierto que en esto pesan mucho los gustos, la edad a la que se lee y se eligen los referentes. Y sobre gustos ya se sabe...
Es triste que los jóvenes de hoy en día identifiquen "gran hermano" con un programa de TV (una mierda de programa, por cierto), y no por esa gran novela de Orwell.
ResponderEliminarAsí es Manuel. Para muchos, lo que no sale en la tele no existe.
ResponderEliminarUn saludo.
Un año extraño, eran los tiempos más duro del terrorismo del ETA, y apenas habían pasado dos del Golpe de Estado, la democracia comenzaba a afianzarse...
ResponderEliminarUn saludo.
PD: parece que finalmente podré despegar mañana por la mañana
Cayetano, gran entrada. Este libro fue un regalo reciente, tengo que confesar que me dio mucho miedo con aquello "de que el gran hermano todo lo ve", una novela de ciencia ficción, que critica al sistema de stalin, donde todo se reescribe: no existe la historia (ahhhhh)
ResponderEliminarMiedo, porque a veces piensas que esa observación se puede dar en el siglo XXI. Has nombrado a Fahrenheit, aquello de que los bomberos queman los propios libros, paradoja.
Así es la vida.
un abrazo
Muchacha en la ventana: el futuro es algo impredecible, pero el miedo al terrorismo, a la delincuencia, etc. puede hacer que la gente demande más seguridad y más mano dura, el primer paso para conculcar libertades.
ResponderEliminarUn saludo.
Carolvs: un año difícil pero con esperanzas.
ResponderEliminarMe imagino que a estas alturas habrás podido ya coger el avión.
Un saludo.
Ya queda tan atrás 1984,pero siempre estará....
ResponderEliminarEn ese año yo era madre de dos hijos pequeños, trabajadora, me comía el mundo...Hoy hago un blog para asomarme al mundo, sigo trabajando y algún día, no sé cuando, quizá sea abuela...
Besicos.
Cabopá: más o menos esa era la situación de los que andamos ya entre los 50 y los 60. El tiempo pasa. ¡Vaya faena! Un secreto: no me hace ninguna ilusión convertirme en abuelo. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
La lectura de 1984 me produjo terror y un enorme desasosiego.
ResponderEliminarQuiero creer que Orwell creo una obra tan pesimista, no como premonición sino como aviso de navegantes, para que nunca, nunca la libertad nos sea arebatada de una manera tan cruel.
Un abrazo Á.
NOTA: Creo que se ha perdido el larguísimo comentario que hice a tu entrada sobre la quema de libros y el index ( por eso, por demasiado largo). Conservo la esperanza de que de aquí a mañana quizás aparezca entre los que has recibido y pueda recuperarlo. Si no, intentaré recordar lo que decía, aunque ya no será el mismo.
Ángeles: afortunadamente no se ha perdido tu comentario sobre "Prohibir la lectura". Está enterito y además me ha encantado.
ResponderEliminarSobre la obra de Orwell yo también creo que, además de ser un producto del desencanto tras la guerra, se trata de un aviso para que no caigamos de nuevo en el totalitarismo, algo que puede ser echado en el olvido, condenándonos una y otra vez a cometer las mismas estupideces. Sólo hacen falta unos ingredientes esenciales: una buena crisis, algo de inseguridad o de terrorismo, unos cuantos inmigrantes a los que les vaya bien la vida y un loco que movilice a las masas.
Un saludo.
MI ABUELITO UN HOMBRE QUE NO TENIA EDUCACIÓN
ResponderEliminarSIEMPRE DECÍA FRASES QUE REALMENTE CUANDO HABLABA TE DEJABA CALLADO RECUERDO UNA DE ELLAS
PROHIBIDO PROHIBIR.
G .ORWELL SE ADELANTO 100 AÑOS A LOS GOBIERNOS TOTALITARIOS Y NOS MOSTRÓ EL FUTURO.
prohibido prohibir
ResponderEliminarTu abuelo era un hombre sabio a pesar de haber ido poco a la escuela. Con esa frase nos está diciendo que hay que predicar con el ejemplo: no prohibas nada si no quieres que te prohiban a ti.
ResponderEliminarVisitaré tu página.
Un saludo.