lunes, 8 de junio de 2009

Pablo de Olavide


UN LIMEÑO EN SEVILLA

Pablo de Olavide nació en Lima, Perú, en 1725.
Tras un turbulento pasado en su país, "aterrizó" en España.
Aquí y en otros países que visitó, como Italia y Francia, tomó contacto con ilustrados españoles y europeos, como Campomanes, Aranda, conociendo incluso a Voltaire y Diderot.
Durante el reinado de Carlos III, ocupando diferentes cargos de responsabilidad, hizo importantes reformas y aportaciones, como por ejemplo, el proyecto de repoblación de Sierra Morena y otros lugares de Andalucía, el mayor proyecto de colonización conocido de tierras baldías, creándose nuevas poblaciones como La Carolina, La Carlota y La Luisiana.
En Sevilla, siendo nombrado Intendente, acometió diversas actuaciones:
  • Mejoras del abastecimiento de la ciudad.
  • Política de obras públicas y urbanismo: adecentamiento de barrios y calles, limpieza de la ciudad, el "Reglamento general de limpieza de las calles por semanas", colocación de azulejos con rótulos en las mismas (todavía perduran).
  • Animación ciudadana y cultural: Olavide, sin temor hacia los caciques locales civiles y religiosos que controlaban tradicionalmente la ciudad, reglamentó los baños públicos en el Guadalquivir; fomentó los bailes de máscaras de Carnaval, considerados pecaminosos por las mentes más conservadoras; impulsó las representaciones teatrales, estableciendo la primera escuela dramática del país; fomentó la literatura y la lectura (biblioteca pública) y diseñó un plan general de educación, con reforma de las enseñanzas medias y universitarias.
Su condición de extranjero le dio cierta capacidad de maniobra para emprender reformas que los naturales del país eran más reacios a iniciar por miedo a la Inquisición.
Vigilado por sus contactos con gente de la Ilustración y envidiado por muchos, fue objetivo del Santo Oficio. Acusado de infamia y herejía, entre otras cosas por poseer libros prohibidos, fue detenido y procesado en 1775. Era evidente que su actividad reformista y moderna era mal vista por los sectores más reaccionarios de la sociedad española.
En esta página podemos leer:
"El primer motivo de recelo de la Inquisición hacia la persona del enriquecido peruano fue de orden intelectual. En 1768 llegaron al puerto de Bilbao 29 cajas de libros franceses, con un total de 2.400 volúmenes, entre los que figuraban muchos prohibidos, incluso para quienes poseyeran licencia especial. El destinatario era Olavide, quien los hizo reexpedir a Sevilla, a su nuevo domicilio del Alcázar. Con esta base inicial y las sucesivas compras en el extranjero de novedades bibliográficas, más la suscripción a las Gacetas más importantes de París, Leiden y Amsterdam, el Intendente, Asistente y colonizador se procuró una información de primera calidad y continuó en la península su proceso de afrancesamiento, tan pernicioso a los ojos del Santo Oficio. Como hace destacar Defourneaux, estudiando el catálogo de su biblioteca: "compró todo lo que se leía en los géneros más diversos, desde las grandes obras que jalonan la evolución intelectual del siglo, hasta los éxitos del día, las obras de los novelistas en boga que duermen hoy, olvidadas, en los estantes de las grandes bibliotecas públicas". Precisamente esta figura de intelectual "a la moda", insólita en los anales de la política española, atraía las miradas suspicaces, la murmuración y el recelo del espíritu inquisitorial, tan arraigado en ciertas capas de la sociedad del antiguo régimen."
Su procesamiento y encarcelamiento fue rechazado por muchos ilustrados españoles y europeos.
Logró escapar de su encierro y estuvo exiliado en Francia durante 17 años, hasta que Carlos IV le permitió volver, restituyéndole rentas y dignidades.
Murió al poco en Baeza en 1803.

16 comentarios:

  1. La envidia, como tú bien dices José Luis, el recelo a perder los privilegios de unos pocos, la desconfianza hacia todo lo que viniera del extranjero, el miedo al cambio, el atraso, la ignorancia, la ineptitud de nuestros reyes... Todo se juntaba en aquella España e impedía el despegue hacia el progreso.

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  2. Me encanta tu blog ¡¡¡¡¡ A aprender todos los días contigo.

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  3. Sin menospreciar a Olavide y a todos los reformistas ilustrados del XVIII, debo decir que sólo fueron eso: reformistas. Hace ya casi veinte años, con motivo del Bicentenario de la Revolución Francesa, publicó El País un monográfico muy bueno sobre esa efemérides. No recuerdo ya qién fue su autor, creo que era Varela Ortega, el que escribió un duro artículo sobre los "ilustrados" españoles.
    Recorría la vida de aquellos que vieron atónitos los sucesos de Francia, con sus asaltos a abadías y castillos aristocráticos, el "Gran Miedo" del verano de 1789, para acabar diciendo que todos, incluidos Olavide o Leandro Fdez de Maratín, entre otros, se asustaron tanto como el hiper reaccionario conde de Floridablanca y su famoso pánico, previo al también pánico del conde de Aranda. ¡Y eso qie solo estábamos ante la fase burguesa o moderada de la Revolución! A todos los describe huyendo de Francia, aterrados por el populacho y los "sans culottes". Miedo que se les redobló en la fase jacobina de Robespierre. Puteros compulsivos, borrachos y arrepentidos de sus veleidades revolucionarias según el autor.
    Años más tarde, en la revista Aventura de la Historia, un profesor de La Rioja desmitificaba la figura del Marqués de la Ensenada, otro de los "ilustrados", afirmando que proyectó un "pogrom" contra los gitanos. Xenofobia pura. El gran historiador catalán Josep Fontana en su clásico libro "La quiebra de la monarquía absoluta" decía que en España no hubo burguesía revolucionaria y, los casos aislados, no supieron o no pudieron hacer nada. Cuando lo intentaron ya era tarde. No hubo revolución burguesa modernizadora, sólo meros "parches" para tapar la revolución necesaria, ejemplo: las obras públicas del rey alcalde Carlos III, las Sociedades de Amigos del País o las repoblaciones de Olavide en Sierra Morena y Despeñaperros.
    Saludos.

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  4. Muy interesante artículo. Hace unos días que estuve en Baeza e ignoraba acerca de este gran reformador. Baeza me da la inpresión de que fue ultimo refugio de mas de un intelectual perseguido por los de siempre independientemente del siglo del que se trate, pues al fín y al cabo siempre son los mismos.
    Hoy en día en España estamos en las misma, en cuanto se quieren hacer reformas sociales, ya estan los reaccionarios jodiendo, aunque luego ellos son los primeros en aprovecharse de ellas. En fín............ Gracias por tu comentario en mi blog.
    A bear hug.

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  5. En primer lugar, comentarte Juan que es cierto lo que dices sobre la moderación de nuestros ilustrados en plena fase de la burguesía reformista, pero no es menos cierto que, aún así, algunos como Olavide tuvieron problemas con la Inquisición. También comparto contigo que en España asistimos al fracaso de la revolución liberal, exceptuando algún brote digno de mención como el Trienio Liberal de Riego o la Gloriosa durante el sexenio revolucionario. La verdad es que nuestra burguesía era escasa, moderada y temerosa, lo que hacía difícil cualquier consolidación de reformas atrevidas.
    El nuestro era un país atrasado, feudal, con una Iglesia todopoderosa y una nobleza apegada a sus tierras y a sus privilegios, y las desamortizaciones sólo fueron una operación fiscal y un cambio de dueños en las tierras, no una reforma agraria necesaria para nuestro desarrollo.
    Un saludo.

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  6. Me alegre que te guste mi blog, "divinamente".

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  7. Inquisitor, muchas gracias a ti por tus comentarios.
    Un saludo.

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  8. La inquisición española consideró herejes a los que no encajaban en los patrones de la religión establecida. (liberales)
    Tal vez siempre se piensa mal (un hereje) del que tiene unas ideas distintas a las nuestras. (y como "molesta" pues se le castiga)
    En fin, lo que pasa es que no se puede mezclar la política con la religión, y en aquella época eso es lo que ocurría. Estado y religión eran uno.

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  9. Cayetano... ignoraba toda esta información. Valiosísimo tu aporte, Gracias por estar y compartir.

    Tremendo. Si fuera sufrido solo por España...

    Un abrazo ASI de grande!

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  10. La mala reputación -Paco Ibañez.

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  11. Muy apropiado y acertado el título de la canción que canta Paco Ibáñez para el señor que nos ocupa: "En mi pueblo, sin pretensión, tengo mala reputación. Haga lo que haga es igual. Todo lo consideran mal."
    Has dado en el clavo, Vangelisa.
    Un saludo.

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  12. Muy interesante Cayetano. Gracias por escribir de este peruano a quien Voltaire dijo personalmente: "Vos y cuarenta como vos necesita España".

    Te invito a leer la reseña que le dedique en mi blog Amautacuna.

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  13. Gracias a ti, Arturo, por tu comentario.
    Un saludo.

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